Capitulo Catorce.

 —¡Oh, por dios, ese es un edredon del Mapa del Merodeador!

Quitando la mirada del catalogo que había tomado de un aparador en la puerta, Zayn observó a Nee saltar sobre la punta de sus pies por un momento, apuntando algo al otro lado de la tienda antes de que se echara a correr en esa dirección. Compartiendo una mirada desconcertada con Liam, siguieron los pasos rápidos del castaño menor hacia la zona en las que había camas en exposición.

"Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas." —Nee chilló, arrojandose de cara sobre una de las camas.

Zayn sonrió sin poder evitarlo, aun confundido—. ¿Nee?

Girando sobre si mismo, el castaño le dedicó una enorme sonrisa compradora—. ¿Puedo tener este edredón, papi?

—Por supuesto, cariño —cedió con facilidad—. Pero recuerda que también necesitas una cama, elige una.

—¿No puedo enroscar este edredón a mi alrededor y dormir en el suelo?

—No, tendrás una cama como una persona normal —decretó—. Mira alrededor, tal vez exista alguna con un diseño de Harry Potter.

—Esta tiene un diseño de Harry Potter.

Mirando el edredón, Zayn parpadeó confundido hacia el diseño parecido a un mapa en la tela, intentando encontrar algo con que asociarlo a las peliculas—. ¿Dónde está el chico de lentes?

Sentandose, Nee lo miró con los ojos de par en par, como si hubiese hecho la peor atrocidad conocida por el hombre—. No puedo creer que dijeras algo así.

—¿Que dije?

—Tendremos una maratón de peliculas de Harry Potter en cuanto lleguemos a casa, al menos debes tener una minima idea de lo que hablo la mayor parte del tiempo.

—Y él realmente habla todo el tiempo de eso —Nick aseguró, levantando algo que parecía ser un frasco de mermelada. Purpurina blanca giró alrededor cuando lo balanceó moviendo el agua en la que la misma flotaba, dentro podía verse la silueta de dos personas que le recordaban a la escena de baile de La bella y la Bestia—. ¿Puedo tener esta lampara?

—¿Eso es una lampara?

Nick encogió un hombro—. Eso creo.

—Puedes tenerla, cariño, pero realmente necesito que ustedes dos elijan sus camas antes de que el día termine, para que puedan enviarlas a casa mañana mismo.

—Está bien. —respondieron a dúo antes de ponerse de pie y comenzar a recorrer el lugar, arrastrando al pobre vendedor, el cual había estado anotando las cosas que ellos llevarian, detrás de sus pasos.

Liam, quién se había mantenido al margen de la conversación, se acercó con lentitud hasta quedar a un lado de Zayn, observando a los mellizos hacer miles de preguntas sobre distintos muebles que veían—. Ellos volverán loco al pobre hombre.

—Seguramente, pero mejor él que yo.

—Eso es un poquito cruel.

Mirandolo sobre el hombro, elevó una ceja—. ¿Te ofreces como voluntario para ser una victima de los mellizos?

—No, gracias, con Nee odiandome me basta.

—Nee no te odia.

—Por supuesto, solo me detesta.

Suspirando, Zayn se acercó a la cama con el edredón que su hijo había elegido y se sentó en el borde, colocando el catalogo sobre sus piernas y mirando distraidamente los productos estampados en él—. Las cosas no han sido fáciles para nosotros, Liam. Nuestras vidas... la desconfianza es algo normal para nosotros tres, es la única forma de defensa que conocemos.

—Nick no parece pensar así.

—Nick es dulce —sonrió suavemente al recordar a su alegre hijo antes de que el gesto se convirtiera en una mueca triste—. Pero tengo la sensación de que su inocencia ha cobrado un precio en Nee.

Acortando la distancia, el castaño se sentó a su lado y lo miró—. ¿A que te refieres?

—Tu mismo lo has visto, ellos no lograron mantener un desacuerdo por más de una hora, les es imposible estar separados por demasiado tiempo. Son muy unidos. Se protegen, se cuidan entre sí.

—Hubieron muchas cosas de las que debieron protegerse el uno al otro, ¿no es así?

—Lamentablemente, creo que sí. —arrugó un poco el papel en sus dedos—. Y el mayor, siempre cuida al menor, ¿no es esa la regla general que nos repetían de niños?

Liam asintió con suavidad—. Nee está intentando protegerlos, ¿de eso se trata?

—Es lo que creo. No tengo idea de lo que sucedió en tu oficina, pero él se está aferrando con fuerza a ello para excusarse por alejarte. Tiene miedo de que te acerques y lo lastimes, o a nosotros, por eso te ataca.

—Es increible. —el castaño lo miró fascinado.

—¿Lo qué?

