7

JAYNE

Cada vez que estoy en una situación patética me pregunto si yo soy un imán de la mala suerte o si a la mayoría de las personas les pasaban este tipo de cosas.

¿Que tan raro es ir de compras con tu enemigo? Créeme no lo es del todo raro, lo raro es que quiera ser amable o haga un intento de sacar algo de conversación. No suelo ser una persona demasiado odiosa, algunas veces cuando veo que la otra persona hace un esfuerzo trato de poner mi parte, pero esta vez sentía que Kane solo quería molestarme además a quien se le ocurre venir a una tienda al otro lado de la ciudad a las 9 de la noche.

Solo a él, pensaba que estaba de broma que iría por mi.

Ir por los pasillos era algo fácil, solo empujaba el carrito mientras veía aunque estaba algo ida a la vez. Kane era el encargado de poner las cosas en el carro mientras yo solo lo movía y lo detenía cuando él lo decía.

Kane vestía con una sudadera larga con letras extrañas color negro, tenía el gorro de este mismo puesto sobre su cabeza y agarraba los paquetes de pañales para colocarlos en el carrito.

—Se ve algo raro que llevemos tantos pañales en el carrito—menciona de mala gana—¿te dieron el dinero que todos pusieron para los materiales?

Oh, ahí estaba el problema.

—Tengo mi tarjeta después pueden pagarlo en clase, no tengo problema alguno, me había ofrecido a pagarlos de todas formas.

Siempre solía cargar con la tarjeta que mi padre me dejó en caso de emergencias, para mi las emergencias normales por la que la usaba era comida y ropa. Nunca me decía nada, supongo que no tenía el tiempo de checar en qué me gastaba el dinero la mayoría de las veces que la usaba.

—Entiendo, como he sido tu fiel acompañante no planeo poner nada—puse mala cara al instante en que lo dijo, aunque bueno ya tenía una antes supongo que empeoró—Es broma, yo puedo pagar la mitad o podría pagarlo todo yo.

—¿De verdad te ofrecerías a pagarlo todo tu?

—¿Piensas que no tengo dinero?

Ambos nos detuvimos en el pasillo y nos quedamos mirándonos el uno al otro, no quería que pensara lo peor de mi no me refería a eso, me había sorprendido que intentó ser algo amable al pagarlo él.

Negué con la cabeza—No es eso, me sorprende que quieras hacer algo por el club.

—Es algo que nos va a ayudar para la universidad no veo él porque te sorprende que quiera pagarlo yo.

—Como quieras entonces, no me opondré a que lo pagues tú—señalé las cajas entre los pasillos—esa es la caja rápida, supongo que acabaremos más rápido si vamos a pagar ahí.

—¿No hay un límite de artículos?

Ni siquiera lo sabía, no había hecho yo misma un encargo en un supermercado, la mayoría del tiempo mis padres se ocupaban de que todo estuviera en casa mandaban a Archie a conseguir la mayoría de las cosas para que nunca faltara nada. Supuse que no habría un límite de artículos.

—Supongo que no.

Al momento de llegar a la caja Kane me ayudó a sacar la mayoría de las cosas para que la encargada comenzara a pasar por el escáner, mientras yo veía el total en la pequeña pantallita Kane miraba asustado, probablemente no tenía el dinero suficiente para comprarlo, no lo culparía era demasiado para sólo pañales y algo de despensa extra para donar.

Sin esperar a que dijera algo le di mi tarjeta a la chica y pagué, no sin antes mirar como Kane trataba de comprender lo que había pasado en pocos minutos. Después de eso seguimos con el camino hacia la salida, no habíamos mencionado nada sólo estábamos en silencio.

—Yo iba a pagar—Kane pronuncio serio—Iba a hacerlo.

—Supuse que no querrías hacerlo ya que te quedaste congelado al momento en que dijeron el total—reprimí una sonrisa—no tengo problema en haberlo pagado yo, no quedaste mal, quedaste bien al intentar pagarlo.

Al salir yo seguía empujando el carrito para llegar al auto de Kane y subir las cosas. No hacía mucho frío milagrosamente, pero tampoco estaba el clima Perfecto, sentía como el aire golpeaba levemente en mi cara.

