8

JAYNE

No sé cuánto tiempo tenía sin ser la novia "de" y así iba a seguir siendo hasta que un idiota se atravesó literalmente en mi camino hoy diciendo en frente de muchas personas que yo era su novia. No sabía lo que sentía, realmente era una mezcla de sentimientos raros en mí porque era toda una sorpresa para todos e incluso para mi. Ignoraba la razón por la cual Kane había dicho eso, también estaba tan confundida porque el tipo de relación que tenían él y Martha.

En el estacionamiento me zafé de su agarre para evitar contacto con él y pareció sorprenderle que me quitara su brazo de mi.

—Gracias por la ayuda Collins—menciona con burla—me has ayudado a quitarme una loca de encima.

—¿Usarme es ayudarte? ¿Estás idiota?

—Martha me tenia algo harto ya y además como no inventarle que somos novios si eres la chica que odia, la tendré alejada mucho más tiempo.

Cuando dijo esto me dio una palmada en mi cabeza y antes de yo poder reaccionar él la quitó y se acercó hacia su auto. Por esta vez yo me acerqué hacia él quedando al lado de la puerta del conductor. Él seguía de pie y su brazo estaba descansando en la puerta abierta.

—¿Sabes en el problema que me has metido?

—No exageres, no muchas personas escucharon— sabía que lo decía incrédulo, estoy segura que fueron las suficientes personas para que comenzaran los rumores—además te vendría bien decir que tienes a alguien en estos momentos.

¿A que se refería?

—Tu sabes que todos hablan de ti últimamente porque tu novio te engañó con Martha—explica—ahora todos pensarán que no te dolió en absoluto lo qué pasó con ellos y ya avanzaste a otra relación.

—Yo pienso que será todo lo contrario a eso.

—Como sea, te hice un favor y tú me lo hiciste a mi. Así que estamos a mano, ¿no?

Me quedé de pie tratando de asimilar lo que estaba diciendo y viendo si sacaría ventaja a algo de ello. La respuesta era que no, no podía sacar ventaja de nada quedaría peor yo ante todos. Kane seguía mirándome esperando alguna respuesta lo peor era que no tenía alguna, estaba sintiéndome nerviosa por alguna razón. Sabía que no era por él eran otra clase de nervios.

—No estamos a mano.

—De todas formas estoy seguro que he ayudado en algo—guiña su ojo—¿Quieres que te lleve a casa?

Negué con la cabeza—No, no lo veo necesario ya no tienes que fingir ya nadie está viendo y nadie verá cómo me subo a tu auto.

—No estaba fingiendo solo trataba de ser amable contigo—sube finalmente y cierra la puerta con el vidrio por debajo—Nos vemos.

No se si fue por el momento o fue por qué no podía moverme por tratar de procesar lo que había pasado hace poco pero me quedé de pie hasta mirar cómo se iba su auto. Archie estaba esperándome lo sabía, veía el auto de reojo pero yo no podía moverme ya que aún trataba de asimilar.

Probablemente Kane tenía razón en decir que estábamos a mano, quizás esta sería la salida para que todo mundo dejara de hablar de la dichosa pareja que tenía, esperaba que los rumores se fueran y que pasara desapercibido lo que había pasado. Finalmente di media vuelta y me dirigí al auto donde Archie me estaba esperando, no hablé con él por primera vez y él tampoco quiso saber que hacía yo ahí de pie y agradecía aquello. No sabía ni siquiera cómo podía explicarse lo qué pasó en tan pocos minutos.

Porque algunas veces ni siquiera nos damos cuenta como nuestra vida puede dar un vuelco total a toda ella por una simple persona. Y aunque suene cliché no muchas veces es una persona buena.

Normalmente llegar a casa era una cosa relajante, tener la casa para mi sola y no escuchar discusiones y tener que pelear con mis padres me relajaba demasiado. Toda esa relajación se vio en peligro cuando al llegar vi la camioneta blanca de mi madre fuera de mi casa.

—¿Que hace la camioneta aquí?

—Oh, su madre vino esta mañana—anuncia mientras entramos al estacionamiento—pensé que ya lo sabía dijo que la llamaría para salir a comer o algo así escuché, sabe que a veces habla muy rápido.

