IV: La nieve y tu soledad (primera parte)

¿Por dónde comenzar?, sí desde el principio, no puedo superar aquella tarde cuando escapé de mi casa. ¡sí! Escapé, por la razón de que los niños me molestaban simplemente por ser diferente a ellos, ¿por qué? ¿sólo por qué tengo el cabello blanco? ¿por mis ojos claros? Se que tengo en mi algo distinto, algo que me separa de aquella multitud que se consideraba normales pero en ese momento no sabía que era...
La nieve rozaba mi piel y yo cerré los ojos, me agradaba la sensación de frío rozar mis mejillas, tal vez eso también me separa de ellos. Me gusta mucho esta estación y no puedo evitar sentirme mejor, la nieve esconde la verdad detrás de mi corazón...ese gran sentimiento de soledad que pesaba en lo más profundo de mi ser, caminaba a paso lento, esa era una de las tardes en las que por alguna extraña razón me dan deseos de visitar un cierto árbol de Cerezo que se pone demasiado bonito en primavera, pero en invierno se mantiene congelado...es un espectáculo ante mis ojos pero no sabía, que aquella tarde todo iba a cambiar para mi.
Me sorprendí demasiado cuando llegue ahí, una chica estaba extendida en una de las raíces de aquel árbol...nunca la había visto en realidad o eso pensé en ese momento. Me detuve para observarla mejor, su cabello largo estaba disperso por todo aquel hielo dándole un toque más brillante, su piel se veía tersa y suave pero estaba temblando, quería que despertará...ansiaba ver sus ojos, no supe porque pero me había emocionado mucho, la sola idea de haberla visto hizo que mi corazón se derrita literalmente.
¡Por Hyorimaru! No tenía idea que sentía todo eso al verla por primera vez.
Pero así fue como poco a poco la chica abría los ojos a este nuevo lugar, sus reacciones me dieron mucho a entender. Primero que haya tocado su pecho repetida veces, hizo imaginarme de que había muerto, segundo tocó su rostro con cierto asco...y su cuerpo temblaba.
Deje caer la bufanda de color blanco sobre su cabeza, para hacer notar mi presencia y así fue como logre ver sus hermosos ojos castaños, brillaban con mucha intensidad y penetró mi alma sin permiso alguno, mi corazón empezó a latir con mucha rápidez y fuerza, no me veía como alguien raro...sino con curiosidad, me miraba con intriga como esperando a que suceda lo inevitable.

-Bienvenida a la sociedad de almas.

Pregunten como tome su reacción, ella lloraba...no sabía que le había pasado pero supuse que no debía decir nada, me entró ese deseo inevitable de secar sus lágrimas pero no debía hacerlo...ni siquiera me conocía, ¡ni yo me conocía en ese momento! Le ofrecí mi mano, y ella simplemente me miró...con esperanzas, la tomó haciendome sentir la persona más feliz del mundo...
Hinamori, se había convertido en la persona que me hizo saber, que yo tenía sentimientos aparte de la soledad y sospecho, que ella vino a disiparla poco a poco con su presencia.
-------------------------
-¡Shiro-chan!...

Y ahí estaba ella, turbando la paz de mis pensamientos, ella siempre ella...
Como me alegraba de que haya vuelto para visitarnos, desde que entro a la Academia para Shinigamis empezó a centrar toda su atención en eso, admiraba mucho a ese tal Aizen y eso me molestaba un poco. ¿cómo no echarla de la casa?. Lo único que hacía era hablarme de sus hazañas o que simplemente la felicitaba ¡Y ni hablar cuando me dijo que acarició su cabeza! Estaba hecha una furia pero lo disimulaba bastante bien a decir verdad, tengo dotes de actor, ejem bueno...tirarle semillas de sandía en la cara no era forma de disimular pero insistía...¡Por Hyorimaru! Como insistía en que vaya a esa dichosa Academia, no me parecía mala idea pero pensar en que tendría que ver los ojos de Hinamori centrados en ese sujeto, no me explicaba pero con sólo pensarlo se me hervia la sangre.

