5
Jayne
La luz del sol atravesando una cortinilla me levantó, mis ojos ardían por completo. Estaba envuelta en una sábana blanca sobre una cama, dirigí mi mano a mi frente ya que trataba de recordar que había pasado, más bien donde estaba.
Mi mente estaba borrosa, todo lo estaba. Lo único que recordaba era dirigirme a casa con ese chico...
Comencé a observar la habitación en la que me encontraba, era color azul marino y tenía diferentes cosas colgadas de la pared, una mesilla de noche con diferentes discos en ella... de nirvana e incluso de the fray.
Pero... esta no era mi habitación o si quiera mi casa.
Confundida miré hacia ambos lados y al mirar hacia mi derecha sentí que el corazón se me saldría por completo. Ahí estaba él. Acostado en el suelo, un par de sábanas grises lo cubrían,
¿Cómo era posible que Kane estuviera a mi lado? Aún peor en la misma habitación.
Diablos...
Hice lo único que apareció en mi mente, Le tiré una almohadilla encima.
— ¿Qué Mier....
-—¿Qué hago yo aquí?—pregunté molesta.—Habla ahora.
Su cabello estaba alborotado, sus ojos estaban entrecerrados, él estaba ahí con una camiseta negra, su piel blanca resaltaba demasiado. Creo que para una chica común Kane sería como un chico inalcansable, era demasiado atractivo odiaba admitirlo y tenerlo unos cuantos metros de mí era algo que no podía creer.
—Espero una respuesta—Reclamé mirándolo con mis brazos cruzados sobre la cama.—y la quiero ahora.
—Veo que ahora estas en tus cinco sentidos. Me alegra.
¿Que? ¿Qué fue lo qué pasó esta noche más bien esta mañana?
—¿En mis cinco sentidos? No te hagas el imbécil y contéstame esa pregunta.
—¿Quieres que te conteste eso?—sonrió un poco—¿Quieres que te cuente cada detalle? Podría hacerlo, cada detalle... Se me da muy bien hacer eso.
Su voz era pícara. De una forma extraña había pasado de ser algo serio a ser una persona que podría estar hablando en doble sentido, estaba segura de eso.
—Creo que es lo que estoy esperando, por algo te he preguntado.
—No tengo tiempo para hablar de estas cosas—sonrío burlón y se volteo para volver a dormir.—Vuelve a descansar.
Este chico era tan... no lo sé irritante diría yo. Y de nuevo agarré la última almohada que quedaba sobre la cama.
Al parecer los bipolares algunas veces podían ser jodidamente irritantes.
—¡Oye!—volvió a voltearse y me miró molesto.
—Necesito respuestas Green.
—¿No recuerdas nada—preguntó incrédulo y sonrió.—¿En serio? Joder...
Negué con la cabeza—¿Dónde estoy?
—Te secuestré—me miró serio—Tu lo sabes, creo que lo recuerdas
¿Era una gilipollez?, fruncí el ceño y lo miré confundida. ¿Cómo podía secuestrarme un chico como él?
—No estoy jugando, ¿no recuerdas lo de esta mañana?—su semblante era frío.
—¿Lo de esta mañana?—pregunté con un poco de confusión.—¿Que parte?
—Si—se levantó y se estiró frente a mí.—Cualquier parte. No hablo de una en específico.
Sus músculos marcados de la espalda hicieron presencia al estirarse.
—¿A qué te refieres?
No recordaba nada después de estar en ese auto con él dirigiéndome a mi casa.
Dejó de estirarse y me miró serio—Lo hicimos demasiadas veces ¿no lo recuerdas? Es por eso que estas aquí
Tragué saliva.
¡¿Que?! quería morir en este instante quería aventarme por la ventana más cercana ¿cómo era posible que perdiera mi virginidad y no estuve consciente? Siempre pensé que cuando la perdiera el tiempo sería maravilloso y recordaría cada momento en mi jodida vida.
Kane se acercó hasta a mí, poniéndose de frente mirándome con esos ojos café claro que tenía, pero yo no sabía que decir aún estaba en shock...
— ¿Acaso no lo recuerdas?—preguntó. —Hasta olvidas mucho, imagínate que te hubieses quedado en aquella fiesta hubiera sido una pena ¿no?
