Capítulo 26

—Desembuchen —ordena Bruno, una vez que los chicos se retiran.

Brenda asiente, estando de acuerdo con Bruno, luego se concentra en mí, esperando mi versión.

—Connor quiere algo serio con Celeste y Celeste quiere solo sexo.

—¡Donna! —exclamo, avergonzada, por lo fuerte que mi amiga ha dicho esto.

—¿Qué? —Donna se encoge de hombros y sonría—. Es cierto Celeste

—Se supone que debo contarlo yo, y en mi muy bajo tono de voz. —Miro a mí alrededor, verificando que nadie esté prestándonos atención.

—Les di la versión corta, la tuya hubiera sido con detalles.

—Exactamente —interrumpe Bruno—. Quiero detalles.

Les cuento a Bruno y a Brenda todo lo que sucedió el sábado, mientras Donna y Taylor hacen sus propias observaciones.

—¿Así que se ha propuesto a conquistarte?

—Sí, B. No empieces, conozco esa mirada —me quejo.

—No estoy haciendo nada.

—Precisamente —concluyo.

—Creo que es muy romántico —dice nuestra pequeña Brenda—. Es decir, no cualquier chico prefiere una cita y romance antes que sexo.

—Eso es cierto —secunda Tay.

—Debes gustarle mucho Celeste, si está dispuesto a conquistarte —menciona Bruno, con los ojos iluminados.

—¿A quién le gustas que esta tan dispuesto a conquistarte? —Todos nos sobresaltamos cuando la voz de Darren interrumpe nuestro círculo del chisme.

—Hola Darren —chilla, Tay, luciendo sonrojada y sorprendida.

—Hola Taylor. Donna, Bruno y Brenda —Le doy una sacudida de cabeza en reconocimiento mientras se sienta a mi lado—. Entonces ¿Quién quiere conquistarte? —me pregunta directamente.

—Nadie —grazno. No sé porqué me siento nerviosa por su pregunta. Como si me hubieran descubierto haciendo algo malo.

—Connor —dice Bruno—. El chico quiere conquistar a Celeste y hacerla su señora—. Jadeo, sorprendida y fulmino con la mirada a Bruno.

—¿Harris? —musita, Darren, incrédulo. Se recupera y me observa detenidamente—. ¿Así que por fin decidió confesarte su amor eterno?

—No confesó nada, sólo dijo que... bueno, lo que escuchaste.

—Que idiota ¿para qué decirle a una chica que la conquistará? simplemente lo hace y punto. Es un perdedor. —Niega con su cabeza y se recuesta en la silla mirándome fijamente. Sus despreocupadas palabras contrastan con su tensa postura.

—¿Y tú como lo sabes? —pregunto molesta.

—Sólo lo sé.

—Oh, ¿entonces eres adivino?

—Sí, soy genial. —Toma mi refresco y bebe de él.

—¡Oye! —Golpeo su brazo—. Deja de beberte mis cosas. —Tomo mi refresco y lo alejo.

—Tengo sed.

—¿Y? ese no es mi problema. ¿Acaso no eres un hombre rico? compra lo tuyo, amigo.

—Que tacaña. —Se endereza y me aprisiona con su brazo al intentar llegar a mi jugo—. Además, la maquina está muy lejos. Dámelo ¿Me dejarás morir de sed? —Hace un puchero que en cualquier otra persona se vería ridículo, pero a él lo hace ver sexy.

Totalmente me compró.

—Me lo debes pagar —Cedo y le entrego el jugo—. Quiero uno de mango para mañana.

—Hecho. —Sonreímos. Darren deja caer su mirada a mis labios y yo hago lo mismo, mirando con anhelo a los suyos. Nuestros ojos vuelven a encontrarse y seguimos mirándonos el uno al otro, sin percatarnos de los demás a nuestro alrededor—. Entonces... ¿Qué pasa con Harris?

—¿Qué pasa de que o qué? —Me hago la desentendida.

—¿Vas a dejar que te conquiste? No creo que sea tu tipo.

¿Es en serio? ¿Realmente acaba de decir eso?