-¡Hinamori deja de llamarme así merezco respeto!.
-Una vez que entres a la Academia, dejaré de llamarte así pero por ahora serás Shiro-chan.
-¿Por qué no vuelves con tu querido capitán? Así no me llamas así momo la meona.
-Shiro-chan eres muy cruel-. Ahí iba una vez más, aquel puchero me hacía rabiar, no con ella sino conmigo mismo por ser tan blando ante su presencia.
-Seguro que tus padres no querrían verte tan frágil ante un simple sujeto.

La miré ¡demonios! La miré, esas palabras las había dicho sin pensar y ahora lo había arruinado...sus ojos habían perdido aquel brillo y sus lágrimas amenazaban por salir, toque un punto sensible en su vida o muerte pero el tema es que jamás la había visto tan mal...lo arruine, pero que imbécil había sido en ese instante. Pero ahora que lo pienso, ella jamás me había comentado nada acerca de su vida antes de llegar a la sociedad de almas y nunca me lo imaginé...ella quería llorar y yo me sentía un tremendo idiota por haber causado tal lágrimas.
Imaginé, que ella sufrió mucho antes de llegar, sólo en ese momento me puse a pensar, me entró la enorme curiosidad de saber más de ella y aunque había convivido bastante tiempo, nunca me puse la idea en la cabeza de preguntar.
En ese mísero instante me di cuenta, de que verdaderamente no la conocía como era debido...

-Hinamori yo...
-No te preocupes Shiro-chan, es algo tonto y asunto mío-. Se secó las lágrimas pero estaba débil, frágil ante mis ojos, sólo ahí tome esa decisión de tomar su cuerpo y acercarla a mi, estrecharla en un abrazo.
-Lo siento...

Y ahí pude escuchar, su llanto romper el silencio, la abrazaba pero aún así ella estaba rota en mis brazos...aquel lamento desgarrador rompía el hielo de mi alma, fue la única vez que la escuche llorar de esa forma, hasta me entraron unos deseos de llorar a mi...pero sólo pude abrazarla más, con la esperanzas de unir sus pedazos, me miró...sus ojos invadido de lágrimas se acercaban a los míos.
Un momento, ella estaba acercando su rostro al mío...su respiración chocaba mis labios, me miro con curiosidad.

-No todo de ti...es hielo, shiro...chan...

Las palabras murieron en mi garganta, me dejó mudo...mire aquellos labios carnosos y sonrosados, fue la primera vez que vi a Hinamori con un ferviente deseo de besarla, nose si me haya comprendido en ese momento pero mi mano temblorosa se acerco a su mejilla...secando cada lágrima, lo mismo con la otra...nose si fue impulso pero incline mi rostro al suyo, también mi aliento entró entre sus labios, rozando...mi boca rozó mínimamente la suya...como desearía probarla realmente.

-¡Toshiro! Izuru vino a buscar a Momo...

Maldije a Kira en voz baja, ese idiota se atrevió a interrumpirnos, no soy tan tonto como para no darme cuenta lo que siente él por Hinamori y por un lado moría de celos...o aún estoy muerto de celos sinceramente pero volviendo...
Levanté mi cuerpo y pude observarla...sus labios entreabiertos y sus mejillas rojas me dieron a entender, que ella lo quería igual que yo, o tal vez era imaginación mia...con gran pesar la ayude a incorporarse...

-Ya te tienes que ir...
-¿e-e...ah s-si, i...ire a despedirme de la abuela...

Subí al techo, tal vez para observar mejor cuando se marche, pero mi corazón latia con demasiada fuerza como la primera vez que la había visto...o incluso más, me sonroje...al pensar de nuevo en aquella situación, no todo de mi es hielo...¡Hinamori! ¿por qué me haces esto?...no entiendo como tus palabras fueron capaces de hacerme sentir de esta manera...

-Nos vemos Shiro-chan ¡en unos días vendré a verlos!...