—No—Traté de contestar, mientras a su vez trataba de recordar—No recuerdo.
Sus ojos se clavaron en los míos, segundos de vernos podrían hacerse eternos, pero lo único que quería ahora era morir...
—Vamos, es broma—comenzó a reír.
—Eres un estúpido.
—Y tú... Una borracha
—Deberías ver cómo te has enojado—se alejó riendo.—Fue lo mejor que he presenciado, tu cara de idiota. Ay... ahora si caíste en mi broma.
Ignoré su comentario.
—Necesito saber la verdad Kane.
—Solo estuviste muy ebria y no supiste decirme donde vivías y no soy un puto adivino ¿sabes? Así que te traje aquí.
—¿Me quedé dormida al instante? No recuerdo haber entrado aquí.
—Te dormiste en el auto—admitió—estabas algo ebria, demasiado diría yo. Creo que lo del auto lo recuerdas bien, después te pusiste como una loca.
—Mierda.
—Un Gracias habría bastado creo yo, no era necesario una grosería.
—¿Gracias? Me has hecho enojar pensando en que pasaron otras cosas—crucé de nuevo mis brazos.—No juegues con ello.
Se alejó un poco riéndose. Y después se giró para regresar a mi.
—A mi defensa anoche me causaste problemas así que no deberías de quejarte en lo absoluto.
—Yo no causo problemas.
Contesté segura y me levanté de la cama ignorando que estaba frente a mi.
Este tipo era más alto que yo, muchísimo más. Me hacía parecer una enana llegaba solamente hasta sus hombros quizá media 1.80 o más no era buena para determinar medidas.
Aún así me veía con diversión mientras yo solo estaba seria frente a él.
—No estés tan Segura, alguien que no está en sus cinco sentidos puede causarlos—afirmó—Como tú anoche, ese es un ejemplo.
Sabía que quería comenzar una pelea con ese comentario así que solo lo ignoré. No podía evitar el dolor horrible de cabeza que estaba sintiendo y mi cuerpo que se sentía pesado a la vez que intentaba avanzar.
—¿No has visto mi celular?—me alejé de él y comencé a examinar su habitación.
Comencé a caminar por cada pequeño rincón de su habitación, observando cada cosa que tenía en él con determinación.
—En mi auto, no me gusta que miren las cosas de mi habitación ¿sabes?
—No tengo otra opción, aquí estoy. No es como que tenga grandes opciones de cosas que hacer.
—Trata de no verlas entonces—dijo seco—Ni toques nada. Odio que toquen mis cosas, mas si no se lavan las manos.
Lo fulmine con la mirada y de nuevo seguí caminando—Tu no sabes si me lavo las manos más veces que tú.
—No lo dudo, pero quien sabe que hayas agarrado anoche y la verdad yo no iba a hacerla de niñera e irte a lavar las manos al baño.
—Emma va a matarme—miré al suelo.
—Te vez demasiado frustrada—se sentó en el borde de la cama y soltó una risa amarga.—Que absurdo.
—¿Qué te divierte?—pregunté molesta.
—Nada, simplemente que esta mañana no estabas así tan preocupada como lo estás justamente ahora.
—Claro Kane quizá porque no estaba en mis cinco sentidos y estaba un poco ebria.
Mi ironía se hizo presente en mi voz, me hacía sentir que solo se estaba divirtiendo con esta situación y que no se la tomaba nada serio.
—Para ser una chica de dinero que no había probado el vodka no estuvo tan mal he visto peores. Pudiste haber sido la peor que he visto, pero créeme te supiste controlar un poco.
—¿Como sabes lo del dinero?—me paré frente a él con mis brazos cruzados—Deberías de dejar de estar siempre tratando de pelear.
—Mis amigos han llegado a hablar sobre ti, es algo que todos hacen, no es común ver a una chica como tú en las preparatorias normales—mencionó con diversión— por eso lo sé.
En parte tenía razón por lo que había dicho
—Joder, ¿qué hora es?—pregunté para cambiarle de nuevo el tema.
Comencé a caminar por su cuarto de nuevo. Era algo que solía hacer cuando estaba pensando o estaba nerviosa en algo.
—Las 11
—¿Qué?—frené en seco y lo miré —mierda tengo que irme ¿podrías llevarme?