—¿No hablas en serio?

—Estoy totalmente serio, mira —Señala su rostro totalmente imperceptible—. No es tu tipo.

—¿Eso crees? —resoplo.

—Sí.

Puedo escuchar los murmullos de mis amigos. Me imagino a todos muy entretenidos observando este extraño intercambio entre Darren y yo.

—¿Y por qué razón según tú, oh serio hombre, Connor no es mi tipo?

—Es demasiado... no es aventurero o impulsivo. Le falta ser más atrevido, seguro de sí mismo, sexy y brillante como...

—¿Cómo quién?

Me cruzo de brazos y con mi ceja levantada lo desafío decir que como él.

—Como... no sé. No como él, es cero impulsivo e imprudente.

Me río, incrédula por sus palabras—: Precisamente. No es impulsivo o imprudente, eso es bueno.

—Hay algunas cosas que se hacen por impulso o imprudencia y son realmente buenas.

—Ah sí ¿Cómo cuáles? —respondo, más allá de irritada con su estúpida conversación sobre el tipo de hombre que me gusta.

—Como estas... —susurra.

Jadeo cuando los labios de Darren se estrellan con los míos, sus manos toman mi rostro para retenerme el en lugar. Darren aprovecha mis labios medio abiertos para enredar mi lengua con la suya, el beso es precisamente eso, impulsivo e imprudente y debo aceptar que tiene toda la razón, es muy bueno.

Respondo a su beso, encantada con su sabor, sin recordar dónde estamos y frente a quiénes estamos. Muerdo su labio inferior embriagada de emociones, gime en mi boca y responde presionándose contra mí, me aferro a su camisa tratando de acercarlo más, de sentirlo totalmente. Mi cerebro estalla y el resto de mi cuerpo vibra en éxtasis.

Darren es un exquisito besador, es demandante, posesivo y suave a la vez, sus labios y su boca son gloria, gloria pura. Una de sus manos baja hasta mi cuello mientras que la otra se aferra a mi cintura, mis piernas pronto tratan de acomodarse encima de las suyas en una incómoda posición que nos permite la mesa y ambos asientos. Siego recibiendo su beso y sigo dando del mío cuando varias personas se aclaran la garganta.

Nos separamos, respirando entrecortadamente, agitados, y sorprendidos por lo que acaba de pasar. Los ojos de Darren barren mi rostro y sonríe cuando nota lo hinchados que están mis labios

—Te lo dije. —Acaricia mis labios con sus dedos—. Algunas cosas imprudentes e impulsivas son realmente buenas.

—Todavía no estoy convencida —musito, agitada, pero regresando a mi yo modo descarada.

—Entonces, tendré que trabajar más en convencerte —sonríe perversamente.

Sacudo mi cabeza ante su hipnótica presencia y para disipar los efectos de su beso, trayéndome de nuevo al presente y haciéndome consciente del lugar en donde estamos, y con quienes estamos.

—Oh Dios Mío —chilla Taylor con el rostro desencajado. Me sonrojo al ver que el resto de mis amigos esta igual o peor que Taylor—. Creo que estoy excitada.

—Bueno, ese es precisamente el efecto que un impulsivo e imprudente hombre como yo causa —bromea Darren.

—¿Dirías idiota, estúpido e impulsivo? —Mi cerebro aún puede ser terco y sarcástico.

Creo que viviré.

—Dejémoslo en estúpido, idiota, impulsivo y sensual. —Me envía una sonrisa moja bragas.

—Imbécil —gruño, divertida.

—Seré lo que tú quieras que sea, nena —susurra, acercándose de nuevo a mi boca. Muerde mi labio por última vez, se levanta y acomoda sus libros—. Nos vemos conejita. Adiós chicas y Bruno.

Mis amigos murmuran un adiós mientras yo sigo observando su espalda.

¿Acaba de pasar lo que acaba de pasar?

—¿Esto acaba de suceder o me lo imaginé? —pregunta Bruno reflejando mis pensamientos—. Esta es la segunda vez que tengo una erección por ese hombre.

