Volteé y pude ver que era Rick Forcier, sonreí acercándome a él.

—Hola, qué sorpresa encontrarte por aquí —comenté para luego plantar un beso en su mejilla. Él vestía con el uniforme del colegio: una camisa blanca, un pantalón de vestir gris, zapatos negros y una corbata de color granate con el escudo del colegio grabado en el.

—Hola, Rick — saludó Josh.

—¡Hola! —exclamó saludándolo con aquel típico saludo varonil.

—Mira te presento a... — habló sin poder terminar porque fue interrumpido por Rick.

—Ya nos conocemos, ¿cierto? — preguntó tomando de mi cintura, sonreí asintiendo con la cabeza.

—Bien, debemos seguir con el recorrido, Kendra — dijo Josh jugando con sus manos nervioso.

—Me gustaría que Rick termine con el recorrido, claro si no te molesta — pedí. Josh lo pensó, pero finalmente acepto sin estar de acuerdo.

El colegio era bastante amplio, contaba con un largo pasillo donde estaban los casilleros, algunas aulas y al final la dirección. El corredor terminaba con dos direcciones: a la izquierda llevaba en el campo de juego y el de la derecha en la cafetería.

—No creí que te volvería a encontrar, hermosa — confesó Rick acercándose a mi boca. Sonreí.

—Pero por cosas del destino si paso — susurre sobre sus labios. Él sonrió y me apego más a su cuerpo, alrededor sólo se oía a los estudiantes hablar y reír a carcajadas, como también caminar por todos lados. Nadie no nos prestaba atención, Rick se apartó de mí para acercarse a mi oído izquierdo, algunos alumnos nos miraban confundidos mientras pasaban.

—Tú y yo tenemos algo pendiente, debemos terminar con eso en este instante —susurro con un tono de voz perverso.

—¿Qué carajos haces con esta perra, Rick? —preguntó una voz bastante chillona e irritante tras mío, todos voltearon a mirarnos sorprendidos. Volteé y pude ver a una chica rubia de ojos verdes parada detrás mío junto con dos adolescentes más.

—¡Italia! ¿Qué haces aquí?  Creí que estarías fuera del país por unas semanas — habló Rick apartándose de mí bruscamente hablando con un tono de voz nervioso, todos comenzaron a observarnos entretenidos.

—Vine antes, para darte una sorpresa —contestó dolida y con una expresión rara, parecía que estaba oliendo mierda — , pero la sorpresa la tuve yo al encontrarte con esta golfa — dijo molesta señalandome con el dedo. La miré desafiante.

—¿Quién te crees tú para hablarme de esta forma? — pregunté acercándome amenazante. Ella retrocedió un poco, los demás comenzaron a rodear, en círculo, en torno nuestro con curiosidad.

—Claramente soy mejor que tú, porque yo no soy una puta — contestó mirando sus uñas presumida. Sin pensarlo dos veces me tiré encima suyo, dándole golpes en la cara y tirando de su pelo, los demás comenzaron a gritar 《... Pelea, pelea, pelea...》 mientras que Rick se quedaba como tonto mirando tal acto, comencé a tirar con más fuerza de sus mechones que finalmente termine teniendo un puño lleno de cabello postizo. Todos guardaron silencio y salieron corriendo esparciendose por todo el pasillo, chocando uno con otros.

—¿Qué está pasando aquí? — preguntó el director bastante molesto, mirándonos a los tres. —Todos a la dirección, ¡Ahora! — gritó apuntando el final del pasillo, el corredor se encontraba vacío en estos momentos, no había ni rastro de nada mucho menos de ningún alumno.

A regaña dientes sigo al director, nos adentramos a la sala; no era tan amplio, pero si lo suficientemente como para que entre un escritorio de color café, dos pequeños sofás que se encontraban a un costado, dos sillas frente el escritorio, dos muebles llenos de libros y varios cuadros de paisajes, certificados colgados en la pared de color beige.

Todos nos encontrábamos en silencio y el director tomó asiento para luego mirarnos con enojo. En medio del silencio oímos la puerta golpear.

—Permiso, el tío de la señorita Lauper ya llegó — aviso una mujer con lentes, piel blanca y cabello oscuro.

—Dile que pasé, y ustedes esperen afuera — ordenó apuntando a Rick y a la tonta esa —Usted, tomé asiento — dijo buscando unos papeles del cajón.

—Permiso, señor — pidió Dallas pasando y tomando asiento alado mío.