—Podría llevarte en unas horas más, aún tengo sueño. ¿Sabes? Me agotaste demasiado hace rato.
—No estoy jugando—expresé con indiferencia—Deja de querer hacer todo un juego.
—Ni yo tampoco—con tono agrio dijo y volvió a acostarse en la cama—En unas horas puedo llevarte. No me molesta intercambiar lugares, puedes dormir en el suelo.
Se quedó callado y se volteó para hacerse el dormido, las sábanas cubrían su cuerpo de nuevo solo que esta vez se tapó hasta la cabeza tratando de ignorarme. No me iba a quedar en su habitación más tiempo del que ya me había quedado.
—Está bien, adiós—avancé hacia la puerta de su habitación y salí sin mirarlo.
—Vamos Jayne era...
Cerré la puerta antes de que pudiese decir algo más. La verdad lidiar con Kane tan temprano era agotador, no quería hacerlo. Lo estaba detestando.
Mierda...
¿qué haría para sacar mi celular de su auto?
ya se me ocurrirá otra cosa después.
Caminé por todo el pasillo hasta llegar a las escaleras, bajé lentamente para que no hiciera ningún ruido. Esto de estar en la casa de alguien más era tan frustrante. Antes de llegar a la puerta me detuve a acomodar bien mi tenis, me recargué sobre la pared y lo empecé a acomodar.
—Hola—dijo una voz que desconocía.
Voltee de nuevo y estaba un chico blanco con algunos tatuajes y cabello alborotado negro entrando por la puerta de la habitación al lado de las escaleras supuse que era la sala, quizá iba a subir las escaleras ¿quién era?
—Hola—solté con nerviosismo.
Era guapo. A decir verdad no sabía quien era pero la primera impresión que da a simple vista te hace sentirte de una manera extraña. No daba miedo. Era alguna otra sensación que no podría describir.
—¿Quién eres?—preguntó—más bien ¿qué haces aquí?—me miró confundido.
—Soy Jayne y a decir verdad ni siquiera yo sé que hago aquí—contesté con sinceridad.—No tengo muchas respuestas que pueda aportar.
Me miró algo confundido frente a mi. Sonrió un poco y yo le sonreí también.
—Mucho gusto Jayne soy cárter, no creo que sea buena señal que una chica desconocida se meta a la casa de una persona. Aunque, ¿eres amiga de mi Prima?
—¿Tu prima?
Asintió—Amanda es mi prima, solo que vengo a visitar a su hermano Kane algunas veces por las mañanas.
¿Kane tenía una hermana? Ni siquiera conocía a su familia, espero que este chico no le diga nada sobre lo que había pasado y que no dijera que me había visto aquí.
—Jayne, era...—Kane venía bajando y se quedó inmóvil en la escalera.
No terminó de decir lo que estaba diciendo. Ambos lo miramos, él comenzó a bajar la escalera un poco y no quitaba la mirada de encima del chico.
Dirigí mi mirada de nuevo al chico.
—¿Así que conoces a mi primo?—preguntó mirándome.—Que interesante. Me parece entonces que no viniste con Amanda.
Podría jurar que me estaba poniendo algo roja, quería sólo huir y que se acabara mi pesadilla pero no podía. Me quede solo unos segundos tratando de guardar la calma.
—Entonces no eres una completa desconocida—guiñó su ojo y se volteó a verlo—¿a dónde van?
Esa pregunta fue más para Kane que para mi porque él lo estaba mirando. ¿El guiño en el ojo que significó? No quiero pensar que otra persona nos confunde a mi y a este idiota con que somos ex o algo así.
—Yo...
—Yo voy a llevarla a su casa—Contestó con su gruesa voz neutral frente a él.—Vino de visita esta mañana.
Ni quien quisiera venirlo a visitar a él.
—No—negué—yo ya me iba y sola—lo miré molesta.
—Veo que son novios y están un poco enojados—eso hizo desviar mi mirada hacia el Primo de Kane de nuevo—vaya no sabía que mi Primo tenía una novia. Tendré que decirle a mi tío, para que vengan a cenar.
—¡¿Qué?! No para nada.
—No lo somos—aclaró Kane y bajo las escaleras por completo hasta quedar a mi lado.—No es mi tipo.
Creo que eso era evidente, no tenía porque decirlo.