—¿De verdad?—su semblante cambió, lo noté cuando miré hacia mi lado—Si te soy sincero se pasaba del dinero que tenía en mi cartera.

—No hay problema.

Seguí empujando el carrito, me daba cuenta que con él era mala siguiendo una conversación. Me tornaba de una forma seca y extraña, mis palabras no salían fácilmente probablemente porque sabía el tipo de chico que él era. Al momento de llegar a su auto él acomodó todo mientras yo me senté en el copiloto para no estorbar mientras subía las cosas.

Me sentía rara de estar de nuevo en su auto, era algo repetitivo estar de nuevo dentro de él no quería que comenzara a hacerse una costumbre.

Al momento de que subió vi como conectaba su teléfono al auto para poner algo de música que se escuchaba solo como fondo, no estaba muy alta.

—¿Es normal en ti no hablar mucho?

—Suelo hablar pero no me gustaría hablar mucho contigo—topé mi cara con la ventanilla—La vez del parque te lo dejé en claro.

Escuché un suspiro que parecía más fastidio.

—Mira, no se cual sea tu problema conmigo pero estoy tratando de ser amable ¿sabes?

—La vez del aeropuerto fuiste algo grosero así que no se cuando vayas a tratar de ser amable o cuando serás un idiota.

Al decir eso lo miré de reojo y me acomodé mejor en el asiento. Quería llegar a casa, quería dejar de sentirme extraña por convivir con el. Sentía que yo misma estaba traicionándome por todas las veces que interactuaba con el, porque ya se estaba haciendo una rutina.

—Estoy intentando cambiar eso—carraspeó su garganta—Te invito a cenar.

Eso había sido repentino y me había extrañado viniendo de él, ¿estaba intentando cambiar ser un idiota? Probablemente era su propósito de Año Nuevo, no lo culparía, tiene un gran genio que hace que actúe tan raro. Lo que más me costaba digerir era que me estaba invitando a cenar, este Kane no era el chico que yo solía conocer o por lo menos la versión de alguien que había visto muchos años.

—¿Que?—pregunté confundida—¿a cenar?

—Creo que es lo menos que podría hacer después de tu pagar todo—detuvo su auto en la luz roja y me miró—¿Te molesta que te invite a cenar? Por lo menos estoy siendo amable, no pagarás tu si te llega a preocupar eso.

No me preocupaba pagar algo si me invitaba a cenar, la mayoría de las veces que salía con Alexander pagábamos la mitad y mitad para mi eso no era un problema. No me molestaba tampoco que tuviera la iniciativa de ir a cenar, solo me extrañaba que mi enemigo lo hiciera.

—¿A donde iremos a cenar?—ignoré su pregunta anterior.

Su sonrisa se extendió de oreja a oreja y al darme cuenta que había preguntado sabía que la había cagado porque estaba optando como si yo ya hubiese aceptado. No lo había hecho solo había preguntado por curiosidad.

—Me sorprende lo fácil que has aceptado—menciona burlón—pensé que me tardaría toda la noche convencerte.

—No he dicho que si, solo es curiosidad.

—Ya veo—su mirada se fue hacia el frente y yo solo lo miraba para que terminara de hablar—¿No tienes hambre?

—Si tengo pero no es como que fuéramos amigos de toda la vida para ir contigo a cenar—explico—Pero, si dijera que si, ¿a qué lugar me llevarías?

Siempre era curiosa, me daba curiosidad saber a qué tipo de sitios irá a cenar él. Más que nada porque han dicho que suele beber mucho a su corta edad, no me imagino a ambos en un bar "cenando" cerveza.

—Sería sorpresa pero no sería un lugar lujoso al que estás acostumbrada a ir eso te lo aseguro.

—Odio esos lugares, solo es una fachada—me sinceré y a la vez me quejé—Todo ahí es demasiado caro y es estupido pagar más de 100 dólares por una carne que sabe igual que una de menor valor en otro sitio.

—Ahora me dirás que nunca has ido a comer a puestesitos qué hay por la calle—se burló—eres Rica Jayne, no me sorprendería que te la vivieras en esos lugares.

