Sus manos tomándose entre sí, un ambiente cálido los envolvía cuando la enorme puerta de acero se abrió una vez más, la azabache volteó pero en vez de toparse con Houki sus ojos se conectaron con el antipático jounin de antes, rápidamente se puso frente a la camilla del peli celeste que se puso inmediatamente alerta, el ambiente cambio de manera drástica, la tensión podía cortarse con un cuchillo.

- Señorita Sarada, el prisionero fue llamado a un interrogatorio con Ibiki Morino, los equipos enviados en Sugakure llegaron gravemente heridos y enviaron el reporte de que Orochimaru planeaba infiltrarse en la aldea para asesinar al sucesor del Kazekage, es de suma importancia que nos lo deje a nuestra custodia, el Séptimo envía el documento que presenta relevo de sus funciones.

Explicó a lo que la azabache se quedó petrificada, su padre había ido en ese equipo, Boruto y konohamaru Sarutobi, debía ser una broma, miró a Mitsuki que tenía una expresión tan desconcertada como la suya, debía ser una broma,  de seguro lo era, no había razón para que Mitsuki la engañace.

Sarada: ¿Tenías idea de ésto?

Preguntó con frialdad a lo que el peli celeste negó de la misma manera.

- Señorita Sarada, éste shinobi es la creación de Orochimaru, no debe olvidar todo el daño que éste le hizo a la aldea en el pasado, el séptimo confió en el y mire como se lo ha pagado, ha atacado Sunagakure rompiendo los lazos de amistad del Hokage y el Kazekage, es simplemente monstruoso.

La chica tragó en seco, el jounin tenía razón, Orochimaru había asesinado al tercer Hokage y sin mencionar el ataque a la aldea, todo lo que le ocurrió a su padre estando entre los dientes de la serpiente, ¿porque habría de cambia ahora?.

Sarada: Tienes razón, si son órdenes del séptimo no me opondré.

Dijo con voz neutral, su fria mirada estaba puesta en el peli celeste que respiraban agitadamente tratando de contenerse, no podía ser así, no tenía que ser así, el era Mitsuki, no Orochimaru, ¿Porque tenia que pagar por toda la mierda de su padre? ¿Porque Sarada lo miraba de manera fría y casi despectiva? ¿Porque lo trataba como un desconocido? ¿Porque todo había terminado así como así?  ¿Porque? ¿Acaso había hecho mal en existir? ¿Que mierda estaba pasando? ¿Donde se había metido el desgraciado de su padre?.

Si aparecía lo mataría, por culpa de Orochimaru el estaba pasado por todo eso, el malnacido tenía toda la culpa, vió como la Uchiha se acercó hasta el con esa frialdad que tanto la caracterizaba, y lo tomó del cuello de su toga con esa rudeza que tanto le encantaba en ella, claro, ahora no era el momento pero no podía evitar sentirse de esa manera.

Sarada: ¿Con qué te gusta engañar a la gente?

Preguntó con desprecio rompiendo en pedazos la poca esperanza que el peli celeste había guardado durando esos días de encierro, mientras el jounin lo miraba con un sonrisa torcida de solo verle quiso arrancarle la yugular de un solo zarpazo, la chica lo acercó hasta su oído mientras que el chico se preparaba tanto física como mentalmente para recibir cualquier insulto por parte de la azabache pero en vez de eso pudo sentir su frío toque colándose por su toga dejándolo  desconcertado y avergonzado en partes iguales, sus delicados dedos rozando su pecho casi lo deja al descubierto, y esa susurró en sus oídos le reveló el verdadero objetivo de tal acto.

"Tranquilo Mitsuki, trata de escapar mientras voy por el séptimo, algo anda mal aquí..."

Fue entonces que sintió el frío acero de la kunai que la azabache dejó oculta entre sus ropajes , suspiró de alivio, la azabache confiaba en él, ella sabía que el era inocente, esta se alejó apartando su mirada saliendo sin mirar atrás.

Sarada: Vaya shinobi resultaste ser...

Dijo desapareciendo a lo que el oji dorado agachó la cabeza mientras muchos shinobis se reunieron en la celda mientras que el mayor se le quedó viendo con una mirada y sonrisa desquiciada.

- Será un placer custodiar al prisionero...

El oji dorado frunció el ceño claramente furioso, al parecer el asunto era personal.

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Lejos de allí

La Uchiha salió corriendo a gran velocidad rumbo a la oficina del Hokage, una vez allí no se topó  con Shikamaru en la entrada, por lo que alarmada golpeó la puerta de la oficina reduciendola a simples astillas, el rubio de ojos zafiro se encontraba dormido sobre su escritorio mientras el asistente peli castaño trataba de despertarlo, sin éxito.

Shikamaru: Ah, Sarada....

Se limitó a decir algo desconcertado.

Naruto: ¿Que haces aquí?

Preguntó adormilado.

"Lo sabía..."

Pensó la joven para luego enseñarle el documento.

Sarada: Séptimo, falsificaron este documentos con la intención de relevarme de mi custodia, creo que van tras Mitsuki.

Explicó resumidamente.

Shikamaru: La heridas causadas por Orochimaru dejaron cicatrices que jamás se podrán borrar, quizás quieren desquitarse con Mitsuki.

Naruto: Sarada, el equipo de Sasuke aún no ha vuelto, tal vez también fueron atacados.