Alzó su mano en señal de despedida y yo la miraba, su sonrisa había vuelto...y ahora la veía irse con Kira nuevamente...Hace dos años ella entró a la Academia y cada vez viene a visitarnos con menos frecuencia...
Esas palabras que se clavaron en mis recuerdos, sin intenciones de irse, ese día me hizo darme cuenta...estaba solo...sin ella, la soledad volvía a mi y eso me daba terror...sólo pedía que este a salvo...
--------------------
Como odio a Aizen, cuando entre a la dichosa Academia pude verle la cara por primera vez...Hinamori estaba cerca mío y paso a mi lado como si nada, sólo porque él estaba ahí. Yo no existía para ella en ese momento, apreté mis puños en señal de enfado, sabía que mi reaitsu aún era inestable pero no soportaba todas las emociones que se acumulaban en mi pecho.
Trate de comprender las veces que hablaba Hinamori de él, tal vez era exageraciones mías ¡pero no! Ese tipo me da mala vibra. Tal vez estaba actuando de acuerdo a mis sentimientos pero esto no tiene justificación.
Era la primera vez que me sentía de esa manera, verle acariciarle su cabello...mirandola de esa manera, sabía que mi reaitsu se estaba haciendo notar, el frío empezó a invadir la sala de entrenamientos y la mayoría noto tal suceso por lo que me miraron pero yo no estaba de humor para controlarlo.

-¿Shiro-chan eres tú?...
-Si momo...soy yo-. Me sonrió de una manera cálida y gentil pero lo que seguía me había dejado más desconcertado.-Ven te presentaré al capitán Aizen...
-Bueno.

Sone frío lo se pero no pude evitarlo, al menos aquella sonrisa me había calmado y el reaitsu había desaparecido.

-Capitán Aizen, te presentó a Toshiro Hitsugaya, él es mi mejor amigo...Toshiro, él es el capitán Aizen.

Él me extendió la mano, y lo observe mejor...aquella sonrisa se me hizo ciertamente falsa, y aquellos ojos estaban ocultando algo estaba seguro, acepte su mano...al menos yo no fingia como él pero esto lo hacía por Hinamori.
Puso su mano sobre mi hombro alagandome por mi habilidad pero yo sabía que exactamente eso no era todo, se acercó hasta mi oído disimulando que me iba a dar un consejo, pero aquellas palabras me habían enfurecido verdaderamente.

-Hitsugaya-kun, te recomiendo que ya no sigas con esto...Hinamori me elegirá a mi...

Temblaba de la ira que tenía encima, no definitivamente jamás me llevaría con este tipo...y dicho y hecho, resultó todo un maldito bastardo que jugaba con ella...pero yo no lo sabía, en ese instante no sabía...si lo hubiese sabido, sin duda iba a impedirlo desde el principio pero yo pensaba en ella, y solamente ella. Me maldije, por sentir tal cosa hacía ella pero esto viene desde hace muchos años y cada vez crecía más haciendo que arda y duela, jamás me dolió tanto como aquella vez...

