11

Jayne

Mi madre no era buena para planes familiares o salidas en familia, lo sabía perfectamente porque desde niña siempre eran las mismas típicas salidas entre ella y yo: Ir de viaje con ella para asegurarnos de sus cadenas de empresas o ir con mi padre a su empresa. Las típicas dos salidas y como mi padre no estaba la primera era la elegida.

No me molestaba viajar a 2 horas de la ciudad para ir a Seattle. Me aburría el hecho de pensar que todo mi día sería así, para ella era importante que fuera ya que me ayudaría a saber cómo se manejaban las empresas y aprender un poco más de ellas. Lo malo es que había decidido hacerlo el lunes en lugar de un domingo, segun para ella esto era mejor por el tráfico menor por la mañana.

Al llegar a la empresa ella se ocupaba del papeleo y yo solo estaba sentada frente a ella en su oficina. Volvía a recalcar que era aburrido, la convivencia de estar aquí me hacía preferir estar en la preparatoria escuchando a los aburridos maestros. Así de mal estaba.

—Jayne hazme un favor—menciona mientras mira un papel—Helen está en la recepción, ¿podrías llevarle este papeleo y decirle que ahorita me suba un café? No contesta mi llamada de seguro está ocupada porque tiene trabajo doble.

Helen era la asistente de mi madre aquí, pobre chica, la traía de un lado a otro como si no tuviera vida. Las veces que venía me daba cuenta que solo se centraba en trabajar por miedo a que mi madre la despidiera, me daba cuenta que las personas si llegaban a querer trabajar realmente. Yo en mi caso no tenía ganas de hacerlo, suponía que era por la edad.

Al llegar a recepción vi a Helen sentada con una fila de papeles, mientras tomaba sus gafas como si fueran a caer.

—Dice mi madre que le lleves un café—le tendí los papeles que me había dado—Y quiere que cheques esto.

—Esa mujer sólo quiere traerme de un lado a otro—menciona cansada—Estos días se ha notado molesta, todos aquí nos hemos dado cuenta aunque no sabemos la razón, la empresa va bien.

Probablemente se debía a lo que había pasado hace unos días cuando le dije que había terminado con Alexander. No obstante no había razón para hacerlo ya que era mi decisión.

En eso el compañero de Marion se acerca para saludarnos a ambas.

—Si, está de bruja porque no seguí lo que quería—le comenté—¿sabes que era lo que quería? Quería tenerme con alguien que no quiero solo para satisfacer sus gustos.

—Oh no me digas que tú y Alexander ya terminaron—asentí—eso explica el humor que se carga, desde casa solo nos mandaba mensajes y más trabajo y ahora solo nos ha estado exigiendo estos días.

Se levanta para acomodar los papeles junto a los demás.

—Aunque terminar una relación no es algo fácil—murmura—¿Quieres ir por un café? La cafetería está aquí a la vuelta, sirve que te distraes un poco debe aburrirte estar aquí.

La relación que tenía con Helen era amigable, era una chica de 24 algunas veces platicaba con ella cuando venía ya que la convivencia con mi madre me aburría. Sabía lo de Alexander porque todo el maldito mundo lo sabía lo tenían tan bien fichado y a mi igual tenía meses sin verla por lo cual le sorprendía que ya no siguiera con el. Al llegar a la cafetería solo pedí un café caliente porque hacía frío, y recordé cuando Kane estaba tomando uno también hace días.

No nos quedamos a comer ahí ya que debía llevárselo a mi madre así que nos regresamos a la empresa y al momento de llevárselo nos quedamos en la recepción tomándolo.

—Es algo fácil fijarse en más chicos y de seguro alguno le agradará y se olvidará de Alexander—comienza a escribir en su computadora y yo me siento a su lado—No se, siento que ella apoyaría tu relación con alguien más, solo dale tiempo.

—No lo creo, aunque bueno a Alexander le inventé que ya estaba con alguien más—bebí de mi café—se la creyó de verdad, ademas, hay un chico que dice que estamos saliendo para espantar a una chica y eso me ayudó.

—Oh drama adolescente, se oye encantador—bebe y me mira—¿Y es guapo?

