24
Atención, la siguiente canción que está para este capítulo se pondrá en una escena más adelante. Así que al momento en que llegues al "insertar canción" regresa y ponle play y reproduce la bella escena en tu mente. ¡Sin más disfruta el capítulo!
Kane
—Esto es imposible Kane—se quejó—¿como voy a ganarle a ese chiflado? Además yo ni siquiera sé de juegos.
Había traído a Jayne a los juegos árcade, mi tío solía tener un local en la ciudad por lo cual no había problema en si se nos agotaba el dinero para jugar. El local árcade quedaba a pocas calles de mi casa era conocido por tener cientos de máquinas de videojuegos en su interior tanto antiguas como nuevas, habían luces led al rededor para que se viese aún más retro y algunos asientos adicionales por si querías comer algo en la pequeña cafetería que tenían. Así que como estaba cerca de mi casa podríamos estar todo el día si ella así lo quería.
Yo solo veía que Jayne presionaba botones sin parar a la vez, sus dedos pasaban de uno a otro. Se veía muy hermosa jugando, su cabello estaba suelto y hacía que le cubriera la mayoría de su espalda de lo largo que estaba. Su color castaño hacia que pareciese de mentira, su cabello era demasiado liso como si se tratase de una muñeca de porcelana. Jayne soltó un bufido, miré la pantalla de la máquina y vi que decía «game over» en letras rojas. Donkey Kong salía en la cima, golpeando su pecho.
—Vamos Jengi, te creía mejor en los videojuegos—le dije sin poder evitarlo—solo debes saltar barriles que te lanza un gorila ¿tan difícil es? Hasta a mi que no me gustan se me da bien.
—Callate idiota—dijo entre dientes—Ya lo intenté, pero no puedo. Esto podía ser catalogado como las cosas imposibles de hacer de Jayne collins y eso sería un horror.
Comencé a reír, eso había sonado patético. Ella solo me dio una sonrisa.
—¿Cosas imposibles de Jayne collins?—Repetí para preguntar.
Asintió.
—Es imposible Kane, tal vez tu lo pases rápido porque ya has jugado este tipo de juegos.
Carraspee la garganta—Jayne esos ni siquiera son juegos nuevos, son de 1980 en adelante. A mi no se me suele dar bien esos tipos de juegos es mucho botón.
—¿Antiguos?
Asentí y la miré—¿Que a ti no te gustaba lo antiguo?
Recuerdo que Jayne me dijo que le gustaba la música antigua de los años pasados, que la música de estos años en los que vivíamos se les hacía patética. Recordar era lo que hacía casi a diario, pero ahora no eran recuerdos malos. Eran más sobre Jayne, sobre lo que había pasado y eso no sabía si sería bueno o malo de recordar.
—Si Kane, pero hablaba de música. Esto ni de broma podré pasarlo.
—Solo tienes que salvar a la princesa, Jengi. Salvarla del gorila que te está aventando barriles.
Jayne volvió a mirar la pantalla de la máquina, insertó otra moneda y comenzó a jugar de nuevo. Esta vez veía cierto tipo de concentración en jayne,observaba la mirada de competencia que tenía. Sabía que quería ganar para callarme la cara, tal vez lo haga o tal vez no sea capaz de hacerlo. Jayne puede sorprenderme de muchas formas.
Juguemos.
Ayer no me esperaba de jayne que quisiera jugar, ambos nos comportamos como si fuésemos unos niños pequeños. Como si revivieramos nuestra infancia de nuevo, una infancia que para mí ya había muerto un poco, porque desde que había muerto mi madre, mi padre dejó de tomarse las cosas en serio con nosotros. Y aunque en aquel entonces eso era triste, ahora ya no importaba. El aire pegando nuestros cuerpos ayer mientras jugábamos y corríamos, el sol cálido pero no demasiado ya que estábamos en pleno noviembre y ella sonriente, creo que había sido lo mejor que pudo haberme pasado esta semana. No negaré que ayer que estuvimos en el suelo, entre él trigo y las flores quise besarla. Pero, algo en mi dijo que ya era suficiente besarla a cada rato o a cada vez que lo desease.
Jayne no era un juguete y si quería que yo la besara tendría que decirme aunque se que eso no se dice así porque si. Mierda, Jengi me la estaba poniendo muy complicada. Toda esta situación me estaba haciendo sentir extraño, como si Jayne estuviera cambiandome. No sabía porque pero era así.
Jayne pegó un gritito en bajo, me miró feliz y señaló a la pantalla.
Mi mirada de ver su cara pasó a mirar la máquina, las letras de nivel completado estaban en azul. Y jayne estaba muy feliz, si supiera que aún faltan más.
—¡Lo logré!
—Vaya nada mal—comencé a decir—aún te faltan algunos niveles más para salvar a la princesa pero nada mal.
Su cara se contrajo y me miró confundída.
—¿Falta más?
Asentí—Si Jayne, falta salvar a la princesa de ese gorila.-señalé y ella me miró con sus cejas arrugadas.