Hablaré de aquella vez que salía de la Academia, me habían asignado entrenamiento en el mundo humano, ya que mi habilidad era privilegiada y debía desarrollarlo con más esfuerzo que los demás. Y pensé en ese instante "¿por qué no ir a buscar a Hinamori?" Tal vez me vi como un estúpido enamorado, apuesto a que me brillaban los ojos pero en ese momento, no me había imaginado que cometí un gran error...
Corrí por todos los pasillos buscandola, preguntando por ella pero no tenía información alguna, hasta que se me ocurrió la idea de revisar el patio trasero de la Academia...yo era aquel chico que pensaba que nada me afectaría, creía que tenía una oportunidad. Pero esa tarde me había dado cuenta que no era así, al llegar al patio trasero pude verla apoyada en una de las paredes, sonreí y corrí hacia ella. Ahora me agradezco mucho no ser tan demostrativo y no gritar su nombre primero, pero ahora que lo pienso...me hubiera ahorrado mucho si hubiera sido más expresivo...al estar tan cerca lo noté, Aizen estaba ahí...
Fruncí el ceño, más de lo normal, pero toda intención de hablar se murió ante aquel escenario.
Su rostro se acerco tanto el de Hinamori que detuve toda intención de seguir caminando, Hinamori estaba nerviosa y sonrojada...ella en ningún momento lo detuvo...no es más, cerró sus ojos esperando tal cosa, sus labios se juntaron en un beso lento y doloroso...ninguno de los dos notaban mi presencia pero recordaba aquellas palabras que me había dicho Aizen al entrar a la Academia...
¿Qué era esto que sentía en mi pecho? Sentía que lo estaban estrujando sin piedad, sostuve mi pecho...incluso ahora lo estoy sosteniendo, jamás había sentido tal dolor y al verlos comprendí, no sólo me gustaba...también estaba enamorado...no, la amaba tanto...aún lo sigo haciendo.
El beso se intensificó y apreté los labios temblando, no podía seguir viendo esto...
Me di la vuelta y empecé a correr lejos del lugar, me sentía solo pero no sólo eso...estaba desvastado. Corría hacía la puerta que llevaba al mundo de los vivos, sin avisar, sin despedirme sólo quería alejarme de todo y de todos...¿Qué era esto? ¿acaso empezó a nevar?...
Mire al cielo y definitivamente había cambiado el clima, pero los copos de nieve que caían en mis mejillas resbalaban...
Al llegar a aquella puerta no había nadie, caí de rodillas, dándome por vencido por un momento. Acaso a esto...¿le llaman el desamor? Jamás pensé que pudiera ser tan doloroso.
"-emm...yo, yo me llamo Momo Hinamori" ...detente.
"-tu cabello es hermoso toshiro-kun"...no por favor.
"-tus ojos me llaman mucho la atención, tienen un color bastante llamativo."...basta.
"-Toshiro-kun siempre voy a estar a tu lado"...mentira, estás mintiendo.
"-No deberían molestarte, eres un gran chico"...mentirosa, si fuera así tú no...
"-Decidido te diré Shiro-chan"...¡no!
"-Deberías entrar a la Academia de shinigamis, así podríamos tener más tiempo juntos"...maldición eso era un engaño...
"-No todo de ti...es hielo...shiro...chan"...¡Hinamori!.
Rompí en maldito llanto, jamás sentí romperme de esta manera, era verdad...yo no era rival ante Aizen...era la primera vez que lloraba de esa forma, la nieve caía delicadamente sobre todo el lugar pero yo solamente estaba golpeando el suelo con mis nudillos, lloraba a gritos...aquel beso, habían confirmado todas mis sospechas, no sólo era admiración, lo que ella sentía...era amor hacía ese infeliz y yo estaba celoso de que él supiera, incluso le diera lo que yo nunca pude...
Había pasado bastante tiempo, así que me levanté, y seque mis lágrimas con mi brazo, estaba decidido...volvería como un capitán, yo mismo le había dicho a mi zampakuto que mi deseo...¡es protegerla!...
Ese día también estaba solo...solo y con el corazón roto.
------------------------------------
-¡Hinamori!.
-¡Shiro-chan! ¿Dónde estabas? Oh...vaya ese traje de capitán te queda muy bien.

Hice una leve sonrisa, había entrenado por mucho tiempo para llegar a este puesto, incluso el puesto fue para mi...me dejaron a cargo el décimo escuadrón ya que Isshin Shiba se había casado y su reaitsu estaba sellado, él quería vivir una vida y eso me alegraba porque desde que llegué al décimo escuadrón él me trataba muy bien. Kurosaki se debe sentir orgulloso del padre que tiene, pero eso no viene al caso.
Aún estaba roto pero verla de nuevo me sentí derrotado al caer devuelta, se le creció el cabello a decir verdad se veía más madura.

-Al fin...soy teniente del quinto escuadrón.

Me acerqué a ella a paso acelerado, sí ese idiota lo planeó muy bien, tenerla cerca...eso es lo que no había conseguido, en parte, pero siempre estaría pendiente de que ella este bien...la cuidaria mejor que nadie y más que aquel cuatro ojos.
Al mirarla me había dado cuenta, yo aún no me daba por vencido pero pensaba en su felicidad y no en la mía, trate de ponerme en la cabeza que estaba en buenas manos pero nunca se pudo implementar bien y en parte doy las gracias, porque sino hubiese sido manipulado de la misma forma.

