Capitulo 16
Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.
—¿En que puedo servirle Uchiha-san?—pregunto Hiashi, indicándole a Madara, donde sentarse para poder hablar.
—Todo tiene que ver con Hinata y supongo que ya debe saberlo—soltó sin rodeos—Ella acepto ser mi novia, ahora somos oficialmente una pareja y como tal, supondrá usted que me preocupo por ella.
—Hinata aún no me ha dicho nada, pero la noticia me alegra mucho y en cuanto a su preocupación, no se a que, exactamente se refiere—el Hyuga tenía sus dudas pero no podía asegurarlo.
—Desde que conocí a su hija, pude darme cuenta que ella tiene unas cicatrices en el brazo y otra en la pierna—el azabache se guardó la información acerca de que también miró la otra mas grande al quitarle la ropa—Ella no me dijo nada, sin embargo, esta mañana me enteré que alguien atento contra Hinata ¿que fue lo que sucedió? ¿Quien se atrevió a levantar la mano en su contra?—cuestionó esperando obtener la respuesta deseada.
Hiashi suspiro, recordando ese horrible día en que creyó perder a su hija a manos de ese demente.
—¿Ella no le ha contado nada?—el azabache negó con la cabeza—En ese caso, no soy yo quien debe revelar esa información. Solo le diré que si, ella sufrió un lamentable incidente que casi le cuesta la vida, como también las ganas de seguir viviendo—Madara se estremeció al escucharlo.
—Solo dígame ¿ese fue el motivo por el que se mudó a Konoha?
Hiashi se quedó callado por unos segundos, hasta que finalmente decidió responder—Así es... fue el psiquiatra, quien lo recomendó o de lo contrario, la perderíamos. Ella nunca mereció todo lo que le sucedió en ese corto lapso de tiempo y por su seguridad, acordamos no dar a conocer su ubicación, mas, que a quienes estaban ligados a ella—Madara escuchaba todo atando cabos, sintiéndose culpable por haberse portado tan mal con alguien que sufría en silencio sin quejarse con nadie.
—¿Arrestaron al mal nacido que la atacó?—tenia que verificar esa información, porque si no lo habían atrapado, haría hasta lo imposible por hacerlo pagar, con sus propias manos.
—Si, al poco tiempo, una llamada anónima alertó a los investigadores acerca de la ubicación de ese tipo—el moreno respiró profundo—Le dare un consejo Uchiha-san—el azabache dirigió su atención hacia el mayor—No la presioné, dele tiempo y vera que la misma Hinata le contara todo—concluyó el Hyuga.
—Gracias por su tiempo y no se preocupe, no la forzaré a decir nada. Seré paciente con ella—ambos estrecharon la mano y Madara le informo antes de salir, que se la llevaría con el, durante el día, para pasear con sus hijos.
...
La ojiperla permaneció jugando con Kenji, cuando sintió la presencia de Madara. El estaba parado mirándole con una pequeña sonrisa, la cual logró sonrojarla, imaginando todo lo que hicieron la noche anterior, pero golpeando la realidad al pensar ¿que hablo Madara con su padre?
—¿Nos vamos?—Kenji y Aneko se acercaron a el, cundo lo escucharon. La morena también se acercó y se sorprendió cuando Madara, la besó en los labios sin importarle que los niños pudieran molestase, pero cuando los miró, ellos sonreían en complicidad con el mayor.
—Solo me despido de padre y nos podemos ir—Hinata entró en el despacho, para despedirse y en seguida ya estaba con los Uchihas, dentro del auto, lista para hacer la pregunta—¿Puedo saber que habló con mi padre?—el patriarca no se veía molesto, pero la curiosidad la estaba matando.
—Nada importante, pero si estas tan curiosa te lo dire mas tarde—murmuró cerca del oído de la chica, antes de arrancar el motor del coche.
Sin mas remedio que aguantar la curiosidad, ella asintió y sonrió junto a los niños, cuando ellos, comenzaron a dar otras opciones para pasear...La idea era ir al zoológico, pero a última hora eligieron dirigirse al carnaval que los niños miraron desde lo lejos. Tanto la ojiperla, como los niños, sonreían felices cuando se estacionaron. Completamente seguros que se divertirían.
