Capítulo 12
—Oh. Mi Dios ¡chicas! —chillo y corro hacia mis amigas
—¿Qué sucede Celeste? —Hago una mueca cuando noto la expresión preocupada de Donna. Niego, asegurándole que no pasa nada malo.
—Acabo de ver a Daisy con otro chico... se estaban besando y entraron a uno de los cuartos.
—Espera —Brenda levanta su mano y me mira escéptica—. ¿Estás diciendo que Daisy estaba con otro chico que no es Darren?
—Es normal Brenda, se los he dicho mil veces. —Donna se encoje de hombros—. Ella es una perra, ahora ¿Dónde estará Darren?
—No lo sé. —Tomo a las chicas y nos dirigimos hacia el patio trasero. Darren se encuentra con unos chicos hablando y riendo, lo he visto reír muchas veces y sé que esta risa que muestra justo ahora es fingida.
¿Sabrá lo que su novia estará haciendo?
—¿Deberíamos decirle? —pregunta Brenda.
—No, él lo sabe. Además, si Celeste se lo dice, ellos luego se arreglan como siempre y nuestra amiga terminara como la soplona del siglo.
Tiene un punto.
—Es cierto, Celeste. Mejor regresemos con los chicos.
—Si es lo mejor. —Estoy de acuerdo con Brenda.
Regresamos a la casa y vamos dirigimos a los chicos, unos imbéciles nos tocan el trasero, Donna y yo inmediatamente volteamos y golpeamos a los "manos largas" Brenda se queda conmocionada. Nuestros amigos, al ver lo que sucede, se acercan para pelear por nuestro honor.
—¿No acabas de hacer lo que creo que acabas de hacer amigo? Voy a arrancarte las jodidas manos. —Mark está prácticamente escupiendo fuego.
—¿Y qué vas a hacer? Ni siquiera tiene un trasero que tocar. —dice uno de los ebrios refiriéndose a Donna. Mark se lanza por el chico y lo golpea, sus amigos se abalanzan sobre Mark y así empieza una buena lucha.
Donna y yo estamos golpeando al chico que trata de derribar a Connor, Bruno tiene en el suelo a otro y Mark e Ian se encuentran ocupados con los suyos, estoy prácticamente pateando el trasero del tipo cuando alguien me hala del cabello.
—Deja a mi hombre en paz perra. —Una torre de pelo rubio se abalanza sobre mí y trata de arañarme el rostro. La chica es bastante alta, pero tuve suficientes peleas en la escuela así que peleo sucio. Le doy una patada en la rodilla y luego la arrastro del cabello, dos chicas más cargan hacia mí y es cuando veo que más personas se han sumado a la pelea.
¿Pero en qué momento pasó todo esto? Maldito licor... y malditas hormonas.
Vale, podré ser Tyson y todo, pero tres contra uno... eso sólo se gana en una película de Karate Kid, las chicas han logrado golpearme, una de ellas en mi hermoso rostro. Siento sangre correr de mi labio, todos estamos concentrados en esquivar puños, uñas, zapatos y en responderlos.
Alguien me toma de la cintura y me alza, empiezo a arañar sus antebrazos y a patear hacia atrás, sé que he acertado pues gime en mi oído...
Espera, conozco ese sonido.
—Cálmate conejita, soy yo. —Darren me lleva hacia las escaleras, alejándome de la contienda, sus amigos ayudan a los míos Mark toma a Donna mientras los otros chicos son alejados de sus víctimas. Ian se ve mal, sin embargo, Bruno y Connor serían buenos boxeadores.
—Pueden por todo lo sagrado decirme ¡¿Qué mierda está pasando aquí?! —un chico, al parecer el dueño de la casa, se para en medio de todos.
—¡Estos hijos de puta estaban tocándonos! —grita Donna.
—¿Qué? —ruge Darren mientras se abalanza contra uno de los chicos tocadores—. Le vuelves a poner un dedo encima a ella... —Me señala—, y no sólo te cortaré las manos, también dejaré tus bolas en la mierda.
