Capítulo 12: "Verdad o Consecuencia"
Me senté en el sofá tomando el control remoto, encendí la televisión, comencé a ver una película que aún no pude descubrir el título, era bastante aburrida y cursi; trataba de una chica enamorada del chico más popular de su instituto, pero él estaba con la mujer más bonita de todas. Por una decisión estúpida que tomó decidió invitar a la adolescente más rara y marginada del colegio: ella tenía tenía un aspecto bastante diferente lucía el cabello de color verde y vestía de negro siempre, la llamaban 《... Bruja...》,pero al parecer si lo era porque al dejarla plantada el día del baile ella le lanzó una maldición; tenía dos años para conseguir que una chica lo quiera con su aspecto horrendo o de lo contrario si no lo conseguía se quedaría así para siempre.
Por alguna extraña razón aún seguía como tonta viéndolo.
—El encanto de la Bestia — dijo Dallas sentándose al lado mio. Lo miré con el ceño fruncido y apunto a la televisión.
—Es aburrida — opiné cambiando de canal.
—Claro, para ti lo es. Porque no tiene nada de sexo — dijo arrebatando el control de mis manos. Rodé los ojos.
—Tú que sabrás — dije mirando la televisión. Estaba viendo un partido de fútbol.
Lo veía tan concentrado, tenia otro ángulo de su cara que observar ¿Cómo un hombre podría ser tan perfecto? Su rostro parecía que lo habían tallado a mano durante mucho tiempo para que quede verdaderamente bello, sus ojos azules eran como del mar más azul de todos, sus labios tan bien formados y de un tono de rojo bastante excitante; sus besos también lo eran realmente. Sonreí.
—¿Vives sólo? — pregunté de golpe.
—No — respondió sin despegar la mirada de la televisión. Mi sonrisa se borró de inmediato.
—¿Con quién vives? —pregunté con una curiosidad intensa.
—Con una chica caprichosa, malcriada y con las hormonas bastante alborotadas — contestó mirándome de reojo para luego mirar nuevamente la televisión. Rodé los ojos.
—Tú provocas eso en mí — dije mirándolo con dulzura. Río a lo bajo.
—Madura, por favor — dijo subiéndole el volumen al partido de fútbol. Bufé irritada.
Él seguía viendo la televisión embobado, era gracioso verlo así; hacia gestos tan tontos cuando su equipo fallaba los goles y de vez en cuando le gritaba al aparato como si pudieran oírlo. Después de noventa minutos por fin acabo el maldito programa deportivo, estaba bastante aburrida, pero de todas formas seguía viéndolo con él.
—Estoy muy aburrida — comenté mirando a Dallas.
—Te aburres fácilmente ¡eh! — dijo levantándose.
—Hagamos algo divertido — dije acomodándome en el sofá con una postura de indio. Él rodó los ojos.
—¿Ya vas a empezar? — preguntó irritado. Reí divertida.
—No me refería a eso, cariño — contesté con una sonrisa burlona. Dallas cambió completamente la expresión de su rostro.
—¿Entonces? — preguntó con recelo.
—Podríamos jugar a algún juego de mesa — sugerí. Dallas lo pensó un momento y me miró.
—No tengo nada en mente — dijo apagando la televisión.
—Yo si — contesté.
—¿Cuál? — preguntó mirándome con bastante desconfianza.
—Verdad y consecuencia — contesté esperando su aprobación.
—Bien — aprobó asistiendo con la cabeza.
—Pero a mi manera — advertí divertida. Su faz se tornó más serio de lo normal.
—¿A qué te refieres? — preguntó aún más desconfiando.
—Con dados — respondí obvia — el que obtenga menos número sumados pierde y debe escoger entre verdad o consecuencias — expliqué tratando se ser lo más clara posible. Él asintió conforme, se acercó a un mueble que se encontraba a un lado de la sala y abrió un cajón, sacó una cosa pequeña de ahí y se acercó a mi lado.
—Ten — dijo entregándome dos dados. Sonreí.
Ambos nos sentamos en el suelo como indios, frente a frente. Agite los dados dentro de mis manos y lo lancé levemente en el suelo, giraron varias veces y paró siendo el número dos más seis; Dallas tomó los dados y los lanzó cayendo en el número dos más cuatro.
—¿Verdad o consecuencias? — cuestioné emocionada, él lo pensó por un buen rato.
—Verdad — contestó poco convencido. Debía pensar muy bien sobre lo que diría.
—¿Qué es lo que jamás le dirías a mi padre de mí? — pregunté bastante ansiosa.
Dallas paso sus grandes manos sobre su mentón y mejilla rápidamente, me miró y analizó seriamente; sinceramente temía por su respuesta ¿Qué será lo que él jamás le diría?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top