C E R O

¿Alguna vez han tenido una relación forzada? Si tu respuesta fue si, me apiado de ti.

No es bueno comenzar a fingir sentimientos que no sientes, tener un romance con alguien solo para satisfacer a ciertas personas es lo peor que puedes hacer e incluso quedarte por miedo a lastimar a la otra persona. La gota que derrama finalmente un vaso es la que se agrega al final de este y entonces está en su punto de tope, donde él ya no aguanta mas y comienza a derramarse. Probablemente me sentía como un vaso, la gota final había sido derramada sobre mi y mi cansancio había llegado a un limite irreconocible.

El tiempo de las relaciones esta sobrevalorado por mas tiempo que estés o hayas estado con una persona no te garantiza que seas feliz o que te sientas así todo el tiempo. Así que si, me apiado de ti si te ha pasado. Lo peor es que ya estaba cansada de seguir en una relación donde las cosas ya no eran las mismas.

—Amigos con derechos.

Mi mirada no podía ocultar que aquello que él decía me había dejado sin palabras. Alexander estaba de pie frente a mí, su estúpida sonrisa hacía que mi estomago sintiera retorcijón al verla. Pero después, en mi mente lo que había dicho hacía que me preguntara si realmente lo había conocido.

—¿Eso es lo que me contestaras después de haberte dicho que si terminamos?

Mi primera relación rota, vaya relación. Estar 2 años con una persona me había agotado tanto que ni siquiera me sentía preparada para una nueva, necesitaba un respiro.

Esperaba un "Es la mejor decisión la respeto" Eso es lo que se espera después de Romper con alguien, pero en su lugar había una propuesta extraña.  No me gustaba tener derechos que debían ser solo en una relación.

¿Has sentido que tu estomago se emociona tanto cuando vez a una persona? Eso me pasaba cada vez que estaba con él. Claramente la situación y el sentimiento había cambiado por completo.

Había ido tras de Alexander para romper con él después de su entrenamiento de basquetbol. Decirle lo que llevaba sintiendo yo era algo que no podía ser evitado ya que ambos habíamos estado juntos por años a razón de nuestras familias. Nuestros padres fueros amigos en la niñez, después nuestras madres lo fueron cuando comenzaron a tener su pareja cada una y al final habían decidido criarnos juntos en la infancia.

La decisión de Romper fue decisión mía, me aburría de estar en una relación. Más bien me aburría estar con él ya que no salíamos de la misma rutina, las mismas cosas todos los días y la mayoría del tiempo no estábamos juntos ya que teníamos ambas cosas mejores que hacer.

A defensa no era la mala, cualquier sentimiento que había sentido hacia él se había esfumado.

Alexander era un año mayor que yo, por lo cual temía Romper con él y decir lo que yo sentía por miedo a que lo tomara como una burla. No me equivoqué hubiera preferido que se burlara a que me preguntara esto.

—Jayne sabes que no me gustaría seguir a mi tampoco—Su mano pasa por su cabello—Iré a la universidad ya, tu aún te quedarás otro año aquí. Me conoces perfectamente, sabes que una relación a distancia no me gustaría.

—¿Sabes que acabo de terminar contigo? No ocupas que seamos amigos con derechos ya cada uno se irá por su lado.

Mi pregunta pareció que fue al aire ya que él no me contestaba. Claro, había dicho lo que sentía y ahora estaba cuestionándome si había sido lo correcto.

—Sé que estuviste con Martha mientras estabas conmigo—No me dolió decirlo, solo lo había soltado—No te culpo, yo también hubiera estado con alguien más, solo que a diferencia de ti tengo respeto aún por ti, algo que tu no tienes por mí. Así que tampoco te justifico.

—Con ella las cosas son fáciles, lo fueron. Sabes lo que realmente pasó entre ella y yo.

Martha era la chica popular de su mismo año, sorpresa, sabía lo que había pasado entre ambos. Alexander había ocultado que entre él y Martha pasaba algo diciendo que era su mejor amiga. Que irónico ya que a mi no me dejaba tener mejores amigos e incluso se molestaba conmigo cuando hablaba con chicos.

—No puedo creer de ti que pongas como opción que seamos amigos con derechos, después de todo. Hemos estado juntos 2 años, aunque la mayoría fue fingir que ambos sentíamos algo solo para la satisfacción de nuestras madres.

