Capitulo Treinta y Nueve.

 —¡Nick, bajate de ese árbol en este instante!

Con sus pequeñas manos aun aferradas a la rama del árbol, Nick observó sobre su hombro como su padre se acercaba a donde se encontraba con un gran ceño decorando su rostro—. Pero, papá...

—Bajate —Liam ordenó con un tono de voz que no admitia replicas—. Podrias caerte y lastimarte, baja.

—Solía trepar árboles todo el tiempo cuando viviamos en la granja, no me caeré.

—No me importa si te crees Spiderman, no quiero que trepes nada que sea más alto que tú —lo miró desde abajo al llegar bajo el árbol—. De todas maneras, ¿que estas haciendo ahí?

Con un poco de trabajo, se balanceó hasta que sus tenis tocaron la rama bajo él, equilibrandose en ella—. Había una mariposa aquí, era naranja, pensé que era una mariposa monarca —lo miró—. ¿Hay mariposas monarca aquí?

—No lo creo, cariño, según lo que he leído, se encuentran en su mayoría en Ámerica del Norte, Australia y Nueva Zelanda. —extendió sus brazos hacia él, esperando que se dejara cargar—. Tal vez, era alguna especie similar local.

Nick parpadeó hacia él, sus ojitos brillando—. ¿Sabes de mariposas, papá?

—Algo —movió sus manos, intentando llamar su atención para que bajara—. Son realmente fascinantes si eres capaz de admirar el arte en sus alas.

—¿Verdad que sí? Nee no lo comprende.

—Creo que Nee es una persona más musical que artisticamente visual. —soltó un pequeño suspiro de alivio cuando Nick quedó a su alcance y pudo cargarlo con facilidad fuera del árbol—. No vuelvas a trepar árboles.

—Me gusta estar en ellos, se ven paisajes muy bonitos desde las alturas, me gusta pintarlos.

—La casa tiene un enorme balcón que la rodea, sientate allí y tendrás la misma vista —aseguró, haciendo un gesto a la misma.

Había llevado a los niños allí luego de recogerlos del colegio, ellos ya habían visitado el lugar con anterioridad y les había encantado, pero Liam quería que se acostumbraran al entorno para no sentirse incomodos cuando la idea de mudarse se presentara. Habían traido algunas cosas a la habitación que compartirían y sí, ellos nuevamente, se habían negado a tomar dormitorios separados, lo que Liam sabía, sucedería con el tiempo. Sus hijos eran muy apegados ahora, aun eran niños a su parecer, pero pronto querrían privacidad y sus propios espacios, por lo que estaba contento de que la casa fuese lo suficientemente grande para darles esa comodidad.

Aun así, la idea de quitar los árboles del jardín y replantarlos lejos de donde Nick se encontrara, comenzaba a ser atractiva. Su hijo parecía obsesionado con la naturaleza que crecía en el jardín, desde las flores que habían sido colocadas allí por un jardinero contratado, hasta los benditos árboles que se había negado a talar al comenzar a construir.

—¿Donde estan tu hermano y Dylan?

Nick hizo un gesto a la casa—. Estaban jugando videojuegos con tío Yago, ellos pusieron un juego de autos que hace mucho ruido, así que salí afuera y encontré una mariposa —miró hacia la copa del árbol—. Pero no sé donde fue luego de perderla de vista.

—¿Te gustan mucho los insectos, Nicky?

—Algunos —aceptó—. La mayoría de ellos.

Asintió suavemente—. Supongo que por eso tienes hormigas de mascotas.

—Las hormigas son entretenidas, ellas también tienen "clases sociales", por decirles de alguna forma —sonrió—. Las obreras son las que más trabajan, ellas tuvieron mucho que hacer cuando las deje caer frente a la cafetería, pero lograron recostruir toda su casa de nuevo.

—Me alegro por ello.

—Tío Harry me obsequió una granja más grande, ellas tienen mucho espacio ahora, ya comenzaron a construir tuneles en el último ambiente que les faltaba.

Comenzó a caminar hacia la casa—. ¿Las tienes desde hace mucho tiempo?

—Desde hace casi dos años, comencé a guardarlas en un frasco, pero siempre estaba preocupado de que no se sintieran comodas —sonrió—. Entonces, para nuestro cumpleaños, Nee me obsequió mi granja para que pudiesen hacer una casa de verdad.

—¿Nee te la obsequió?

Asintió con fuerza—. Él trabajo cortando cesped, juntado hojas o haciendo recados para algunos de los vecinos de granjas cercanas, guardó el dinero que le daban y me compró una granja de hormigas.

—Eso es un gesto muy dulce.

—Lo sé, Nee es el mejor hermano que alguien pudiese desear —Liam lo dejó en el suelo al llegar al porche y Nick le sonrió—. Me alegra poder ser su mellizo.

Un bufido desde la puerta los hizo girarse para ver a Nee de pie allí, mirandolos—. Pff, cursi. —acusó, sus ojos brillando con cariño antes de que se voltease, entrando nuevamente a la casa.

Riendo, Nick corrió en su dirección y saltó a su espalda, donde fue recibido con facilidad por su hermano, como si este hubiese sabido que iba a ser exactamente eso. Liam los observó alejarse hacia el interior, sonriendo para si mismo por un momento antes de ir detrás de ellos. Estaba entrando a la sala cuando escuchó un auto entrar por el camino a la cochera, lo que le dijo que Zayn había llegado, seguramente acompañado de Harry, Colt y su bebé.