—Tengo una amiga que no lo es y no pienses que Alexander me daba la gran vida y que me sacaba mucho de cenar, odio esos lugares—repuse.

No sabía porque cada que tenía que hablar metía algo de Alexander, odiaba que su nombre saliera de mi boca pero también viví un infierno con él. Estaba claro que nunca salíamos por qué él nunca lo quería y solía llevarme a lugares que odiaba. Viéndolo desde este punto podía ver que nunca conocía realmente con quien andaba o por lo menos cambió ya que solía conocer a alguien diferente.

Me quedé pensando en todo lo que había pasado de nuevo y no hablé en absoluto. Estaba en un trance, al momento en que me percaté de nuevo vi como Kane estacionaba su auto y al mirar a ambos lados vi un pequeño restaurante.

—Un restaurante que se llama Don chente no me da buena pinta—mencioné y él se burló por como lo pronuncié—Además yo no he dicho que quería venir.

—Tampoco que no, no supiste ni que responder.

No se veía un lugar de mala muerte, se veía limpio lo podía ver desde mi asiento. Kane bajó del auto y yo bajé también, mientras bajaba estaba pensando en qué tan idiota era esto. El lugar frente a mi parecía una gran casa pero tenía expansiones a los lados, era grande y estaba maravillosa ya que tenía algunas flores pintadas en sus paredes, el cartel que estaba hasta arriba era decorado con luces led y un pequeño sombrero Mexicano.

Al momento de entrar todo era un ambiente cálido, se notaba porque había muchas familias cenando y todos sonreían y la música era de la que ponía ambiente. Yo me senté la mayoría de las mesas eran de madera, me sorprendía la cantidad de gente que había.

Cuando ambos nos sentamos vi una pequeña campana con una tela cubierta de varios colores, rocé con mis dedos la tela mientras Kane miraba hacia los lados.

—¿Has probado la comida Mexicana?

—No, no es común que haya este tipo de restaurantes en la ciudad.

—No quiero asustarte pero queda un poco fuera de la ciudad—menciona y yo dejó de rozar la tela—pero no tardaremos mucho, solo queda a media hora de tu casa.

Menos mal, pensaba que estábamos más lejos.

—¿Aquí es donde sueles venir a comer normalmente?

Negó la cabeza y sonrió—Son amigos de mi padre así que he venido de vez en cuando, él nos suele traer una vez al mes porque está algo lejos.

—Oh ya veo, ¿son mexicanos?

Asintió—Mi padre vivió un tiempo allá antes de que yo naciera, tengo familia por todos lados. El amigo de mi papá es el dueño y su esposa lo ayuda, deben de andar por ahí.

Un chico se acercó a traernos las cartas del lugar, estaban muy lindas decoradas con flores también. Para ser un lugar de un señor estaba decorado de una forma femenina muy bonita, al ver la lista de comida que había no sabía que pedir, la mayoría se veía extraña.

—¿Has probado los tacos?—negué—¿las enchiladas?

—¿No hay hamburguesas?

—Si hay pero te recomendaría algo más Mexicano—rio un poco y yo alcé una ceja al escucharlo—Los tacos son los mejores, deberías probarlos, en la ciudad no hay quien los haga como aquí.

—¿Debo confiar que pidas por mi?

—He venido aquí desde los 8 años, así que tú dime.

—Está bien, quiero unos entonces.

El chico que nos atendería finalmente vino para tomar nuestra orden.

—¿Cuantos pedirás? Me imagino que 2 o 3 para cuidar la figura como dicen la mayoría de las chicas.

Me daba cuenta que era normal en él hacer ese tipo de bromas, no entendía mucho su humor algunas veces.

—Quiero 7.

Su sonrisa se desvaneció al mencionar esto. Le di la carta al chico y Kane también lo hizo.

He viajado por muchos lados del mundo pero nunca había viajado a Mexico, no sabía a qué sabría su comida pero también quería probar cosas nuevas y salir de lo que normalmente conocía. Decidí hacerle caso a Kane aunque se escuchara algo rarito.

En el tiempo que tardaron que no fue mucho en traerlos y tenían muy buena pinta.

—¿De verdad te comerías los 7?

—¿Crees que no suelo comer mucho? Soy fan número 1 de la comida—presumí—he comido tacos pero no de estos.