—No quiero terminar mal contigo, tampoco quiero que digas directamente que yo rompí contigo—confiesa, si, su tono era como si acabara de decirme una confesión enorme—Por eso te estoy dando la opción de amigos con derechos.

Ahora no podía ocultar mi expresión de asco. ¿De verdad me estaba diciendo que quería ser amigos con derechos? Sabía a que se refería querer tener toda la libertad conmigo siendo solo amigos, era algo que no iba a aceptar. En este momento me di cuenta realmente de como era Alexander y mi corazón no solo se había roto, había hecho que yo abriera los ojos preguntándome realmente que hacía ahí con una persona que creía conocer.

No iba a llorar frente a él, odiaría hacerlo. Porque aunque quería negar que dolía no podía hacerlo, solo sabía que debía romper el lazo que nos unía, al lazo que estaba lastimándome y aburriéndome día tras día.

Tampoco era como que tuviera ganas de llorar a mares, tenía mas enojo que nada por las libertades que él se podía tomar aún estando conmigo. El esperaba una respuesta mientras saludaba de lejos a sus amigos.

—Preferiría no estar mas como pareja, he tratado de terminar esto que no funcionó en lo absoluto desde hace tiempo, fue difícil, pero siento que es la mejor decisión.

Antes de que el respondiera algo más preferí darle la espalda para no escuchar su respuesta, había tenido suficiente con lo que había hecho. Solo faltaban dos semanas para que él se fuera y así no lo vería seguido. Como si con esto que acababa de pasar no tuviera suficiente, él vive frente a mi casa ya que nuestros padres decidieron estar en el mismo suburbio.

Gracias a ellos tendría que verlo también al salir de mi casa, aunque ya no importaba estaba dispuesta a poner el contacto cero en curso.

No quería seguir fingiendo que ambos éramos algo y que estábamos enamorados porque todo tipo de amor o sentimiento se había esfumado.

Mi plan de contacto cero había fallado un poco, mi madre insistió en ir a despedirlo al aeropuerto. Solo nosotras con la madre de Alexander, ellas no sabían que había pasado entre ambos y prefería que así siguiera. No se lo comenté a mi madre ya que iba a ser un martirio lidiar con sus preguntas y tipos de consuelo pensando que acababa de terminar mi primera relación, claro que la versión que le daría no iba a decir lo de amigos con derechos.

Los amigos de Alexander no habían llegado a despedirse de él, supongo que ya lo habían hecho antes. Era incomodo ya que solo miraba como su madre se despedía de él y el me dirigía ciertas miradas que me hacían ponerme nerviosa.

Ya quiero irme de aquí.

Cuando fue mi turno de despedirme su madre y la mía nos veían por detrás, tenía cierto remordimiento por estar aquí después de lo que había pasado. Me sentía mal por tener que fingir que todo estaba bien, porque claro que estaba tratando de sonreír mientras el me abrazó y mis brazos estaban a los costados.

—Espero que estés bien, trataré de verte cuando regrese.

¿Estaba de broma verdad?

—¿Vernos? Supongo que piensas que he dicho que si a lo de amigos con derecho.

—No, pero eso no significa que no podríamos seguir siendo amigos.

—Créeme que lo que menos quiero ahora es que lo seamos, solo vine a despedirme de ti porque mi madre me obligó. O ¿Quieres que le cuente a tu madre de tu propuesta?

Ambos nos quedábamos mirando el uno al otro no de una manera muy amigable, había cierta tensión, pero no era aquella tensión de la bonita, era de la horrible ugh.

—¿Le dirás?

—No pienso comentarles que hemos roto, después les soltaré la bomba—Me sincero con él, parecíamos extraños en este punto—No quiero fastidiar mis vacaciones de verano tan rápido.

—Comprendo, a la mía no pude decirle nada, estuvo emocionada de que vinieras y le hacía ilusión.

Antes de que Alexander dijera algo más el megáfono se escuchó anunciando el siguiente vuelo que era el suyo. Justo cuando voltee, el me volvió a abrazar y me dio un maldito beso en la mejilla el cual quería borrar de ella.

Me alejé de él diciéndole solo adiós mientras mi madre y la de ella decían que esperara aquí en lo que lo acompañaban a la puerta. Me ofrecieron ir, pero me negué absolutamente a ello.

Tal vez necesitaba algo de aire.

Sujeté mi bolso con fuerza a mi lado para que no cayera, para finalmente caminar hacia la entrada.