Era increíble la manera en que se había olvidado de toda la paranoia que tuvo, cuando pensaba en estar de nuevo en lugares concurridos dentro de la cuidad. Con Madara a su lado, se sentía protegida y segura de todos los peligros.
El Uchiha, se dedicó a mirar a sus tres amores, corriendo de un lado al otro, subiendo y bajando de los distintos juegos mecánicos. Al ser un hombre posesivo, no pudo evitar mostrarse molesto, por sentirse excluido, para que le dieron atención, ya que, lo estaban ignorando por no participar con ellos en todo lo que hacían.
—¿Estas molesto papá?—el primero fue Kenji.
—¿Te sientes mal papá?—la siguiente fue Aneko
—¿Que pasa? ¿Se siente mal? ¿Quiere que nos marchemos?—por último se acercó su ojiperla y fue en ese instante que la rodeó de la cintura para besarla. Eso era algo que había estado deseando y no veía la hora de hacerle el amor.
—Estoy adolorido—la morena se sonrojó cuando Madara frotó su creciente ereccion contra ella—Así me pones—la besó de nuevo, mientras los niños alimentaban los peces.
—¿Ahora si me dirá lo que habló con mi padre?—ella trató de cambiar el tema, notando como los toques del azabache subían de tono.
—Le dije lo que hicimos anoche—de nuevo los niños se unieron a ellos felices de escuchar a su padre riendo de esa manera, aunque la ojiperla parecía a punto de desmayarse—Estoy bromeando bonita—el continuo riéndose de ella y la abrazó contra su pecho—¡Eres adorable!—ella también lo abrazó.
—¿Puedes subir conmigo al carrusel? Aneko dice que eso es para bebés—la Hyuga miró hacia la niña y esta se encogió de hombros, tal como Madara, cuando no consideraba algo importante.
—Entonces tu y yo, seremos bebés—la ojiluna sujeto la mano del pequeño y se fue con el, hacia el carrusel, a pesar de haber caminado tanto, no se sentían cansados, gracias al calzado deportivo que optaron por usar. Madara y Aneko se dirigieron hacia el área de comida, para comprar dangos y refrescos para todos.
Pasaron todo el día entretenidos y felices, hasta que los niños se sintieron cansados. Luego de conducir de regreso, con peluches y de más artículos ganados por el azabache, pasaron a dejar a Hinata.
Al día siguiente partirían a Konoha, así que Madara no quizo molestarla para verlo mas tarde a solas, ya tendría suficiente tiempo para volver a hacerle el amor, como había estado deseando todo el día.
[...]
Los Uchihas, compartieron la cena con Izuna, ya que al día siguiente regresarían a Konoha. Los niños hablaban entre sí, de lo bien que la habían pasado durante el día, pero ya todos querían regresar a sus hogares.
—Tienes mejor semblante—afirmó Mikoto al ver a Madara casi sonriendo.
—Eso es verdad debo felicitar a Hinata por todo lo que ha logrado—agregó Izuna y a diferencia de otras ocasiones, el mayor no se molesto.
—Ahora te toca visitarnos a ti tío—Aneko se dirigió a Izuna y este, sonrió.
—Pensé que te gustaría seguir viniendo a verme hasta aquí—las orbes de Madara se dirigieron a su hija.
—Ahora que estuvimos aquí... creo que prefiero Konoha—Shisui y Obito no pudieron evitar sonreír. De verdad que la psicología humana era cosa seria. Entre mas se opuso Madara a que sus hijos viajaran a Tokio, mas tentador lo encontraba Aneko y cuando finalmente lograba venir, la idea ya no le parecía tan atractiva.
—Claro Konoha es más tranquila, ademas tenemos el rancho, los caballos y el lago—añadió Kenji, convencido de lo que afirmaba.
