Capitulo Doce.
Aún arrodillado en el suelo, Liam no logró suprimir la mueca de dolor ante el fuerte golpe que hizo eco en el apartamento cuando Nee azotó la puerta cerrada. Habría dicho que esa reacción del menor lo había sorprendido, pero no era así, en parte, había esperado que algo como eso sucediera cuando se enfrentara a él. Nee tenía un caracter bastante especial, su determinación y terquedad hacian imposible que Liam se acercara un paso a él sin ser totalmente analizado y despachado sin pena.
Malditamente Payne.
Concentrandose en su otro hijo, observó el delicado rostro de Nick con cuidado. Aunque había cosas que obviamente había heredado de él, Nick había obtenido la mayoría de sus rasgos de Zayn. Como esos hermosos ojos almendrados con espesas y arqueadas pestañas que rodeaban unos orbes brillantes de tono miel. O ese oscuro color de cabello que asimilaba la tinta y hacia brillar su piel bronceada. Sus rasgos estaban suavizados, con labios rellenos que combinaban con sus mejillas sonrojadas.
Tenía el aspecto y aura tranquila que Liam siempre imaginó en un ángel.
—Él no va a volver —contrario a su mellizo, que hablaba con bastante convicción y un poco de prepotencia, Nick tenía un tono de voz totalmente sereno y suave.
Liam asintió, ya sabiendo eso—. ¿Que quisiste decir con que no le gustan los hombres grandes?
Los delgados hombros subieron y bajaron mientras el pequeño moreno apartaba la mirada—. Las personas que son grandes, tienen más fuerza y pueden hacer mucho más daño. Son aterradoras —rodeando a Liam, giró en dirección a la cocina, deteniendose antes de entrar a la misma para darle una mirada—. ¿Quieres beber algo?
Confundido, Liam asintió, haciendo caso del gesto que Nick hizo con la mano indicandole que lo siguiera. La cocina no era realmente grande, pero si bastante moderna. Con una isla de marmol negro que separaba el espacio de lo que era la sala, muebles de madera en blanco y negro, y una mesa de cristal rectangular en el centro con un florero luciendo tres margaritas naranjas.
Nick se acercó al refrigerador y jaló la puerta, dando una mirada dentro—. Hay jugo de manzana, de durazno, té helado, refresco o agua —lo miró sobre el hombro—. También hay café, pero aun no aprendí a utilizar la cafetera. —hizo un gesto al aparato sobre la encimera—. Si tu sabes, puedes hacerlo.
—Esta bien, cariño, solo tomaré agua.
—Mm, está bien —sacando una botella de agua, se la tendió antes de volver al refrigerador y recuperar una jarra con un liquido rosado balanceandose dentro—. Te ofrecería leche de fresa, pero Nee dijo que no le gustaba a los adultos, ¿quieres igual?
—El agua está bien.
Haciendo un gesto vago de desinterés, dejó la jarra sobre la mesa antes de arrastrar una silla hasta la encimera y trepar sobre ella, recuperando dos vasos del gabinete sobre el fregadero. Liam lo observó con una pequeña sonrisa mientras saltaba al suelo nuevamente y devolvía el asiento a su lugar. Poniendo los vasos a un lado de la jarra, llenó ambos con el líquido rosa. Continuó dando vueltas alrededor mientras arrojaba algunos trozos de chocolate dentro, ponía un poco de lo que parecía ser jarabe de chocolate, nata montada y terminaba todo con un sorbito, uno verde y el otro rojo.
Devolviendo la jarra al refrigerador, tomó una caja de pizza cercana y colocó una porción en un plato. Cuando pareció satisfecho, se giró a mirarlo—. Iré a darle esto a Nee, vuelvo en un momento.
Sin dejarlo responder, el moreno aferró uno de los vasos y el plato y corrió fuera, sus pasitos haciendo un sonido de repiqueteo por el pasillo. Encantado con el pequeñín, por la obvia preocupación por su hermano, esperó pacientemente, dandole un trago al agua, hasta que Nick volvió.
