Capitulo Cuarenta.


 —¡Ya no quiero que vayas a las reuniones de mi escuela nunca más!

Cerrando la puerta principal detrás de él, Zayn se congeló en la entrada mientras observaba el camino que un enojado Nee había tomado. Sus pisadas hacian un gran escandalo sobre el suelo de madera, respaldando así el grado de enojo que el joven castaño cargaba. Zayn había notado antes lo silencioso que el chico había estado durante el corto trayecto del colegio hasta la casa, sus respuestas habían sido cortas y bruscas y el ceño fruncido no había desaparecido desde que la reunión había acabado. Había pensado que se debía a algo asociado a sus compañeros de clase, pero al parecer, esa ira se dirigía completamente a él.

Apretando las correas de la mochila de Nick, se esforzó por recordar algo que hubiese hecho mal o que lograse enojar o incomodar a su hijo, pero nada le vino a la mente. Se había esforzado mucho por no avergonzarlos, él hasta había suprimido las ganas de besar sus mejillas al verlos o tratarlos como niños pequeños, había actuado con madurez y había tratado a ambos como los adultos jovenes que sabía, ellos eran. ¿Había enojado a Nee que lo tratara de ese modo?

No entendía. Cuando era joven, odiaba que sus padres estuviesen sobre él, tratandolo como un bebé frente a sus amigos del colegio, por ello él había evitado hacer lo mismo. ¿Que había hecho mal?

Miró a Nick en busca de ayuda, pero el moreno se veía tan confundido como él cuando se encogió de hombros—. No sé que le sucede —aseguró—. Él ha estado irritable desde hace rato y cuando intenté preguntarle que le sucedía, se comportó de forma desagradable, por lo que lo dejé solo.

—¿Crees que deba hablar con él y preguntarle o debería dejar que lo resuelva por si mismo?

—Nee no es de esta forma, él nunca había sido malo conmigo a menos que estuviese realmente molesto por algo —tomó su mochila de su mano y la colgó en su hombro—. Es un tanto... explosivo a veces, si hablas con él ahora, seguramente sea muy mal educado al responderte.

Zayn hizo una mueca—. ¿Lo dejo solo?

Suspiró de manera cansada—. No sé —admitió—. Él podría reaccionar de dos maneras, o suprime lo que sea que le suceda y hace de cuenta que anda sucedió, que lo hace mucho. O lo acumulara y estara enojado por días.

—No me estas ayudando mucho.

—Lo siento —hizo una mueca—. Pero estoy siendo sincero, Nee ha estado actuando extraño últimamente, es solo que hoy está peor.

—¿Extraño cómo?

—Extraño, molesto, incomodo —intentó explicar antes de dejar caer los hombros y caminar por el pasillo—. Sus estados de animo rotativos me agotan.

Zayn lo observó alejarse con actitud derrotada por un momento antes de soltar el aire en sus pulmones bruscamente y girarse para pasarle el seguro a la puerta. Entrando a la sala, vio a Nee sentado en el sofá, abrazando un cojín mientras hacia zapping entre los canales de televisión, un ceño fruncido arruinando su bonito rostro.

Esta vez, no tenía ni idea de que debía hacer.

Los sonidos en la cocina delataron la presencia de Nick en ella, el pequeño cocinaba mejor que él mismo, así que simplemente se dijo que le daría un vistazo de vez en cuando para cerciorarse que todo iba bien. Por el momento, subió las escaleras con pesadez, sintiendose mal por la forma en que Nee estaba actuando.

Entrando a la habitación principal, observó la cama donde Liam dormia. El castaño había pasado gran parte de la noche trabajando en un proyecto de la empresa, algo demasiado complicado para que Zayn siquiera intentara comprenderlo, y se había arrastrado a su lado durante la madrugada, totalmente agotado, por lo que había decidido dejarlo dormir y ser quién asistiera a la reunión de padres. Tal vez había cometido un error, Liam parecía saber tratar con Nee mejor que él.

—¿Por qué esa cara larga, amor? —la voz ronca lo hizo parpadear sorprendido, percatandose de que se había quedado de pie en el umbral de la puerta, perdido en sus pensamientos. Liam tenía los ojos abiertos ahora y estaba mirandolo con curiosidad desde la cama—. Ven aquí.

Negó con suavidad—. Tengo cosas que hacer, no puedo arrastrarme nuevamente a la cama o terminaré durmiendo todo el día.

—Ven. —extendió su mano hacia él, haciendo gesto para que se acercara con ella.

—Liam, no-

—Solo un momento —le interrumpió—. Acercate.

Cediendo, se acercó a la cama y se arrastró hacia el castaño, permitiendose se abrazado por él—. Me levantaré en unos minutos, no voy a holgazanear todo el día otra vez.

—Por supuesto —la sonrisa oculta estaba adherida a sus palabras—. ¿Que está molestandote?

—¿Por qué crees que algo esta molestandome?

Acariciando el lado de su rostro con su nariz, Liam dejó un beso dulce en su mejilla—. Cariño, te conozco, podría describir tus estados de animo con los ojos cerrados —aseguró—. ¿Me dirás lo que sucede?