Me quedé sin decir nada sobre eso, a decir verdad Kane si era guapo y odiaba admitirlo aún. Era delgado, tenía su piel blanca que parecía un fantasma y su cabello era negro que resaltaba en su piel, no tenía ningún tatuaje a simple vista y sus ojos eran color oscuro, no era la clase de chico que intimidaba más bien era la clase de chico que molestaba y te hacía reír, el extrovertido.

¿Porque hasta con describirlo siento que me traiciono a mi misma?

—Ya veo—me mira con picardía—Entonces si lo está, ¿tu madre sabe de él?

—No, es algo secreto que nadie debería saber más que Alexander y los chicos de la preparatoria, ya sabes me usan para espantar a una chica y yo lo estoy usando para espantar a un chico también.

—¿Lo conoces desde antes?

Comencé a explicarle toda mi historia sobre cómo conocía a Kane y como terminé conociéndolo más desde que regresó a Washington, aunque Marion estaba trabajando ella escuchaba y hacía algunas expresiones mientras seguía avanzando. Lo bueno de estar en recepción es que no había muchas personas y los que llegaban a buscar a mi madre o a alguna otra persona solo preguntaban y agradecían sin hacer más platica.

—No lo se, aunque se escuche cliché los que se conocen desde niños algunas veces están para quedarse juntos—menciona—se escucha interesante ese chico, siempre he pensado que debes de estar con una persona interesante y no con una común y aburrida.

—Nunca podría estar con él como pareja—explico—es mi enemigo número 1.

—Más que tu enemigo ahora parece tu amigo, no creo que se lleven tan mal. Ha estado en cada momento últimamente de tu vida y aunque haya sido un mes corto han pasado muchas cosas, ¿no lo crees?

Al oír eso fue como si me abrieran los ojos, de verdad Kane y yo parecíamos amigos ahora y no enemigos. Tratábamos ambos de ser amables y por mi parte lo hacía para dejar de llevarnos mal.

¿Acaso se me había zafado un tornillo?

—Prefiero que hablemos de tu vida amorosa de la mía ya fue mucho detalle vergonzoso.

—Créeme tengo más vida amorosa con estos papeles que con un hombre.

Y aunque probablemente era así quería solo cambiar el tema para ya no estar hablando de Kane porque últimamente todo giraba en torno a él (literalmente) cada problema o cada cosa que había el tenía que estar presente o tenía que ver con el.

Después de estar con Helen me fui con mi madre para ponerle presión para irnos a casa, estaba tan aburrida que quería sólo llegar y dormir o con solo estar en casa me conformaba. Al llegar a su oficina la vi de pie hablando con una mujer, estaba de espaldas y al momento que se giró no la reconocí hasta que vi claramente que se trataba de la madre de Alexander. Caí en cuenta que estaba metiéndome a la boca del lobo muy temprano y que era probable que esto se convirtiera en un sermón más por mi madre que por la madre de Alexander.

—Hola querida—se acercó hacia mí y me abrazó—ya tengo mucho que no te veía.

—Hola—mi cuerpo no reaccionaba, esperaba que mi madre no hiciera un escándalo—me alegra verla.

Probablemente había pasado sin preguntar en recepción ya que mi madre siempre le da entrada a su oficina.

—Jayne tenemos cosas que hablar las tres ¿no lo crees?

Mi madre menciona y la señora Mc clay se mira confundida, quería pensar que ella no sabía sobre lo que había pasado y que solo estuvo aquí de visita. Ella tiene una empresa también en Seattle.

—¿De verdad? No sé de qué quisieras que habláramos las tres...

—Olvídalo será en otro momento—murmura mi madre—Es una cosa insignificante no te preocupes, tendrá solución.

—Si es importante podríamos hablarlo, vine aquí a ver algunos negocios pero quería saludarte me dijeron que habías venido de nuevo—explicó la señora Mc clay—no había tenido oportunidad de salir de mi oficina desde hace días, ni siquiera he pisado mi casa desde hace días.

—Podríamos ir a comer algo—propone mi madre—ya sabes, no nos vendría mal salir a cenar, ¿te quedarás otro día aquí?

—Si, deberías acompañarme la suite es grande y tiene como 3 camas.

Yo solo estaba de pie mirando como platicaban sabía que no se querría quedar aquí otro día por el hecho de que mi padre le pidió que no me hiciera faltar días a clases

—Probablemente, Jayne tiene que ir a la preparatoria y no es como que tenga buenas calificaciones no creo que le afecte mucho otra falta.