—Él esta ofuscado —susurró, trepando a una silla y acercando la caja de pizza a él mientras le daba un trago a su vaso—. Sientate, ¿quieres pizza?
Cediendo, se acercó para tomar asiento—. ¿De que es?
—Mozzarella, jamón de York y aceitunas. —recitó, antes de darle una mordida, hablando con la boca llena—. Son los mejores ingredientes.
—Así que además de los sandwiches, ¿también te gusta la pizza?
Nick asintió—. Comparten el primer puesto.
—¿Y cual es el segundo?
—Pasta con salsa boloñesa —respondió con fácilidad—. El segundo puesto de Nee es la lasaña con jamón y queso.
Liam lo miró con curiosidad, aceptando la porción de pizza cuando el pequeño la empujó hacia él, incitandolo a comer—. ¿Te gusta cocinar, Nicky?
—Me encanta —sonrió con la boca manchada con salsa—. Tío Harry prometió enseñarme a preparar pizza casera.
—Adoraria probar pizza hecha por ti —tomando una servilleta de una caja cercana, limpió lo mejor que pudo el desastre alrededor de los labios del más joven—. ¿Me invitarías a comer?
—Por supuesto, cuando aprenda, te invitaré con un poco.
Era increible que estos dos jovenes, tan parecidos fisicamente, lograran ser tan diferentes en personalidad. Mordisqueando el borde de su pizza, Nick hizo un gesto al trozo que le había dado.
—Come —ordenó.
Liam acarició la mejilla sonrojada con su nudillo sin poder detenerse—. Eres encantador, ¿lo sabes?
Un gran sonrojo dominó todo el rostro del pequeño—. Tío Harry dijo que soy muy parecido a mi papá Zayn cuando era adolescente.
—Lo eres —asintió—. Aunque, ese color de ojos seguro que no le pertenece a Zayn.
—No, es Nee quién tiene su color de ojos. ¿Que hay con mi cabello rizado?
—¿Que con él?
—El cabello de papá Zayn es lacio y tu pareces tenerlo de la misma forma.
Sonriendo, Liam se inclinó hacia él y bajo la voz—. Te voy a decir un secreto, ¿si? —Nick asintió—. Mi cabello era tan rizado como el tuyo cuando tenía tu edad, pero cuando comencé a cortarmelo, mis rizos desaparecieron.
Los ojos de Nick se ampliaron—. ¡No quiero que mis rizos desaparezcan! Eso arruinaría mi imagen.
Liam lo miró serio por un momento antes de que una pequeña risita estallara a través de sus labios—. Oh, dios, realmente eres todo Zayn.
—¿Eso que quiere decir?
—No es nada malo, cariño. —le sonrió—. Y no te preocupes, no creo que tus rizos desaparezcan, al menos mi hermana sigue conservando los suyos.
—¿Tienes una hermana?
Asintió—. Es un par de años mayor que yo, su nombre es Bianca.
—Oh.
Ambos comieron de sus porciones de pizza por un largo momento, el silencio cómodo entre ellos siendo interrumpido por el casual sonido Nick sorbiendo de su bebida.
—¿Donde está tu tío Harry? —Liam preguntó, al no escucharlo.
Nick se encogió de hombros—. Hablando por teléfono, tal vez.
—¿Crees que llamó a seguridad? Porque si lo hizo, es el edificio con peor personal que he conocido.
—No, él no lo hizo.
—¿Como lo sabes?
—Cuando tío Harry entra en crisis, llama a papi. —lo miró—. Seguramente, él ya este camino aquí.
Liam hizo una mueca—. ¿Crees que deba irme?
—No sé —se encogió de hombros—. ¿Temes que papi te golpee por entrar a su casa sin permiso?
—No creo que me golpee, pero tu padre se convierte en una persona atemorizante cuando esta enojado. Él siempre encuentra una manera de hacerme ver mis errores, ha sido así desde que eramos adolescentes.