Para mi era una total sorpresa que ella estuviera en casa pero también quería verlo como una señal para acabar con todo lo que había pasado y dar por sentadas las cosas oficialmente con ella. Sabía que estaba tratando con fuego ya que el tema de Alexander no se lo iba a tomar bien, ella y la señora Mc clay duraron planeando muchas cosas por años y más sobre nosotros.

Que asco una vida planeada

Al momento de entrar a casa sentía que estaba sola pero después un ruido en la sala me hizo llamar la atención y darme cuenta que mi madre estaba realmente aquí. Caminé hacia la sala tratando de acomodar mi mente y las palabras adecuadas de cómo comenzaría el tema de lo que había pasado, de que abarcaría cada cosa y como podría hacerlo sin que ella se molestara.

Mi madre solía ser algo bipolar a veces las cosas no le afectaban y después lo hacían y otras era viceversa, su comportamiento era de enojo y después estaba feliz. Nunca podía entenderla, suponía que era por el trabajo.

Al llegar a la sala vi como mi madre estaba con la laptop sobre sus piernas, tecleaba con una mano y con la otra tomaba su teléfono para contestar una llamada. Cuando se percató de que estaba frente a ella colgó la llamada y bajó un poco la pantalla de su laptop para mirarme más.

—Iba a llamarte Jayne pero apenas llegue a casa y tuve muchas cosas pendientes.

—Lo se, suponía eso.

—Sé que de seguro quieres hablar de muchas cosas cariño pero ahora mismo tengo que terminar de enviar los catálogos de la nueva línea de ropa que saldrá a las otras empresas—Su voz era suave—Podríamos hablar en un otro momento quizás.

—Lo que tengo que hablar no lo puedo hablar después.

—¿Es sobre ti y Alexander?—asentí—No veo porque no puedas esperar para hablar de su relación.

Sabía que no lo entendería mientras yo no hablara,más porque estaría aún concentrada en sus cosas. Por primera vez traté de armarme de valor lo suficientemente para poder hablar de las cosas como deberían, le había dado muchas vueltas a todo este asunto por miedo a lo que pasaría conmigo. Pero ya no tengo miedo, quiero gritarle a todos que ya no soy nada de él para evitarlo lo que sigue de mis días, quiero romper toda relación con él después de todo lo que me había hecho.

Estar de pie frente a ella me hacía querer gritarle por no prestarme un poco de atención en toda mi vida y se que poco se quedaba corto.

—Pienso hablar directamente contigo—mi madre sigue mirando su ordenador—Verás, las cosas se complicaron un poco...

—Jayne si hablas de la preparatoria no te preocupes cariño, a veces es difícil pero solo con que pases las materias—murmura por lo bajo mientras sigue pegada a esa cosa—Yo se que no te gusta sacar buenas calificaciones, pero que le vamos a hacer.

—Mamá no hablo de la preparatoria, quiero hablar contigo sobre mi relación. ¿No pones atención suficiente?

—Oh cariño se que quieres hablar—¿de verdad sabía de lo que quería hablar?—Se que tú ya no eres una niña, bueno si lo eres pero sé que también las parejas tienen ganas de probar... otras cosas.

No por favor que no sea la típica platica que estoy pensando que es...

—Yo no te prohibiré nada porque sé que no estoy la mayoría del tiempo y tú harás lo que quieras—menciona con cierto cansancio—pero si te pido que te cuides, tenemos mucho dinero para que puedas comprarte condones. Hija incluso si a ti te da pena sé que a Archie no le importaría ayudarte—Mira a Archie que estaba en el marco de la puerta escuchando—¿Verdad?

Me mira con picardía y solo se va. ¿De verdad esto no podía ser más incómodo?

—No quiero ser abuela tan rápido además se que a Marcy no le gustaría que Alexander la hiciera abuela tan rápido tampoco.

—Mamá no estaba refiriéndome a eso—Repuse con fastidio—Yo he decidido terminar con Alexander.

Al momento en que lo dije sentía que un peso se me había quitado de encima, finalmente había podido decir todo lo que guardaba dentro de mí y me carcomía día a día. Su mirada no fue la que esperaba, veía su rostro contraído y sabía que su gesto era de desaprobación, conocía perfectamente su rostro cuando se enojaba o algo no le parecía y está era una de esas veces.

Bajó un poco el ordenador hasta cerrarlo por completo y cruzó sus brazos para mirarme de arriba abajo.

—¿Tu terminaste con él?