El azabache mayor recordó el motivo por el cual su ojiperla se mudó y el corazón latió mostrando lo furioso que se ponía al recordarlo, aunque debía reconocer, que de no ser por ese maldito, el nunca la hubiera conocido y por ende, no sería tan afortunado como lo era.
—En ese caso, te doy mi palabra de pronto visitarlos a todos—Izuna levantó los pulgares hacia Sarada, Riku, Aneko y Kenji—Y me acompañarán a comer pizza—la cena terminó y poco a poco todos se fueron a dormir.
[...]
El Domingo por la tardé, llegaron Ino, Hinata y Daimon a Konoha. Todo el camino la pasaron hablando sobre la boda y lo que la morena supo acerca de la ex esposa de Madara. Ino se quedó boquiabierta cuando escuchó todo, ella al igual que Hinata, no podía creer como esa mujer pudo abandonar a sus hijos y ahora ellos ni siquiera la conocían.
La rubia le contó que ella y Shisui, pasaron el día anterior en diferentes lugares. Fueron al centro comercial para que el azabache comprará regalos a sus primos, según el, para agradecer el cubrirlo a el y a su hermano.
Agregó información extra que la ojiluna encontró algo incomoda y se abochornó por saber tantos detalles.
—¡Ino!—la reprendió cuando le dijo lo que hicieron la noche anterior.
—Hina, no te asustes, estoy segura que a al grandulón también enloquecerá si lo haces con el—la rubia sonrió divertida—En serio, Shisui queda sin aliento, cuando le doy sexo oral ¿como crees que nos entretuvimos, cuando me llegó el periodo por la píldora del plan b?—reveló aún sonriendo.
La morena no tuvo mas remedio que quedarse en silencio escuchando todos los detalles, pues Ino, no pensaba desistir en mantenerla informada, para que también ella supiera cómo satisfacer un hombre de esa forma.
...
Gaara y Karin también llegaron esa tarde y después de compartir ese viaje, ambos se sentían más cercanos. Ella se veía radiante y todo, se debía a su relación con Gaara.
Antes de dejarla en su hogar, el médico recibió una llamada de Temari, exigiendo que fueran a cenar a su casa, la voz de la rubia se podía escuchar por todo el auto, así que Karin escuchó, sin necesidad de que su novio le contara.
—¿Me acompañas?—le pregunto despegando el celular de su oído.
—No quiero quedarme sin novio, ahora que lo tengo y si no voy, eso es lo que pasara—respondió sonriendo por la forma, en que la madre de Shikadai, hablaba.
—Esta bien... nos vemos en la noche—con lo dicho, termino la llamada.
—Grasias por aceptar—la chica sonrió divertida.
—Creó que tu hermana y yo, nos llevaremos muy bien—Gaara negó con la cabeza, sin dejar de sonreír. Claro que se llevarían bien, pues el carácter de ambas era muy similar. Lo mas seguro,mes que también el, se tuviera que comportar como Shikamaru, en un futuro no muy lejano.
—A las ocho pasó por ti—la joven asintió y se despidieron para verse mas tarde en casa de los Nara.
[...]
Sarada, corrió a los brazos de su padre, una vez que llegaron a su hogar. El azabache había salido mas temprano para recibirlas y se sintió complacido al ver a su niña tan feliz de verlo.
—¿Como la pasaron?—les pregunto, a las dos. Sakura también se acercó para saludarlo.
—Muy bien papá... el tío Izuna nos llevó a comer pizza y ayer fuimos al zoológico con mis abuelos—la niña le mostró todas las fotografías que se tomaron, durante la boda, como en el restaurante y el zoológico, donde también estaba Riku.
—¿Y tu nos extrañaste?—Sasuke le despeino el cabello en forma de afirmación—¿Donde esta el tío Itachi?
—El se quedó un poco mas tarde para cubrirme y así yo pude venir a verlas—le respondió y las llevo a la mesa para que comieran con el, la comida que preparó para su llegada.
...
Cada uno de los Uchihas, llegó casi a la misma hora. Madara se puso al día con las obligaciones del rancho. Revisó los caballos y se aseguró que hubieran comido.