Ante esto la señora Mc clay sonrió y yo solo miraba sin saber que decir, ya quería irme de aquí.

_*_

Sabía que venir a cenar me haría estar de mal humor o que terminaría en una pelea segura con mi madre, ella y yo algunas veces chocábamos entre las dos porque ninguna se dejaba cuando algo no le parecía, tenía que salir en algo a mi madre y era en eso.

Era un restaurante lujoso todo era color vino y rojo, algunas mesas estaban solas y nosotras estábamos en medio de todas aquellas mesas como si quisiéramos llamar la atención. Había muchas personas viéndome y eso me hacía sentir incómoda y aunque estuviera en un lugar lujoso las ganas de una hamburguesa estaban en mi mente así que pedí una y solo escuché como mi madre reprochaba en voz baja al ver cuando llegó.

—Entonces Marcy, ¿como van las campañas?

Con esa sola pregunta bastó para que comenzaran a hablar de negocios y números que no entendia del todo.  Después me miró la señora Mc clay y sabía que diría algo.

—Espero y mi futura Nuera le guste la opción de una empresa que se trate de lo mismo o una mezcla de la tuya y de la mía—cuando dijo nuera casi me atraganto con la hamburguesa—no vendría mal que te diéramos algún empujón.

—El empujón lo ha dado ella sola—menciona mi madre—Veo que tú hijo no ha querido hablar contigo.

—Mamá

—¿Que Jayne? No puedo decirle a Marcy que terminaste hace días con su hijo ¿por nada?

Al decir esto la cara de la señora Mc clay se contrajo y me miró esperando una respuesta. En eso el camarero trajo un vino que habían ordenado y aproveché para dirigirme al baño, sabía que solo había dos personas con las que me podía quejar y aunque les marqué a ambas la única que había contestado era Emma.

—¿Que pasa?

—Por fin alguien me contesta, estoy en la mismísima boca de un lobo—mencioné—¿no puedes venir por mi? Te pagaré lo que quieras, dile a algún taxi que si puede manejar hasta acá, no quiero quedarme otro día aquí.

—Jayne lo qué pasa es que estoy en una cita...

—¿una cita? Ni siquiera nos habías mencionado que tendrías una.

—Salió de imprevisto aunque tenemos un mal tercio, parece Cita de tres personas—menciona remarcando el "tres"—No me mires así sabes que hablo de ti.

—Oye yo solo me quede a cenar y dije que me iría cuando terminara, no sabía que estaban en una cita—esa voz era de Kane—Jayden no me ha pedido que me marche.

—Vaya, pues te lo he pedido yo—suspira—Jayne no puedo ir por... Oh, espera, ¿me pagaras?

—Lo que tú quieras, estoy que me quiero ir ya de aquí, mi madre se quiere quedar otro día y para mi es insoportable.

En eso no escucho nada, espero a que me diga que si porque no quiero estar aquí más tiempo y a Archie no quiero molestarlo en venir hasta acá hoy era su día libre.

—Tengo al conductor indicado para irte a recoger, aunque ¿sabes que tardará no?

—No me importa pero sácame de aquí cuando puedas. No se te ocurra no venir y dejarme sola, quiero irme con alguien que conozca y tú eres la única opción que tengo.

Después de decir eso colgué y no sé cuánto tiempo estuve más en el baño hasta que tenía que enfrentarme a mi madre. Le envié mi ubicación a Emma por mensaje, esperaba que no demorara mucho, aunque estaba a dos horas de ahí.

Cuando salí vi como mi madre y Marcy reían, el vino se les había subido al parecer. Yo solo me quedé sentada tratando de procesar lo que tenía que esperar, hacían chistes entre ellas y escuchaban la música que había en el restaurante. A la hora de irnos Emma aún no venía por mi por lo cual decidí mandarle la ubicación del hotel al que iríamos, afortunadamente llegamos al hotel con todas nuestras partes del cuerpo ya que Marcy iba algo tomada y seguían riendo entre ellas

Había sido la hora más larga de mi vida.