—La forma en que lo entiendes, tu solo ves sus actos y entiendes porque lo hace, me gustaría tener esa habilidad.

—No es una habilidad —se puso de pie—. Yo estoy luchando contra el mismo impulso de alejarte de ellos a cada paso y creeme, no es fácil.

—No los quiero dañar, Zayn, ya no sé cómo decirlo para que me creas.

—No se trata de decirlo, puedes repetirlo mil veces y seguiré sin creerte —miró hacia los mellizos, que parecían haber encontrado algo que les gustaba, porque estaban haciendole señas para que se acercara—. Necesito que me demuestres que mis hijos estan a salvo estando contigo, que ningún daño los romperá más de lo que ya lo están.

Cuando comenzó a alejarse, Liam lo siguió—. ¿Que fue lo que sucedió con ustedes durante estos años?

—Algo que tu te negarías a creer de decirtelo —susurró—, pero que fue muy doloroso para nosotros.

Los dedos de Liam se enredaron en torno a su muñeca—. Necesito que seas sincero conmigo, cuentame todo.

—No puedo.

—¿Por qué?

—Porque tengo miedo de que lo que te diga, sea usado en mi contra y me quiten todo lo que he recuperado. —se zafó—. Pruebame que puedo confiar en ti.

Dicho eso, se alejó finalmente hacia los mellizos, quienes parecían encantados con una cama en particular. No era sorprendente que pidieran que comprara una de ellas para cada uno, lo había estado esperando. Sintió a Liam acercarse mientras le indicaba al vendedor donde quería que las cosas que habían escogido fuesen entregadas, pero lo ignoró por el momento.

Había dicho demasiado por un día.

(...)

—Tengo hambre.

Dandole un vistazo a Nick, Liam sonrió al verlo frotar su abdomen de forma exagerada antes mirar el reloj en su muñeca—. Ya es casi la hora de la cena, ¿que les gustaria comer?

—¡Pizza!

—Comieron pizza ayer, ¿no crees que le haga mal comer tanta?

Nick le frunció el ceño—. Pero, quiero pizza.

Liam pensó en ello por un momento, captando el movimiento negativo de cabeza que Zayn estaba haciendo hacia él, dejando claro que la pizza no era una opción—. ¿Que tal si mejor vamos a un restaurante italiano?

—Nunca fui a uno.

—Conozco uno muy bueno donde sirven una pasta a la boloñesa exquisita —vió los ojos de Nick brillar ante la propuesta antes de mirar a Nee, quién caminaba distraído por el borde del cordón, prestando poca atención a la charla—. ¿Que dices tu, Nee?

Parpadeando, el chico lo miró—. ¿Mm?

—¿Te gustaría cenar en restaurante italiano? —preguntó—. Podrías pedir lasaña, me han dicho que es muy buena.

Algo brilló en los ojitos ámbar ante la mensión de tal comida antes de que estrechara los ojos hacia su hermano, quién rápidamente se escondió detrás de Liam—. Me da lo mismo.

Liam no logró evitar la mueca ante el tono brusco, logrando que Zayn gruñera—. Nilo, sé amable.

—Estoy siendolo.

—Nilo. —la voz del moreno era de pura advertencia.

El castaño menor le dedicó una mirada fastidiada a su padre antes de al parecer, percatarse de lo que hacia y relajar sus rasgos—. Comeré lo que sea, papi, no tengo hambre realmente.

Zayn parecía a punto de aleccionarlo por algo, pero Liam lo detuvo con un suave toque en su mano—. El restaurante queda a par de cuadras de su casa, dejaré mi auto en el estacionamiento de su edificio y podemos caminar hasta allí, ¿que dicen?

Recibiendo asentimientos y un encogimiento de hombros de Nee, los guió a su auto y salió del estacionamiento de la tienda del hogar donde habían estado comprando. Zayn había organizado todo para que las entregas fueran hechas lo antes posible, por lo que seguramente tendrían todas sus cosas por la mañana. La charla que habían mantenido seguía girando en la mente de Liam, como también la duda de porque los niños no tenía una verdadera habitación en casa del moreno. ¿No era extraño que los niños no tuvieran su propio espacio en su apartamento?

Para él lo era y quería preguntar, pero no se atrevía a hacerlo.

Aparcando frente al edificio de apartamentos donde Zayn y los mellizos vivían, los cuatro bajaron y comenzaron a caminar por el cordón a paso lento.

—¿Crees que deje de comportarse así conmigo algún día?

Zayn lo miró cuando hizo la pregunta—. No sé, ¿que fue lo que le hiciste ese día en la oficina exactamente?

—Él... —dudó, sin saber si al decirselo su cabeza fuese arrancada—. Malentendió algo que dije.