Las personas iban tan rápido de regreso con maletas en mano que, se me hacía imposible poder caminar bien. No obstante, choqué con alguien y mi bolso cayó al suelo y entre tanta gente tuve que detenerme para ponerme en cuclillas y agarrarlo. Entonces vi que alguien estaba de pie también detenido como yo, pero entre su zapato tenía pisando la orilla de mi bolso.

—Lo siento—intenté hablar y me levanté—Estas pisando mi bolso.

Al momento de mirarlo mi odio aumentó, aquel chico con su tez blanca y cabello negro estaba mirando hacia el frente y no observaba hacia abajo. Tratando de ser un grosero me imagino, como era su costumbre.

—Disculpa creo que, no pude ser más clara. ¿Podrías quitar tu pie de la correa de mi bolso?

El chico de mala gana quitó su pie y mientras le decía gracias y me agachaba a recogerlo, oí como dijo "adiós" en el teléfono y me siguió observando. Me puse de pie y me miró con determinación iba a irme, necesitaba salir de aquí. ¿Y cómo no iba a querer irme?  estaba de pie ante mi peor enemigo.

KANE GREEN el chico estuvo por todos lados en mis años escolares, desde la primaria. ¿Sorprendente no? La mayoría de las veces piensan que estarás con una persona con la que conoces desde la infancia, sin embargo, yo odiaba a Kane.

¿Mis razones? Siempre tenía un ego alto con todo mundo, no era conocido por una persona popular, mas bien era conocido por el lado raro misterioso y mujeriego. No había interactuado mucho con él a finales de primer año en preparatoria el se había ido, dejando el segundo año sin su estúpida presencia. Nunca supe el porqué se fue y prefería que así siga.

Lo mas raro es que Kane no destacaba por ser un gran deportista, tener alguna banda, ser atractivo (aunque si lo era) no quería adentrarme mucho a describirlo. Era conocido por siempre ser el de las notas altas de cualquier clase. Okay, eso no tiene nada de malo. PERO era un misterio ya que casi nunca entraba a las clases como para que las sacara, supongo que pudo ser una razón por la cual se había ido.

El inteligente y guapo Así solían describirlo medio mundo. Nunca interactúe con él y lo agradecía ya que solo era un grosero con las demás personas, aun así lo odiaba.

Bueno, creo que lo estaba exagerando un poco.  Pero si era una persona que llegaba a odiar aunque el sentimiento era mínimo.

—¿Te conozco?

¿¡ES UNA BROMA!? Esta persona estaba haciendo como si no me conociera cuando literalmente hemos estado topándonos varios años escolares.

—Creo que no hablas mi idioma al parecer—Dijo con arrogancia y aclaró algo su voz—necesito saber algo de aquí de Washington no venía desde hace algunos meses, aunque creo que eso estaría de más explicártelo.

Me estaba hablando como si fuera una tonta, como si no entendiera realmente lo que él había dicho.

—Si nací aquí y vivo aquí—Mencioné con gentileza tratando de mantener la calma después de lo grosero que fue— Dime, ¿Qué necesitas saber de Washington?

El chico hizo una sonrisa y metió su celular a sus bolsillos. Al igual metió sus manos.

—Necesito saber algún numero de un taxi de aquí de la ciudad, acabo de llegar y no conozco muchos números de aquí ¿sabes?

—Me encantaría, pero ocupo salir.

—No habrá problema, también quisiera salir. —Miró hacia el frente evitando contacto visual—Podrías darme el número ahí.

Coloqué bien mi bolso y caminé hacia la salida, no faltaba mucho, pero íbamos en silencio y lo único que hacía presencia era el sonido de la gente de un lado a otro. Creí que saldría de aquí llorando por la despedida que había hecho con Alexander. Pero al contrario estoy saliendo con un muy mal genio y con el susodicho grosero a mi lado.

Lo observé un poco, era imposible no verlo y no porque fuese guapo. Aunque odiaba admitirlo que lo era, sino que era todo un amargado desde que lo había conocido. Se exactamente quien es, pero no es que quiera entablar alguna conversación con él.

Tranquila Jayne trata solo de ser amable.

—¿No hablas mucho no?

Preguntó a mi lado.

—No suelo hablar mucho con personas groseras y desconocidas para mí, no es que no sea de hablar mucho solo que no quiero hablar con un desconocido.