Quería suponer que mi madre no había entrado en detalle con lo que había pasado con Alexander o lo que yo le había dicho, era algo con lo que no quería volver a lidiar trataba de superarlo. Después de esperar acostada en una de las camas, Emma me había mandado un mensaje de que estaría fuera del hotel y cuando ya había llegado me despedí de mi madre diciéndole que ella había venido por mi. No dijo nada ella siguió bebiendo en la habitación y yo salí.

Al llegar a la entrada frené en seco cuando vi que el auto me era parecido y Justo antes de preguntarme algo más el vidrio bajó y Kane me hizo una seña para que subiera, al momento de subir me quede tratando de asimilar.

—Emma me dijo que viniera por ti—explicó—no me había dicho que estabas al otro lado de la ciudad literalmente a dos horas.

Maldita le dije que viniera ella.

—Yo había hablado con ella para que viniera por mi.

—¿Sabes? No me molestó venir por ti, me dijo que estabas en aprietos así que por eso acepté.

—Kane se que tenías cosas más importantes que hacer quiero que sepas que te pagaré, se que no está cerca. Pero ha sido un día aburrido y horrible y solo quería ir a casa a cómo diera lugar.

El no dijo nada, el pobre ya estaba siendo un gran favor aunque tenía duda de saber cómo había llegado el arreglo entre ellos. No mencionamos nada durante la mitad del camino, mucho menos yo que iba durmiéndome en el asiento del copiloto.

Entonces un frenon me despertó de repente y al abrir mis ojos vi que el auto se había detenido.

—¿Que pasa?

—Nada, solo que una llanta se ha pinchado—murmura con fastidio—Tengo un repuesto solo será cambiarla, ocuparé que me ayudes.

—Pero yo no sé cambiar llantas, no sé hacer nada de eso.

—Solo me ayudarás con la linterna.

Si alguien me hubiera dicho que estaría con Kane en la noche arreglando una llanta hace dos semanas me habría reído, pero ahora la realidad era otra. Estuvimos media hora tratando de que la llanta quedara bien, se me daba bien ayudar con la lámpara, aunque sentía que era el trabajo más débil.

El camino fue rápido o por lo menos para mí por qué me fui dormida la mayoría del tiempo. Cuando desperté me di cuenta que Kane estaba serio, no hablaba mucho y por una parte se sentía raro que casi no conversara.

Probablemente no sabía que decir. Al momento de llegar a casa se estacionó fuera de ella y me quede perpleja mirando pensando en cómo entraría si Archie había salido fuera a descansar con sus familiares. Antes de bajarme me quedé observando pensando por donde podría pasar.

Quizás por la puerta del patio trasero.

No, siempre la cierran por las noches.

Probablemente alguna ventana esté abierta

Tampoco lo estaría, siempre cierran toda la casa por completo.

—¿Que pasa?

—Olvidé que la casa está cerrada y no llevo llaves conmigo porque siempre está Archie—expliqué mirando por la ventanilla—Quizás Emma pueda recibirme en su casa.

—Ellos estarán ocupados toda la noche, tenían un plan de cosas que hacer, me han echado de su supuesta cita por esa misma cosa.

—No creo que estar en una cita de tres sea muy correcto.

—¿Que piensas hacer?

A decir verdad mis opciones no eran muchas, marqué a Rose pero suponía que estaba ocupada y no podía llegar así porque si a su casa. A Emma le marqué pero no contestó suponía que era cierto lo que Kane decía sobre qué estaría ocupada. Mis opciones solo eran ellas dos, no tenía muchas amigas.

—Mi hermana y mi padre han salido—menciona y suspira al decir esto—Puedes quedarte conmigo en lo que alguna de tus amigas contesta la llamada, ¿tú madre vendrá mañana o tú mayordomo?

Creo que no tenía otra opción, no quería estar a fuera como una idiota intentando entrar a mi casa cuando sabía que no había manera alguna. No recibí llamada de mi madre, sabía que tendría que lidiar con sus regaños mañana por la mañana y aquello me hacía querer no despertar y evitarme el regaño.

Asentí—Solo me quedaré contigo hasta que alguna me conteste, lo prometo.

—Lo dices como si fuera un gran problema tenerte en mi casa.

—No me gusta estar en casas de personas ajenas menos donde probablemente no es normal que esté ahí.

