10
JAYNE
Abrí mis ojos y observé lo que había frente a mí, solo era un techo liso y blanco.
Lo primero que sentí al despertar fue un horrible dolor de cabeza, no recordaba nada de esta noche, no sabía en donde estaba, mire hacia los lados entonces reconocí el lugar en donde me encontraba.
Mi habitación.
No sabía qué hacía aquí o como había llegado, mis recuerdos se detienen cuando vi a Kane llevarme a un rincón oscuro, lo demás solo es negro.
Por alguna extraña razón miré hacia abajo de mí, y me di cuenta de algo extraño, muy extraño. Una gran camiseta cubría mi cuerpo, aquella era color beige pero sí que era demasiado enorme, cubría hasta mi rodilla. Con algo de confusión acaricié la tela con las yemas de mis dedos y solo pude fruncir el ceño al verla y sentirla.
— ¿Qué demonios?—susurré.
Un extraño sentimiento comenzó en mi estómago, ¿Qué era? ¿Nervios? ¿Intriga? No podía descifrarlo, o tal vez...
Me levanté de mi cama rápidamente, llevé una mano a mi boca tapándola para así evitar un accidente, corrí hacia la habitación de al lado creo que fui algo tonta porque en mi habitación tengo mi propio baño, abrí la puerta de golpe.
Mierda no puedo pensar mucho ahora.
Ambas manos sostuvieron las orillas de la taza, dejando mi boca libre y así expulsar todo, creí que mis entrañas iban a salirse de mí, literalmente.
Después de eso fui a mi habitación un poco débil, me paré frente al espejo de mi habitación y me miré detenidamente. Miraba como mi cabello estaba, muy desordenado los tonos castaños se aclaraban un poco con la luz que entraba en mi habitación después de ver el desastre que era mi cabello mis ojos cayeron hacia la camiseta.
¿Porque la tenía? Más bien ¿De quién era? No me era familiar en lo absoluto, me quede solo unos segundos mirándola aquello me heló, ¿y si dormí con un chico? Por qué claramente esta camiseta era de un chico, pero...
—Señorita Collins—la voz de Archie al otro lado de la puerta me sacó de mis pensamientos. ¿De verdad estaba aquí?
— ¿Sí?—dirigí mi mirada hacia la puerta.
—Lamentó molestarla, pero el desayuno ya está se lo han preparado hace unos pocos minutos. Le recomendaría que fuese rápido antes de que se ponga frío.
Seguía confundida, intentaba recordar. Pero no recordaba muy bien, no recordaba estar con alguien en una habitación aquella noche o más bien ni siquiera recordaba de donde había salido esta gran camiseta.
—Está bien, no te preocupes... Bajo... Bajo en un segundo Archie—traté de contestar pero seguía frente al espejo mirando a la nada ahora.
— ¿Está bien?—preguntó.
—Sí, bajo en un segundo. —termine.
Su voz ya no se escuchó, el ya no respondió, supongo que se fue abajo.
Quité mis jeans bajándolos lentamente por mis piernas, me coloqué mi pijama de tela color blanca que estaba en el suelo y salí de la habitación dirigiéndome hacia el comedor.
—Buenos días—dije sin entusiasmo a Archie y a las dos señoras de limpieza que se encontraban ahí.
Archie había venido dos días esta semana como le había prometido a mis padres, igual que las de limpieza ya que no hago mucho desorden en la casa y la mayoría del tiempo está limpia.
—Buenos días señorita— respondieron al unísono.
Me senté, serví un poco de jugo de naranja fresco agarrando la jarra que tenía frente a mí. Sentía la mirada de ellos por alguna razón, mordí el pan tostado ignorando un poco aquello cuando caí en cuenta.
Mierda había olvidado cambiarme la camiseta, aquello hizo que me atragantara un poco con el pan.
— ¿Está bien?—preguntó Archie con preocupación.
—Si lo siento solo que no sé qué pasó—tomé de mi jugo. —Tengo sueño, tal vez es eso.
Las señoras salieron no sin antes de irse reír un poco en casi un susurro trate de ignorar aquello. Sin más solo me quede comiendo en silencio, Archie se acercó frente a mí y aquello me dio mala espina.