Concluyó mirándola con pesar.

Naruto: ¡Ve por Mitsuki!

Ordenó seriamente a lo que la azabache se inclinó dejando ver un semblante oscuro y frío que dejó perplejos a ambos adultos, atravesó el ventanal tan velos como su padre, dejando el ambiente sumido en un silencio sepulcral.

Naruto: Sakura-chan...

Dijo con un hilillo de voz.

Shikamaru: No, era Sasuke...

Respondió de igual manera.

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Sarada Uchiha

Ahora si sabrían porque nadie se metía con una Uchiha, les había permitido una vez que dañaran a Mitsuki pero eso jamás volvería a pasar, porque él era especial.

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El único capaz de dirigirle la  palabra con una voz y una sonrisa tan característica de el.
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"No pensé que te enviarían a ti, Sarada.."

"Es una lástima que desperdicies tu talento haciendo de niñera cuidándome a mi..."
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El único capaz de verla tan transparente como un cristal.

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"Siempre fuiste tan lista y brillante pero torpe al notar otras cosas, yo dije que era poco importante para ti, sé que soy su compañero y amigo pero la que me importa eres tú..."

"Que lenta, pero que lenta eres, Saradita..."

" En estás cosas no se necesita ser adivino, solo tienes que dejar de ver y sentir con la cabeza, tienes que abrir tu corazón y entender tus propios sentimientos..."
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El único tan descarado como para provocarle sin el más mínimo pudor o temor.
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"¿Tú vas a darme de comer?
Esto podría ser interesante..."

"Estaba bastante bueno pero podría mejorar..."

"Te agradecería que no me golpearas, todavía me duele todo el cuerpo así que probablemente moriría antes de siquiera atravesar la pared producto de tu mortal golpe..."

"Gracias Sarada, eres una mujer bella como nadie,  pero cuando te enfadas, acobardas al más valiente..."

"¿Estás bien...?"

"Entonces ven aquí y termina de ayudarme a comer, que por cierto estaba delicioso..."
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El único capaz de apreciarla como un chica sin hacerle sentir incómoda.
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"Vaya, no tenía idea que te sentías de esa manera, tranquila, no tienes porque ser así contigo, de seguro no todas las mujeres son como las otras pero eso mismo hace que seas alguien única, lo que te hace única es tu belleza y encanto propio, eso que solo tú posees, no te aflijas de seguro encontrarás al chico, que quizás no sea perfecto, pero te querrá como nadie..."

"Bien, siendo tu tan linda de seguro ya tienes a varios tras de ti..."

"No son tonterías, posees una belleza que encanta y una fuerza que somete, de seguro hay por ahí un masoquista sentimental que desee estar a tu lado..."

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El único tan desvergonzado como para decir las cosas de manera que perdía los estribos.

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"No, pero siempre he querido una..."

" Porque soy muy caprichoso..."

" A ver cómo te explico..."

"¿Porque tanto interés?.."

" Tu me estabas preguntando..."

" La verdad, es que, solo me ha interesado una sola persona, y ella es una cabeza hueca de primera, digo, es lista y todo, pero retrasada en cosas del corazón, aparte de que es bruta como ella sola.

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El único tan herido como para no quererse a sí mismo.

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"Si Sarada-sama lo pide de esa manera, soy todo suyo..."

" Sarada no dejes que me lleven ahí otra vez, por favor..."

"Desgraciados..."

"¡NO ME TOQUEN BASTARDOS!..."

"Sarada..."

"Ya bájate a no ser que quieras aprovecharte de mi lamentable estado..."

"Tranquila, después de todo si aparece Orochimaru tiene como veinte copias mías en su bizarro laboratorio, le costará un suspiro hacer un ejército de imbéciles como yo..."

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El único capaz de sacarla de sus casillas con facilidad.
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"Ah, lo siento, solo estaba mirando como parloteabas sobre algo que no recuerdo...."

"No me siento bien, tengo algo de frío..."

"¿Eso quiere decir que puedo abrazarte cada vez que yo quiera?..."

" Soy todo suyo, Sarada-sama.."

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El único capaz de comprender y acabar con sus inseguridades.
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"Bueno, que no quieras tener pareja no significa que seas aburrida, solo eres prudente, tienes tus objetivos claros en la vida y para ti es importante, pero jamás te juzges por tus decisiones, todos hacemos lo que hacemos por algo, y eso es lo que importa, nuestra propia voluntad guía tus acciones y te convierten en quien eres, una chica sensata, prudente, responsable y determinada, así que alégrate de quién eres y como haz crecido en base a lo que tu has decidido ser a lo largo de los años, tienes buenas características para ser Hokage así que alégrate por eso, los chicos no se van a ir a ninguna parte, podrás abrirte a esa posibilidad cuando te creas preparada para ello..."

"Eres una chica asombrosa y eso jamás lo olvides..."

"Que seas una chica no tiene nada que ver, todos somos iguales, los sentimientos a lo largo de nuestra vida son nuestro mayor aliado y nuestro peor enemigo dependiendo de la situación, no importa cuán buen shinobi seas..."

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Mitsuki no sólo era especial, era su persona especial, podia ser ella misma sin fingir o reprimirse, el único que la aceptaba tal y como era.

Era aquello que ella no esperaba encontrar.

Ella era la guardia

Y

El

Su prisionero

Y

Nada ni nadie cambiaría eso.

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Continuará...