Revisó y comprobó que todo estaba en orden. Esa noche, no tuvo mas remedio que arreglar lo necesario para el siguiente día de escuela, aunque lo que mas deseaba era tener a Hinata con el. Apenas había pasado un día sin verla y ya la quería tener entre sus brazos, más ahora que sabía una parte de su vida, en la cual sufrió mucho.
Sin querer molestarla, pues también ella acababa de llegar, no la llamó por teléfono. De todos modos a la mañana siguiente, la vería en la escuela y la invitaría a cenar con ellos, o quizás, con un poco de suerte podían hacer algo mas.
[...]
Madara llegó a dejar a su hija y como lo esperaba, al ir deliberadamente unos minutos mas temprano, Hinata apenas se estacionaba. Eso le daba la oportunidad de verla pasar frente a ellos.
En cuanto la ojiperla, los miró esperando por ella, se sonrojó con la intensa mirada del azabache sobre toda su anatomía. Tenía que reconocer, lo mucho que esa mirada le gustaba, aunque también lograba ponerla muy nerviosa.
—Buenos días—la saludo Aneko, al bajar y unirse a ella, para entrar juntas cuando hubo cruzado frente a ellos.
Hinata también la saludó y levantó la mano para despedirse de los dos varones. Kenji sonrió feliz y Madara asintió el saludo con la cabeza, antes de avanzar, puesto que los otros vehículos con más niños, ya esperaban para también dejarlos frente a la escuela.
Aneko y la Hyuga entraron juntas al plantel, la morena veía a la niña sin poder quitarse ese sentimiento de asfixia al saber la manera en que Mei, se negó a ser su madre.
Ambos niños eran muy lindos ¿como podía esa mujer dormir tranquila? Encima era muy antipática, a diferencia de esos adorables chicos y su curiosidad aumentó cuando recordó que estaba embarazada ¿a ese bebé si lo conservaría? Sacudió la cabeza para despejarse y ya no estar pensando en lo mismo o terminaría llorando de nuevo.
...
Karin llegó sonriendo a su trabajo, al recordar, la cena de la noche anterior. La familia de Gaara era muy amable y se sintió muy bien estando con ellos, incluso Shikamaru se veía feliz aunque se mostraba cansado, todo lo contrario de Kankuro, quien se mostró muy despierto y bromista. Lo mejor de todo fue cuando su novio la llevó de regreso y lo invito a entrar con ella.
No quizo ponerse a pensar en que quizás todo iba muy a prisa, pero ¿de que le había servido en el pasado pensar en eso? ¿Que sentido tenía querer esperar hasta la boda? Quizás ni siquiera llegaría a suceder, como ocurrió en el pasado.
Por su ingenuidad, pensó que si no daba ese paso con Sasuke, todo sería más mágico la noche de bodas ¿y que fue lo que obtuvo? Quedarse abandonada, como una cornuda. Ese fue el motivo por el cual, cuando los besos con Gaara, fueron subiendo de nivel, no quiso poner frenos a los siguientes acontecimientos.
Se sonrojó, cuando recordó los candentes besos y de mas, que compartieron durante la noche y gran parte de la madrugada. Moría de ganar por contarles todo a sus amigas. Ya podía imaginar lo que iba a pasar... Ino la felicitaría y Hinata se pondría muy apenada, diciendo que eso era algo muy íntimo y que no debía dar detalles.
—Parece que alguien esta de buen humor—Shino la saco de su burbuja cuando se encontraron por los pasillos—¿Como la pasaron en la boda?—preguntó suponiendo que a eso se debía el buen humor de su compañera.
—Todo muy lindo y sobre todo romántico... ¡mira!—la Uzumaki le mostró las fotografías que logró tomar con su celular.
—¿Madara Uchiha también estuvo ahí?—eso si que era novedad, si bien se sabía que estaba saliendo con Hinata, no se esperó que fuera con ella. Esa relación iba en serio.