—Creo que alguien no tuvo buena noche—sonrió. —Sin ofender, puedo notarlo por sus largas orejeras y su rostro no muy feliz.
—Sí, me duele un poco la cabeza—confesé. —no dormí muy bien.
—Debería hablar con usted de algo—me miro y se sentó frente a mí— creo que tuvo suerte de que su madre no estuviera aquí, así no la hubiese descubierto anoche pero debería tener cuidado con quien mete a la casa en la madrugada.
¿Qué yo que? Pero que hice, la camiseta...
—Archie si es por la camiseta, no pienses mal a mí me gusta dormir con este tipo de camisetas que parecen de chico—mentí.
Negó con la cabeza—No hablo de eso, si no que en la madrugada me levante a tomar algo ya que no podía dormir, iba a regresar a mi habitación cuando escuché un ruido en las escaleras y vi a un chico bajar y salir de la casa. Es por ello que le digo.
¿Qué un chico, que? Quería que me tragara la tierra, no recordaba nada de eso. ¿Cómo podía ser que yo entrara con un chico? Eso explicaría la camiseta pero... mierda.
— ¿Cómo era el chico?—cuestioné— ¿Era alto o bajo? ¿Tenía tatuajes o algo así?
Sonrió quizás porque mis preguntas eran algo estúpidas, algo no. Muy, pero la verdad necesitaba saber cómo era el chico que me trajo a casa.
—Era alto, pero no pude verlo bien porque estaba oscuro. Solo vi su figura en la oscuridad.
¿No sabía? Joder sí que estaba metida en un lío, hay muchos chicos altos en Washington más en la universidad.
¿Y si fue él quien me trajo a casa? Aunque puede ser imposible ya que él estaba muy ocupado.
—Tal vez, solo lo soñaste Archie—solté—pero ten en cuenta que tendré cuidado con ello.
Se levantó y guiñó su ojo—Solo fue un sueño.
Cielos este hombre era como mi mejor amigo en esta casa, era como mi segundo padre... la única persona que se preocupaba realmente por mi aquí y que me preguntaba como estaba cuando llegaba a casa, el solo se alejó.
No pude terminar de desayunar bien, no sabía quién me había traído a casa o porque tenía esta camiseta.
Diablos. Entonces fue que recordé el show que hice anoche, la adrenalina que sentí y como estuve a punto de desnudarme, pero no recordaba bien que había pasado después de eso, además de... no, él no podía haberlo hecho.
_*_
¿Nunca has tenido una cita a solas? Hablo de, salir tu sola a algún lugar sin ninguna persona que te acompañe. Antes creía que era incomodidad total o que te verían raro por ir sola como ir al cine solo tu sin la compañía de alguien más. Pero hoy sentía que era un día en el que quería salir sola y pensar en lo mucho que debía hacer con todo lo que me pasó estos días.
Salir por una malteada y quizás colorear uno que otro libro me relajaría un poco, culpo a los videos de internet por darme la idea de que era un buen tip de relajación. Se estaba haciendo algo viral ir a colorear a una cafetería aunque era algo infantil. Al llegar a Burguer house, un restaurante que estaba cerca de mi casa me dirigí hacia el mostrador y esperé un poco al lado de un chico al que no le tome mucha importancia.
—Al parecer mi camiseta te quedó bien—el chico de al lado mencionó con su voz gruesa.
Conocía esa voz, estaba comenzando a acostumbrarme a ella y por alguna extraña razón aquella voz venía de mi lado. Me giré a verlo ignorando lo que estaba pensando y de todas las personas tenía que estar él aquí.
Con una camiseta azul con algunas extrañas letras blancas en ella y una mirada tan fría mientras bajaba su taza para ponerla en la barrita de nuevo.
— ¿Fuiste tú?—fue lo único que pude preguntar.
— ¿Ningún hola?—preguntó frío.
—Kane creo que eso no es necesario en estos momentos. ¿Fuiste tú?
Suspiró—Si Jayne fui yo quien te puso esa camiseta y te lleve a casa a mitad de la noche poniendo en riesgo mi reputación. ¿Sabes? No es lo mío rescatar chicas ebrias apunto de desnudarse en un bar.
Trague grueso.
