4 Somos amigas

La semana se le paso demasiado rápido, no había vuelto a hablar con aquel chico del cigarrillo, pero lo había visto en la clase de literatura, rodeado de varias chicas. Tess lo dejo estar, no le interesaba involucrarse con las personas a su alrededor.

Neydi era la excepción. Las chicas habían convivido bastante este último mes, aunque solo dentro de la escuela; se encontraban constantemente en el patio a la hora del almuerzo, pues a ninguna, por diferentes razones, le gustaba visitar la cafetería; a veces en la biblioteca donde abundaba el silencio que ambas necesitaban, o simplemente en las clases que compartían.

— Estaba pensado en que quizá deberíamos juntarnos más —dijo Ney, con un tono de voz más como orden, que como posibilidad.

Justo en ese momento, las dos estaban sentadas bajo un árbol, esperando a que terminará el descanso. Ney llevaba un cigarrillo en la mano; Tess no entendía cómo era posible que los profesores no lo notarán, ni siquiera el olor que dejaba, solo Neydi era capaz de eso.

—¿Más? —Alzó una ceja —. No va conmigo.

Tess estaba agotada de ir a la escuela, estaba agotada de soportar todo, y a todos, siempre soltando mierda, y ahora Ney le pedía juntarse más para cargarle más peso que estaba segura de que no quería.

—Si, somos amigas, ¿no? Y por ello hoy he decidió ir contigo a tu casa para ir a una fiesta...

<< ¿Amigas? >>, pensó la pelinegra, arrugando la frente.

No lo sabía, desde la última vez, ella no quería tenerlas, le dolía recordar lo que paso o, mejor dicho, lo que no paso.

—No iré a ninguna fiesta. —Tess se recostó sobre su mochila, y cubrió sus ojos del sol con los brazos.

—Irás, créeme no es exactamente una fiesta, es más como una pequeña reunión a comparación de las que hacen los idiotas jugadores de futbol. —Tess solo había asistido a una en su vida, y realmente había determinado que no eran lo suyo.

—Aun así, no voy...

—Vale ya quedamos de acuerdo —la interrumpió Ney, ésta se levantó sonriendo, apago la colilla de cigarro y camino hasta el segundo edificio, dejando a Tess sola.

Neydi era una chica muy extrovertida, y alegre, pero al igual que ella era solitaria, aunque ¿cómo? Si la chica era agradable, sarcástica, sincera... bueno para ella.

Tess igual sé puso de pie, ahg.

<<Quizá no sea una carga>>, pensó calmándose.

Neydi le empezaba a agradar.

Miro su reloj, ya eran las 8 de la noche y ambas estaban arreglándose en casa de Tess, para ir a esa "gran" fiesta, cómo decía Neydi.

—¿Cómo se llamaba el chico con el que discutiste la primera vez que nos vimos? —preguntó Tess.

La recamará de la chica lucía diferente a la primera vez que estuvo allí, con un estilo más de ella; las paredes eran de color blanco, con detalles oscuros, bastante distinto a su recamará en su antigua casa, que era más cálida.

—Tyler —respondió la chica mientras terminaba de arreglarse el cabello —. ¿Por qué lo preguntas? —Volteó a ver a Tess.

—Está en mi clase de lengua. —Tess se encogió de hombros y siguió colocándose el tenis derecho —. Es el mejor, aunque casi no habla con nadie.

El chico, Tyler, era el mejor en aquella clase, pero no fue hasta hace tres días que Tess se había percatado de su presencia. Cuando miro aquellos ojos cafés supo al instante de que ocultaba algo, sin embargo, aunque todo en ella le decía que no debía confiar en nadie y mucho menos conocerle, le daban ganas de averiguar que era.

—No me sorprende, es inteligente... aunque su actitud no le ayuda mucho, cambio por lo de su padre —soltó Ney, lamentándose, pues aquello no era algo que muchos supieran. —Pero no me vas a negar que es sexy el chico...

Tess ignoro el comentario y terminó de colocarse los tenis. Tyler le causaba una sensación de alguien imponente, y no comprendía el porqué.