Lo que más hacía cuando estaba con alguien era hablar, creo que hablar hasta más no poder callar el silencio que nos rodea de alguna manera. Me suele dar incomodidad estar con alguien y no hablar de nada es por ello por lo que siempre intento tener algún tema de conversación.

—Puedes tomarme como un desconocido o no, pero, da igual ya si quieres hablar solo era una pregunta.

—Y lo mío una respuesta, es lo que se da cuando te hacen una ¿no?

El no dijo nada y solo sonrió y yo aparté mi mirada de él y la seguí manteniendo al frente. Al llegar afuera me di cuenta de que mi madre y la de Alexander aún no regresaban. Eso significa que seguiré estando con el susodicho.

El estaba recargado en la afuera del aeropuerto y yo estaba de pie mirando el teléfono, antes de marcar noté que no quitaba su mirada extraña de encima de mí. Así que para evitar eso, decidí buscar un número de taxi entre mis contactos, al encontrarlo comencé a marcar y le ofrecí mi teléfono y este me miró extrañado.

—Toma, estoy marcando al taxi puedes pedirlo desde mi teléfono no veo problema en ello. —le ofrecí mi teléfono frente a él—El hecho de que tú seas grosero conmigo no significa que yo deba serlo.

—Eres extraña.

Al decir esto, agarró el teléfono con delicadeza y comenzó a hablar con el tipo. Mientras él hablaba yo miraba a la nada, estaba pensando el alexander. ¿El vuelo iría bien? ¿Estará mejor a dónde va? ¿Me llamaría? Eran cientos de preguntas supongo que cuando te despides de alguien suelen llegarte a la mente como si una bomba explotara en tu cabeza de ellas. No sabía ni porque me lo preguntaba si había sido un completo idiota conmigo.

Alguien tocó mi hombro y me hizo sobresaltarme y regresar a la realidad. Era el chico, me tendió el teléfono con su mano y yo lo agarré.

—Veo que te has despedido de alguien—dirigió su mirada al frente donde pasaban algunos autos después de verme un poco—Suele ser duro algunas veces ¿no?, despedirse de alguien al cual querías y esas estupideces que se inventa la gente al sentir algo y luego darte cuenta de que ya no está.

—Me despedí de alguien, pero, no estoy así porque fuese una estupidez. Al contrario, creo que duele decir adiós algunas veces con personas que marcaron tu vida, es un sentimiento extraño que es inevitable.

¿Por qué estoy hablando de esto con un chico que odiaba? Piensa extraño, no me da buena pinta y esta llenó de amargura a donde sea que va al parecer y la contagia un poco a la persona que se le acerqué. Llevaba su maleta rojiza en una mano, y aún seguía recargado con la otra mano en su bolsillo.

—Escucha extraña, decir adiós no está mal pero tampoco te diré que está bien. Sin embargo, muchas veces diremos adiós en nuestras vidas y aunque no lo creas tendrás que aceptarlo tarde o temprano de que las personas se van—terminó frío—Debes aceptar las cosas.

Tal vez deber aceptar las cosas era lo que debía hacer, pero, aun así, la forma de pensar de este chico era extraña para tener tan solo 17 años. No me explicaba como de estar llorando terminé con un chico odioso en las afueras de un aeropuerto.

—No me llamo chica extraña, me llamo Jayne—le dije para que supiera, aunque era evidente quien era yo—Y si, aceptar las cosas es lo que muchos debemos hacer, pero cuesta tiempo. Cuesta tiempo aceptar.

—Jayne—me miró como si me estuviese examinando, no dándole importancia a lo que le había dicho—Ese nombre es extraño, ¿no lo crees?

—¿Qué más te da a ti?

—Cierto. Me importa poco.

—¿Tú no preguntaras como me llamo?

—No, no es de gran interés.

Una parte de mi quería que todo fuera menos incomodo, no quería estar solo en silencio mientras el miraba su teléfono. Vi como mi madre salía con la señora Mc clay y nos vio a mi y a Kane del lado del otro. Una sonrisa se formó en su rostro como si estuviese pensando algo que claramente no pasaría.

—Ya nos iremos querida—Sonrió con delicadeza y su mirada se desplazó hacia Kane—Oh disculpa, ¿es tu amigo?

Negué con la cabeza—Es solo un extranjero que me pedía unas direcciones.