Él aun no había logrado preguntarle a Dylan sobre su otro padre, existía una pequeña posibilidad de que el chico supiera, inconscientemente, donde se encontraba el tipo. Liam esperaba poder obtener algo, lo más minimo, para saber donde se encontraba su hermana, porque donde ella estaba, seguramente sus padres también se encontraban. Había preguntado a Luke por ello, pero el rubio le había jurado no tener idea donde se encontraba su ex esposo, no desde que había dejado a Dylan con él, diciendole que no podría cuidarlo por un tiempo.

Luke siempre había odiado tener que dejar a Dylan con su ex y su nueva esposa, por lo que entendía el porqué no había preguntado más luego de tener a su hijo bajo su cuidado nuevamente.

Solo esperaba que el tipo hubiese sido tan idiota como para soltar algo importante frente a Dylan, algo que les sirviera para rastrearlos.

Arrastrando los pies en dirección al recibidor, metió las manos en los bolsillos de sus jeans mientras esperaba que la puerta fuese abierta, lo que sucedió solo un momento después. Harry cruzó el umbral con sus brazos llenos de un pequeño envuelto en mantas, Colt siguiendolo de cerca. Ambos lo saludaron antes de que Liam les indicara el pasillo, donde podían encontrar una cama donde recostar al bebé.

Cuando se alejaron y él volvió a mirar a la puerta, Zayn estaba cerrandola detrás de él. Liam sonrió al verlo, sabiendo que la estupida expresión orgullosa se había pintado en su rostro al ver la pequeña barriga que apenas se marcaba bajo la camiseta del moreno. Zayn se acercó, metiendose en sus brazos cuando Liam los abrió para él.

—Mm, te extrañé —murmuró en el suave cabello oscuro, aprovechando a robar un beso cuando el joven miró hacia arriba.

Los delgados brazos se enredaron en su cuello mientras se besaban, la sonrisa tonta parecía haber contagiado a Zayn cuando se separaron—. Cursi —acusó—. Pero yo también te extrañé. —miró alrededor—. ¿Los mellizos?

—Jugando videojuegos en la sala.

La puerta volvió a abrirse, Liam ni siquiera había escuchado el auto, pero Louis cruzó la puerta cargando a Ambar antes de dejarla en el suelo y cerrar—. ¡Consiganse una habitación! —exclamó al verlos abrazados, cubriendo los ojos de su hija, quién soltó una suave risita—. Hay menores presentes.

—¿Celoso, Tomlinson?

—Pff, yo podría conseguir uno más bonito. —aseguró.

Zayn le frunció el ceño—. Sin importar cuantas veces Yago lo diga, no es el más atractivo de la familia.

—No hablaba de Yago. —gruñó, tomando la mano de Ámbar para guiarla más allá de ellos—. ¿Donde estan mis niños?

—En la sala. —Liam lo detuvo cuando pasó a su lado—. Dylan está con ellos.

—¿Dylan? ¿Nuestro Dylan?

—Si, ese Dylan —asintió—. Es su amigo del colegio, estaba pensando... él tal vez sepa donde esta su padre y como tiene mejor relación contigo que conmigo...

—Le preguntaré. —prometió, siguiendo su camino.

—Y Louis. —lo llamó.

—¿Que?

—Existe el timbre, deja de meterte a mi casa como si vivieras aquí.

El castaño no respondió, pero la risa lo siguió hasta la siguiente habitación, acompañado del suave repiqueteo de los zapatitos de charol de Ámbar.

Girandose al precioso ser en sus brazos, se mordisqueó el labio—. Tengo algo que mostrarte.

Zayn lo miró sospechosamente—. No caeré en eso de nuevo, he aprendido mi lección.

Liam rió—. No se trata de nada de eso.

—¿Seguro? Porque no quiero más sorpresas, ya han sido suficientes para el resto de mi vida.

—Lo prometo, y de todas maneras, no es como si pudiese embarazarte de nuevo cuando ya lo estas.

El moreno sacudió la cabeza, sonriendo suavemente—. Conociendote, no quiero arriesgarme.

—Ya deja de quejarte y sigueme.

Dejandose jalar por las escaleras a la segunda planta, bajó la voz a un susurro—. Solo lo hago porque me has dado hijos bonitos e inteligentes.

Ignorandolo, Liam lo guió a la habitación pegada a la principal y abrió la puerta, dejando que Zayn entrara primero. El moreno le lanzó una mirada interrogante, pero Liam no le dio ninguna pista hasta que finalmente entró a la habitación.

—Liam, ¿que...?

—Es una cuna —apoyó la espalda en la puerta luego de cerrar—. Una cuna doble.

La mirada del más joven se mantuvo sobre la misma, la cual era como una cuna más grande de lo normal, dividida a la mitad por rejas. Tenía un par de cajones en la parte inferior y había agregado colchones, almohadones y sabanas de un suave tono verde claro, con peluches en cada uno de los espacios.

—La reja que las separa puede ser retirada, se convierte en una cuna más grande, por si ellos o ellas son iguales a Nick y Nee y no quieren ser separados. —susurró—. Sé que fue una compra impulsiva, que no es necesaria en este momento, pero no pude resistirme a comprarla. Las vi y supe que debía traerla para ti, no sé, yo...

Los labios del moreno impactaron con los suyos, silenciandolo antes de sonreirle—. Es perfecta —lo abrazó por la cintura, las manos grandes de Liam descansaron en sus delgadas caderas. Los ojos ámbar lo miraron adoración—. Tu eres perfecto.

—No, no lo soy, pero seré feliz de dejarte creer eso mientras te mantengas a mi lado.

—No iré a ninguna parte —prometió, apretandose cerca—. Somos una familia, ¿recuerdas? Debemos estar juntos, siempre.

Liam suspiró, feliz ante esa idea—. Es todo lo que quiero. 

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