¿Desnudarme? Tal vez este idiota me quiere jugar alguna broma pero, no recuerdo mucho más que el calor de la fiesta y el como la música retumbaba en mi cabeza. Los recuerdos sólo pasan en pedazos, no recuerdo mucho.
— ¿Desnudarme?—el asintió. —Tú sí que estás jugando una buena broma. ¿Yo desnudarme?
Me miró arrogante, se acercó un poco más a mí y sus ojos cafés claros por un momento estaban tan cerca de mí.
— ¿Porque debería mentirte? Yo no soy mucho de mentir sobre esas cosas, además deberías decirme gracias. —se alejó—si no te hubiese seguido y llevado a mi auto quien sabe que podría haberte pasado.
Mi pequeña sonrisa al creer que era una broma se vino abajo. Joder que estúpida fui esta noche, me llevé un poco mis manos a la cabeza y apoyé mis codos en la barrita donde esperaba mi comida.
— ¿Por qué?—Fruncí el ceño y lo miré— ¿Porque me ayudaste?
No había pensado más en eso, no le había dado vueltas a quien pudo haber sido el que había entrado a casa en la madrugada, todo ahora giraba en torno a lo que había pasado con Alexander.
—Simplemente te salve, de nada.
—Vamos—bufé—esa no es una respuesta.
Se encogió de hombros—Para mí si lo es.
En eso la chica del mostrador me da mi malteada helada, era una combinación de vainilla con nuez que me gustaba a la perfección. Agradecí aquello y antes de irme a mi mesa me puse al lado de Kane y bajé la voz.
—Solo quiero saberlo Kane.
—Te lo diré—hizo una pausa—pero después o tal vez no—sonrió.
—Mi mayordomo te vio—lo fulminé con la mirada. — ¿Qué pasaría si mi madre te hubiese visto? Literalmente me mataría.
—Vaya ¿Ahora eres Batman? No sabía que tenías un Alfred—soltó una carcajada agria.—Mi hermana se emocionaría si supiera eso.
—Ja ja ja, muy gracioso Kane. En serio algunas veces pienso que eres muy idiota, mira que salirme con un personaje de un cómic en estos momentos.
No estaba burlándome realmente estaba siendo sarcástica aunque dudo que sepa distinguir del sarcasmo a lo normal.
—Vamos sé que quieres reír—bebió— ¿que más te quedaría? No te daré ninguna respuesta de lo que tú esperas.
No le daré el placer de verme sonreír pero, ¿Batman? ¿Es en serio? Este chico decía mucha estupidez.
—Solo debiste tener cuidado—agregué. —Tal vez mi padre pudo verte o mi madre y ambos estaríamos muertos, o más bien yo. Y tal vez deberías darme la respuesta que espero.
—Como sea—terminó.
— ¿No me dirás porque me llevaste a casa?—pregunté frunciendo el ceño.—Estaba con mis amigas y estaba bailando y de un momento a otro terminé en mi casa.
—No te diré, probablemente tú puedas recordarlo por ti misma.
—Bien—di por terminada nuestra conversación y me dirigí a una mesa para tratar de llevar mi día en total paz.
Al momento de llegar a la mesa coloqué la malteada sobre ella, saqué de mi bolsa un pequeño libro y una caja pequeña de colores y decidí sacar mis audífonos para escuchar música e ignorar los ruidos externos que producían al entrar y salir muchas personas. Antes de ponérmelos Kane se acercó hacia mi mesa y me miró, sabía que haría algún chiste mediocre.
— ¿No recuerdas nada no es así?—soltó de nuevo.
Al parecer algo nuevo.
—No, solo preguntaba porque quería saberlo no lo hacía solo por molestar.
—Es una lástima, pero tal vez te diga algún día. Si es que seguimos hablando, porque no sé cómo se tomaría la gente que viese que Jayne es una borracha y yo le hablo.
Bufé.
—Yo no suelo beber mucho, ¿sí? Solo me dejé llevar, no pienses que quise ponerme borracha porque odio el alcohol.
Ni siquiera sabía porque le daba explicaciones.
—Lo odias pero lo bebes como si fuera agua, bonita manera de odiarlo.
Giré mis ojos ante su comentario, pude notar su sarcasmo no era muy bueno intentando sonar sarcástico. Volví a verlo y mi mirada la dirigí hacia su taza blanca, me di cuenta que estaba tomando café por el color raro de la bebida.