Al final Ney la había convencido de ir, de cualquier manera, tenía que despejar su mente después de esto, de todo esto...

Tess lucía una falda negra, con medias y tenis, un top blanco y una chaqueta igual de color negro; un estilo un tanto extraño, pero nadie podía negar que lucía muy bien.

En cambio, Ney, tenía puesto unos jeans azul oscuro, un top blanco en conjunto con una camisa a cuadros (igual azul) amarrada a su delgada cintura.

Cuando la madre de Tess, vio a Ney fue una gran sorpresa, creía que en estas semanas Tess no había hablado con nadie, así que se alegró de aquella chica estuviese con su hija, bueno no del todo pues Ney lucia diferente a Kelly, la amiga de Tess en su antigua casa, Kelly era una gran chica, y esperaba que su hija siguiera en contacto con ella, si solo supiera...

Las despidió a ambas, diciéndole a Tess que no llegará tarde, cosa que no sería un gran conflicto, pues la chica no tenía muchos ánimos de quedarse más del tiempo necesario en el lugar.

La fiesta se ubicaba en sótano de un chico llamado Rick, amigo de Ney. El lugar no era bastante espacioso, pero tampoco había tantas personas como para quejarse, a lo máximo unas 20 o 25.

Por debajo del sonido de las conversaciones, sonaba alguna canción de rock de los 90's, unos jugaban botella en la sala (Ney estaba allí), otros hacían competencias de beber y ella solo permanecía en la barra observándolos.

—Esperaba volverte a ver. —La pelinegra, miro al dueño de la voz, el chico que le había hablado era el mismo del cigarrillo.

<< ¿Qué hace él aquí? >>, se preguntó a sí misma.

—¿Por qué? —Tess frunció las cejas ante el comentario.

—No eres fácil de olvidar. —El chico le sonrió, tomo una bolsa, y la guardo en sus pantalones—. El destino hoy está a nuestro favor, por habernos encontrado.

—Si así quieres creerlo. —Ella se encogió de hombros.

No creía en el destino, o en ninguna de esas cosas "superficiales", según ella; sin duda no tenía idea de lo que el destino le preparaba.

—A puesto a que no recuerdas mi nombre. —En realidad, ella no lo sabía—. Derek.

— Oh.

<< Así que eso es lo que la última vez no alcance a oír >>

Del otro lado de la habitación reconoció a Tyler, lucía molesto a comparación de otras veces en las que lo había visto serio, junto con dos chicas, una castaña y la otra una rubia oxigenada, las cuales estaban tan atraídas por él, que bien se podían notar los intentos fallidos del como querían "seducirlo".

Pensó en la posibilidad de que, si él estaba en aquella fiesta compartía amigos con Ney, y quizá así fuese como se habían conocido y llevado tan mal...

La voz de Derek, la hizo volver a prestarle atención, y dejando a un lado el tema de Tyler y Ney.

Cuando Ney y Tess volvían de la fiesta, eran casi las 2 am, y Ney estaba bastante tomada, así que le toco manejar a Tess.

Menos mal que había tomado un curso de conducir, de lo contrario no sabía que hubiesen hecho en esta situación, quizá pudiese pedirle a uno de los amigos de Ney, o bien a Derek.

El chico que, por cierto, le había seguido la plática durante toda la noche/madrugada, y claro que cabe decir que fue bastante animada por los comentarios de este, aunque ella no había querido decirle mucho de sí, así que cuando le pregunto de la mudanza ella solo se limitó a decirle: "Necesitaba un cambio".

Él era un buen chico, aunque un poco aficionado por el fútbol, y con el ego bastante alto. No iba a negar que era atractivo, tenía una voz seductora, un cuerpo atlético y un cabello castaño tan lacio y sedoso, pero simplemente no podía involucrarse con él, presentía algo malo respecto a él.

Condujo hasta su casa, pues no sabía aún donde vivía Neydi, al llegar, con mucho esfuerzo logró bajarla del auto y meterla hasta su recámara, sin hacer tanto ruido para que su madre no la escuchara.

La dejo en la cama mientras ella se daba un baño, pues Ney la había vomitado en el camino.


Editado.

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