—Cálmate amigo. —Ahora es el otro chico quien llama a la calma—. Esta es mi casa y aquí se respeta a los demás, ustedes... —Señala a los imbéciles—, váyanse de mi casa antes de que seamos todos quienes carguemos contra ustedes, y llévense a sus perras.
—Mierda Celeste, tienes el labio partido.
—Bueno Darren, eran tres trillizas gigantes contra mí.
—Pero ellas se ven peor —Sonríe. Las chicas que estaban "luchando", si arañar es pelear conmigo, se ven terribles.
—Las ventajas de ser escurridiza. —Trato de sonreír, pero mi labio duele—. ¡Auch!
—Vamos Trish Stratus, vámonos de aquí.
A pesar que no hemos sido echados de la fiesta, decidimos irnos. Tenemos que curar mi labio, el moratón en el rostro de Ian, la nariz de Donna, y los nudillos de Mark, Connor y Bruno.
Estamos llegando a nuestros autos y de repente todos estamos en risas, nos vemos ridículos.
—No había tenido una pelea así desde la escuela. —Connor suena emocionado—. Aquellos viejos tiempos.
—Dios, mi nariz duele. —Donna se queja y Mark inmediatamente esta con ella.
—Vamos a mi casa chicos.
Veinte minutos después estamos en casa de Bruno, Ian tiene un trozo de carne en su rostro, Donna curitas que Bruno le ayuda a colocar y Darren está limpiando mi labio. Esta tan cerca que me duele más abajo del labio. Connor, Dani y Brenda están en la sala "descansando".
—Tengo hambre.
—Eres un maldito barril sin fondo Dani —gruñe Darren.
—¿Qué quieres que haga Darren? aún estoy en crecimiento.
—Pidamos pizza, tengo algunas cervezas en la nevera. La noche es joven y merecemos celebrar después de semejante hazaña.
—Bruno tiene razón —concuerdo.
—¿Te duele mucho cariño? —pregunta Darren, dándome una tierna mirada.
Esos malditos ojos...
—No.
—Bueno tu labio está un poco hinchado. —Frota suavemente, con su dedo mágico, mi labio, esta tan concentrado en ello, que siento quiere besarlo.
Yo no estoy muy segura de si quiero o no que me bese...
A quien engaño, tómame en esta cocina ¡maldita sea!
—No puedo creer que ustedes peleen de esa manera. Celeste tenia a tres chicas encima y tu Donna, recuérdame por favor nunca enojarte, estabas casi que arrancando la cabeza de esa chica. —Darren luce bastante impresionado y... si no me confundo, orgulloso.
—Somos geniales, deberíamos ir a la WWE, Celeste.
—Gracias, pero paso Donna
—¿Entonces? ¿Pizza sí o no? —interrumpe Bruno.
Un coro de "demonios sí", resuena, haciéndonos reír nuevamente.
Mientras comemos nuestras pizzas y hablamos, llegamos a la hora de los estúpidos chistes de mierda.
—No, he dicho que no se me ninguno. —Intento llenarme la boca de pizza para no tener que contar ningún estúpido chiste. Soy pésima en ello.
—Oh vamos celeste, tú y tu mamá tienen todo un repertorio de chistes. —Le doy a Donna una mala mirada, maldita soplona.
—Aquí se supone que me ayudes no que me hundas, pendeja —refunfuño.
—Vamos, son buenos... ¡Cuenta el del pollito! ¡Vamos cuéntalo! —Da pequeños saltitos emocionada.
—¡No ni hablarrr! Es muy estúpido. —Mis mejillas empiezan a sonrojarse.
—Tú te ríes hasta llorar de ese chiste y yo también.
—Somos estúpidas entonces —digo, cerrando mis ojos ante la vergüenza. Donna empieza a convulsionar de la risa y ni siquiera lo he contado
—Vamos conejita, cuéntalo.