Volteando la mirada, se encontró con los ojos color avellana que había comenzado a adorar nuevamente—. Nee está enojado conmigo.

—¿Nee?

Asintió en respuesta.

Liam frunció el ceño—. ¿Por qué está enojado contigo? Ni siquiera sabía que podía tener ese tipo de emociones hacia ti, él realmente te adora.

—No tengo idea y eso es lo que me hace sentir peor, no tengo ni la más remota idea de porque esta enojado conmigo —admitió—. No sé si hice algo que lo hizo enojar o, simplemente, estaba molesto y se la tomó contra mi.

—Lo dudo, es demasiado objetivo para ello —se mordisqueó el labio—. ¿Estas seguro de que esta molesto y no solo lo malinterpretaste de alguna manera?

Se encogió suavemente de hombros—. Me prohibió ir a otra de sus reuniones escolares.

—Seguro no fue tan así.

—Él me lo acaba de gritar. Dijo claramente, que no quería que fuese a las reuniones de su escuela nunca más.

Liam parpadeó lentamente antes de incorporarse de forma brusca, saliendo de la cama.

—¿A donde vas?

Inclinandose sobre la cama con sus manos, el castaño dejó un beso en su nariz—. Voy a hablar con ese revoltoso.

—No creo que sea buena idea, Liam, creo que deberíamos dejarlo superar esto solo.

—Él no debe elevar la voz al hablar contigo y lo sabe bien —se puso una camiseta blanca y ató mejor el cordón regulable de sus pantalones deportivos—. Si necesita una sacudida, estoy más que dispuesta a darsela.

—Liam, no cre-

—Somos sus padres y podemos ser nuevos en esto, pero nos deben un poco de respeto. Estar enojado por algo no es excusa para gritarte, debemos dejar un par de puntos claros.

Se sentó contra la cabecera—. Es todo demasiado nuevo, temo que si lo presionamos, él huya. Hemos sido sus padres, ¿cuanto? ¿tres meses? ¿tres meses y medio?

—Creo que fueron cuatro. —sonrió.

—Sabes a que me refiero —rodó los ojos—. Aun estamos conociendonos, no quiero que se aleje.

—Te entiendo, amor —sentandose en el borde de la cama, lo jaló a su pecho y lo abrazó—. Pero Nee no es el tipo de joven al que puedas simplemente dejar en libertad de hacer lo que le plazca, si no le pones limites, entonces, no tendrá idea de donde detenerse hasta que choque contra una pared.

—No lo hace a drede.

—Lo sé —aceptó, apartandose para dedicarle una sonrisa—. Pero nuestro pequeño retoño carga con una personalidad demasiado fuerte, una que debemos enseñarle a moldear o se nos irá de las manos pronto.

Hizo una mueca—. Me es dificil aleccionarlo, aun lo veo como mi bebé.

—Oh, y él será tu bebé por un tiempo más —con un fácil movimiento, lo recostó contra las almohadas nuevamente—. Deja que yo me encargue de esto, tu solo duerme un rato.

—No puedo dormir, tengo cosas que hacer —intentó sentarse, pero Liam se lo impidió—. Debo llamar a Niall para la compra de unas telas e ir a la tienda para corraborar con él los nuevos enca-

—Debes descansar un poco —besó su frente antes de inclinarse y dejar un pequeño beso en su barriguita—. Nuestros bebes necesitan dormir, hazlo por ellos.

—Liam...

—¿Por favor? —otro besó, este en sus labios—. ¿Por ellos?

El estar acostado le daba somnolencia, no debería quedarse, pero era demasiado cómodo y... —Despiertame en una hora.

—Por supuesto.

Estrechó los ojos en su dirección—. Hablo en serio, no me dejes dormir demasiado.

—No lo haré.

—Liam. —advirtió.

El castaño rió—. No lo haré, ¿por qué no crees en mi?

—La última vez que me dijiste que me despertarias, terminé durmiendo cinco horas seguidas antes de que mi cuerpo me demandara levantarme y tu ni siquiera estabas pensando en despertarme para entonces.

—Esta vez lo haré —lo cubrió con una manta—. Iré a hablar con Nee, tu descansa.

Asintiendo, se acomodó en la cama y cerró los ojos, sintiendo como su cuerpo cedía a Morfeo y la inconsciencia lo arrastraba lejos.

(...)

Una suave caricia en su cabello lo llevó a abrir los ojos, encontrandose con la preocupada carita de su hijo mayor. Su mente rapidamente comprendió lo que sucedía y se despertó completamente.

—Nee.

El labio inferior del menor tembló—. Lo siento, papi, no quise gritarte antes.

—Hey, está bien —lo envolvió en sus brazos—. Sé que no quisiste hacerlo.

—Lo lamento.

—Lo sé.

Sollozó—. Es solo... —hipó—. Ya no quiero que vayas a mi colegio.

Zayn se congeló—. ¿Por qué? —interrogó—. ¿Hice algo mal, cariño? ¿Te molesté de alguna manera?

—No, no es eso.

Se apartó y lo miró, totalmente confundido y un tanto herido—. Entonces, ¿por qué?

