Ya había pasado una semana, toda esa semana Shion y yo hemos estado limpiando los salones.

No parecía un castigo, lo disfrutábamos, toda esta semana nos empezamos a conocer.

No ocultamos nada, hasta el mas profundo secreto  decíamos, ahora ella sabe todo sobre mi y yo todo sobre ella.

Este era un día diferente de los demás, sentía que algo iba a pasar.

Llegue a la escuela salude a Sakura e Ino, al parecer Shion no había llegado aun.

Punto de vista de Naruto

Hoy era el día, por fin me atrevería, este es un día que quiero recordar.

Me apure a llegar, me sentía animado pero nervioso también.

Llegue al salón, y ahí estaba, sentada en su mesa; sentí que me sonrojaba. Me acerque a ella.

—H-hola Hinata —salude.

—H-hola Naruto-kun —se sonrojo un poco.

Alguien me abrazo del cuello, era ese idiota de Sasuke.

—Hey chicos, hola.

—Hola Sasuke —saludo Hinata.

—¿Que quieres? —dije, que rayos, soné como el.

—Bueno Hinata, Naruto quiere saber si puede hablar contigo —y lo dijo así sin mas, este idiota.

—¿Eh? —al parecer se sorprendió.

—Bueno, solo si quieres —intente componerlo.

—C-claro que hablare contigo.

—Es mas, lo aran hoy a la hora de la salida en la azotea, así nadie los interrumpirá —decía Shion que acababa de llegar.

—Bien, no se diga mas —dijo Sasuke sonriendo.

No podía creer que estos dos crearan un plan para hacer que hablemos, pero... ¡Maldito! El ya sabia lo que iba a hacer.

Transcurrieron las clases, me sentía nervioso, que se supone que iba a hacer.

Llegaban y se iban los maestros, el tiempo pasaba rápido.

Sonó el timbre de salida, ¡diablos! Aun no estoy listo.

Hinata salio primero.

Punto de vista de Hinata

Ya era salida, al sonar el timbre, me dirigí rápido a la azotea, al parecer de esto trataba mi corazonada.

Ella nunca me dijo de esto, seguro Naruto tampoco sabia, ya que se notaba sorprendido.

Llegue a la azotea, detrás de mi llego Naruto, ¿de que teníamos que hablar?

—N-naruto-kun —lo llame—. Shion y Sasuke...

—Si yo tampoco los entiendo pero... —se detuvo un momento—. Yo quiero hablar contigo.

No entendía el motivo de tanto misterio, quizás me preguntaría de alguna materia o algo, o esta enojado conmigo por lo que paso con Sakura.

—Naruto-kun yo...

—Hinata, ¡lo siento!

—¿Eh? —me sorprendió su disculpa —no tienes por que..

—Si tengo razón, yo... Accidentalmente escuche algo que quizás no debí escuchar pero... Quisiera escucharlo de ti —se sonrojo y mucho.

—Naruto-kun...

—Hinata, quiero saberlo —al parecer estaba decidido, no puedo ocultarlo mas, tengo que decirlo.

—Yo, siempre te he querido agradecer de cuando me salvaste de Shion en la primaria, quizás ya no te acuerdes pero...

—Lo se, ella me lo dijo, nunca pensé que mi pequeño acto aria que tu te fijaras en mi...

—No fue pequeño, gracias a lo que hiciste y dijiste, empecé a cambiar y yo empecé a ver que no era una simple admiración lo que sentía hacia ti; siempre me rendía, incluso sin siquiera intentarlo.

—Hinata yo-

—Empecé a espiarte, siempre miraba lo que hacías, nadie lo hacia pero yo si, básicamente me convertí en... Tu pequeña acosadora —me sonroje y empecé a llorar—. Yo, ¡yo! ¡Quiero estar a tu lado! Siempre lo quise pero, no podía, siempre vi que tus sonrisas no eran para mi sino para.

—¡Ya no mas! —me hizo observarlo—. Hinata, ya no quiero que llores, solo quiero que sonrías por que yo... Yo ¡TE AMO!

Me sorprendí, en verdad el esta diciendo eso.

—Pero siempre has estado enamorado de Sakura.

—Solo me intereso por que no quería perder, pero ahora esto es real y quiero estar siempre contigo, con... Mi acosadora personal —me dedico una sonrisa.

—P-pero...

—Esto no es un error, es real —se arrodillo —¿Me aceptas?

Mis lágrimas empezaron a caer de nuevo, el chico que por años he observado, en este momento, el se esta...

Mis pensamientos fueron interrumpidos por un tierno beso que Naruto me dio en los labios.

—Te dije que ya no quiero que llores, solo que sonrías.

Me sentía rara, solo lo abrace, no sabia que decir solo...

—¡TE AMO!

Por fin mis sentimientos eran correspondidos, no se como pero, este era un día que siempre quiero recordar.

—Hinata... Gracias.

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