—Es malo, malísimo —advierto.
—Vamos Celeste, mira a Donna, está que llora. Debe tener algo gracioso. —Insiste Mark.
—Stop ¿Es el chiste que creo que es? —pregunta Bruno—. ¿Tiene algo que ver con James bond?
—Oh Dios Mío —gimo y me tapo mi cara con las manos.
—Siiiii es eseeee... —grita Donna.
—Oh vamos Celesteee, cuéntalo es gracioso —chilla Bruno, uniéndose a la soplona de Donna.
—Te odio B. Está bien, lo contaré, pero es una mierda de chiste.
—Dale cariño. —Darren me guiña un ojo y casi convulsiono.
—Se los advertí...—gruño, aclaro mi garganta y me preparo para contar el más estúpido chiste del mundo entero—. Una vez un pollito iba pasando una calle, de pronto, pisa un chicle y se queda pegado, en esas viene una moto a toda velocidad... el pollito trata y trata de zafarse, pero no puede. Cuando de repente un hombre en esmoquin lo salva. El pollito agradecido le pregunta "¿y tú cómo te llamas?" el tipo le responde, "Bond, James Bond ¿y tú?" a lo que el pollito dice "Llito. Pollito"
Donna y Bruno se parten de la risa mientras el resto aun procesa el chiste.
—Les dije que era una mierda —me quejo. Mark observa a Donna y es imposible para él no echarse a reír al verla sacudirse de risa. Los demás, sienten compasión de mí y empiezan a reír también.
—Para que quede claro, me río sólo porque aprecio nuestra amistad —dice Ian, tratando de secarse sus lágrimas.
—Cariño, la comedia no es lo tuyo. —Darren me mira fingiendo decepción, pero él también ha reído hasta casi llorar
—Les advertí, sólo mi madre sabe apreciar mis chistes.
—Te daremos otra oportunidad —dice Connor.
—No, no me interesa.
—Vamos, tú puedes. Debes tener otro que valga la pena —anima Ian. Le doy una mala mirada.
—Vale, está bien. Ahí va, no me crucifiquen después. —Sacuedo mis brazos y trueno mi cuello, preparándome para el siguiente—. La profesora le dice a Jaimito. Jaimito ¿Cómo se dice el gato se cayó al agua y se ahogó? — Donna vuelve a convulsionar de risa—. Fácil profe, responde Jaimito, se dice "The cat cataplum in the water and glugluglu and no more miau miau"
Todos me observan como si fuera algo indescifrable y confuso. Sólo Donna se ríe.
—Donna, por eso eres una de mis mejores amigas, gracias. Ustedes no saben lo que es un verdadero chiste ¡Los odio! —gruño y arrojo mi pedazo de pizza a la caja frente a mí.
—Son chistes de mierda. —Connor se ríe de mí, no de mi chiste. Quiero patearlos, ellos fueron los que quisieron que cuente mis chistes de mierda.
Mami, te extraño.
—Eres demasiado dulce para ser real —.Darren besa mi mejilla y sólo eso hace que me ahogue con mi saliva, me invade un ataque de tos tan horrible que todos vuelvan a reír.
—Eso te pasa por ahogar al gato —bromea Dani.
—Imbéciles —gruño, cuando logro calmarme, haciéndolos reír de nuevo.
Terminamos la ronda de chistes, por supuesto, los chicos son mejores que Donna y yo, y la mayoría de sus chistes son sobre sexo.
¡Los animales también pueden ser graciosos!
Estoy recostada en el sillón marrón y súper antiguo de Bruno —extraoficialmente dicen que su bisabuela perdió la virginidad en este sillón con un militar americano, oficialmente dicen que este sillón fue el primer regalo del esposo de la bisabuela de Bruno antes de la boda... ¡Que abuelita!— Darren sostiene mis pies mientras hablamos.
—Te veías muy... —aclara su garganta—, sexy bailando hoy.
Sonrío al recordar la mirada de lujuria que me dio.