-Para ti...es capitán Hitsugaya...

Lo hice, deposite un suave y tierno beso en la comisura de sus labios, uno corto pero uno que expresó todo lo que callaba...ella no decía nada pero sus ojos hablaban, estaba llena de ternura y confusión...con eso me basta, sonreí victorioso, yo ya no era ese niño que se dejaba fácilmente romper...no ahora no, si Aizen quería guerra, yo se la daría y hasta no verlo derrotado...no me daría por vencido.

-S...shiro...-la bese devuelta.-Ca...capitán Hitsugaya.
-Sólo venía a felicitarlo, no me imaginé encontrarme con tal escena.
-Aizen...

Me di la vuelta y lo encontré a él, mirandonos seriamente...sonreí de la misma forma que él lo hizo cuando me dijo esas malditas palabras, tomó a Hinamori del brazo y yo tomé su mano atrayendola a mi.

-Merezco el mismo respeto que tú, pero ella merece que ni la toquen.
-Aunque hayas subido a un puesto superior, no te da el derecho de besarla.
-Oh...no veo una etiqueta con TU nombre.
-Hinamori vamos.
-S-sí...capitán Aizen.

Me negué a soltarla, si iba con él, la manipularía para que no se acerque a mi.
Dicho y hecho...desde ese día, no tuvimos tanto trato como antes, yo siempre me acercaba a ella aunque no me esquivaba ni buscaba escusa para no verme siempre la sombra de ese maldito estaba ahí para dejarla lejos de mi...
Desde que la vi caminando al lado de él, comprendí que estaba en uno de esos momentos en dónde yo me sentía completamente solo...la nieve y yo éramos uno solo, tomé a Hyorimaru y lo alce al suelo, para afirmar mi soledad...
Hinamori, desde que te conocí hasta ese momento, siempre bajaba la cabeza y no decía nada pero ahora simplemente ahora no podía sólo callar y dejar que aparte tu cálida sonrisa de mi...nose si lo comprenderias pero simplemente no podía dejarte sola...ni dejar el corazón de lado, sólo que ahora lo respetaba.
--------------------
-Shiro-chan...
Al verla parada frente a mi escritorio con aquel hermoso kimono color negro con detalles de flores blancas, hizo que mi corazón se acelerara de la nada...
Su cabello estaba suelto, era la segunda vez que la vi con esa vestimenta...golpee los papeles contra el escritorio tratando de disimular el sonrojo en mis mejillas.
Era la segunda vez que me pasaba algo así con ella, ya que...cada vez que veo una vestimenta nueva en ella, nose me hipnotiza...me enloquece...

-¿A qué has venido, Hinamori?.

Extendió su mano hacía mi, en su mano tenía una bufanda de color verde, fruncí el ceño y la mire, estaba con una sonrisa esa de esas típicas que hacían que me avgonzara a tal punto que baje la mirada para no ver sus ojos.

-Ah si...gracias...

Yo dando las gracias, que buen chiste, pero así pasó realmente, se que ella se esforzó mucho para hacer ese regalo para mi y aunque no fuera así, lo apreció y lo cuido como a un tesoro...
Ella se empezó a ir hacia la salida, quería detenerla pero al verlo a ese Aizen en la puerta simplemente me callé para no tener que hacer lo indebido para aguantarme las ganas de golpearlo.
Tsk...siempre me llevaré así con él, de eso no hay duda...y desde el día que se burló de mi simplemente...lo odio.
--------------------
¡Tenía ganas de gritar a todo el mundo!. Desde que Hinamori fue atravesada por la espada del maldito traidor, empecé a manifestar mi odio acumulado y yo sabía bien que no debía confiarme, y aún así permití que ella saliera lastimada, más que nada en peligro, si ella se iba...yo la seguía y no iba a parar hasta verlo derrotado.
----------------------
Momentos en los que me sentía solo, ahora me siento culpable, desde que los reigai's invadieron a la sociedad de almas, cada día trataba de visitar a Hinamori aunque no me permitían el paso, yo me escabullía sólo para verla...
Había hecho lo imperdonable y tenía ganas de llorar, como aquella vuelta que vi como se besaban o incluso peor pero bueno inevitablemente verla conectada a esas máquinas me impulsaba a seguir entrenando para protegerla porque desde el principio esa era mi meta con la zampakuto, hacerme lo suficientemente fuerte para que nadie la lastime nuevamente como los tipos de aizen o yo mismo, porque eso había hecho...la había lastimado.

