Capitulo Veintitrés.

Mordisqueandose el labio, Liam apoyó el hombro en el marco de la puerta y observó con media sonrisa curvando sus labios como Zayn se movia alrededor de la cocina. Aun se sentía bastante adormilado, su cabello castaño apuntaba desprolijamente hacia todos los ángulos, y sus pantalones y camisa, una vez perfectamente planchados, ahora tenían arrugas por haber dormido con ellos puestos. Se había desvelado bastante la noche anterior, pero no se arrepentía, ya que se había acercado muchisimo a Zayn y a sus hijos, lo cual deseaba más que nada.

Zayn tampoco había dormido mucho, él había sido quién los había despertado, cuando se habían dormido en el sofá, y había enviado a los niños a su habitación y a Liam al dormitorio de invitados. Aun así, parecía estar bastante despierto mientras se movía alrededor, abriendo y cerrando muebles, preparando comida al parecer. El hecho de que llevaba el cabello húmedo y la unica prenda que vestía era un pantalon holgado, delatando el haber tomado una ducha, debía tener algo que ver con su estado atento.

—Me estoy sintiendo bastante acosado en este momento —Zayn comentó de pronto, volteandose a mirarlo sobre el hombro—. ¿Dejarás de mirarme en algún momento?

—No, no sé si quiero dejar de hacerlo.

Rodando los ojos, el moreno se volteo, apoyandose en el borde de la mesa del fregadero—. Conseguí algo de ropa para ti —comentó, haciendo un gesto hacia la mesa, donde una bolsa verde se acomodaba—. Es de mi tienda, así que no hay un traje allí, pero supongo que es mejor a que alguien te vea saliendo de aquí con ropa arrugada, así comienzan los chismes.

Liam sonrió—. ¿Te molestaría eso?

—¿Lo qué? —abrió el refrigerador, aun mirandolo—. ¿Un rumor? Por si no te has percatado, no solo soy un diseñador, soy el diseñador, he vestido a varias celebridades ya, los periodistas suelen interesarse bastante cuando pasas demasiado tiempo en compania de un famoso.

—Eso no responde mi pregunta.

—¿Cual es tu pregunta exactamente? —preguntó, sacando algunos contenedores y dejandolos sobre la isla.

—¿Te molestaría que hubiese rumores sobre nosotros dos? —pronunció, asegurandose de hacer su pregunta claramente.

Zayn se detuvo—. En realidad, no es a mi a quien debería preocuparle, mi reputación es bastante flexible —hizo un nuevo gesto a la bolsa sobre la mesa—. Revisa la ropa, puedo llamar para que envien otra cosa si no es de tu agrado.

Cediendo a la petición silenciosa del moreno para que dejara de presionar sobre lo mismo, Liam se acercó a la mesa y tomó la bolsa. En el interior, encontró una camisa blanca de tela suave, la cual parecía bastante basica hasta que la desdobló, elevando ambas cejas al ver una enredadera de rosas llenas de espinas en hilo negro y rojo que subía en zig zag entre los botones, la cual se podía apreciar perfectamente cuando los mismos estaban cerrados.

—¿En serio?

Zayn se encogió de hombros cuando lo miró—. ¿Que? —exigió—. Al menos es una camisa, podría haber encargado una de mis sudaderas, tuve consideración con tu falta de buen gusto en la moda.

—¿Eso que quiere decir?

—Que te pongas la camisa más aburrida que he creado y no te quejes. —colocó una caja de jugo sobre la isla.

Escondiendo una sonrisa, dejó suavemente la camisa sobre la mesa y sacó lo siguiente, volviendo con un pantalon negro. No se sorprendió de que que fuesen jeans, Zayn siempre había tenido amor por ese tipo de tela, pero el parche en la pierna derecha si logró sacudirlo.

—No te crees falsas ilusiones —Zayn lo cortó antes de que siquiera pudiese terminar el pensamiento—. "Zayn" es el nombre de mi línea de ropa, es obvio que tenía que estar en algún lugar.

—Si, pero no me esperaba que fuese en un enorme parche en la pierna del pantalón que me estas dando.

—Es el más sobrio que cree, había algunos bastante elegantes la temporada pasada, pero esta vez me concentré en los jeans rasgados —explicó—. Si quieres puedo conseguirte uno de esos.