—Si, pero fue una decisión mutua—quise explicar para que no se viera tan mal la situación, aunque no tenía nada de malo terminar con alguien.—No quería seguir con él y él tampoco conmigo.

—¿Sabes que tu padre no aprobará lo que acabas de hacer?

—No es mi culpa que no fuéramos compatibles en todos los aspectos—me encogí de hombros por una parte era verdad aquello—No fuimos compatibles mamá, él y yo no somos hechos el uno para otro.

—Esas son cursilerías, ¿tú piensas que todos se casan por amor? No Jayne, no son cuentos—su voz cada vez se notaba con más molestia—¿sabes que tu padre enloquecerá cuando sepa sobre esto? Todo mundo los tenía fichados como la futura primicia empresarial en unos años, teníamos planes, alianzas cercanas entre su familia y la nuestra.

—Aún pueden hacerlos, pero yo no estaré con alguien que no quiero por el simple hecho de que tú y mi padre así lo quieran. Alexander también pensó lo mismo de su lado, él no podía estar con una persona que no ama.

—¿Acaso tienes algún otro novio en estos momentos y por eso lo dejaste?—negué con la cabeza—Tu padre vendrá esta semana a casa, no le quiero decir la noticia aún y no se la diré yo, sé la dirás tú misma.

—Yo le diré pero no puedes enojarte conmigo por decidir con quien estaré, tengo 17 no quería una relación menos seguir con el.

—Jayne tu padre y yo nos casamos a los 19, no ibas a perder el tiempo con Alexander, iban a casarse en 1 o quizás 2 años más.

—Tampoco quiero comprometerme joven, no seguiré sus pasos.

Antes de seguir la conversación con ella el timbre de la puerta se escuchó y después de él sonido alguien golpeaba levemente. No iba a abrir, pero mi mamá insistió en que lo hiciera ya que Archie había salido de casa de nuevo. Al momento de acercarme a abrirla, mi corazón se detuvo. Sentí como por pocos segundos no latía, no bombeaba como la mayoría del tiempo hacía y cuando tomé noción de que no estaba ahí comenzó a latir lentamente como si me estuviera poniendo nerviosa.

¿Porque después de tanto sigue haciendo sentir que mi corazón se quiera salir? Alexander estaba de pie frente a mi, no sé cuánto tiempo estuvimos viéndonos el uno al otro. Una parte de mí lo odiaba, odiaba todo lo que había pasado. Hacía que sintiera cierto hormigueo en mi mano.

Él estaba frente a mi, después de muchas cosas estaba viéndolo frente a frente y lo que me molestaba era que no sentía aquella sensación de asco que sentí cuando lo dejé. Mis ojos se quedaron fijos en los suyos por un momento lo inexplicable era que aún sentía que había conexión entre ambos y sabía que estaba mal, sabía que no podía perdonar a la persona que me había sido infiel e incluso me hizo sentir miserable 2 años completos.

Era irónico pero recordaba en estos momentos aquella vez que estaba fuera de mi casa para pedirme salir con él. Sentía que esto era un deja vú.

En su mano traía unas orquídeas, el color del papel era lila así que resaltaban entre ellas.

—Mi madre pensó que debía visitarte ya que vine unos días—aclaró—fui obligado así que no quiero que pienses que no te doy tu espacio.

—No pensaba eso, solo que ya pasaron algunas semanas...

—No he podido hablar con mi madre de eso—dice con cierto tono que reflejaba pena—lo he intentado sabes, pero no he podido hacerlo cada que quiero tocar el tema ella saca otras cosas y evita que yo pueda decir algo.

—Le acabo de decir a mi madre que ya no estamos juntos así que no tienes la obligación de estar aquí—dije de manera cortante—No se lo tomó muy bien por si piensas preguntar él como fue.

—Se que no se lo tomaría bien, no puedo imaginarme como lo hará la mía.—mira hacia abajo tratando de no decir nada más pero estira su brazo frente a mi—son para ti, quería traerte algo.

—Que lindo—ironicé—¿Es una orquídea por cada chica con la que estuviste estando conmigo? Que considerado.

—Jayne...

No sabía porque me estaba comportando de esa forma, sentía que era un alivio para mí tratarlo así. Sentía que calmaba un fuego que estaba dentro de mi cuerpo y un enojo que no podía sacar fácilmente, creía que la infidelidad de él no me había hecho sentir mal o que me daba igual pero me daba cuenta que cada vez que se mencionaba o tocaba el tema viniendo de cualquier persona la sensación crecía y crecía como si en algún momento fuera a explotar.