Apretando una servilleta entre sus dedos manchados, Nick observó los movimientos del papel con curiosidad antes de preguntar con voz suave—. ¿Por qué nos abandonaste?
El castaño saltó sorprendido ante esa pregunta—. Yo nunca los abandoné, ni siquiera sabía que existían, su padre nunca me lo dijo.
Nick subió la mirada, mirandolo directamente—. ¿Por qué dejaste a papi?
—¿Como sabes...?
—Es obvio que si hubieses estado con él, te habrías dado cuenta de que estaba quedando como una pelota —rió suavemente, pareciendo recordar algo—. Papi me enseñó una foto de él embarazado. Como es tan delgado, parecía que llevaba una enorme sandía bajo la camiseta. Él estaba enorme.
Liam sonrió con añoranza—. Me habría gustado verlo de ese modo.
—¿En serio?
—No puedo asegurar nada sobre el Liam que era hace doce años, angelito, porque en ese momento, yo realmente estaba muy perdido —aceptó—. Pero este Liam, el que esta frente a ti, tiene un dolor muy grande en su pecho por haberse perdido todos estos años de sus vidas.
—Pero no era este Liam el que estaba hace doce años, el de ese momento no nos quería, ¿verdad?
Dudó—. Siendo sincero; no lo sé.
Tomando una servilleta, el pequeño limpió sus manos lo mejor que pudo mientras huía de la mirada del mayor—. Sabes, tal vez Nee tenga razón en algo.
—¿De que hablas?
—Los hombres grandes, como tu, hacen daño —susurró—. Pero, tal vez, tu en particular, no lo haces adrede.
—¿A que te refieres con hombres grandes, cariño?
Lo miró—. Tu eres un hombre grande, apuesto a que das miedo cuando te enojas.
—Jamás me enojaría contigo, Nicky, odiaría que me tuvieras miedo.
—Escuché eso antes. —susurró.
Antes de que pudiese levantarse y huir, Liam atrapó su muñeca, jalandolo a sus apretados brazos—. ¿Quién les hizo daño, mi angelito? Mm, dime, ¿quién los dañó?
Un pequeño sollozo se ahogó contra la tela de su chaqueta—. No importa.
—Me importa a mi, dimelo.
—¿Para qué?
—Para que pueda protegerte —susurró—. Para poder mantenerte a salvo. Dime que te hicieron, hijo.
Pequeños sollozos dolorosos dejaron los labios del más joven—. Nos golpeaba. —el susurro casi se pierde para sus oidos—. El hombre malo nos golpeaba.
—¿Quié-
—¿Que jodidos haces en mi casa, Liam? —la voz de Zayn, quién estaba de pie en la puerta de la cocina, cortó su pregunta.
Zafandose de sus brazos, Nicky corrió hacia el moreno, lanzandose a sus brazos—. Papi.
Los brazos del mayor se envolvieron instintivamente alrededor de la figura llorosa de su hijo antes de mirar a Liam como si quisiera asesinarlo—. Te dejo cinco minutos con ellos y los haces llorar, ¿que diablos sucede contigo, Liam?
Liam hizo una mueca, sabiendo bien que esto no se veía nada bien para él. Manteniendose en silencio, observó a Zayn murmurando algo en el oido del pequeño, ganandose un pequeño asentimiento antes de que Nick corriera fuera de la habitación, sus pisadas en el pasillo delataron que iba en busca de su hermano.
Una vez que se habia ido, el moreno se giró en su dirección—. Aun no respondes mi pregunta, ¿que haces aquí?
—Vine a ver a mis hijos.
—¿Tus hijos? —lo miró con ojos estrechados—. ¿Les dijiste que eres su padre?
—Nee ya lo había descubierto.
—¿Cómo?
Se encogió de hombros—. No lo sé, pero ayer, en mi oficina, él me llamó papá.
—Talvez se confundió.