—No jodas.—dijo en casi un suspiro.
—Si que eres muy grosera. Ya entiendo porque no tenías novio antes o por lo menos uno que te aguantara.
Gruñó.
—Si he tenido además del otro idiota.
—¿Ha si?—pregunté con cautela.—¿De dónde es? ¿De tus sueños?
—Si, si quieres puedo decirte hasta su nombre.
Vaya, Jayne ya había tenido novios. Yo sólo imaginaba que su único novio había sido Mc clay. Aunque muchos chicos querían estar con ella incluyendo a Mark
Recuerdo la vez que mark comenzó a observar a Jayne, recuerdo hace un año cuando él comenzó a hablarnos sobre ella y el como pronto caería a sus pies. Muchos intentos fueron a la mierda y Mark intentó supuestamente olvidarse de su "presa" así solía llamar a las chicas con las cuales se quería acostar. A mí la verdad en ese entonces me daba igual lo que pensase Mark de ella, porque nunca habían hablado del todo o incluso ni siquiera eran amigos así que, ¿cómo puede gustarte alguien que ni siquiera has conocido muy bien?
—Dimelo entonces
—Paul—dijo mirandome—paúl mccartney.
Joder se escuchaba como si ese tío fuese rico o de esas familias importantes que tal vez conozca Jayne,creo que ese tipo debe estar ahora mismo en un yate pensando en no se cuantas cosas mientras jayne esta aquí estudiando en una preparatoria cuando ella ya tiene su futuro asegurado por dinero. Lo sé sonaba todo aquello patético, pero eso lo pensaba.
Pero, paúl Mc cartney... Por alguna razón el nombre sonaba extravagante pero a la vez me sonaba conocido de algo pero...
—¿Quién era? ¿También un hijo de millonarios que sus mayordomos cepillaban sus dientes por ellos?—pregunté haciendo referencia a lo que le dije de broma cuando la vi en el lago.—¿Asi como a ti?
Rodó sus ojos.
—Cielos Kane eres tan idiota, ¿en serio no te suena el nombre de nada?
Intente pensar, aunque si me sonase de algo no recordaba haber conocido a un chico llamado paúl Mccartney, pero si me pongo a pensar muy bien....
Comencé a reir—¿Tu ex novio es un cantante de los beatles? Vaya Jayne que patética eres.
—Oye se vale soñar, tal vez era un chico mucho mejor que tú—reclamó— De joven era muy apuesto y también componía canciones muy bellas. Así que deja de burlarte de mi ex novio el cantante.
—Te escuchas muy patética pero bueno, que se le puede hacer eres Jengi la mayoría de las cosas que dices suelen serlo.
Sabía que eso la haría enojar, ella soltó un tipo de bufido y me miró arrugando sus cejas como solía hacerlo cuando se enojaba. Comenzaba a conocer a jayne, sabía que tipos de expresiones haría fuera lo que fuera que le dijese. Jayne se cabreaba fácilmente y algunas veces me hacía reír, se veía algo tierna cuando lo hacía ya que comenzaba a ser algo grosera.
—Me escuche o no patética debería no importarte—continuó—al fin y al cabo es la verdad.
—Si Jengi te lo creo—dije burlón—Te creeré que tu ex novio es un cantante de los beatles que ahora en este entonces ya es un completo anciano.
Jayne me miró con sus ojos color avellana. Sus ojos eran de un color tan extraño pero a la vez era adictivo verlos, podías perderte en ellos ya que causaban profundidad en algunos segundos. O por lo menos eso solía pasarme, solía perderme en los ojos de jayne.
—Como sea—dijo sacándome de mis pensamientos—Si crees que eres mejor que yo en los videojuegos, demuéstralo.
Cruzó sus brazos.
—Oh no quiero humillarte aquí y menos en videojuegos.—comentó—Sería una gran humillación para ti, ser vencida por Kane green.
—Claro, y que humillación la tuya ser vencida por Jayne collins en billar. ¿Que cosas, no?
Aquella noche mientras jugábamos billar había perdido un poco los papeles, había tenido asegurado la victoria para que se callara y se largará de ese lugar por pena. Al principio pensé que Jayne no sabía jugarlo, lo cual fue cierto pero ganó. Me ganó a mi. Y no pude evitar decirle que la había dejado ganar yo, aunque fuese poco creíble para ella, ya que sentía cierta vergüenza que alguien como Jayne me hubiese ganado.
Esa fue la segunda vez que, Jayne collins me sorprendió.
Jayne se levantó del asiento, me dejó sentado y señaló el banco en el que ella estaba sentada hace unos instantes.
—Vamos, demuestralo.
—Eres tan terca Jengi, igual te ganaré ¿para que quieres que juegue en estos momentos?—pregunté observándola levemente.
—Veamos si puedes ganarme, veamos si puedes pasar más de ese nivel.
Me levanté, pase por su frente y me senté en aquel banco redondo de madera color azul. Ella también se sentó a mi lado y comenzó a verme.