—Las aceptaré solo porque están lindas pero debes entender que no tienes mucho que hacer aquí, ahora todo es un lío.

—Estaré aquí unos días por si quieres hablar—mencionó y yo me sorprendí de lo que había dicho—quería que termináramos bien Jayne, sabes que los dos no estábamos bien en una relación. Tu mereces más y yo también merezco. De todas formas quiero decirte que aún siento algo por ti, pero no quiero que estemos aferrados a algo que no puede ser.

Claro que no podía ser, ambos éramos tan distintos ahora a diferencia de como éramos al principio de todo. Últimamente me hacía demasiadas preguntas y una de ellas era si verdaderamente estaba enamorada al 100% de Alexander o solo lo estaba porque era la única persona con la que había interactuado de tal forma.

—No pelearé contigo Alexander, no quiero perder mi tiempo.—un pequeño silencio se notó entre ambos, así que saque lo que pensaba fácilmente—Me imagino que verás a Martha—no respondió nada—Sea lo que sea que te diga de mi hazle caso.

Si él iba a jugar conmigo, ¿porque no podía jugar también yo? Sabía que Martha le iría con el chisme de lo que Kane le había dicho, quería que él sintiera lo mismo que yo sentía al saber que estaba con alguien más. Después de lo que dijo aún sentía algo por mi, quería aprovecharme de ese sentimiento.

Su mirada de sorpresa fue notoria, no la ocultó en lo absoluto.

—¿De que hablas?

—Después te darás cuenta, si no te lo dice ella alguien más te dirá.

—Jayne, quiero formalizar con ella. Se que es muy pronto porque lo de nosotros es algo reciente pero sabes que ambos estamos intentando superarlo y yo quiero superar todo con ella.

No sabía que se necesitaba de otra persona para superar lo que tú mismo viviste. Porque claro que no era así.

—Me alegro por ti—fingí sonrisa—solo que toma en cuenta que no ocupas a una persona para superar tus cosas, si ese es tu pensamiento idiota entonces deberías de cambiar tú.

Él se quedó sin palabras pude ver como su boca se había abierto para decir algo y la cerró rápidamente. No sabía si él seguiría hablando pero yo no me quedaría mucho con el aquí.

—¿No te dan celos?

Reí por lo bajo—Ella nunca será lo que yo soy y estoy tan segura que no causa alguna especie de Celos en mi, no sé si lo dijiste para hacerme sentir celosa pero no te funcionó.

No sabía a qué estaba jugando pero estaba cansada de estar aquí de pie frente a él escuchando cada mentira o cada excusa que salía de su boca. Para terminar la conversación solo le dije adiós y le cerré la puerta, el ramo de orquídeas era bonito pero sabiendo de quien venía solo hacía sentir que mi estómago se revolvía cada vez más cada que lo miraba.

Tiré el ramo de orquídeas arriba de la mesa y subí a mi habitación, no quería hablar con nadie y por una vez quería estar totalmente sola y sin escuchar reproches o cosas similares.

_*_

Kane tuvo razón al decir que no se recorrería lo nuestro tan rápido, solo estaba circulando como un rumor más nadie lo aseguraba. Ni siquiera yo lo hacía, nadie se atrevía a preguntarme nada pero no sabía si con él lo hacían. Emma y Rose pensaron que sólo era un invento, no entré en detalles de lo que había pasado ya que sentía que había cosas más importantes de las que debía ocuparme.

Hoy íbamos a entregar las donaciones, todos íbamos en una vann blanca hacia el asilo. Por primera vez la suerte estaba tan de mi lado ya que no me tocó ir al lado de Kane, lo agradecía ya que tenía muchas cosas que pensar. Solo dejaríamos las cosas que habíamos comprado, tomaríamos algunas fotos y después nos iríamos aunque no sé si también tendríamos que convivir con los ancianos o solo sería una actividad aparte.

Al momento de llegar todos nos bajamos ya que primero nos darían un recorrido pequeño para conocer más sobre el lugar. Iba caminando al lado de una chica, estábamos viendo las instalaciones mientras hablaba una de las cuidadoras del lugar. Antes de seguir con el recorrido hizo una pausa para ir a llenar unos papeles, yo observaba de pie como muchos ancianos jugaban cartas entre ellos, algunos veían la televisión y otros solo estaban sentados comiendo, se veían felices dentro de lo que cabe.