— ¿Café?—pregunté.
El asintió y siguió bebiendo— ¿No te gustan las malteadas o algo parecido? Solo suele ser algo agrio para algunas personas.
—Da igual—contestó. —Su sabor es bueno.
Antes de decir otra cosa él miró mi pequeño libro de colorear, una pequeña risa salió de él y no fue tan fuerte solo la había escuchado yo. No sabía si era cosa suya bromear o que se riera por cualquier cosa tonta.
—¿Porque traes un libro para colorear a un restaurante?
—Es un secreto de mujeres—mentí—Probablemente deberías preguntarle a alguna de las que han salido contigo para que te pueda contestar la duda.
Dije para que dejara de molestar, sabía que no era un secreto de mujeres pero no quería dar toda una explicación para que se siguiera burlando por seguir una moda de internet.
—¿Vendrá tu novio?
—Kane por si no lo recuerdas él me puso el cuerno, no quiero estar recalcando el tema—comenté con molestia—Es algo que todo mundo sabe ya, al igual que saben sobre nuestra supuesta relación inventada por ti.
Él se sienta frente a mi sin importarle lo que digo y deja su taza en la mesa, mira mi libro y después me mira a mi.
—Es raro que alguien venga solo aquí—murmuró—es por eso que preguntaba perdón si fui muy inoportuno con eso.
Por primera vez sentía que estaba siendo sincero totalmente y que lo decía apenado, tal vez debía tratar de ser amable con el, ya me ha salvado dos veces de hacer el ridículo.
—Tu vienes solo ¿no? No es raro venir solo, al contrario por una parte es mejor si tienes mucho que pensar.
No contestó nada, se quedó pensando y yo aseguraba que lo estaba ya que solo se quedó en silencio mirando su taza.
—¿No quieres probar?—pregunto tratando de romper el hielo y no estar incómodos por el tema—Podrías pintar algo, vi que es relajante.
—¿Pintar animalitos con sombrero? Paso, no es lo mío pintar.
—Lo dices porque sueles salirte de la raya ¿verdad? No te culpo, no puedes llegar a ser Perfecto en todo, siento mucho que no sea un examen para que se te de bien.
Antes de poder reírme Kane agarró el libro y sacó una crayola de la cajita sabía que había tomado como una burla lo que acababa de decir y que quizá trataría de demostrar que si podría. El dibujo era un conejito con un gorro campesino en un pequeño campo, era bonito verlo.
El dibujo claro.
—¿Sueles salir mucho sola?
Al parecer el solía ser curioso, le daba curiosidad saber sobre la vida de las personas. O por lo menos eso parecía al hacerme esa pregunta. Quizás exageraba pero no recordaba cuando había sido la última vez que alguien me preguntaba algo por curiosidad a excepción de lo que había pasado.
—Es una rutina que tengo, salgo una o dos veces por semana a un parque de por aquí aunque creo que ya lo conoces.—Lo había dicho por aquella vez que lo vi—Pero quise hacer algo nuevo, probablemente sea bueno.
—Te entiendo, este es un restaurante a donde mi madre me traía cuando era niño—explica—pero yo si suelo venir solo aquí, ¿es la primera vez que vienes?
Quería preguntarle él porque ya no venía con su madre pero tampoco me quería entrometer mucho en su vida, sentía que era un tema delicado. Más bien sentía que era un tema que conmigo no hablaría.
—Algunas veces venía pero nunca había estado sola.
Era verdad, como estaba cerca de casa solía venir con la persona que todos conocemos y no hace falta mencionar.
Por alguna razón no me sentía incómoda con Kane, era como si conversara con una persona que conocía y que era muy cercano a mi. Se sentía la sensación de calidez al hablar y sentía que nuestra charla fluía bien sin necesidad de pensar en qué tema sacar.
Mientras miraba cómo coloreaba yo tomaba el frappe, se veía que estaba tan concentrado para no salirse de la raya del dibujo, veía que se esforzaba de verdad.
—¿No sueles pintar dibujos?
—Nunca lo he hecho, se me hacía algo tonto.
Probablemente había querido hacerlo por lo que había dicho, me preguntaba realmente si se sentía ofendido por decirle lo que dije.