Los ojos ámbar lo miraron repletos de lágrimas—. ¿Por qué tienes que verte tan joven?

Zayn parpadeó y volvió a hacerlo, porque estaba bastante seguro de haber escuchado mal—. Perdón, ¿que?

Nee limpió las lágrimas en sus mejillas con brusquedad—. ¿Por qué tienes que ser tan joven y atractivo? —su labio seguía temblando mientras lo miraba con una mezcla de reproche y confusión brillando en su mirada—. No pareces mi padre, pareces más mi hermano mayor.

—Nee, cariño, ¿a que viene esto?

—¡Mis compañeros me llamaron mentiroso cuando dije que eras mi padre! —susurró, ofuscado.

—Yo... amor... —y él no tenía idea de que responder ante la angustía que podía ver en su hijo—. Los tuve siendo muy joven, tu sabes eso —le recordó. Él no podía volver atrás y cambiar el pasado, pero talvez...— Si quieres puedo ponerme una corbata y aplastar mi cabello para la proxima vez.

—Eso no funcionaría, aun te verías joven. —le frunció el ceño.

Ahora Zayn comenzaría a llorar—. No puedo cambiar quién soy, amor —susurró—. Si tanto te averguenza que sepan que soy tu padre, entonces... Liam puede ir a las reuniones a partir de ahora.

Nee lo miró con los ojos estrechados y los labios apretados por un largo momento—. No me averguenzo de ti, papi.

—¿Entonces...?

—¡Ellos estaban mirandote! —estalló de pronto, poniendose de pie y comenzando a pasearse—. Mis compañeros estaban hablando de ti, diciendo que eras muy bonito y atractivo, ¡Mi profesor de arte pensó que eras mi hermano y me preguntó si eras soltero!

—Nee-

—¿Sabes como me sentí con eso? —chilló—. ¡Ni siquiera pude romperle su estupida cara porque me enviarían al psicologo por mala conducta! ¡Solo quiero golpear sus jodidos rostros contra el suelo hasta que no puedan ver más que la hinchazón y el dolor en sus feas caras de sapos! —gruñó—. ¡Bola de imbeciles sin nada que hacer! No sé porque no meten sus malditas cabezas en un hormiguero y dejan que los insectos se les metan por todos los agujeros, ¡Por todos ellos!

—Amor...

—¡Debería meterles algo por los ojos para que no se atrevan a mirarte de nuevo! ¡Es... aggghhh! ¡Imbeciles!

Algo hizo clic en la cabeza de Zayn mientras miraba a su hijo soltar maldiciones en todas direcciones, una sonrisa se hizo espacio en sus labios. Poniendose de pie, lo rodeó con sus brazos, deteniendolo, y llevandolo contra su pecho.

—No tienes que hacer nada de eso —susurró, limpiando sus lágrimas con sus dedos—. Está bien.

—No está bien, eres mi padre, estás embarazado, ellos no deberían decir esas estupideces sobre ti.

—No puedes impedirles hablar, Nee.

Ese ceño fruncido parecía estar tatuado en su rostro—. Si puedo.

—Nilo. —advirtió.

—No les haré daño —aseguró antes de dudar—. No les haré mucho daño.

—No puedes ir por la vida golpeando personas solo porque sí.

—Tengo una razón muy buena para golpearlos —una mirada obstinada apareció—. Ellos no tienen porque mirarte.

Zayn suspiró, acunando el bonito rostro sonrojado por el llanto entre sus delgadas manos—. No golpearás a nadie, ¿me entiendes? —besó su pequeña nariz—. Te perdono por lo de hoy, pero si golpeas a alguien, estaré muy enojado contigo.

—Siento haberte gritado, no me di cuenta de que use ese tono, yo solo estaba enojado y no medí mis palabras —susurró.

—Lo entiendo, todo está bien.

Secó su rostro con brusquedad—. Aun así, no voy a evitar golpearlos la proxima vez, ellos tuvieron suerte en esta ocasión.

Antes de que pudiese replicar, el castaño corrió hacia la puerta, pasando bajo el brazo de Liam antes de desaparecer en el pasillo. Zayn sonrió sin poder evitarlo, mirando al mayor.

—¿Celos? —susurró—. ¿Lo que tiene son celos?

Liam rió suavemente, asintiendo—. Y él se calmó bastante antes de venir a disculparse, tendrías que haberlo visto cuando habló conmigo. Él hasta quiso convencerme de ir a buscar a su profesor de arte y darle una lección por mirarte más de lo debido.

—Es tierno.

—Seh, hasta que se establezca con alguien y sea todo una mierda dominante —se acercó, rodeandolo con sus brazos—. Pobre Kai.

Zayn rió—. ¿Crees que logre conquistarlo? Kai es mayor, por lo que he visto, él piensa que Nee es demasiado pequeño para él.

—Nee es demasiado testarudo —aseguró—. Cuando decida conquistarlo realmente, Kai no sabrá que lo golpeo.

—Pobrecito, no sabe lo que le espera.

Liam compartió su risa por un momento, abrazandolo antes de romper el silenco con voz suave—. Hablé con Louis, descubrió algo sobre los Payne. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top