Capitulo Quince.
Con los pies sobre el escritorio, Liam balanceó la silla de escritorio hacia los lados al tiempo que giraba las hileras de colores del cubo de Rubik entre sus dedos, intentando armar las caras. Había estado jugueteando con la maldita cosa por días y no estaba ni cerca de terminarlo, lo que en vez de distraerlo, lo frustraba aun más. Su último proyecto había sido entregado a sus contratadores, quienes habían aceptado su propuesta y estaban preparados para comenzar la construcción lo antes posible. Siendo que solo se encargaba de supervisar o crear nuevos proyectos, él no tenía mucho que hacer hasta el próximo.
Bajando el jodido cubo diabolico que estaba jugando con su mente de forma cruel, miró hacia el otro lado del escritorio, donde Louis estaba mirando el interior de unas carpetas—. ¿Louis?
—¿Mm?
—¿Como conquistas a un chico de quince años?
Louis se congeló de golpe en el lugar antes de subir la mirada con lentitud, dedicandole una expresión en blanco—. ¿Que?
—Lo que escuchaste, ¿como se conquista a los adolescentes de ahora?
Cerró la revista y le dio toda su atención—. ¿Acaso realmente quieres dedicarte a la pedofilia ahora? Mira, Lee, sé que tu vida no esta en su mejor momento, ¿pero en serio quieres hacer algo tan estupido como eso? De más está decirte, que es un delito penado.
Rodando los ojos, bajó los pies del escritorio y abandonó el estresante objeto—. No quiero conquistarlo yo.
—¿Entonces?
—Es Nee —explicó—. Hace unos días los lleve a cenar y camino al restaurante se encontró con uno de sus amigos, bueno, al menos lo presentó de esa manera, pero estoy bastante seguro de que le gusta.
—Ya veo, ¿te pidió ayuda para conquistarlo? —elevó una ceja—. ¿A ti? De todas las personas en el universo, ¿te pidió ayuda a ti?
—No, no lo hizo, pero, ¿que problema hay con pedirme consejos?
—Si me estas haciendo esa pregunta, entonces, estás peor de lo que pensé.
—¿Que quieres decir con eso?
—Bueno, en casi treinta años, no has tenido una verdadera relación fructifera ni una sola vez. Pedirte consejos amorosos a ti, es como pedirselos al tipo de "Virgen a los cuarenta".
—No soy virgen. —se defendió pateticamente.
—¿Bromeas? —puso una falsa expresión asombrada—. Y yo que pensaba que los mellizos habían salido de una lechuga.
—Imbécil.
—Insultame todo lo que quieras, pero sigues siendo tu quién tiene un desastrozo historial amoroso.
—Tu estas soltero.
—Porque quiero. —replicó con una sonrisita burlona—. ¿Tu porque estas soltero?
—No tengo deseos de tener una pareja en este momento.
—Traducido: Zayn no te da ni la hora.
—¿Quién dice que estoy intentando conquistar a Zayn?
—¿Yo dije en algún momento que estabas intentandolo?
Cruzando los brazos sobre su pecho de forma infantil, giró para darle la espalda—. Jodete.
—No te enojes conmigo, tu eres quién lo dijo, no yo.
—Es imposible hablar contigo a veces, ¿lo sabías?
La risa de Louis solo lo irritó más—. ¿Estas haciendo pucheros?
—No.
—Dios, que infantil —se burló antes de suspirar—. A ver, bebé viejo, regresemos al tema en cuestión.
Giró un poco la silla y lo miró—. ¿Dejarás de burlarte de mi?
—Lo prometo —puso una mano en su pecho para acompañar sus palabras—. En cuanto a Nee, si realmente quieres meterte en ese asunto, deberías solo darle algunos tips. Seguramente, ellos solo sean novios de palabra, dudo que se necesite mucho para lograr un sí.
—¿De que tips estamos hablando?
—No sé, enseñale como vestirse, actuar o que decir, cosas simples —encogió un hombro—. Muestrale como tener confianza en si mismo, eso hará todo el trabajo.
—¿Realmente lo crees?
—Funcionó para nosotros cuando eramos adolescentes.
Liam pensó en ello por un momento, costruyendo una idea en su mente antes de asentir con suavidad. Si, podía ver como eso podía funcionar. Recuperando su cubo nuevamente, apenas prestó atención a que Levi volvía a su revista mientras se concentraba en armar los colores, aunque ya sabía de sobra que era un caso perdido siquiera intentarlo.