—¿Que fue?

—Cree que no los quiero —se acobardó un poco bajo la mirada fulminante del moreno—. No es lo que quise decir, él solo escuchó una parte de una conversación que estaba teniendo con mi primo y eso fue lo que captó.

—¿Le has dicho que entendió mal?

—Él es identico a ti, no me escucha. —eso le valió otra mala mirada, pero esta vez no se acobardó.

—Enfrentalo, tiene doce años, ya es lo suficientemente mayor para comprender cualquier cosa que debas decir para explicar porque dijiste tal estupidez al alcance de sus oidos.

Hizo una mueca—. Tu sabes que no es así, ¿verdad?

—¿Que?

—Si quiero a los mellizos.

—Te lo dije antes, Liam, fuiste un bastardo como pareja, pero tengo la esperanza de que seas diferente como padre. Estoy haciendo un esfuerzo para creer lo que sale de tus labios, pero debes hacer las cosas bien con ellos, porque al final, es lo que los mellizos crean de ti, lo que cuenta.

—Tu opinión también me importa.

—Mantén felices a los niños y estaré feliz contigo —le sonrió con falsedad antes de borrar el gesto con brusquedad—. Lastimalos y conocerás en la mierda en la que me he convertido en estos años que han pasado.

Liam tragó sonoramente al ver la expresión totalmente seria del moreno, él realmente estaba comenzando a tomarse sus amenazas jodidamente en serio.

El sonido del motor de una motocicleta los hizo voltear. Una pequeña motoneta de entregas subió al cordón frente a un restaurante japones. El conductor apagó el motor antes de quitarse el casco, sacudiendo su cabello castaño y alejandolo del estilo aplastado que le había quedado. Sus suaves rasgos, obviamente asiaticos, brillaron bajo las luces que provenían del comercio.

—¡Hey, Nee! —saludó, con una sonrisa.

Liam casi se cae sobre su trasero al ver a su hijo acercarse al susodicho con un pasito encantado—. ¡Hola, Kai!

—¿Como has estado? No has venido al restaurante, he estado esperandote para invitarte a probar nuestra exquisita comida.

—Lo siento, he estado algo ocupado —Liam y Zayn se movieron como uno, inclinandose casi sobre un cantero para poder ver la expresión de su hijo. La sonrisa enorme y encantada los desoriento a ambos—. Pero vendré pronto, lo prometo.

—Te tomaré la palabra.

—¿Has hecho muchas entregas hoy?

Kai, o "el niño del restaurante" como Liam lo había nombrado en su mente, hizo una pequeña mueca—. Bastantes, hoy hice todo el turno.

—Oh, eso no es bueno para ti, deberías descansar más.

—Papi —Nick jaló la camisa de Zayn, mirando en la misma dirección—. ¿Que le sucede a Nee? Él está sonriendo y siendo amable... da miedo.

—Ohm, si, da un poquito de miedo.

Liam se removió, acercandose más a Zayn hasta que estuvo casi abrazandolo, y si alguien dice que se estaba aprovechando del momento, entonces él lo negaría—. ¿Crees lo mismo que yo creo?

—¿Que es exactamente?

—Nee esta enamorado del niño de la motoneta. —su aliento golpeaba la mejilla de Zayn con cada palabra, pero el moreno parecía no percatarse.

—Entonces, pensamos lo mismo.

—¿No es demasiado joven para tener su primer enamoramiento?

—Somos los menos indicados en juzgarlo —señaló—. Pero esto podría ser algo bueno para ti.

—¿Para mi?

Zayn asintió—. Por supuesto, ayudale a conquistar a ese chico, eso los uniría.

—¿Que pasa si no quiero?

—¿Por qué no querrías?

—Es un niño. —señaló—. No sé si me gusta que tenga novio siendo tan pequeño.

—Porque a mi me encanta la idea —murmuró con sarcasmo—. Solo hazlo.

—Bien.

El tono brusco en que respondió, logró que Zayn volteara la cabeza para dedicarle una mala mirada, dejando sus labios a centimetros de distancia. Ambos se percataron de la corta distancia al instante, pero mientras que Liam quería acortar la distancia, el moreno se sonrojó totalmente antes de alejarse. Esa era una reacción tan conocida para él, ese era su novio de la adolescencia, por primera vez, desde que se volvieron a encontrar, veía al joven que había dejado atrás hacia doce años.

Al pequeño y dulce Zayn.

Y también pudo ver un rastro de aquel amor puro que aparecía en los ojos ámbar, que tanto había aprendido a amar, hace tantos años. Aun existían sentimientos por él en Zayn y Liam pretendía alimentarlos hasta que fuese un amor inquebrantable en ambas direcciones. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top