-Lo siento...

Tome su mano para hacerle entender que siempre iba a acompañarla, y a pelearla hasta el final...no como aquella vez que me di vencido pero ahora ya no iba a ser así y aunque tenga que verme destrozado en cuerpo y alma, lo juro por el hielo que habita en mi ser.

-S...shiro...chan...¿eres tú?.
-Si, momo soy yo...

Aún no había abierto los ojos pero sólo con escucharla me sentí aliviado, aunque aún estaba grave sólo podía acompañarla en toda su recuperación.
Suspire, era la primera vez que estaba solo pero teniéndola a ella a mi lado, ¿cuántas veces pasó? Exactamente ya había perdido la cuenta, pero la más dolorosa sin dudar alguna fue el día en que baje los brazos y simplemente la deje pasar a mi lado para irse por cierta admiración que ella tenía...nose a quien odie más: a ella por dejarme en el olvido, a Aizen por desafiarme o a mi mismo por haberme dejado aplastar... o a los tres por igual, porque desde ese día mi amor fue creciendo más y más...y no me odiaba, no...me sentía bien por haberla elegido a pesar que ella no.

-Te quiero...

La miré sorprendido, no era un te amo pero era la primera vez que la escuchaba decirme tales palabras, ella tenía una sonrisa en su rostro y mis lágrimas empezaron a caer en su gentil rostro...

-¿Cómo puedes querer a alguien que te lastimó de esa forma?...
-N-no tú no fuiste...fue aizen...

No lo soporte...bese su frente y sus mejillas, ella me estaba perdonando, no ella ya me había perdonado...y yo, yo me estaba torturando por eso aquellas lágrimas, por eso esto que siento, me sentía tan arrepentido que no pensaba de como se sentía ella, era egoísta por esa razón, me alegra tanto haberla elegido a ella...ella siempre ella invadiendo mi corazón de maneras diferentes.
Siempre la recuerdo, siempre sus recuerdos invaden mi mente, a veces como una daga y muchas veces como una cura a mi soledad.
A pesar de ser el hielo, me da la oportunidad de seguir, esos enormes deseos de besarla invaden siempre mi corazón pero la respeto, respeto su decisión...se que algún día me va a ver y soy su mejor amigo, aquel mejor amigo que cuando la mira...la mira con cariño, aquel que siente su corazón latir a mil por hora cuando la tiene cerca, aquel mejor amigo que hace lo imposible para contener sus fervientes deseos.
Demonios ¡Hinamori! Eres el fuego que derrite el hielo de mi soledad y como me gustaría que todos los recuerdos malos sólo sean eso, y revivamos los momentos buenos.
Recuerdo la primera vez que te vi, y hasta ahora, mis sentimientos fueron evolucionando dentro de mi pero sólo me veras como el capitán gruñón que sólo vive regañando a Matsumoto y cumpliendo su deber al pie de la letra.
Pero no te enfades, porque aunque se vea de esa manera, yo lo veo de otra forma. Por ti estoy aquí, por ti me hice capitán, por ti dejo de importarme lo que pensaban los demás de mi...me diste una oportunidad y perdón si alguna vez te llamé mentirosa pero no pude evitarlo...pero no era lo que sentía realmente.
Hinamori...
_________________________________________

-¡Taichou!.
-Ahg...¿qué pasa Matsumoto?.
-¿En dónde está? Parece que su mente volo, lo estaba llamando.
-Perdón...¿Qué de...

Tocaron la puerta, fruncí el ceño un poco serio o demasiado diría yo, dando permiso para que pasen pero...no imaginaba realmente que me esperaba al otro lado de la puerta.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top