—Eso ha sido realmente... —murmura Donna, mirando el espacio donde hace un momento se encontraba Darren—. Necesito decirle algo a Mark. —Se retira de la mesa y corre hacia los dormitorios.

—Dios, eso fue realmente caliente. Estuvieron comiéndose el uno al otro frente a todos.

Escucho a Tay y mi mente procesa sus palabras.

Con terror, observo mi alrededor, me doy cuenta que la cafetería está casi vacía y las pocas personas que están no se han percatado de mi sección de besoculitanteo con Darren.

Gracias san Pedro apóstol.

—Hasta yo estoy... emm...

—Di excitada Brenda, excitada —dice Bruno, haciendo sonrojar a Brenda.

—Sí, eso —murmura con timidez. Todos estamos muy conscientes de la virginidad de Brenda, aunque ella no lo haya admitido aún.

—No te avergüences cariño, es normal que eso pase, tienes a un chico caliente contigo y ahora ves a otro extremadamente caliente gemir y comerse el rostro de tu amiga de la forma más sexy posible. Cualquiera en un radio de medio kilómetro se hubiera excitado.

Me río ante la expresión de Brenda por las muy sinceras y realistas palabras de Bruno.

—Eso no es así, no seas tan exagerado —musito, tratando de apaciguar a Brenda y su vergüenza.

—¿Que no sea exagerado? Por Dios T, mi corazón está a full revoluciones ahora, después de ese espectáculo. Sólo agradezco que la perra D no estuviera presente. No le gustaría ver como su chico besa a otra de esa única manera. —Me encojo cuando Taylor hace evidente el estado civil de Darren.

—¡Carajo! Acabo de besuquearme con un chico que tiene novia. Soy una perra total —gimo. Dejo caer mi rostro en mis manos sintiéndome como una mierda total.

—Primero que todo, eso no fue besuquearte, eso fue follar con la boca —aclara Bruno, haciéndome sentir peor—. Segundo, no eres una perra mala, eres perra de las buenas y, tercero, él fue quien te besó.

—Pero yo le correspondí el beso.

—¿Y quién no lo haría? Hasta yo, con el perfecto Patch Cipriano a mi lado lo hubiera hecho.

—No ayudas Tay.

—Acéptalo mujer, ese hombre es lo más y tu corazón esta clavadito por él.

Brenda y Taylor asienten con la cabeza, dándole fuerza a la afirmación de Bruno.

—Dios ¿Qué voy a hacer con este EyS?

Darren: No dejo de pensar en ti ¿Qué haces?

Yo: Estoy en clases de baile

Omito el hecho de que también he pensado en él y en ese beso todo el día. No tiene porqué saberlo.

Darren: ¿Clases de baile?

Yo: Sí, estoy enseñándole a Marco como bailar.

Darren: ¿Quién jodidos es Marco?

Yo: Un amigo

Darren: ¿¿?? No me jodas Celeste...

Joderlo es lo que quiero

Darren: A que pendejo estás dejándole restregarte el cuerpo.

Yo: Es Marco, el hijo de dieciséis años de Fabio, mi jefe. Hermano de Cipriano.

Darren: A los dieciséis yo me follaba a una de las chicas de la universidad.

Yo: Él no es como tú... es un buen chico.

Darren: Entonces... ¿Dices que soy un chico malo? Porque ya te lo dije, puedo ser lo que tú quieras. 3:)

Me ahogo con el sorbo de mi botella de agua.

—¿Estás bien Celeste? —Marco se levanta de mi sofá preocupado.

—Sí cariño, estoy bien.

Yo: Estoy ocupada, nos vemos después.

Darren: Yo también estoy ocupado. Tengo mi mano derecha llena de...

Yo: ¡BASTA! Voy a bloquearte

Darren: Está bien, seré un niño bueno.

Suspiro, frustrada. Después de ese beso lo único que espero es que un día Darren decida portarse muy mal conmigo y llevarlo al siguiente nivel.

Lo sé soy una perra, pero el cuerpo y el corazón saben lo que quieren.

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