—Saben mejor cuando se comen con esa salsa—señala a mi lado—podrías echarle un poco y probar, aunque no lo sé a mi algunas veces me pica un poco.

Le eché un poco de salsa al taco y lo mordí. No sabía cuánto tiempo tenía sin comer o probar algo que realmente me gustara por primera vez, pero esta vez sabía tan jodidamente bien que quería casarme con el que hacía los tacos para que toda su vida estuviera haciéndome tacos cada día.

La salsa picaba un poco pero no lo suficiente para ponerte a llorar o toser, era tan delicioso que sin darme cuenta ya me había acabado el taco rápido.

—Me sorprende que nunca hayas comido uno me imaginaba que ya habías viajado por todas partes del mundo—habló mientras agarraba un taco—yo suelo comer 8 o 10 normalmente pero me sorprende que tú comas 7.

—No soy de comer poco.

—Está bien Collins—menciona burlón y se lleva un taco a su boca.

—¿Seguirás llamándome así? Pensé que era broma cuando lo habías dicho.

—Si te digo Jayne se escucha muy formal, odio las formalidades la mayoría de las veces.

Bueno, por lo menos algo teníamos en común pero con diferente contexto. También odiaba la formalidad pero yo hablaba de toda mi vida no de un solo nombre. No sabía cómo llamarlo yo, ¿susodicho? ¿Enemigo de toda la vida? ¿Odioso? ¿Idiota? O simplemente ¿Kane?

No sé cuánto estuvimos intercambiando algunas palabras sobre los tacos pero me los acabé todos y para cuando me di cuenta ya me sentía bastante llena y estaba mirando hacia los lados para distraerme. Probablemente había comido de más pero había valido totalmente la pena.

—Me sorprende que me invites a cenar, creo que no nos hemos llevado muy bien como para hacerlo pero lo agradezco.

—No entiendo porque nos llevamos mal—explica—Sabes no nos llevamos mal por una tontería, yo no me llevo mal contigo tú eres la que no me soporta.

—¿No te llevas mal conmigo?—asintió—¿Entonces porque me trataste de esa forma en el aeropuerto?

—No te traté mal, pienso que lo interpretaste diferente. De todas formas fue una rara coincidencia encontrarte en mi regreso—limpió un poco su boca con una servilleta—¿O me estabas esperando?

Esto último lo había dicho en tono de burla, no pude evitar que una carcajada saliera de mí hasta que recordé aquella sensación cuando me separé de Alexander finalmente en el aeropuerto. Últimamente estaba presente en todos lados, sabía que había dejado de reír porque mi boca no dolía y estaba ahora ida de nuevo en la nada.

¿Es normal que me pase esto?

Una pareja de señores se acercaron a Kane y lo saludaron diciendo que ya se veía más grande que la última vez. Suponía que eran los dueños, se veían amigables.

—Hola mucho gusto—se acercó la señora emocionada hacia mi—Me imagino que eres una amiga de Kane.

Milagrosamente la señora no había optado por decir que era su novia, agradecía aquello.

—Un gusto—estreché mi mano—algo así.

La señora era algo alta, su cabello era rojizo y lo tenía en una coleta. Llevaba puesta una camiseta negra con el logo del restaurante y en un pequeño pin que tenía decia gerente.

—No le hagas mucho caso a este Niño algunas veces suele ser algo chiflado—se quejó y Kane miraba hacia nosotras—No me sorprende el porque no son amigos del todo.

Echó una carcajada el señor a su lado—Es algo duro pero se le da bien ser amigable, lo conocemos desde pequeño así que no te preocupes, a mi esposa le gusta jugar a molestarlo.

—Si es una costumbre que tienen desde que soy pequeño—murmura con fastidio.

—Oh pero no habíamos conocido a una amiga tuya Kane, para ser realistas ni amiga ni novia—murmura la señora—Discúlpame soy tonta no dije mi nombre, me llamo Estefania.

—Jayne—sonreí amable—¿Entonces Kane no había traído a una amiga aquí?

Me sorprendía que no hubiese traído a alguien antes aquí, me imaginaba que era común en él traer algunas chicas a este tipo de lugares. Por lo menos lo asumía después de tantas chicas con las que ha estado o después de mirar su Instagram y ver que su novia era...