El juego comenzó, comencé a moverme rápido. Mis manos y dedos iban demasiado rápidos aplastando botones. Hacía mucho que no jugaba donkey Kong, jayden, eliot y yo veníamos a jugar pac man o otras cosas a menudo. Pero, esta vez ya no recordaba muy bien como moverme, había perdido un poco de practica en esto.
Sentía la mirada de Jayne, sentía intensidad en el juego más con su mirada. Saltaba barriles y veía como llegaba casi a la cima. Estaba a nada.
—¿Es Jayden el que viene hacia acá?—preguntó Jayne.
Tal vez quería sacarme del juego y así hacerme perder creyendo que Jayden venía para acá.
—Buen intento Jengi pero, no caeré.
Seguí moviéndome y saltando barriles. Estaba a nada de ganar, sabía que pasaría el nivel y el siguiente.
—Hola Jayden—la voz de jayne era suave—No quiere creerme que estas aquí, piensa que es algo de distracción.
No podía mirar, Jayden aún no había dicho nada asi que suponia que era mentira de Jayne para que volteara de nuevo. Sus intentos eran algo patéticos, era patético tratar de hacerme perder.
—Joder, si que esta obsesionado con ese juego. Solo mira como mueve esos botones, pensar que es un rarito que no se le dan los videojuegos.
Comentó Jayden.
—¿Que no vas a saludarlo, Kane?
—Solo me falta poco—comenté con prisa—estoy a nada de ganar y calmarte la boca collins. Verás que podré ganarte.
—¿Están compitiendo?—Supongo que Jayne asintió ya que no dijo nada y Jayden siguió hablando—Es divertido ver a Kane competir contra alguna chica, mucho más contigo Jayne. Apuesto a que tu le ganarás, Kane suele ser vulnerable algunas veces.
—Callate idiota—espeté—Estoy solo a poco.
Ya casi, esta vez estaba a nada. Mi dedo se movió con rapidez y piqué mal un botón ya que en vez de picar al que saltaba pique al que se movía. Quería gritar, ya que había fallado y Jayden comenzaba a tener razón. Jayne me había ganado.
¯Es algo estúpido—los miré a ambos—mi dedo falló, no cuenta.
Jayden estaba al lado de Jayden. Se veía que venía de algún lado porque este estaba más arreglado de lo usual, su camiseta azul marino hacia juego con sus pantaloncillos negros ya que eran tonos oscuros.
Negó con la cabeza—Jayne ganó, debes admitir que es mejor jugando videojuegos que tú.
—De hecho, es la primera vez que jugaba pero bueno veo que Kane no pudo ganarme—sonrió.
—Callense ambos, Jayden ¿que haces aquí tan arreglado, ganaste algo en la televisión y tienes que ir a un concurso, o que?
Jayne rió un poco y lo miró, Jayden se mostró algo enojado pero sabía que estaba jugando como algunas veces llegaba a dramatizar.
—Vengo de algo importante y vine a buscarte, me habías dicho que estarías aquí así que vine a hablarte.
—Bien, pues habla—ordené.
Sabía que Jayden iba a hablar pero antes de eso jayne se levantó y de observar a jayden me observó a mí.
—Yo iré a la cafetería, quisiera algo de comer. Tengo hambre, no he comido muy bien.
¿No había comido muy bien? De seguro lo único que había desayunado era uno de esos jugos que solía beber a diario. Comenzaba a saber también que su sabor favorito de ellos era el zumo de mango y que era lo único que comía en las mañanas algunas veces otras ni siquiera sabía que era lo que comía.
—¿No has comido bien?—arquee una ceja.
Sonrió—Ya vuelvo.
Jayne había evitado la respuesta, rodeó a jayden y se fue. La vi alejarse y vi como se acercaba cada vez más a la pequeña cafetería por lo cual no sería de mucho vigilarla para que nada le pasase. Por alguna razón rara la seguí observando, como si se la pudiesen robar. Entonces me di cuenta que era algo de preocupación, aleje mi mirada de ella y jayden se sento ahora a mi lado.
—Bien, habla. ¿Que hay de nuevo esta vez?
—Kane—dijo entusiasta—Emma ya es ya sabes.-aquello me había confundido, ya que Jayden no era mucho de relaciones al igual que yo. Ambos estábamos en un lío con ellas—ya es mi novia.
—¿Por eso vienes tan elegante?
—Si, la llevé a un restaurante hace poco—dijo feliz—se que debería haber sido de noche pero, pensé en que ya no podía aguantar otra hora más.
—Eso es genial, felicidades.
—Gracias—su sonrisa pasó a ser una expresión de tristeza—solo que, Joder ¿que hay de Mark?. La estúpida apuesta sigue en pie y es capaz de meter la pata.
Mierda.
La apuesta de Mark, había olvidado aquella apuesta. Solo estuve al pendiente de Jayne estos últimos días, más bien desde que comenzamos el contrato que había olvidado por completo lo que iba a pasar. Estaba decidido que podría hacer algo al respecto.