—Sí, estuve en una academia de baile.
—Es increíble esos movimientos que tienes. ¿Connor también es gay? —pregunta suspicazmente.
—Nop —respondo haciendo estallas la P.
—¿Qué? Y aun así bailaste de esa manera con él —gruñe.
—Sí, así se baila hasta donde tengo entendido. Tú y yo bailamos igual.
—¿Bailas con todos, así como lo hiciste conmigo?
Empezando a exasperarme por su tono de voz y su cuestionamiento, respondo—: Con mis amigos sí.
—Ya veo, no te creía de esas—dice, haciendo que mi humor florezca.
—¿No me creías qué? —gruño, levantándome del sofá.
—Pues no lo sé, ese baile es demasiado... demasiado... demasiado. Es como un juego previo a una follada. —Jadeo—. Y si me dices que así bailas con todos tus amigos ¿Quiere decir entonces que dejas que todos te toquen de esa manera? ¿Y dejas que todos se...
—¿Me estás diciendo puta o calienta pollas? —lo corto antes de que termine esa oración. Pongo mis manos en mis caderas y lo enfrento. Sí, los bailes a veces son demasiado candentes, pero, eso no quiere decir que sea una... eso.
—No, no estoy diciendo eso.
—Pero lo piensas.
—Bueno, no me gusta que bailes de esa manera con todos.
—Sólo baile así con Bruno y Connor... y contigo.
—Dios —Cierra sus ojos y frunce el ceño—. ¿De verdad permites que ese chico te toque como lo hice yo esta noche?
—Primero que todo, Connor es un chico decente y baila bien, estaba conmigo en la fiesta y es mi amigo.
—No se ve bien en ti que bailes así con todos nosotros.
La vena en mi cien empieza a latir, furiosamente. Este chico está buscando lo que no se le ha perdido.
—¿Por qué te interesa con quién bailo y con quién no? Me importa tres mierdas si no te gusta como bailo, es mi problema, no tuyo.
—Porque tú no bailas como las demás.
—¿Qué demonios significa eso? —gruño.
—Jesucristo Celeste, deja el mal humor. Bailas como si estuvieras haciéndolo ¿sabes? Tus movimientos son realmente eróticos, hipnotizas, cautivas. Te vi bailando y te imaginé montándome y haciendo esos movimientos mientras era yo quien pasaba mis manos por tu cintura y tus caderas. Y por la expresión de casi todos los hombres en esa habitación... pensaban igual que yo. Lo cual esta malditamente mal porque tú no les vas a dar una oportunidad a ninguno de ellos.
No sé si excitarme o enojarme... ¿qué demonios pasa con mi feminismo interior?...
A ver chica rebelde, sal a flote.
—Sé que te dije que seamos amigos, pero vamos Celeste. Tienes un cuerpo imposible de no desear, esas piernas, esa cintura... y esa maldita boca que tienes. Cada vez que me insultas es como una caricia directa a mi amigo ahí abajo. Está mal, tengo mi novia, pero ¡Cristo mujer! eres la tentación andante.
Oh es cierto, Darren tiene novia. Una jodida novia que estaba follándose en seco a otro. Me siento a su lado de nuevo y lo miro.
—¿Por qué estás aquí conmigo Darren?
—¿Eh?
—Dije ¿Por qué...
—Sé lo que dijiste, me refiero es ¿a qué viene esa pregunta?
—Tienes novia ¿no? —Asiente—. ¿Por qué estás aquí conmigo y no con tu novia?
Suspira y pasa restriega una mano en su rostro
—Daisy y yo discutimos. Ella se molestó por como estábamos bailando tú y yo.
Resoplo y ruedo mis ojos.
Que perra.
—¿Y por eso entonces se está follando a otro?
Oh Dios... miro sorprendida, por mi propia pregunta, a Darren
—Lo siento —susurro, apenada.
Luce molesto, pero no se ve herido
—¿Lo sabías? -pregunto confundida.