No sé cuánto estuvimos hablando sobre cómo pintaba y me sorprendía que no me aburría en absoluto. Kane miró que yo también quería pintar algo y me pasó el libro finalmente cuando acabó de pintar.
—Jayne yo...
—¿Ya no me dirás Collins?
La pregunta había salido de repente, se me hacía raro que últimamente ya no lo dijera.
—Pensé que te molestaba—confiesa—por eso dejé de hacerlo.
—No me molestaba siento que era algo característico de ti—pintaba ahora yo un osito y buscaba el color de la crayola—Solo que se me hace extraño que de un día a otro dejes de decirlo.
—Perdón por lo que dije de tu novio, pensé que habían regresado por lo que había visto esa vez que te dejé en casa—soltó de repente—siento que te haga sentir mal el tema, no quería hacerlo.
—No te preocupes hay que aprender a superar las cosas en algún punto. ¿Tu nunca has tenido una ex insistente?
—Martha no contaría como una Ex novia pero si es muy insistente, además de ella no he tenido una novia oficial—arquee mi ceja al escuchar eso y lo miré—es cierto, no soy mucho de novias, para mi es mucha formalidad.
Entonces era de aquellos chicos que pensaban que una relación era muy formal para ellos, no quiero pensar mal de él pero entonces de todas las chicas con las que se murmuró que estaba no eran nada suyo. Se ve que no le gustan los compromisos y tomarse las cosas en serio, es la impresión que me da.
—Entiendo a veces esas formalidades solo llevan a cosas peores, te ahorras de mucho. En algunas ocasiones solo te hacen peor persona o te amargan un poco.
Sabía que había sonado algo personal lo que había dicho, la verdad si lo era. Me di cuenta que desde lo de Alexander no había momento en que no odiara aún más a los hombres, sentía deprecio por ellos algunas veces y sabía que no era normal.
Probablemente debía ir con una terapeuta. O dejar solo que pasara y tratar de avanzar y aceptar que no todos eran así.
Prefería la primera.
—Se a que te refieres pero no es malo, solo te abren los ojos para que te des cuenta como realmente son las personas—suspira un poco—aunque no deberías juzgar mucho, no todas las personas son iguales.
Aquella vez en el aeropuerto dijo algo que sonaba maduro también, me preguntaba como era que algunas veces decía cosas con mucha razón y otras muchas idioteces. Era una persona muy rara.
—Kane yo te devolveré tu camiseta—fui consciente de que la traía poco tiempo después—verás yo siempre suelo usar camisetas largas para estar en mi casa y cuando salí me dio pereza cambiarme totalmente así que solo la use, ademas no sabía ni de quien era. Pero prometo lavarla y devolvertela.
Él me miró mientras señalaba la camiseta y solo una pequeña sonrisa se puso en sus labios, pensé que se burlaría por ser una persona floja.
—Puedes quedártela, no veo problema.
—¿Hablas en serio? No quisiera que...
—Es solo una camiseta Jayne, tengo miles de ellas.
Aquello se me hizo extraño pero lo más extraño era que quisiera regalarme su camiseta. Nunca había tenido la camiseta de un chico, se sentía extraño saber que era de uno y que me la había regalado a mi.
No sé cuánto tiempo estuvimos hablando, pero el tiempo se pasó rápido. Estuve hablando sobre las actividades del club y el porque me metí a la preparatoria, el no hablaba mucho sobre si mismo me daba cuenta que evadía las preguntas que tenían que ver con él. Con mejores palabras evadía hablar sobre el, yo era la única que estaba hablando.
Me entretuve coloreando y hablando a la vez, quizás colorear si era algo relajante. Finalmente era tiempo de irnos ambos, Kane se ofreció a llevarme pero me negué ya que quería regresar caminando. Mi casa no estaba lejos.
—Bien, nos vemos.
Dijo cortante, con ese tono de voz que lo caracterizaba, era increíble como cambiaba sus tonos de voz. Me giré a verlo y se apartó unos cuantos centímetros de donde estábamos. Finalmente solo se giró y me miro, sabía que algo más iba a decir, estaba conociéndolo a tal punto que suponía que diría algo que me haría enojar o reír.