—No, este está bien —se apresuró a asegurar, volteando a sacar lo último—. ¿Es broma?

Esta vez, Zayn rió—. Combinan con la camisa, tus horrendos zapatos de charol no lo hacen. —se encogió de hombros—. Si vas a salir con ropa que yo diseñé, no puedes dar una mala imagen, arruinarias la reputación de mi tienda.

—Tienen rosas, Zayn —levantó los tenis negros, enseñandoselos, como si él no los hubiese visto.

—Lo sé, ¿no son increibles? Yo mismo las dibujé para estos tenis —los tomó de sus manos, mirandolos con ojo critico—. En realidad, me gustan, pero no estoy seguro de ellos, ¿crees que son demasiado?

—Yo... —se detuvo, frunciendo el ceño—. ¿Me estas pidiendo mi opinión luego de acusarme de no tener buen gusto en moda?

—Bueno, siempre es necesaria la opinión de los ignorantes para saber que hago las cosas bien.

La boca de Liam cayó abierta—. ¿Ignorante? —repitió—. ¿Acabas de llamarme ignorante, pequeña mierda?

—¿Que si lo hice? —desafió, una sonrisa traviesa en sus labios.

Soltando un pequeño gruñido, Liam lo atrapó antes de que pudiese salir corriendo y lo apretó contra su pecho, pellizcando suavemente el hueso de la cadera del moreno y sonriendo cuando una carcajada tonta escapó de los labios del mismo.

Había cosas que no cambiaban.

Los tenis cayeron de las manos del moreno cuando tocó sus costillas, justo en ese lugar que lo hacia quedarse sin aire riendo. El pequeño se revolvió, intentando escapar, pero Liam se lo impidió, atormentandolo con toques en los lugares exactos que sabia, tenía cosquillas.

—Pequeño atrevido, ¿como te atreves a llamarme de ese modo? —susurró.

Zayn echó la cabeza hacia atrás, riendo—. Lo siento, lo siento —jadeó, logrando que el mayor se detuviese un momento. Le dedicó una sonrisa ladina sobre el hombro—. Debi decir que eres nulo respecto a la moda.

—Tu... —volvió a atacarlo, riendo cuando este soltó una carcajada.

Volteandolo en sus brazos con facilidad, lo apretó en un abrazo de un solo brazo y tomó su barbilla entre sus dedos, pegando sus labios juntos antes de que el moreno se percatara de sus intenciones. Besar a Zayn se sentía como lo había hecho hacia doce años, familiar. La sensación de adrenalina pura recorriendo su sistema, como una droga que enviaba alguna especie de electricidad que hacia a su piel erizarse por todo su cuerpo, había sido lo que había llevado a Liam a formalizar su relación.

Nunca había sentido eso con nadie más.

Jamás nadie había acaparado su mundo, apagando todo a su alrededor, como si nada más que esa persona importara, con un simple. Con la sensación sedosa de su cabello al pasar entre sus dedos mientras se besaban o la forma en que el calor de su cuerpo traspasaba su ropa al abrazarse. Zayn había tomado su mundo y lo había puesto de cabeza con solo colocar sus labios sobre los suyos.

Y eso, eso parecía ser algo que jamás cambiaría.

Con las manos planas sobre su pecho, Zayn se apartó, rompiendo el beso antes de apoyar su frente contra la barbilla del mayor, escapando de su mirada—. Deja de hacer eso.

—¿Hacer qué?

—Besarme —susurró—. Confundirme. Tentarme.

Liam sonrió—. ¿Te tiento?

—Sabes que lo haces.

Pasó ambas manos por la delgada espalda, sintiendo los escalofríos de la cálida piel bajo sus palmas—. Es bueno saber que aun causo ese tipo de reacción en ti.

—Te burlas. —acusó.

—Lo hago —se inclinó, rozando sus labios por la piel de su cuello, disfrutando de la reacción del moreno.

Las manos seguían firmes en su pecho y aunque estaban ejerciendo fuerza, era demasiado débil para que liberara. Si Zayn realmente quisiera alejarse, Liam se lo hubiese permitido, pero no quería hacerlo, ni siquiera lo intentaba.