—Lo dudo, es demasiado inteligente para eso —replicó con rápidez—. Ahora que lo saben, quiero pasar tiempo con ellos.
Zayn sacudió la cabeza con suavidad—. Mm, pero por lo que veo, cada vez que te reunes con ellos, terminan llorando. —señaló—. No creo que sea buena idea que tu los visites.
—No voy a darme la vuelta y olvidarme de su existencia, Zayn, así que ve olvidando esa idea absurda.
—No fue tan absurda hace doce años, cuando hiciste lo mismo y te olvidaste completamente de mi existencia. —masculló, volteandose para salir de la cocina.
Poniendose de pie, Liam lo siguió hasta la sala—. Quiero poder pasar tiempo con los niños.
—Vaya, no negaste mi acusación, eso me ha dolido un poco. —se dejó caer en el sofá descuidadamente—. En cuanto a pasar tiempo con ellos, no voy a impedirtelo, pero será con condiciones.
—¿Que condiciones?
—Debes llamar antes de venir. —decretó—. No quiero que te aparezcas de golpe por aquí y pongas a mi mejor amigo en una jodida crisis nerviosa. Ni que te metas a mi casa a base de fuerza, lo último que necesito es que los niños vean a su padre siendo arrestado.
—Creo que Nee disfrutaria eso. —susurró para si mismo.
—La segunda, la cual no es discutible —hizo la seña del dos con sus dedos—. No quiero a nadie de tu familia cerca de mis bebes.
—Nuestros bebes —corrigió—. Y mi familia van a querer conocerlos en cuanto sepan de su existencia, no puedo negarselos, menos a mis padres, después de todo son sus nietos.
Zayn se puso de pie de golpe, fulminandolo con la mirada—. Si tus padres se acercan a mis hijos, te juro por todo lo que más quieras, Liam, que te quito todo derecho sobre ellos sin pensarmelo dos veces.
—No puedes hacer eso.
—Pruebame —desafió—. La única razón por la que sigues aquí, es que realmente creo que no eres un bastardo y mereces la oportunidad de probar que, aunque eres una basura como novio, al menos puedes ser un buen padre.
—Zayn...
—Te estoy advirtiendo, Liam, deja que tus padres se acerquen a mis hijos y te juro que te haré desaparecer de sus vidas.
Liam quería replicar, realmente quería hacerlo, pero conocía suficiente a Zayn para saber que iba en serio. Él le quitaría totalmente a los niños si pensaba que estaban en peligro de alguna manera, y él siempre había visto a la familia Payne como una latente amenaza.
Así que soltando un suspiro derrotado, decidió ceder por el momento—. Está bien.
El moreno lo observó, como si buscara alguna muesca de mentira antes de asentir con brusquedad—. Iremos a comprar algunas cosas para decorar su habitación mañana, si quieres puedes venir con nosotros.
—¿Me estas invitando a salir con ustedes tres?
—Te estoy dando la oportunidad de que pases tiempo con ellos mientras te vigilo de cerca.
Liam sonrió, encantado—. Me suena a cita.
—Me suena a que te vas a quedar con las ganas de ir si sigues ese camino. —canturreó—. Nos vemos el fin de semana, Liam.
—No me eches.
—El que llega sin que lo inviten, solo se va cuando lo echan —señaló la puerta—. Vete.
—¿Cuando te volviste tan jodidamente amargado? —Zayn le dedicó una mirada fulminante y Liam se estremeció, dandose cuenta de su error—. Olvidate de que pregunté eso, me marcho. Nos vemos el fin de semana.
Dirigiendose a la puerta antes de que Zayn encontrara algo con que tirarle, salió del apartamento y suspiró. Era un gran avance el ser invitado a salir con ellos, estaba decidido a convencer a Nee de que no era tan malo como él creía y conseguir más información de lo que Nicky le había dicho, planeaba destruir al bastardo que se había atrevido a tocar a sus pequeños.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top