—Un gusto Jayne
Miró a Kane unos segundos y se dirigió a las escaleras, esperamos a que las subiera por completo por alguna extraña razón. No dije nada más en el lapso en lo que cárter subía.
—Bien yo tengo que irme—Mencioné molesta y abrí la puerta.—De verdad, no quiero que menciones nada de esto a Rossie, bastante tengo con otro tipo de problemas.
—¿No crees que ya has sido muy cretino conmigo? Agradezco que me hayas traído a tu casa en vez de dejarme tirada enserio, pero eres un imbécil aun así—terminé con eso y salí.
—Joder, Jayne ¿a dónde vas?—preguntó mientras me alejaba—puedo llevarte, no tengo problema.
—¿A dónde crees que iré? Voy a casa, no me gusta estar en la tuya, se podría mal interpretar y además ya es algo tarde
—Yo te llevaré—propuso.
—Estas demente, no quiero que me lleves a ningún lado no merezco que seas así conmigo, no te conozco del todo y no creo hacerlo, adiós—contesté con amargura—evita molestarme y todo estará bien.
Antes de que dijese algo más, seguí mi camino. Un par de segundos mirándolo con su frío semblante había causado un efecto en mí.
Comencé a caminar abrazándome a mí misma por lo frío que estaba, la chaqueta no me cubría mucho. Kane se había quedado parado en el marco de la puerta principal de su casa, ¿cómo era posible que él fuese así?
A la vez no tenía mucho de lo cual quejarme, agradecía que me hubiera ayudado pero últimamente mi humor no ayuda y el solo quiere estar haciendo bromas. No es que sea una amargada pero nada le costaba tratarme amable para llevarme a mi casa, sólo era un favor.
No sabía que haría, mi puto celular estaba en su auto y no quería regresar o tan siquiera hablar con el de nuevo, tendría que caminar un par de calles hasta mi casa y irme completamente sola. Probablemente conectarme desde la PC sea una buena opción.
Emma había venido a mi casa en su día de descanso para que pudiera acompañarla a hacer algunas compras, había pasado un día desde que había visto a Kane. Aún no sabía cómo recuperar mi teléfono, aunque no era un gran impedimento ya que me conectaba desde la computadora en mi cuenta de Instagram. Pensaba pedírselo mañana en la preparatoria.
Ella estaba sentada buscando las fotos de los materiales que ocuparía para su club, yo solo estaba observando sentada en mi cama. Ella y Rose estaban preocupadas por mi ya que me había desaparecido de la fiesta. Pero me contacté con ellas por Instagram y les inventé una excusa diciendo que me había encontrado con un amigo y que él me había traído a casa.
—Oh, son muchas cosas que tenemos que comprar—voltea a verme desde la silla—Me dieron ganas de mejor solo acostarme y mirar una serie.
—No creo que sea tan malo, ademas tú te ofreciste en llevar las cosas.
—Si pero no sabía que eran tantas, hubieras visto mi cara cuando vi la gran cantidad de cosas que eran.
—Creo que ya no hay vuelta atrás—digo derrotada—Deberíamos ir de una vez por todas, antes de que anochezca.
—Seguro, no entiendo porque Rose no pudo venir—se quejó mirando el ordenador—Quisiera tener sus problemas.
Rose no había podido venir ya que su padre la mandó con su madre a comprar ropa para una cena importante que tendrían. Para ella eso era un problema ya que estar con su madre significaba tener una discusión cada que respiraban.
—¿Puedes prestarme tu teléfono? Tengo que hacer una llamada y el mío está más muerto que nada.
—Claro yo...
Mierda, mi teléfono seguía en la casa de Kane. No sabía ni siquiera qué inventarme, debía buscar alguna excusa por qué conociendo como es Emma exageraría todo. Lo que menos quiero ahorita es que me haga todo un espectáculo por algo que no pasará.
Me seguía viendo como si me estuviera esperando, tenía que decir algo...
—Debo ir a fuera, ahorita te lo presto—me levanté—mi madre me encargo que checara las flores que tiene en la entrada, acabo de recordar.
—¿Flores? Pero tiene un jardinero que viene dos veces a la semana a verlas
—Si, pero enfermó y tengo que checarlas yo.
—¿Te acompaño?