—Mierda, te has metido en un lío.
—¿Me he metido en un lío?—preguntó ironico—Nos hemos metido Green, ¿que hay de Jayne? Yo por lo menos rechacé eso pero si él comienza a decir que yo me quería prestar o que me la pensé habrá un problema.
Aunque pudiese estarme enamorando de Jayne, y aunque no quería aceptarlo. No me gustaría hacerle algo así, no a ella. Creo que no se merecería que supiese que era parte de una apuesta, Jayne estaba haciendo mi vida feliz por mas loco que se viera. Y no, no la amaba. Porque amar es diferente a que alguien te guste o te estés enamorando. Pero, ¿que haría con la apuesta? Mark podía meter la pata como bien lo decía Jayden, podía cagarla en cualquier momento.
—Jayden, estas metido en un lío. No me interesa si Jayne se da cuenta que es parte de una apuesta—mentí—No siento mucho por ella de esa forma, yo necesito el dinero. Soy un hombre y necesito de él. Tu también lo necesitaste en su momento.
Negó con su cabeza de nuevo como si estuviera en desaprobación. Se que estaba mintiendo, pero estaba mintiento porque sabía que si decía la verdad todo sería confuso. Todo empezó por un jodido contrato hace casi un mes y aunque ya casi estaba apuntó de acabarse, se que no dejaría de ver y hablar con jayne.
Pero, si Mark metiese la pata en alguna cosa se que ya no la podría volver a ver. Mi mente estaba haciéndose añicos, porque aunque no quisiera admitirlo me estaba enamorando y más que nada de jayne.
—No puedes ocultar tus sentimientos Green—comenzó a decir—te conozco de hace algunos años, y se que ninguna mujer te ha hecho feliz como lo hace ella.
Jayden dirigió su mirada hacia Jayne, que estaba a lo lejos hablando con una persona que no distinguía porque ella lo estaba tapando un poco. Yo veía detrás a Jayne, veía su cabello y su pequeña cintura. Veía como estaba sentada en la barra de comida.
—Joder, no comiences con esas cursilerias. No interesa que sienta, la apuesta está en pie.
—¿No harás nada?
No sabía ni siquiera que hacer con mis sentimientos que iba a saber que hacer con la apuesta de mark. Que iba a saber yo, que iba a saber de todo esto. Como siempre, yo no sabia que hacer en esta situación en la cual nos habíamos metido ambos.
—Jayden, es mark. ¿Que haríamos?—esperé su respuesta—exacto, no hay nada en lo absoluto que hacer en estos momentos. ¿Nos dio algunos meses no?
—Si pero...
—No creo que abra la boca por lo pronto, no lo he visto acercarse a Jayne últimamente—le informé—no creo que se le acerque hasta haber acabado con ella.
—¿Le romperas el corazón?—comenzó a preguntar—¿le romperas el corazón como Mark dijo que lo hicieses?
No tenía idea de qué era lo que quería realmente. Pero, lo que sí sabía era que Jengi se estaba ganando poco a poco cada parte de mi corazón y yo, no podría romperle el suyo. No lo merecía.
Jayden siguió observandome, esperando alguna respuesta, la cual no tenía en estos momentos.
Jayne
Me había alejado de Kane y Jayden para que pudiesen hablar sus cosas. Y aún así, la verdad tenía algo de hambre.
Caminé hasta la barrita y me senté esperando a que alguien pudiese pedir mi orden. No había nadie en el lugar, por lo cual se me hacía extraño. Tal vez tendría que ir a ver al gerente o...
La puerta de la cocina se abrió suave.
—Perdona—dijo un hombre delgado con barba negra y su cabello de este mismo—Nuestra camarera descansa hoy y tuve que atenderme yo, ya sabras un tipo que es gerente de este lugar en la cocina, es igual a un desastre.
Al parecer era el gerente, pero no era de esos típicos gerentes que estaban malhumorados por todas partes. El sonreía y tenía una libreta pequeña en la mano.
Tenía una camiseta creo que era verde menta, con una corbata roja al parecer. Pero, el delantal blanco que llevaba sobre esto no hacía ver más que sus pantalones, estos eran negros. Y aunque para mí era una extraña combinación de ropa, no debía juzgar. Todos somos libres de vestirnos como queremos.
Sonreí amable—Debe ser difícil ser gerente y ahora camarero a la vez.
—Si, lo más seguro es que salga de todo un desastre agradece que no quise sustituir al cocinero. No soy muy buen chef podría causar algún tipo de enfermedades—tiró una carcajada.—Pero bien, dime que llevaras.
—Tal vez quisiera un—me quedé pensando un poco—¿Tiene malteadas?
Asintió—vainilla y fresa.
—Quisiera una de vainilla.
—¿Solo eso?—asentí—veo que no sueles comer mucho. Pero, ya vuelvo con tu orden.