—Sí, lo supe inmediatamente.
—¿Qué clase de torcida relación es esa? ¿Ustedes están juntos, pero se follan a otras personas?
—No lo entiendes.
—Pues explícate. Hasta donde tengo entendido, las relaciones son de dos no de cuatro. ¿Qué no te molesta verla con otro?
—No... no lo sé. —resopla y pasa sus manos por su cabello—. Ah mierda, Celeste. Lo que Daisy y yo tenemos es difícil de explicar y de comprender. Es... hay mucha historia entre nosotros.
Levanto una ceja, necesito entender qué demonios pasa con estos dos.
Suspira derrotado, toma nuevamente mis pies y los masajea mientras me cuenta porque es que sigue junto a semejante perra.
—Espera, antes de que empieces con tu historia difícil de comprender —Miro directamente a sus ojos, esperando que sea sincero conmigo—. ¿También la engañas?
—Se engaña cuando se ocultan las cosas. Daisy y yo somos transparentes en cuanto a lo que queremos y hacemos.
—Oh mi Dios. Ustedes están locos. —Jadeo, sorprendida y confundida por esta extraña dinámica entre ellos, es casi igual o peor que mi madre y mi donante de esperma—. ¿Para qué carajo están juntos entonces?
—Daisy y yo nos conocemos desde que tenemos ocho años, hemos sido amigos desde entonces. En la escuela estuvimos siempre juntos y cuando entramos a la secundaría pues las cosas cambiaron. Ella dejó de ser la niña más linda que vi, y pasó a ser una hermosa chica, yo dejé de ser el flacucho amigo y me convertí en el deportista estrella y atractivo. Estábamos cómodos el uno con el otro, así que las cosas se fueron dando. Estuve junto a ella cuando todo se fue a la mierda, la apoyé, ayudé y cuidé, prometí hacerlo siempre. Fui su primera vez, ella la mía. Hemos salido desde entonces, es la chica que mis padres y sus padres creen será mi esposa y la mamá de mis hijos. También creemos eso. Sin embargo, Daisy ha sufrido muchas cosas y, aunque a veces es una persona fría y malvada, sé que aún hay algo de esa pequeña criatura que conocí. La amo, en la manera en la que aprendí a amar, la amo y ella igual a mí.
¿Qué carajos?
El amor es definitivamente una mierda.
—Cuando Daisy se siente amenazada... —Continua Darren imperturbable ante mi reacción sobre lo que me está contando—, ella actúa de manera defensiva. Cuando se enoja contigo, trata de protegerse hiriéndote primero a ti. Muchas personas se han alejado de ella por ello, pero yo no. Yo he estado ahí porque sé que lo hace por miedo.
—Espera... ¿Ella se folla a otros porque tiene miedo? —Resoplo y lo miro incrédula por sus palabras—. ¿Estas escuchándote Darren?
—No lo entiendes Celeste, cuando te enamores, tal vez lo hagas
—Y otro con la misma mierda —gruño.
—En fin, yo sólo la comprendo y la acepto con sus virtudes y defectos. Cuando terminamos la escuela y empezamos la universidad, ella tenía miedo de que nuestra relación no funcionará o que nos aburriéramos el uno del otro, así que podemos estar con otros siempre y cuando nuestro planes y corazones permanezcan firmes.
Parpadeo varias veces, con mi boca abierta en shock.
—Eso es retorcido. No he estado enamorada y creo que no lo estaré jamás, pero considero que el amor es pertenecerse uno al otro en cuerpo y alma. Ser feliz con esa persona y hacerla feliz, respetarla, aceptarla, comprenderla y apoyarla, pero también recibir lo mismo de ella. Es algo reciproco, no sacrificios de un sólo lado. No lo sé, no entiendo lo que tienes con esa mujer. Para mí está mal.
—Algún día —suspira.
—No te atrevas a repetir eso —gruño y me alejo de él.
¡El amor es una total mierda!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top