Kane me miró con la ceja levantada, si el no me conocía podía hacer que yo tampoco a él. De todas formas, ya no estaba en la preparatoria.

—Si, vengo de Londres y estaba solo pidiendo unos números de taxi.

Por lo menos contestó de una forma educada.

—¿Ocupas ayuda? —Se refirió a Kane—Podemos llevarte al lugar que quieres si es que está cerca, debe ser difícil estar solo en la ciudad.

¿De verdad estaba ofreciendo llevarlo? Creo que por mi mente no pasaba ir en el auto con él. Supongo que dirá que no, mi madre solo observaba al igual que la señora Mc clay esperando alguna respuesta.

Espero que diga que no.

Me he dado cuenta de que no debo de esperar algo o imaginarme que será como yo lo pienso, pensaba que Kane no iba a querer aceptar lo que la señora Mc clay le había ofrecido, sin embargo, vuelvo a decir que estoy optando por no esperar que algo pase como yo quiero.

Porqué el maldito dijo que sí. ¿La razón? Ni siquiera yo lo sabía, pensaba que iba a negarse.

Estaba en la parte detrás del auto, él iba a mi lado, aunque íbamos algo pegados ya que la señora Mc clay había optado por subir la maleta aquí atrás también, estaba concentrado mirando por la ventana y yo solo trataba de tener cero contacto visual con él. Así que también opté por mirar a la ventanilla del lado contrario, supongo que solo estaríamos así unos pocos minutos más.

—Y dime chico, ¿Qué haces por aquí solo?

La señora Mc clay pregunta supongo que parar tratar de romper el hielo.

—Mi padre iba a venir a recogerme, pero le salió un imprevisto y tuve que tratar de conseguir un taxi. Vengo regresando de Londres.

—Londres es genial—Sabía que lo había mencionado con entusiasmo— me imagino que fuiste de vacaciones.

—Algo así. Regresé para cursar mi último año de preparatoria.

—¿De verdad? ¿A cuál irás?

Por favor que no sea a la mía, por favor que no sea de nuevo a la misma preparatoria...

Y como era de suponerse era evidente que debía dejar de pedir cosas, porque claro que Kane regresaría de nuevo a la misma preparatoria. Lo único que me consolaba en cierta parte era que no estaríamos en el mismo salón. El último curso que había estado él, estaba en otro grupo diferente al mío.

Estaban platicando de la preparatoria y que él ya estaba antes ahí solo que por problemas tuvo que irse a otro lado a estudiar y luego regresó.

Muchos detalles que no puse atención ya que trataba de ignorar.

—Si necesitas algo podrías decirle a Jayne, no creo que no pueda ayudarte—Esa que habló fue mi madre—Le gusta mucho ayudar a las personas, ¿verdad?

Al momento de asentir ya que me estaba mirando por el espejito del auto vi como se podía ver a Kane ocultando una sonrisa como si aquello le hubiera causado gracia. Claro que no se había dado cuenta de esto ya que no veía el espejo que estaba frente a mí.

Después de ese incomodo momento llegamos a una casa donde suponía que él vivía, agradecía que mi sufrimiento por fin había terminado y que el enemigo se iría.

Se bajó junto con su maleta, y se recargó en el portón de la entrada de su casa y antes de que el auto avanzara, pude verlo. Pocos segundos bastaron para que nuestras miradas se conectaran y ambos apartáramos la mirada.

No sé qué sentí al mirarlo de esa forma o a la manera en que nuestras miradas se cruzaron así, pero, no creo que vaya a importar en lo absoluto.

Me encogí un poco de hombros y suspiré. Me acomodé de una mejor manera para estar cómoda en el auto y crucé mis piernas. Cerré los ojos y dejé que mi mente se cerrará hasta que llagara a casa.

Siento que muchas veces crees que despedirte de alguien es el fin de algo importante en nuestras vidas, en este momento cuando me separé de aquel abrazo de Alexander y de la calidez de su cuerpo lo creí así, que era el fin de algo. Pero no, era un comienzo. Un comienzo que en ese entonces no sabría que existiría y bueno, puedo decir que muchas veces no solemos diferenciar un comienzo de un fin y que es difícil predecirlo o distinguirlo.

N/A
Seguramente se quedarán con muchas dudas con esto, verán todo será aclarado en los próximos capítulos ya nuevos y corregidos. Espero les guste. Los amo.
M. G

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