El hombre se fue por la puerta donde había venido, mientras yo estaba solo pensando en que haría cuando él contrato terminara. ¿Seguiría hablando con Kane o seríamos unos completos desconocidos de nuevo ¿Volveríamos a solo hablarnos de vez en cuando? ¿Ya no saldríamos?
En estos momentos mi mente solo tenía esas preguntas, no sabía que hacer. Yo había comenzado todo en la noche del baile pero, ¿como terminaría esto? Nunca habíamos hablado de que sería después del contrato, porque aunque parecieramos novios realmente no lo éramos. No nos acercábamos a eso, no teníamos sentimientos iguales y eso era lo que terminaría jodiendome mucho más a mí. Porque estaba convencida de que kane, kane no sentía nada por mí en lo absoluto. Tal vez para él sólo era un juego todo esto.
Me quedé unos minutos pensando, miraba a la barrita y movía mi dedo en ella como forma de distracción. Mi rostro estaba posado en mi mano, y mientras hacia eso seguía pensando.
—Veo que, no puedes dejar de mirar a la nada—comentó la voz que supuse que era de Kane lo vi a mi lado y aunque creí que estaría con jayden, mire hacia atrás y jayden ya estaba jugando con la maquina del juego donkey kong, estaba jugando como un maldito loco.—Es tan normal de ti.
Observé a Kane, y este recargo su rostro en el brazo. El cual lo dejó sobre la barrita.
—Tal vez, suelo quedarme algo atascada en mis pensamientos. Creo que todos podemos llegar a hacerlo algunas veces. Kane acomodate bien, parece que te vas a dormir de esa forma.
—¿Que tal si si lo hago?
—Es algo extraño, estamos en un lugar público y estás en una barrita donde gente viene a comer. Podrías dejar algún cabello ahí y caerle a la comida de alguien—dije y el se acomodo de una forma en la que estábamos casi igual, su rostro estaba apoyado en su mano derecha.
—¿Mejor?—asentí ante lo que había dicho—Es extraño, ¿porque no has comido casi nada en el día?
Eso había sonado como una preocupación de su parte. Pero, no podía comer bien por pensar en aquello de Kane y el contrato, en pensar en mis sentimientos reales y en pensar también en la pesadilla de un recuerdo que estaba en el olvido.
No negaré que cuando desperté, mi hambre se había ido y todo mi apetito se había estancado. Después de haber despertado, no quería ni siquiera ir a la preparatoria pero no me gustaba faltar a ella. Y por mucho que no quisiese estar mal, igual fui y trate de estar bien. Claro que todo se fue olvidando de aquel sueño cuando lo de él contrato y Kane volvieron a mi mente después de clase cuando tocaba filosofía con él a mi lado.
Entonces kane hizo olvidarme de mi pesadilla aunque ahora venía pensar en otras cosas que también me quitaron algo el apetito. Mi único almuerzo de hoy, había sido un zumo. Solamente un zumo.
—Yo no he tenido mucha hambre ultimamente—reprimí una sonrisa—ya sabes, a las chicas se les suele ir el apetito algunas veces.
Hizo un mohín y aunque en esa posición se veía algo tierno, el era lo contrario a eso. O, ya ni siquiera lo sabía.
—No soy una chica, pero deberías comer bien—dijo en un tono extraño, estaba entre suave y preocupante—No es bueno no comer Jengi.
—Bien pues, ya he pedido algo de comer.
—¿De verdad? ¿Que ha sido?
Iba a responderle pero entonces aquel señor volvió a salir de la cocina y ahora traía mi malteada de vainilla. Yo mire con una sonrisa al ver aquella malteada, pero al ver a kane él estaba ¿sorprendido? No podía descifrar su expresión en este momento. Él señor al dejarme la malteada se detuvo en seco y miró a kane, como si lo conociese de algo.
—Hola Kane—el tipo sonrió y mostró su hilera de dientes blancos—es bueno verte por aquí, no te había visto desde hace que ¿un mes?
Este tipo ¿conocía a Kane? Pero si se veía que era mucho más mayor que el, juraría que se ve de unos 30 y algo.
Pero tal vez Kane conocía a muchas más personas más grandes que él.
—¿Ahora la haces de mesero, tío william? ¿Que no se supone que eres el dueño de este lugar?
¿Era su tío? Pero ¿que? El tipo era muy simpático para ser algún pariente de kane, conociendo a su hermano que era igual de frío que él o más bien como kane lo era al principio.
Kane no mostraba más que su sonrisa de arrogancia y yo comencé a beber un poco de mi malteada.
—Joder, ya sabes como son los empleados. Estoy remplazando a una camarera que tuvo una urgencia de último minuto—suspiró con algo de frustración—igual no es problema para mi, no tengo mucho que hacer solo soy el dueño y gerente de este lugar pero no hay mucha gente estos días.
—Claro—soltó una carcajada y me miró frunciendo el ceño—¿Esa va a ser tu comida, una malteada?