No habían pasado ni quince minutos cuando su secretaria se abrió paso en la oficina, sin siquiera molestarse en pedir permiso antes. Cindy Coldman había sido parte de su grupo de amigos en la escuela, no habían sido verdaderamente apegados en esa epoca, pero cuando ella se había presentado para el puesto hacia siete años, Liam la había investigado, como a todos los demás postulantes, antes de contratarla. Había sido el punto de madre soltera de una pequeña niña de dos años lo que había hecho el trato, lo cual era ironico ahora, siendo que Zayn había tenido la misma etiqueta hasta unos días atrás.
—Acaba de llegar esto para ti —dejó un sobre de manila sobre su escritorio, girandose hacia Louis—. ¿Tu que haces aquí aún?
El castaño elevó la revista en su mano—. No fastidies, bruja, ¿no ves que estoy leyendo Vogue?
—¿Se puede ser más extraño que tu?
—No sé, dimelo tú, ¿tienes reflejo al mirarte al espejo? Porque ahí encontraras tu respuesta afirmativa.
—Enano de cuarta.
—Prostituta retirada. —replicó.
Liam rodó los ojos hacia ellos mientras alcanzaba el sobre y rompía el papel, abriendolo. En el momento en que vió una parte de la carpeta en el interior, supo de que se trataba. Algunos papeles y fotografias cayeron del interior mientras leía la información impresa allí.
Los tacones de Cindy resonaron en el suelo mientras se alejaba, seguida de un insulto propio de Louis que ella replicó con facilidad. Cuando la puerta se cerró, el ojiazul se giró hacia él—. ¿Que es eso?
—Información.
—¿Sobre?
—Zayn insiste en no decirme nada, así que contrate un investigador privado para saber lo que ha sucedido los últimos años.
Louis le frunció el ceño—. Él se va a enojar muchisimo si llega a saberlo.
—No lo sabrá, a menos que tu se lo digas. —estrechó la mirada en su dirección—. ¿Lo harás?
—A mi me vale lo que hagas, pero no creo que puedas mantenerlo oculto, eres demasiado estupido para lograrlo.
—Solo quiero mantenerlos a salvo, Louis. Tengo la sensación de que lo que sea que sucedió en estos años y que los ha lastimado tanto, aun sigue allí para herirlos. Y odio tener que hacerlo a espaldas de Zayn, pero necesito saberlo.
—¿Cuanto ha pasado desde que se reencontraron? ¿Un par de semanas? Y tu ya estas traicionandolo.
—No es traición, solo... los protejo.
—Lo que digas.
Apretando los dientes, Liam evitó caer en el juego de su primo y volvió su mirada a la carpeta. Su ceño se frunció al llegar a cierta parte de la información, la confusión nublando su pensamiento, ¿que jodidos...?
(...)
—Nee, ponte tus lentes si vas a leer o dañarás tu visión.
Desde la puerta de la cocina, Zayn escondió una sonrisa ante la nariz arrugada de su hijo al escucharlo—. Pero me molestan.
—Eso es porque nunca los usas, pontelos más seguido y te acostumbrarás.
—Solo intentas convencerme.
Acercandose, le sonrió al chico—. Ponte los lentes ahora.
—Bien —masculló de mal humor, poniendose de pie y arrastrando los pies alrededor del sofá.
—Quita la mala cara.
Nee le dedicó una sonrisa falsa—. ¿Mejor?
—Deja de ser tan intratable, pequeño Romeo.
—¿Eh?
—Tu y Kai... —dejó la frase en el aire, disfrutando del sonrojo repentino en el rostro del castaño.
—¡Papá!
—Ve a buscar tus lentes, usalos y yo dejaré de hablar de tu enamoramiento por el chico del restaurante chino.
—Es japones, no chino. —murmuró, arrastrando los pies por el pasillo.
Vigilandolo, Zayn dejó salir la pequeña risa atrapada en su garganta ante la actitud del chico. Girandose, volvió a la cocina, donde Nick seguía dejando caer algunas pequeñas gotas de agua azucarada dentro de su granja de hormigas.
—No dejes que escapen de allí, cariño.
—No lo harán —prometió—. Ellas estan entrenadas.
—No creo que las hormigas puedan ser entrenadas.
—Mis hormigas sí.
Zayn lo observó con duda, pero terminó encogiendose de hombros—. ¿Tienes alguna preferencia para la comida?
—Sandwiches.