El no dijo nada y yo no volví a decir nada más, sentía que todo estaba tenso y no sabía el porqué si nos habíamos llevado bien hace algunos días. Probablemente se sentía incómodo después de manejar tanto tiempo, yo también me sentía cansada después de todo me había despertado muy temprano y mi cuerpo ameritaba un descanso.

Me recosté en el asiento y solo miraba hacia la ventanilla, deseando que mañana todo fuera diferente al resto de los días que solo eran un martirio. El camino se me pasó rápido, Kane había puesto canciones aleatorias y eran relajantes, por alguna razón me daba la impresión de que tenía una playlist que combinaba con su forma de ser aunque yo no sabía exactamente cómo era, tenía claro que era una persona con muchas personalidades a la vez.

Al llegar a su casa, ambos entramos y yo solo podía ir detrás de él y seguirlo como si fuera una niña pequeña. No podía decir que no tenía pena por estar en su casa, solo había estado aquí una vez en todo lo que nos conocíamos y esa vez fue de la peor forma ya que solo me asustó.

Su habitación estaba tal cual como aquella mañana.

—Puedes recostarte en mi cama si gustas—mencionó—no me vendría mal si quisieras hacerme compañía.

—¿De que hablas?

—No quiero dormir de nuevo en el suelo, me duele la espalda ese día me dio un dolor horrible y a decir verdad no me molestaría que estés aquí.

—Ya veo, ¿piensas que es tan fácil dormir conmigo?

—No es que piense que sea fácil pero no tengo dos camas, puedo darte tu espacio si eso quieres.

—Solo me sentaré y esperaré.

Él estaba a mi lado recostado había una distancia considerable que nos apartaba el uno del otro. No sé cuantas veces había visto mi teléfono para ver si alguna llamada había sido regresada pero no había tenido éxito. Tenía que pensar como iría a clases mañana, no podría permitirme faltar otro día más, no era que me importara mucho ir sin embargo iba tan mal en las materias que no quería que por faltar mi promedio bajara más.

No sé cuánto tiempo me quede sentada sobre la orilla de la cama, no voltee a ver a Kane pero suponía que estaba dormido porque no hacía nada de ruido.

Tal vez ver una serie en lo que esperaba estaba mejor para que el tiempo se pasara más rápido. Me metí a ver el dorama que dejé por última vez y como no traía audífonos bajé el volumen a uno considerable donde pudiera escucharlo.

No entendía nada de su idioma pero me gustaba oírlo no sabía porque y leer los subtítulos. Me acomodé mejor tratando de darle la espalda a Kane y me acosté como él lo había dicho, solo que aparté mi distancia.

_*_

Odio los martes por la mañana, en general odio los días por la mañana. A excepción de los sábados que es mi día favorito de la semana por no hacer nada, me había quedado dormida por completo y ni siquiera entendía porqué. Al mirar la hora eran exactamente las 6 de la mañana por lo cual solo miré a mi lado y me sorprendí (inconsciente) de que Kane estaba a mi lado pero estábamos muy juntos, probablemente se movía dormido.

—No me dejaste dormir—su voz hizo que diera un respingo—¿Quien ve coreanos en la noche? Solo a ti se te ocurre.

—Son series para tu información, ¿lo estabas viendo?

—Algunas veces suelo despertarme por las noches—bostezó y se estiró a mi lado—Pero es extraño despertarse escuchando sonidos raros.

Emma no me había devuelto la llamada, Rose de seguro se había quedado dormida temprano ya que tampoco me contestó. No quería que supieran que había vuelto a dormir con Kane, no quería más escándalos viniendo de ellas ni suposiciones. Probablemente Archie ya estaría en casa, mi madre no había llamado y estaba claro que no lo haría.

Antes de decir alguna otra cosa vi como Kane se levantó, yo estaba acostada mirándolo porque lo tenía frente a mi. Se quitó la camiseta y se dirigió hacia el baño que estaba en su habitación, aunque intenté apartar la mirada de su torso desnudo antes de que se volteara pero me fue imposible. No sabía que estaba pensando, era idiota ver su cuerpo.

Volví a caer en la almohada contra mi mejilla y volví a dormir.