Exacto, Kane probablemente tenía novia y yo estaba aquí como si nada con él. Nunca mencionó que tenía novia y podría preguntarle pero me vería algo entrometida.

—Ay cariño ese chico no trae ni a su propia hermana por cuenta propia—se acerca hacia mi oído—tienes las de ganar.

No sabía a qué había venido eso.

—Bueno yo no me he presentado contigo, me llamo Vicente—el señor tiende su mano y yo la tomo—Me imagino que se quedarán a la hora feliz.

—¿Hora feliz?

—Es una tontería esa hora, además tendremos clases mañana—explica Kane—Quizás para otra ocasión.

—Que lastima, estaba segura que a Jayne le encantaría el Mariachi o la música Mexicana que se da después de las 11.

No veía el problema de quedarnos a la Hora feliz, me daba intriga saber de que se trataría ya que se escuchaba algo muy dinámico. Podría fastidiar a Kane haciendo que nos quedáramos un rato aquí, me había fastidiado ya mucho y se veía que no le gustaba esa hora.

Les dije que yo si me quedaría a la hora feliz y Kane puso su cara de fastidio, había logrado el objetivo. Vicente le habla a un chico de los que ayudaban y le da la orden de traer algo que no entendí muy bien.

—¿Me imagino que tú también bebes no?—niego a Estefania—No te preocupes, Kane siempre tiene permiso de su padre de un trago te invitaremos uno de nuestro mejor tequila.

¿Es normal que me quieran emborrachar?

Cuando finalmente se van Kane agarra un poco mi brazo y su toque me hizo sentir un escalofrío raro que recorrió mi cuerpo por completo.

—¿Que estás haciendo?

—Aceptar la hora feliz.

—Odio esa hora—replica—¿No piensas ir a clases también?

No creo que se tarde mucho la hora feliz, no bebería a excepción de solo probar nunca había venido y era nuevo estar aquí así que no me vendría mal probar el famoso tequila.

No bebí mucho, lo sabía porque solo había probado un caballito de cortesía de tequila y no era demasiado. No me había pegado en absoluto el alcohol ya que era poco, tenía sueño y mis ojos se cerraban por cuenta propia en el aula. No sé cuánto tiempo me desvelé no fue mucho, la hora feliz había sido una maravilla, la música y ver a todos bailar era emocionante sin embargo Kane solo se la pasaba de amargado mirando a todos como si estuviese enojado. No hablamos mucho de regreso a mi casa, no tenía mucho que decir y al parecer él tampoco.

No duramos mucho ahí si no que al llegar a casa tenía insomnio y no pude dormir lo que debía. No se cuantas veces veía a la pizarra de forma borrosa e incluso una parte de mí quería salirse del aula e irse a casa.

Vamos solo faltaban 10 minutos para poder salir.

Y de pronto esos 10 minutos se convirtieron en mi siendo regañada por mi profesora por quedarme dormida de nuevo. Le inventé que me sentía mal así que me dijo que podría ir a casa, solo tomé mi mochila y salí de ahí.

Caminar por los pasillos era pesado, cansado y cada paso que daba lo sentía más lento que el anterior. Cuando estaba apunto de salir algo había llamado mi atención, cuando vi que Kane estaba de pie en la entrada de la preparatoria sólo de pie ahí sin hacer nada. Claro que no iba a saludarlo solo pasaría por ahí.

Entonces fue cuando comencé a acercarme aún más y miré a una chica que conocía bastante bien frente a él me detuve a unos pocos metros detrás de ellos.

—¡Te he dicho que no me busques! ¿Estás loca?

—Quiero saber si es verdad lo que me has dicho—balbucea—¿Como puede ser que así como llegues ya tengas una novia? Por dios Kane no hace mucho nos vimos de nuevo.

Ouh entonces ellos si eran algo, después de lo que había visto en su Instagram tenía duda pero ya no me queda alguna. Ambos estaban saliendo y lo peor de todo era que quizás Kane no sabía qué Martha estuvo con Alexander el tiempo que él se fue, era increíble como esa chica engañaba a todo mundo. Aunque algo había llamado mi atención, ¿a qué se refería con una novia?