Kane parecía algo molesto después de verme tomar mi malteada. Era como si le improtase si estuviera comiendo o no algo así, la verdad sabía que no era una muy buena comida pero no se me daba la gana pedir algo más. Solo tenía ganas de una malteada en estos momentos.
—Si, es de lo único que tengo ganas en estos momentos.
—Vaya se conocen,¿conoces a esta chica?
Se río kane con ironía—Tío, ella es mi novia Jayne. Jayne, mi tío william.
El lució sorprendido por unos instantes, después sonrió con satisfacción y se dirigió a darme su mano.
—Mucho gusto—estreché su mano—no sabía que mi sobrino tenía novias.
Me daban ganas de decir que ni yo lo sabía, que era reconocido por no tener relaciones y que realmente no era su novia pero no podía decirle aquello.
—Bien pues... —sonreí con nerviosismo ya que no sabía que decirle.
—¿Tu padre conoce a Jayne?—Kane negó con su cabeza—Estoy seguro que si la conociera...
—No debería hacerlo.
—Vamos Kane, mi hermano ya ha cambiado.
—Eso no quita que sea un capullo. Así que no tiene porqué saberlo—reprimió Kane.
—Si eso piensas no podría decir nada ante tus palabras—dijo rendido.
—¿Que es lo que suelen llevarse siempre aquí?—dio una media sonrisa mirando a william quien estaba observándolo con algo de lastima, después de que le preguntó kane aquello este volvió a sonreír.
—Pues a menudo se llevan el sandwich de pollo, las hamburguesas de res con papas y la hamburguesa especial.
—Dos especiales—ordenó Kane con gentileza—Llevaremos dos.
Yo solo miré a Kane confundida, yo no le había pedido que compraste una hamburguesa o tal vez las dos eran para él así que no debía de sacar conclusiones.
William solo asintió ante la orden y se dirigió a la cocina.
—Una hamburguesa te vendría bien—volvió a recargar su rostro en su brazo—Tal vez la hamburguesa especial sea muy llenadora, así que mejor para ti y para mí.
—¿Porque para ti?
—Porque así me doy cuenta que has comido bien y no has estado evitando la comida.
Kane parecía en serio preocuparse por mi esta vez, pero ¿porque le estaba importando si comía o no?
—No es muy importante si como Kane, no tengo hambre. En serio, con la malteada estoy más que bien...
—Comeremos una hamburguesa especial ambos y no me iré de aquí hasta ver que haz comido algo. Así que si no quieres comer perfecto, pero entonces no nos iremos de aquí por un buen rato.
—Kane...
Trate de decirle que no debía preocuparse por mi o lo que fuera lo que estaba haciendo. Pero vi que movió su boca para decir algo más.
—Trata de comer ¿si?—sonó más suave está vez, su voz estaba reprimida ahora—Que aún falta ir a otro lugar.
No dije nada, solo ambos nos quedamos observandonos. Y no, no era incómodo, porque yo solo veía a kane, el verdadero kane y no aquel algo arrogante y fastidioso en fiestas.
Después de todo, el estaba cambiando completamente.
Después de comer una hamburguesa especial,al principio me era difícil recuperar algo de apetito pero, después de lo que me había pedido kane y de la forma en la que lo había hecho, el apetito había regresado un poco. La hamburguesa especial(que por cierto estaba demasiado buena y llena) era demasiado grande tal vez comí un poco más de la mitad pero no logré acabarmela del todo. Kane se despidió de william, william también se despidió de mi con una sonrisa y me dijo que le alegraba ver a Kane feliz esta vez. Kane solo se negó, dijo que el siempre había estado feliz cuando venía a verlo pero el solo negó con la cabeza y nos fuimos.
Iba en el auto de Kane esta vez, baje la ventanilla y me quedé observándolo antes de dirigir mi vista hacía mi lado. No sabía a dónde iría con kane, solo sabía que los lugares a los cuales me estaba llevando me estaban gustando, y sabía que por lo menos alguno sería mi favorito de Washington.
Él condujo sólo un poco, está vez no salimos mucho de la ciudad. Llegamos a una especie de área libre, parecía un parque como al que me había llevado kane aquella vez. La primera vez que salí con él. Solo que este estaba más colorido y había más personas en él. Entramos al estacionamiento, paró el auto y el motor dejó de escucharse. Yo lo miré y no pude evitar preguntar sobre el lugar.
—¿Donde estamos?
—Jengi, es muy temprano aún para tus preguntas ¿no lo crees?
Tal vez me hubiese molestado si no lo hubiese visto reír un poco después de eso que había dicho. Era una risa pequeña, parecía más un susurró al principio después de fue autentificando.
—Perdona se que te haz enojado, pero verte así algunas veces me divierte—se excusó.
—Kane, solo dime donde estamos—ignoré lo que había dicho.
—Estamos en un jardín botánico—me dio una sonrisa—te encantará.
Bajó del auto y yo traté un poco de reaccionar lo que había dicho después de algunos segundos. Bajé y lo vi encendiendo de nuevo un cigarrillo.