Abrí mis ojos por la sensación de pesadez sobre mi cuerpo más bien sobre mi cuello, al ver hacia abajo me encontré viendo el brazo de Kane al rededor de mi este. Quería pensar que dormido lo había hecho inconsciente, mi pulso comenzaba a acelerarse ya que no traía camiseta y mientras más lo veía más comenzaba a sentir que el pulso seguía acelerándose.

No es como si nunca hubiera tenido contacto con un chico pero creo que el contexto es evidente. Cuando intenté quitar el brazo sobre mi este me jaló contra su pecho y yo no sabía cómo reaccionar, quizás levantándolo reaccionaría.

—Kane

—Qué—murmura adormilado—¿No puedes dejar de hacer ruido?

Seguía sin abrir los ojos.

—Nunca había abrazado a una almohada tan cómodamente, déjame dormir.

La sensación de su brazo abrazándome me hacía sentí calidez y odiaba sentirlo, no quería sentir eso y quería que la sensación desapareciera.

¿El idiota me estaba confundiendo con una almohada? Sabía que no tenía grandes dotes pero tampoco estaba tan plana para compararme con una almohada. Antes de decir algo más le di un codazo en su pecho y fue cuando se percató de lo que estaba pasando. Me miró confundido y seguía sin soltarme.

—No eres una almohada.

—Lo se, quítate.

—¿Te pongo nerviosa verdad?

Una sonrisa burlona se pone en su rostro, qué chico tan más bipolar.

—No se dé que estás hablando. No me gusta que me toquen menos tú.

—¿De verdad? Mientras dormías no parecías quejarte.

No se porque pero algo dentro de mi me hizo mirar hacia abajo y vi su torso desnudo de nuevo, hizo que una pequeña sensación extraña se sintiera en mi estómago estaba consciente de que debía irme y que era mejor así. Antes de quitarme se acercó un poco más a mi haciendo que nuestras miradas se sostuvieran.

—¿Te encanta lo que ves verdad?

—No se dé que hablas.

Su mano tomó mi muñeca que sin poder reaccionar colocó en su pecho.

Okay, lo estaba tocando. Mi mano hizo contacto con su piel, lo extraño era que me gustaba...

—De esto.

Aparté mi mano lo más rápido que pude de su pecho. El se acercó más a mi y mientras más lo veía más rasgos descubría, no tenía pecas su piel se veía suave y aunque quería seguir observándolo más no se porque me estaba dando una tensión que nunca había sentido. Su mano me tocó la mejilla y con su simple tacto me hizo sentir una vibración dentro de mi estómago.

No sabía que estaba pasando pero no podía reaccionar, entonces fue cuando alguien abrió la puerta y cortó el momento, agradecí internamente.

—Kane, necesito que me prestes tu... uh, perdón.

El primo de Kane cárter cerró la puerta en cuanto pudo, yo me quedé perpleja ante lo que que acababa de pasar. No quería que se pensara lo peor en la situación, sabía que debía alejarme entonces me separé y en cuanto me separé una llamada había entrado a su teléfono, maldijo en voz baja y terminó contestándola.

Sabía que hablaba con Martha, lo escuchaba decir que no lo molestara pero al final accedió a salir con ella algo que me había sorprendido. Entonces recordé lo que Martha me había dicho hace días, quizás tenía razón, debería alejarme de él. Me sentía rara, confundida y aún más después de que me advirtiera algo que ni siquiera comprendía.

No crucé otra palabra con Kane, aunque ya era tarde para ir a la preparatoria decidí ir a mi casa. Él estaba serio también y no mencionó nada en el camino, agradecí porque me dejara quedarme con el.

—Toma, no llevaba mucho dinero conmigo—le tendí un pequeño fajo de billetes—gracias por ir a recogerme, te prometí pagarte.

—No quiero dinero, así está bien.

—Pero hice que gastaras en ir por mi, es lo menos que podría hacer.

—Estabas en aprietos y te ayudé, no necesito el dinero. Así está bien—me miró con una cara comprensiva—Espero que no te regañen por no ir a clases.

—Lo dudo.

No quise debatir con el sobre el dinero, no lo había aceptado y eso me hacía sentirme desconcertada. Finalmente solo me despedí y entré en casa no sin antes mirar hacia atrás y verlo por última vez en su auto.

¿Porque me estaba comenzando a sentir rara cuando lo veía?

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