—¿Por qué me haces esto? —susurró con voz pequeña.

—¿Que es lo que te estoy haciendo, cariño?

—Lo mismo que hiciste hace más de doce años —sus dedos se cerraron en la tela de la camisa del mayor cuando este chupó su piel suavemente—. Me seduces.

Esa declaración hizo sonreir a Liam—. ¿Yo te seduje?

—Lo hiciste.

—Que yo recuerde, no fui yo quién te besó aquella noche, cuando lo nuestro comenzó.

Zayn gimió bajito—. Estaba borracho.

—¿Otra vez esa mentira? —mordió la piel bajo sus labios en castigo por ella—. Sé de buena fuente que no bebiste nada esa noche.

—¿Quién...? —se silenció a si mismo—. Maldito Louis.

Se apartó para miralo a los ojos—. ¿Listo para confesar, amor? Me has mantenido engañado por mucho tiempo.

—¿Desde hace cuanto lo sabes?

—Desde el principio —admitió—. Solo te dejé salirte con la tuya.

—¿Por qué?

—¿Acaso creías que eras el único que había estado mirando al otro a escondidas?

El ceño de Zayn se frunció levemente—. ¿Me querías?

—Desde el primer día.

—Nunca hiciste nada, no me lo dijiste.

Su mano subió por la espalda del menor, sus dedos delineando su columna antes de volver sobre la misma—. Tu eras diferente... desde la primera vez que me encontré con tu mirada, supe que eras diferente.

—No lo entiendo —admitió en voz baja, mirandolo como si pudiese encontrar la respuesta a sus dudas en los ojos del otro—. Tuviste varias novias y novios luego de conocernos, ¿por qué? Si me querías, ¿por qué nunca hiciste un movimiento hacia mi? Te habría dicho que sí.

—Lo sabía.

Estrechó los ojos—. No seas egocentrico.

—No lo soy, tu eras muy obvio, supe que me querías desde el primer momento —sonrió, apretando sus brazos cuando Zayn golpeó su pecho e intento alejarse. Reteniendolo, buscó su mirada antes de seguir hablando—. Sabía que me dirías que sí si lo intentaba y eso me aterraba.

—¿Que?

—Te quería, Zayn —susurró—. Y sabía que era algo mucho más fuerte que lo que había sentido por cualquier otro, quería mantenerte.

—No soy un perro.

—Atacas igual que uno —se burló, plantandole un beso cuando el moreno gruñó, dandole la razón—. Esa noche, cuando me besaste... —sacudió suavemente la cabeza—. Jesús, Zayn, me llevaste a rogarte con un simple toque y supe, en ese momento, bajo esa estupida farola mientras te sostenía en mis brazos, que tu ibas a ser mi perdición.

Zayn hizo una pequeña mueca con la boca—. Ironico que al final, tu fuiste la mía.

—¿Final? —elevó una ceja—. ¿Quién dijo que ese fue el final?

—Siento decepcionarte —se empujó lejos—. Pero no tengo deseos de seguir con esa historia, ha habido demasiado dolor para mi en ella.

Liam lo atrapó antes de que pudiese alejarse demasiado—. Empecemos algo nuevo, entonces.

—¿Mismos protagonistas? Me suena a que será una decepción.

—Eramos niños entonces, no sabiamos como llevar la trama —lo devolvió a sus brazos con un pequeño tirón—. Empecemos de nuevo, amor.

—Demasiados riesgos de acabar igual.

—Yo tengo más que perder en esto que tu —confesó—. Porque si te pierdo a ti y a los niños, entonces perderé todo lo que más amo y no creo poder vivir eso nuevamente. —lo besó suavemente—. Ya te perdí una vez, Zayn, no permitiré que vuelva a suceder.

Zayn mantuvo su mirada por un largo momento, hasta que una lágrima solitaria se deslizó por su mejilla—. Lastimame a mi o a los niños, y juro que te haré mucho daño, Liam.

Los dedos de Liam se deslizaron por el tatuaje de Zayn, donde los nombres de sus hijos habían sido grabados en una hermosa caligrafía justo sobre el latido de su corazón—. Si llego a herir a uno de ustedes de cualquier manera, yo mismo encontraré la forma de hacerme daño, amor. 

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