—No puedes vivir de ellos, Nicky, ¿alguna otra cosa?
—Pizza.
—Nick. —advirtió.
—¿Pasta con salsa boloñesa?
—¿Que tal si hago un poco de salmón con una rica y saludable ensalada de vegetales? —ofreció.
Nick no parecía particularmente alegre ante la idea, pero asintió—. Está bien para mi.
Volteandose para abrir el refrigerador, Zayn se detuvo cuando el timbre hizo eco en toda la casa. Frunciendo el ceño, ya que no esperaba ninguna visita, le arrojó una mirada a su hijo para asegurarse de que estuviera cumpliendo su palabra de mantener los insectos en su contenedor, antes de caminar hacia la puerta principal.
No pudo evitar rodar los ojos al ver a Liam de pie allí—. ¿No te dije que llamaras antes de venir?
—No vine por una visita, solo quería hacerte una pregunta.
Enmascarando su sorpresa con rápidez, Zayn se cruzó de brazos—. ¿De que se trata?
—¿Me puedes decir, porque nuestros hijos desaparecieron del sistema legal a los tres años y reaparecieron hace solo unas semanas?
Arrebató las hojas en la mano del castaño, mirandolas rápidamente—. ¿Me investigaste?
—Responde mi pregunta.
—¡Me investigaste! —arrojó las hojas contra su pecho—. Te di mi confianza y me traicionaste, sigues siendo un jodido bastardo, Liam Payne.
—¿Por qué debería confiar en ti? —bufó—. No te he visto en doce años, ¿como sé que no me estas engañando ahora? ¿siquiera son mis hijos?
Un dolor agudo nació en el pecho del moreno ante tal acusación, pero se rehusó a dejar ver cuanto le dolía que fuese Liam quién lo estuviese tachando de estafador.
—Largate, Liam —sacudió la cabeza con suavidad, malditamente decepcionado—. Y no te molestes en volver.
—Exigiré un examen de paternidad, lo sabes, ¿verdad?
—Por supuesto que lo harás, después de todo eres solo otro jodido Payne.
—Deja de meter a mi familia siempre, ¡deja de culparlos por todo!
—¡Tu familia esta tan jodida de la cabeza como tu lo estas! —replicó—. ¿Que piensas que gano con todo esto? ¿Eh? ¿Que mierda gano engañandote?
—No lo sé, ¿dinero? ¿venganza?
—Han pasado doce años, ¿crees que realmente me tomaría todo este trabajo para vengarme de ti? No eres tan importante como quieres creer —bufó—. ¿Y dinero? —hizo un gesto alrededor, al lujoso edificio donde vivia—. ¿Crees que lo necesito? ¿Crees que necesito alguna jodida cosa de ti?
—Entonces explicame, ¿donde diablos estaban nuestros hijos mientras tu forjabas todo ese imperio de tiendas de ropa que tienes?
La forma en que dijo "nuestros hijos" hizo chirriar los dientes de Zayn—. ¡Preguntale a tus padres!
—Deja de meter a mi famil-
—¿¡Quieres saber donde estaban!? —gritó, totalmente fuera de si por la ira y el dolor que se mezclaban en su interior—. Estaban en el maldito jardín hasta que tu perra madre los sacó de allí y se los llevó lejos de mi, ¡Estuve nueve años buscando a mis bebes, Liam! ¡NUEVE AÑOS!
—Mi madre jamás haría una cosa así.
—¡Pero lo hizo!
—No te creo.
Zayn lo empujó, con más fuerza de la que pensó que tenía, tirandolo al suelo con brusquedad—. No me importa si me crees o no, me da lo mismo si sigues poniendo a tu madre en un altar hasta el día de tu muerte —se acercó—. Lo que si debes creer es que ya no soy el mismo inocente jovencito débil que fui hace nueve años. Pasale el mensaje a tu madre cuando le vayas con el cuento, porque si esa bruja se atreve a ponerle un dedo encima a mis bebes nuevamente, la mato, Liam.
Entrando a su apartamento, cerró detrás de él y apoyó la espalda en la puerta, dejandose resbalar hasta el suelo. Sus ojos se nublaron con lágrimas que bajaron calientes por sus mejillas, casi había creído que Liam había cambiado... casi.
—Papi. —los mellizos estaban allí en un instante, envolviendose a su alrededor.
Pasando sus brazos a su alrededor, los apretó contra su pecho. Él estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para mantenerlos a salvo, cualquier cosa.
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