—Por favor Martha no quiero tener esta conversación de nuevo—replica con cansancio—Hemos dejado en claro las cosas, no quiero verte mas. Pareces una acosadora enferma.

Al oír como Kane mencionaba eso me di cuenta que cuando me lo decía a mí era totalmente en broma, la actitud con la que trataba a Martha era extraña. No quería seguir de chismosa por detrás así que solo me moví de ahí. Algunas personas pasaban por su lado pero no les daban mucha importancia.

—¿Enferma yo? No he hecho más que estar detrás tuyo para saber que hice para que me trataras así.

—¿Acostarte con Mc Clay no es una prueba más clara de la clase de persona que eres?

Al oír eso sabía que no solo yo lo había escuchado, si no que todo mundo se había enterado de lo que acababa de decir. Las personas que pasaban cerca lo habían escuchado y yo no pude evitar que un pinchazo en el pecho se apoderara de mi cuerpo. Así que no sólo habían sido besos, había pasado algo más...

Nunca había pensado en que él engañó que me habían hecho había pasado de otra forma y lo peor de todo era que todos se habían dado cuenta y me miraban a mi como si yo fuese a decir algo más.

Quería salir de ahí. Así que sin importarme nada decidí pasar por su lado tratando de evitar contacto visual con ellos.

—Jayne—la voz de Kane hizo que me detuviera frente a ellos—Espera.

—¿Pero que estás haciendo? ¡Estamos conversando!

Al momento de que giré vi como Kane me miraba con desespero mientras Martha solo lo hacía con cierto desprecio. Su mirada reflejaba odio hacia mi y lo sabía por qué era demasiado frívola e hipócrita que todo mundo se daba cuenta de ello.

—¿Quieres que conteste tu estúpida pregunta?—él se va acercando hacia mi y su brazo rodea mi cuello—Ella lo es, es la respuesta a lo que tú te estás preguntando.

¿Estaba haciendo como una especie de abrazo? Sentía como su piel rozaba con mi cuello pero me había quedado inmóvil tratando de asimilar lo que estaba pasando. Esto era demasiado para mi, Kane estaba demostrando un comportamiento rarito y me estaba dando algo de asco que me estuviera abrazando.

¿De verdad sentía asco?

—¿De que estás hablando?

¿Respuesta de que? Ni siquiera sabía yo de qué hablaba, solo quería irme.

—Se que no sueles ser muy inteligente así que seré directo—enuncia mientras al chico más alto que yo desde abajo y su sonrisa típica en el cuando dirá algo estúpido—Jayne es mi nueva novia.

¿¡Que estaba diciendo?!

Todas las personas que estaban pasando por ahí nos miraban, quería que dijera que era una broma y que todo esto se acabara yo solo quería ir a casa.

—No lo creo—tira una risa—Vamos a dejarnos de bromas ¿si?

—¿Porque no lo crees? Es de la novia de la que tanto estás preguntando, te doy la respuesta—replica—tómala si quieres, debemos irnos tengo que llevar a mi novia a casa.

Martha me dio una mirada que si antes era de odio ahora era todo ese odio multiplicado. No sabía cómo Kane podía estar tan tranquilo después de lo
Que acababa de decir.

No se si mi mente estaba siendo bloqueada o si mi cuerpo por completo lo estaba pero no me movía por cuenta propia solo lo seguía y aún estaba su brazo rodeando mi cuellos. No sabía si debía enojarme o enfrentarlo, pero sabía que no era el lugar.

Y solo de imaginar en todo lo que se me vendría encima sentí que en mi estómago se hizo un nudo gigante y que cada paso que daba sentía que iba a vomitar.


Espero disfruten el capitulo me tomo 1 semana escribirlo pero porque escribía en partes😭 ya me propuse actualizar una o dos veces por semana así que iremos más rápido. El número de capítulos lo reduciré ya qué hay mucho relleno y apenas me di cuenta.

¿Que piensas de Kane?  Yo siento que es mi tipo ideal pero a la vez lo odiaría
JAJAJAJAA es un hdpt a veces

Nos vemos en la próxima actualización💗

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top