Estaba preparando mi bolsa, Cuando vi que Kane abrió su boca para decir algo más.
—No sigas desnudándote en los bares—guiñó su ojo. —Bonito sostén negro.
Se alejó.
La camarera escuchó, y unas cuantas personas más que pasaban por aquí escucharon, quería morir en este instante de vergüenza.
¿En serio se había atrevido a decir eso?
Miré como su largo cuerpo salió por la puerta y entonces regresé mi mirada hacía mi bolsa donde acomodaba las cosas, no podía creer que mi vida fuera así de vergonzosa básicamente era como una montaña rusa, tenía sus subidas y bajadas. Si fuera un chicle querría que me pisotearan y estar bajo un zapato pegado que a qué me vieran todos como en este momento.
_*_
Al llegar a casa miré frente a ella como una pareja estaba fuera de la casa que estaba frente a mi. No dudé ni un minuto en poner mis ojos en blanco ante lo que estaba viendo. Martha estaba tan pegada con Alexander que la escena de donde venía a verme hace días me hacía querer vomitar de tal asco que me daba.
Martha se había dado cuenta que yo la miraba y al darse cuenta incrementó el beso, no entendía porque tenían que estar fuera de casa y estorbar de tal forma. Me daba intriga saber la historia de Martha con Kane, me intrigaba saber el porque lo buscaba cuando ella ya estaba con Alexander, sabía que había un trasfondo en todo lo que había pasado. No quería saberlo todo solo quería ver que tramaba al querer estar con ambos al mismo tiempo. Vi como Alexander se alejaba para entrar a casa y en eso mi mente quería creer que era una ilusión de lo que estaba viendo, Martha estaba cruzando la calle como si viniera hacia mi.
Dicho y hecho se paró frente a mi.
—Veo que disfrutabas ver lo que pasaba ¿no?
Su sonrisa burlona estaba en todo su esplendor, no sabía qué problema tenía conmigo pero me daba cuenta que disfrutaba la idea de que me hacía sentir mal. Tristemente solo me daba lastima.
—Fue casualidad, vengo llegando—su mirada se desvió hacia mi camiseta y pude ver que me miraba de una manera extraña.
Gracias Kane, por darme un arma para que no pueda molestarme tal persona.
—Esa camiseta no es tuya.
—Tampoco tuya, muy buena información que das.
—¿Porque la tienes tú?
—¿Y porque no la tendría?
—Es imposible que un chico pueda fijarse en alguien como tú, no entiendo como...
—Martha, deja de querer molestar—repliqué con fastidio—Tienes a Alexander, tienes lo que yo tenía antes, no entiendo ahora porque estás detrás de Kane si tú ya estás con alguien.
—No deberías traerla—murmura por lo bajo—a mi nunca me dejó...
Iba a decir algo más pero se detuvo y trató de disimular que no tenía tristeza alguna en su rostro. Lastima por ella, no debía meterse conmigo aunque inconsciente la hice sentir mal, me daba cierta satisfacción para que dejara de molestar.
—No se que tengas realmente con Kane, pero sea lo que sea es mejor que te advierta que no serás feliz con él aunque tú quieras.
—¿No seré feliz porque tú lo dices? Suenas más como una persona dolida.—al decir eso hizo una mueca—Yo en cambio si espero que seas feliz con Alexander, después de todo, tu reputación costó para que esa relación funcionara.
—Solo fue un aviso, tómalo si quieres. Cuando lo conozcas realmente te darás cuenta él porque lo digo.
Antes de responder algo hizo el favor de regresar por donde había venido. Regreso de nuevo a la casa de Alexander que después de unos minutos regresó con ella. Él no me miró y agradecía aquello.
No sabía el porqué Martha estaba tan presente en mi vida pero lo que más intriga me daba era saber si se refería a algo en serio o si solo lo decía porque estaba dolida de alguna manera.
Verdaderamente ¿conocer a Kane sería diferente a cómo ha sido?
—
Les hacía falta un pequeño empujóncito a mis niños, a ver si no les da un frenon de golpe jajaja no es cierto;c
Espero les vaya gustando la historia💗 agradezco mucho su apoyo en cada capítulo.
Odio a Martha y la odiare siempre. Team Jayne ✨
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