—Oye Collins—al oír ese nombre a mi lado no pude evitar girar mis ojos, ¿acaso era la semana de que un idiota molestara?—¿Crees que las donaciones las usen o hagan otras cosas?

—¿De que hablas?

Seguí sin voltear a verlo, miraba aún más mientras esperaba su respuesta. Los demás se habían alejado un poco para conversar supongo.

—Si, crees que las usen para ellos o que vendan las cosas o las regalen en los bingos que hacen—Dijo en tono bromista—¿Puedes imaginarte que hagan lo de la venta?

—No veo porque lo harían.

Claro, no quería hablarle. No estaba molesta con el, solo quería tratar de evitar temas...

—Se que estás molesta por haber dicho eso—me sorprendió como lo dijo—Sabes que no lo hice con mala intención pensé que podíamos ayudarnos entre ambos.

Me giré hacia el—Creo que podías preguntarme si estaba dispuesta a aceptar tal mentira pero tal vez tengas razón, podría servirme.

—¿De verdad?

—Si

—¿Entonces no estás molesta?

—Ya me da igual Kane, no quiero seguir discutiendo mucho sobre las cosas. Si pasan es por algo si no no puedo hacer mucho.

Sabía que había contestado de una manera seca, cortante, algo profunda y exagerada. Sin embargo no quería lidiar con las personas hoy, quería tratar de estar tranquila aunque mi mente no quisiera que lo estuviera.

—¿Acaso estás bien?

—¿Me acabas de preguntar si estoy bien?—asintió serio frente a mi, al parecer esto no era una broma—la que debería preguntar eso soy yo a ti, es raro que me preguntes si estoy bien cuando no nos conocemos del todo.

—¿Piensas eso?

—Bueno tú eres mi enemigo número 1—dije directa—me sorprendería que mi enemigo se preocupara por mi preguntando si estoy bien ya que no nos conocemos del todo.

—¿Y porque no me dejas conocerte?

—¿Disculpa?

—Si, piensas que no nos conocemos del todo yo he tratado de ser amable contigo para llevarnos mejor—confiesa—pero si dejaras que te conociera no dirías que no nos conocemos.

—¿Y porque debería dejar que me conozcas? Sabes lo suficiente, Jayne, la chica rara de la preparatoria que tiene dinero, etcétera.

Comenté con aburrimiento, básicamente esa era mi reputación.

—¿Así es como te conocen?—alza una ceja y sonríe—no lo creo así.

—Pues créelo, es lo menos resumido que puedo decirte.

Antes de que mencionara algo más la chica que nos guiaba regresó y todos nos incorporamos de nuevo para avanzar el recorrido.

El tiempo había pasado tan rápido para cuando me di cuenta ya era hora de tomar la fotografía. El profesor Standford estaba al frente sujetando algunas bolsas con donaciones, yo me incorporé hasta atrás para no hacerme notar demasiado. Después de aquella fotografía nos regresamos finalmente a la preparatoria, todo el camino estuve tratando de darle vuelta una y mil veces a las cosas pero finalmente me relajé en el asiento y traté de evitar seguir pensando en eso.

Al momento de llegar sabía que tendría que lidiar con la idea de ir de nuevo a casa lo cual no me agradaba del todo ya que tenía que lidiar con mi madre probablemente.

—Puedo llevarte si quieres—una voz a mi lado me hace salir de mis pensamientos—No deberías ir caminando como si nada Jayne, podrían robarte.

—Quisiera pensar que soy una chica normal e ir sin el miedo de que nadie me asaltará, Gracias.

—Nunca he entendido porque la gente prefiere caminar que ir en autobús o en un auto cuando alguien les ofrece.

—Solo harías que los rumores se fueran esparciendo aún más, ¿sabes?

—¿Te suele importar mucho lo que digan de ti no? De alguna forma he podido notar como te preocupan las cosas y deberías entender que todas las personas siempre hablarán de ti, no deberías frenarte a hacer cosas que quieres o que puedes solo por el hecho del que dirán.

Probablemente tenía razón tomaba algunas veces el como verían las personas las cosas que hacía era algo normal en mi, siempre intenté encajar en una sociedad para llevar una vida tranquila sin chismes a diferencia de las demás personas de mi familia.