—No, no, tú quédate ahí—moví mis manos—voy rápido, tú sigue checando que tanto tienes que comprar, puedes jugar si quieres.
Después de esto no la dejé decir alguna otra palabra, la verdad si necesitaba salir fuera ya que ocupaba pensar sobre qué haría con lo de mi teléfono. No sé cuánto tiempo había pasado desde que llegó, tal vez si me muevo rápido y voy le digo a Archie que me lleve a casa de Kane pueda recuperarlo. Aunque es su día de descanso, tendría que marcarle primero o podría tratar de conducir el auto yo.
Al momento de salir y que el aire pegó en mi cara, me di cuenta que estaba algo fresco y que debía regresarme por un suéter. Pero si regresaba a mi habitación Emma pensaría que ya había terminado.
Como sea, prendiendo la calefacción en el auto y asunto arreglado. Miré hacia el frente y vi en la entrada a una persona de espaldas frente a mi casa. Desconocía a esa persona ya que cerca de aquí no vivían tantas y las que lo hacían la mayoría se iban de viaje.
— ¿Puedo ayudarte?—las palabras solo salieron de mi boca.—¿necesitas ayuda?
El chico se volteó, unos ojos totalmente oscuros estaban frente a mí, aquel chico tan patético y egocéntrico estaba frente a mí con su camiseta azul marino y unos vaqueros.
— ¿Qué haces aquí?—pregunté mirándolo.
— ¿Qué hago aquí?—arqueo una de sus cejas. —Deberías saberlo, que idiotez. O asumirlo de perdido.
Ignoré lo que había dicho y solo me enfoque en una sola respuesta.
—Eso mismo, ¿qué haces aquí Kane? No recuerdo haberte dado en algún momento la dirección de mi casa, ni siquiera mis amigos saben donde vivo más que pocas personas.
Se quedó callado como si buscara que decir, me intrigaba la idea de saber de donde había sacado mi dirección. No tenía muchos amigos que conocieran mi casa, aunque Emma la conocía ella no podría habérsela dado, no se hablan y Rose menos.
Simplemente ignoró mi pregunta y sonrió un poco.
—Mira te lo dejare más claro, ¿recuerdas esto?—sacó algo de su bolsillo y lo puso frente a mi—Es tu teléfono, lo dejaste ayer en mi casa.
Agarré el teléfono ya que me lo extendió—Si Kane, no recuerdes el porque lo dejé ahí y mucho menos el qué pasó ese día, es lo único que te pido.
—Como quieras, solo que no se me hace algo normal que estes tanto tiempo sin un celular—saca un cigarrillo y lo enciende mientras lo mantiene en su boca—O bueno, no sé si querías que lo fuera a empeñar. Supongo que me darían buen dinero por el, es un modelo nuevo.
Giré los ojos ante su comentario y lo miré con determinación, quería observar que era lo que me llamaba la atención de lo que estaba haciendo o por qué sentía que mi mirada era atraída por la suya. Pero pude ver cual era el problema y hice una mueca.
—No me gusta que fumen, menos a fuera de mi casa—soltó el humo a su lado— y a lo del celular, gracias por traerlo de vuelta, pero iba a ir hoy por el.
Al decirle que no me gustaba que fumen, el dio otra calada a su cigarrillo y con sonrisa burlona volvió a soltar nuevamente el humo. Parecía que me quería molestar, no sé por qué parecía como si fuese un niño. Un Niño el cual le gustaba molestar a las personas y se divertía al hacerlo.
—Iba a mandartelo con Mark pero la verdad no quería un interrogatorio y bueno,—ignoró lo que le había dicho—no creo que se tomen bien la idea de que ayudé a una chica borracha.
Al escuchar esto volteé mis ojos, solo me vino a decir cosas y a entregarme mi celular. Se le estaba haciendo costumbre tratar de molestar cada vez que lo veía, aunque debía agradecerle por ayudarme aquella noche. Al contrario a él, a mi me gustaba agradecer cuando me ayudaban y tratar de forma amable a las personas.
—Mira voy a ignorar lo que me dijiste, pero quiero agradecerte por haberme ayudado ese día, la verdad se me pasaron los vasos rojos que bebí y estaba algo mal—al oír esto el levantó una ceja y puso algo de interés—no quería darte problemas. Aunque bueno, me retaste al principio supongo que era en cierta parte tu culpa.
