Entre la práctica
Gloxinia se sentía bastante confundido por todo lo que había pasado esos días, no era común que de repente todos quieran besarte así de la nada. Pero también había algo en su interior que le gustaba cada uno de los besos que había recibido.
Mientras sus pensamientos lo mantenían ocupado llegó una visita muy inesperada.
King: Hola Gloxinia, hace mucho no nos veíamos.
Gloxinia: Hola Harlequing, digo lo mismo. ¿Qué tal la vida como pecado y con Meliodas?
Harlequing: Es divertida, pero está preocupado por tí con eso de Ludociel, ¿Lo has vuelto a ver?
Gloxinia: Solo desde lejos pero sigue siendo incómodo por no decir que da miedo, es raro todo esto porque tengo un mal presentimiento.
Harlequing: Lo entiendo, he pasado por eso... Bueno no realmente.
Gloxinia: ¿Cómo está Elaine? No supe nada de ella después del coma.
Harlequing: Hace poco despertó y se reencontró con Ban, es extraño pero si ella es feliz yo estoy bien.
Gloxinia: Pues parece que Gerhead ha encontrado a alguien que, le gusta.
Harlequing: Vaya, que dolor. Ser reemplazado por otro hombre, así pasa amigo.
En eso uno de los pecados hizo presencia frente a ellos, Gowther.
Gowther: King, Ban me mandó a ver dónde estabas. Te estás tardando mucho y ya casi comienza el entrenamiento, no queremos perder de nuevo contra los mandamientos.
King: Ya voy, me tengo que ir Gloxinia pero te deseo suerte con todo tu situación. Y qué sea bueno el hombre que encontró tú hermana, ¿Hablamos otro día?
Gloxinia: Claro, puede ser el viernes o cuando sea casi siempre estoy libre.
Gloxinia caminaba por los pasillos en buscá de cada uno de los líderes de los clubes para poder entregarles las fichas de inscripción, era divertido poder ver a cada club con sus actividades. La escuela era muy reconocida por sus equipos deportivos y culturales, todos tenían algo que los hacía bastante especial y sobresalir de los otros; uno de los más nuevos era tiro al blanco junto con (sorpresivamente) equitación, gracias a las donaciones de algunos contactos de ciertas personas.
En la sala de práctica de tiro al blanco casi fue alcanzado por una de ellas, terminó por caerse de espaldas por la sorpresa ¿Acaso lo querían matar? Volteó en dirección de su atacante encontrando a un joven de cabellos naranjas dirigiéndose presuroso hacía él, se notaba bastante su preocupación por el pequeño falló.
Arthur: Lo lamento mucho, no me dí cuenta que estabas ahí– el pelinaranja le tendió la mano la cuál tomó gustoso– Apareciste de la nada y pues bueno, pasó esto.
Gloxinia: No hay problema, en realidad debí haber tocado la puerta. Buscó al líder del club, ¿Eres tú de casualidad?
Arthur: Efectivamente, deben ser las fichas, deja te ayudó a recogerlas.
Gloxinia: Muchas Gracias, toma las 50 si quieres para ya no tener que separarlas.
Arthur: Vaya, gracias. Oye déjame invitarte algo de comer como disculpa por el susto.
Gloxinia: Me encantaría pero necesito terminar con esto y luego me voy, tengo el tiempo contado pero podría ser otro día.
Arthur: Me parece genial, adiós.
Salió del lugar para dirigirse a los demás, cada una de las paradas fue un rotundos éxito hasta que llegó el turno de uno de los que más odiaba, equitación, no es que le aburriera pero el líder era al que odiaba. Llegó a esa parte de la escuela que estaba un poco retirará de los edificios y buscó a esa persona pero terminó encontrándose a dos molestias totales.
Sariel: Hola Gloxinia, hace tanto que no te vemos, ¿Qué te trae por aquí?
Gloxinia: Entregó algo y me voy, sólo ocupó al líder.
Tarmiel: No está, se tuvo que retirar pero te podemos llevar con el suplente.
Gloxinia: En realidad creo que podría dárselo cuando este así que no gracias.
Muy tarde, los dos lo pusieron en uno de los caballos y se lo llevaron hacia una parte más lejana, cerca de la entrada de la escuela; llegaron a lo que parecía una oficina, lo metieron para después ellos irse tenía un horrible presentimiento de ese lugar y todo se confirmó cuando vio a la persona pasar por esa puerta.
Ludociel: Al fin tenemos un momento a solas hadita, no tengas miedo.
Gloxinia: De hecho solo vengo a dejar estas fichas y me voy así que...–el retrocedía con miedo pero terminó chocando con el escritorio de detrás.– De hecho me tengo que ir, las dejaré aquí y
Ludociel: No, ¿Por qué no hablamos un rato hadita?– tomando prisioneras sus muñecas comenzó a besar el cuello de Gloxinia, el menor se trataba de defender lanzando patadas al aire lo cuál no le gustó a Ludociel así que tomó unas navajas que tenía en sus bolsillos y las clavó sin piedad en sus extremidades. Trató de gritar pero su boca fue tapada por la ahora mano libre del contrario–No arruines la diversión por favor, si cooperas terminará más de rápido– su mano paseaba por el abdomen del pelirrojo acariciándolo, el otro lloraba en silencio al sentir esos toques, no quería volver a pasar lo de antes.
Ludociel lo besó en los labios mientras los mordía sin control, quitó la camisa que llevaba y comenzó a repartir mordidas por toda la zona, Gloxinia Entonces se armó de valor para tratar de escapar.
Gloxinia: ¿Qué... Qué tal... Si me liberas y yo te ayudo...? Eres más fuerte que yo... No hay nada que pueda... Hacer contra ti.
Ludociel: Ves, no era tan difícil cooperar, mejor comencemos con el show.– cuando se comenzó a bajar el pantalón aprovechó para tomar una taza cercana estrellandola en la cabeza del mayor y salió corriendo aún con el dolor de sus piernas.
Gloxinia: ¡Ayuda por favor!, ¡Alguien! Ayúdenme por favor– lo último lo dijo con lágrimas pues sabía que Ludociel no tardaría en despertar y así fue, el pelinegro apareció por detrás muy enfadado tomándolo de los cabellos.
Ludociel: Eres un maldito incompetente Gloxinia, pagarás por esto puta.
La cara le dolía bastante al sentir el golpe en su mejilla, se esperaba otro más pero solo se sintió caer al suelo. Volteó a ver hacia arriba encontrándose con el chico de antes frente a él con su arco en manos.
Arthur: Déjalo en paz, ¿Cómo estás?
Sus lágrimas y el nudo en la garganta no lo dejaban emitir palabra alguna pero se sentía aliviado porque si apareciera alguien. Arthur seguía en guardia mientras poco a poco levantó a Gloxinia en brazos y se lo llevó lejos de ahí. Sin saber que alguien más también había observado todo con furia.
En la enfermería trataban al menor con delicadeza pero no decía quien había Sido el culpable de los daños que recibido.
Zeldris: ¡Hey tú! ¿Sabes que pasó?
Arthur: No lo sé, iba a irme cuando escuché un grito y Vi como un tipo alto con pelo negro golpeó en la cara al chico, fui para ayudar lo más rápido posible.
Zeldris: Bien, gracias.
Ese Ludociel las iba a pagar bastante caro, se había metido con la persona equivocada.
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