—Kane—pronuncie con molestia.
—Agh, solo uno.
—No.
—Vamos Jengi, solo...
-—No Kane, vamos—entrelacé mi mano con la suya. Esta vez había sido yo la que había agarrado su mano.
—Esta bien Jayne,esta bien.
Reprochó. Con su mano libre (en la cual traía su cigarrillo) tiró de él al suelo, lo pisó y ahí quedó aplastado aquella cosa de la cual odiaba hasta su olor.
—¿contenta?
—Tal vez.
Sonreí al ver que se había molestado, si que era divertido ver sus cejas arrugarse. Ver la cara de kane arrugarse levemente por qué le ordené desaserce de su cigarrillo aunque la verdad no esperaba que me hiciese caso.
El me guió hasta la entrada,lo primero que veía eran personas pasando felices de un lado a otro. El parque si que se veía grande, había un sendero de piedra en la entrada el cual te guiaba a distintos lugares ya que no sólo era un sendero, este conectaba con muchos más al parecer más adelante.
Entramos, yo no podía dejar de ver aquel parque. Porque parecía más un parque que un jardín.
—¿Porque los jardines botánicos parecen más que nada un parque como al que fuimos la primera vez que salimos?
—Este aún no es un jardín botanico—anunció—apenas estamos entrando.
Y era verdad, porque conforme íbamos caminando comenzaban a verse áreas con flores. Se veía que cuidaban bien de ellas ya que habían flores que por el otoño casi invierno ya estarían marchitas.
Eran muy bonitas, habían de distintos colores.
—Dios,es tan... No lo sé, no tengo palabras para expresarlo.
—¿Tan feo? Si lo mismo pensé.—afirmó bajando el tono.
—¿Estas demente? Es un lugar muy maravilloso y eso que todavía no vamos ni por la mitad.
Kane no dijo nada y siguió agarrando mi mano. Era como si me estuviese llevando hacia algún lugar, pero con cuidado. No forzaba mi mano, parecía como si estuviésemos caminando normalmente.
Yo seguía admirando todo, la mayoría parecía un campo abierto. Podías correr entre todas aquellas flores, verlas de cerca e incluso habían algunos animales pequeños sueltos por ahí. Al parecer el jardín botánico se componía de 3 jardines que conducían a un gazebo para los reportajes de boda, un paseo con azaleas en la cima de la colina, las plantaciones alrededor de la entrada y el invernadero.
Yo no sabía a dónde quería ir primero,Kane soltó mi mano y ambos comenzamos a caminar normalmente. Eso me hizo pensar algo extraño ya que pensaba que quería ir a algún lugar y que me estaba dirigiendo a alguno.
—Collins por aquí hay un jardín con una especie de lago artificial—informó—podemos ir si quieres tiene algunas flores.
Creo que la emoción se estaba apoderando de mi, todo era muy lindo y estaba feliz de estar aqui.
—¿Podemos ir?
—Solo si tu quieres.
—Sí quiero.
—Bueno, ven—agarró mi mano.
No caminamos mucho, íbamos lento. Kane mencionaba algunas cosas sobre él lugar, al parecer venía algunas veces al año. Además de aquel estanque pequeño que estaba en el parque en el que hablamos por primera vez.
Me contó que este lugar le traía tranquilidad y que era especial para él.
Me sentí especial por alguna manera, porque aunque este lugar estuviese abierto al público, a muchas personas. Kane lo había compartido conmigo.
Al llegar habían algunas bancas de madera frente al lago, algunas hojas anaranjadas por doquier y algunos árboles demasiado anchos y altos. En el lago había cierta tranquilidad, no había nada en lo absoluto. No habían patos, habían solo hojas anaranjadas que se caían de los árboles que estaban cerca de él.
Nos sentamos frente al lago apreciandolo todo.
—Cuéntame más sobre tí—Kane me dijo mientras estaba mirando todo.
La mirada de kane estaba en el lago frente a nosotros, y de verlo después la dirigí de nuevo hacia el frente.
—No se que decir, ¿que quieres saber?
—Puedes decirme lo que quieras collins, pero que sea sobre ti. Quiero saber más sobre ti.
Aquello había hecho sentir algo raro en mi corazón, podría jurar que había sentido algo. ¿Porque kane quería saber más de mí? No tenía mucho que decirle, aquel día en el lago le dije.
—Pues, soy un poco adicta al zumo de mango—dije sin pensarlo.
—Eso ya lo sé Jengi , se que es tu favorito también. Suelo ponerte atención durante algunos almuerzos que hemos tenido.—aquello me había sorprendido un poco—¿Porque te gustan tanto?
Suspiré.