—Espero a la próxima trates de no beber tanto—lo dijo con lo que parecía ser seriedad—es algo peligroso, aunque bueno, no me debería meter en lo que tú quieres hacer. Solo que si te aconsejo, esa fiesta era también con universitarios, no te recomiendo mucho que te líes en ellas.
Se quedó observando mi casa, desvió su mirada y después la regresó hacia a mi. No sabía porque pero tenía el presentimiento de que diría algo idiota.
—No imaginaba que vivieras en una casa así, aunque bueno, tus padres son algo famosos y su dirección no es privada. Me imagino que por el dinero que tienes no debes de salir de aquí.
Así que por eso había dado con donde vivía. Lógico.
—Si solo viniste a molestar mejor vete, no suelo correr a la gente pero no me gusta que me molesten.
—Está bien, de todas formas yo ya me iba, solo venía a entregarte eso.
Me volteé para finalmente regresar a casa después de ver como se alejaba, aunque casi me da algo cuando vi a Emma parada en el marco de la puerta. Ella tenía su mirada sorprendida hacia mí y después la desvió hacia la calle me imagino que para mirarlo a él.
—No me digas que...
—No es lo que piensas—dije entrando a la casa—solo ignora que lo viste aquí.
—¿Ese no era Kane?
Me detuve en seco y la miré antes de subir las escaleras para ir a mi habitación, tenía que explicarle pero no quería que fuera en mi habitación.
—Espera ¡¿Que?! ¿Estuviste en la cama con él?
En lugar de parecer una simple pregunta parecía un grito por parte de ella que claro, se había escuchado en toda la casa. Agradecía que mis padres no estuvieran, yo me senté en el sofá mientras ella se quedaba de pie esperando una respuesta.
—¡No! No estuve en la cama con él—aclaré lo más rápido que pude—solo me ayudó, estuvo él en el suelo mientras yo estaba en su cama.
—Wow, que caballeroso...
Aquello que dijo me sorprendió, ¿lo veía como algo caballeroso?
—¿Caballeroso?—pregunté con confusión—simplemente hizo lo que un hombre debería de hacer en esa situación, acostarme en su cama y el dormir en el suelo.
—Pero no se acostó contigo, eso le da un punto bueno. Sabes cómo son algunos hombres, tuviste suerte de que él estuviera ahí.
Tenía razón, inexplicablemente Kane ni siquiera se había acostado conmigo. El recuerdo de el durmiendo al lado de la cama invadió mi mente.
Y recordé de nuevo lo que pensé cuando lo miré dormido...
—Espera, ¿él es el amigo que me habías dicho que te ayudo?
Haciendo esa pregunta, mis pensamientos se esfumaron y volví a la realidad.
Asentí—Pero claramente no es mi amigo, solo les mentí para que no se entendiera otra cosa; como lo estás haciendo tú.
Se sentó frente a mi—Es que es algo que cuando lo cuentas tiene doble sentido.
—No tiene nada de doble sentido, solo que no se—pensé un poco pero por más que le daba vuelta, no encontraba que decir—no quería que nadie se enterara, iban a pensar todos que me metí con él.
—Ahí está, si tiene doble sentido, aunque bueno creo que los de la preparatoria lo entenderían peor.
—Emma por favor ya no hablemos de esto—arroje una almohada a mi cabeza y la sujete—Es tan raro todo el tema que con solo darle más vueltas me duele la cabeza.
Después pase la almohada a mi pecho y la abracé. Me quedé mirando al techo unos segundos tratando de analizar todo lo que había pasado, parecía como si hubiese sido un sueño.
—Bueno, tienes razón—suspiró—No creo que te guste ni nada por el estilo, es muy diferente a los chicos que te han gustado.
En cierta parte tenía razón, no se parecía en nada a los chicos que me habían gustado. Ni siquiera me agradaba y aunque tratara de ser una persona gentil con el, el siempre era todo lo contrario.
Quería contarles a Emma y Rose todo lo que me había pasado y todo lo que había dicho y hecho, pero para ser sincera no quería que se malinterpretaran las cosas. Quería solo tratar de hacer como si eso nunca había pasado, como si nunca hubiera interactuado con Kane.
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