—No quiero ir a casa—me sinceré—odiaría estar ahí hoy.

El rostro de Kane parecía sorprendido sin embargo no quise darle mucha importancia, quizás sentía que debía hablar con alguien sobre eso que no fueran mis amigas.

—Podría invitarte a algún lado si eso quieres.

—No quiero ir a un bar de mala muerte y mucho menos a hacerme un tatuaje—fueron los primeros lugares que se vinieron a mi mente—odio eso.

Comenzó a reír—¿Tan mal fichado me tienes?

—No me lo tomes a mal pero tampoco quiero salir a ningún sitio—podría evitar los problemas si me encierro en mi habitación todo el día—prefiero ir a casa.

—Sueles ser algo bipolar. Pero está bien, te llevaré a tu casa.

Sin decir nada más nos dirigimos al estacionamiento, al sentarme en su auto sentía extraño por el simple hecho de mirarlo a mi lado. No dije nada así que solo trate de relajarme.

En todo el camino no mencionamos mucho, sin embargo no sentía que fuera incómodo estar con él y por una parte sentía que estaba traicionándome a mi misma. Al llegar a casa el auto se detuvo y yo solo miraba que alguien estaba de pie en la puerta de mi casa, con solo ver el color de su cabello sabía de quien se trataba. Parece como si sintiera mi mirada ya que se giró a mirarme y su sonrisa se contrajo.

—Vaya, veo que estarás algo ocupada.

—Parece ser que es la semana de que me molesten los idiotas—murmuré con fastidio—Gracias por traerme.

No dijo nada y yo simplemente bajé del auto, no miré a Kane ya que mi mirada estaba fija hacia el frente fue entonces que Alexander dio un paso hacia mi y yo me detuve para mirarlo con fastidio. El no dijo nada pero sabía perfectamente que estaba mirando hacia atrás mío, quise voltear pero me fue incapaz cuando su mano tomó mi rostro y se inclinó para darme un beso.

Me besó y aunque quería decir que fue el peor beso que había recibido, aunque quería decir que odiaba la sensación de sus labios en los míos me fue incapaz por que una parte de mi corazón se ablandaba. Quería dejar de sentir la más mínima cosa por él, me quité tan rápido como tuve consciencia de mi misma y segura le di una cachetada.

El dolor en mi mano palpitaba pero no quería que él viera que me había dolido.

—¿Que piensas qué haces?

—No puedo dejar que salgas con él, ¿estás loca?

—¿Me besaste para que Kane te viera y se alejara? El que está loco eres tú, yo no he puesto impedimento entre tú y Martha, no entiendo porque hiciste eso—me quejé—Tú y yo dejamos de ser algo hace ya meses por si no lo recordabas te lo vuelvo a recordar.

—Jayne podrías estar con cualquier otro chico y vas y te metes con Kane, no es buena persona. Podrá ser una persona inteligente pero no tiene una reputación...

—¿Me vas a hablar tú de reputación cuando me fuiste infiel? Créeme que él tiene mejor reputación que tú—aunque sentía que lo estaba defendiendo sentía que era lo que debía hacer—Puedo estar con quien yo quiera Alexander, ya no debería importarte.

—Martha fue la que me dijo que eran pareja de alguna forma ella se enteró.

—Me alegra que lo haya hecho, así dejas de alucinar que yo te extraño—se me daba bien fingir algunas veces—Si me disculpas tengo que meterme a mi casa estorbas mi camino.

El no dijo nada solo abrió paso, antes de poder entrar toqué la puerta y tuve una lucha interna para no voltearme y mirarlo.

—No sabes lo que estás haciendo.

—Se perfectamente lo que hago y lo sé mejor que tú.

El no sabía con la clase de persona que se estaba metiendo pero prefería tratar de ignorar aquello, no quería entrometerme en su vida y quería que él tampoco lo hiciera. Sabía que para él estaba más que confirmado que yo estaba con Kane, cosa que yo sabía que era mentira pero al parecer Martha se lo tomó muy enserio.

No quise lidiar con mi madre así que evité tocar la cocina.

No se porque sentía que era el día en que mis problemas no habían acabado, si no que acababan de comenzar. Quería suponer que no era así, quería que todo fuera como antes una yo despreocupada y una vida semi normal, pero una parte en el fondo de mi pensaba que las cosas nunca serían como antes y eso me preocupaba.

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