—Yo no he tenido que pasar cosas fáciles Kane. No tengo un pasado muy lindo, mi familia ni siquiera es perfecta. Tal vez todos lo dicen, "los collins son perfectos ojala pudiese tener una familia así" es mentira, todo aquello lo es. Cuando era niña, solía ir a una tienda de discos antiguos cuando mi padre y mi madre no me ponían atención suficiente. Mi tío materno siempre estuvo ahí, tenía una tienda de discos de vinilo. Las mejores bandas—dije feliz al recordar—yo en ese entonces no conocía a los beatles, tenía 6 años. Pero él insistió en que debía escucharlos, en un viejo tocadiscos que tenía para probar discos colocó uno de los beatles.
Recordar aquellos tiempos en los que mi infancia no era muy buena, no era agradable. Pero kane me había contado lo de su madre, yo podría contarle también sobre mi pasado. El se había abierto para contar el suyo.
—Entonces, mi tío me había traído un zumo de mango. Comenzó a decirme que la vida no era más que eso, un zumo. Al principio no lo entendia, no era mucho de zumos en ese entonces. Pero, conforme fui creciendo de mi cuenta que tenía razón. La vida no es más que un zumo, al principio suele ser extraña la sensación de tomarlo, después comienza a gustarte y al final te decepcionas porque te lo haz acabado. Tal vez la vida es así. Y aunque no he visto a mi tío en algunos meses, estoy agradecida de que él me hubiese dado aquel zumo.—me sincere—cuando estaba mal lo tomaba, cuando estaba bien también. Es como una solución mejor que el alcohol y por alguna razón de volvió parte de mi.
Kane no dijo nada, se quedó callado pero la verdad si estuviese en su lugar no sabría que decir ante lo que yo había dicho. No sabría que responder.
Entonces decidí dar vuelta al asunto.
—Pero bueno, en pocas palabras el zumo de mango me gusta beberlo en mis buenos o peores momentos. O algunas veces solo me dan ganas de tomarlo.
—¿Aunque sea mucha azúcar? —bromeó.
—Aunque lo sea—respondí—También tengo el don de saber cuando le gustó a una persona. Una vez en 5to grado steven murray se me acercaba mucho y desde ahí presentí que le gustaba, solía hacer chistes horribles pero siempre era amable conmigo. En 7to otro chico comenzó a ser amable conmigo y aunque trate de convencerme de que no le gustaba una parte de mi decía lo contrario. Así que después de algún tiempo él me dijo que yo le gustaba. Tal vez tenga un don que no muchas tienen.
Estaba bromeando, aunque sí hubiese pasado eso no me consideraba tener un don tan patético como ese.
~insertar canción~
—Solo es broma, no se me ocurría nada.
Seguí observando el lago esperando respuesta de kane. Pero estaba tardando asi que lo miré para saber si estaba bien.
Vi como la mandíbula de kane se tensó.
—Jayne—pronunció finalmente.
—¿Si?
Giré mi cabeza de nuevo al lago esperando que iba a decir. Yo veía lo cristalino que se veía el lago frente a nosotros y podía ver el reflejo perfectamente de los árboles.
—Puedo confirmarte yo mismo que no tienes ese don patético—habló en serio, está vez ninguna sonrisa salía de su rostro—Porque si lo tuvieras...
Sus palabras se detuvieron por algunos segundos.
—Si lo tuvieras Jengi sabrías que me gustas, sabrías que me gustas de una forma inexplicable. Pero, no creo que tu don te lo diga por eso mismo lo digo yo.
Lo observé con sutileza, Kane estaba serio así que sabía que no estaba bromeando sobre esto.
Sus ojos se clavaron en los míos pero, ¿que debía decirle sobre esto? Si kane también me gustaba, sí él también estaba comenzando a gustarme. No se que responderle sobre esto, no sabía cómo reaccionar más que nada. Porque aunque fuese poco tiempo, habíamos pasado mucho más juntos. Habíamos creado recuerdos en algunas ocasiones.
No sabría si me arrepentirá después pero, quería decirle que a mi también.
Solo tenía que agarrar valor.
—Kane...—Mis palabras no querían salir de mi boca pero a la vez si, era algo dificil. —También me gustas, también me gustas de una manera que ni yo misma le encuentro explicación. Y es complicado porque no es algo fácil de decir...
Y aunque Kane sonrió ante mi respuesta, yo también lo hice.
Tomó mi rostro con sus manos y me besó. Me besó tiernamente, me besó de una manera como si besarme fuese a romperme. Y ahí frente al lago, kane green me había dicho que yo le gustaba y yo... Yo le había dicho que mis sentimientos eran correspondidos en pocas palabras.
Porque, cuando una persona te gusta lo más que quieres hacer es gritarle a todo el mundo que te gusta, decirle a todos cuanto esa persona logró cambiar tus espectativas. Porque kane lo había hecho, kane me había sorprendido de una forma extraña, pero a la vez hermosa.
N/A La verdad este capítulo me hizo sentir mucho, tenía que subirlo ya ya que la parte buena aún no comienza. ¿Que pasara con jayne y kane ahora que se han confesado sus verdaderos sentimientos? ¿Es amor real?
Espero les guste el capítulo, no saben cuanto esfuerzo les estoy poniendo. Nos vemos queridos destinatarios.
🌻
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