—Si, Hinata y el, ya son oficialmente pareja—respondió guardando el celular, antes de llegar tarde a su próxima clase—Te veo mas tarde—se despidieron y cada uno se fue a continuar con sus labores.
...
Madara y Kenji caminaron hacia donde recogían a Aneko. Se aseguró a que todos los padres, se marcharan para poder tener un momento a solas con Hinata.
—Hina, Aneko—el pequeño llegó corriendo, como lo hacía siempre. Madara saludo a su hija y se acercó peligrosamente hacia la ojiluna. Quería besarla, cargar con ella a su camioneta y meterla en su casa, para saciarse.
Los niños mantenían una conversación acerca de un dibujo que sostenía Aneko, lo que le dio tiempo suficiente al Uchiha para decir lo que quería.
—Te quiero ver esta noche en mi casa ¿que dices?—cuestiono muy cerca de su oído, logrando erizarle la piel.
—E-esta bien ahí estaré—respondió nerviosa, por la cercanía. Se desconocía a sí misma, pero moría de ganas por estar de nuevo entre sus brazos.
—Estaré esperándote con ansias—le robó un corto beso sin que nadie los viera—No sabes cuanto, te necesito—la chica se sonrojó y el sonriendo, llamo a los niños para retirarse, antes que ella se desmayara con sus insinuaciones.
...
Tal como lo planeó el Uchiha, ella llegó a su hogar. Cenaron con los niños y también la llevó a montar el caballo coqueto, como lo llamó, cuando lo ensilló para ella.
Cuando los niños se fueron a dormir, Hinata se sintió culpable en el momento que el, comenzó a besarla, la manera en que lo hacía le indico a donde quería llegar, pero con toda la pena, ella le dejó claro que por los siguientes tres días, no podían hacer nada de eso, porque su período se presentó debido a la píldora del día siguiente, obviamente, eso no lo dijo.
Los ojos de Madara mostraron un poco de decepción, que de inmediato convirtió en comprensión, así que, se dedicaron a intercambiar besos y caricias, tanto, como les era posible. Aunque Hinata quería poner en práctica, los consejos de Ino, en cuanto a complacerlo con la boca, el problema era, que no se animó a dar ese paso por la pena y el pudor.
[...]
—¿Piensas salir?—le pregunto Ino a la Hyuga, cuando la miró arreglándose. Para Ino, no era molestia quedarse a cuidar de Daimon, ya que Shisui, estaba por llegar y lo mas seguro, es que pasaran la noche juntos.
—Si, Madara me pidió que fuera a verlo—respondió mirando su reflejo en el espejo.
—¿Comenzaste con las pastillas?—inquirió la rubia, ya que ambas asistieron al ginecólogo durante la semana para adquirir un método anticonceptivo.
Los días siguientes de regreso a Konoha, la ojiperla tuvo abundante sangrado. El método de emergencia que utilizó, no era algo a largo plazo, sino para una sola vez. Ino le sugirió consultar con un profesional al igual que lo hizo ella, cuando inició su vida sexual con Shisui.
No le dijo nada a Madara, porque pensó que era muy pronto para hablar sobre eso. Después de todo, el ya tenía hijos y no quería darle una falsa impresión.
—Las comencé ayer—respondió sin querer enfrentar a la rubia, porque ya sabía lo que iba a decir.
—¿Ahora si me contaras todo? Yo les dije todo sobre mi primer noche y también Karin, se lució con los detalles, tu eres la única que no quiere revelar nada—Ino hizo pucheros, pero la ojiperla, tenía mucha pena.
—Eso debe ser privado—respondió y cuando Ino pensaba insistir, el timbre sonó, anunciando la llegada de Shisui. Hinata lanzo un suspiro de alivio, pero era consiente de que tarde o temprano, Ino y Karin obtendrían lo que querían.
—¡Ya estoy aquí preciosa!—Shisui rodeó a Ino de la cintura y comenzó a darle besos en el rostro y el cuello, haciendo que soltara carcajadas debido a las cosquillas que le causó con el cabello y también los dientes—Oh... ¿como estas Hinata?—la pareja paro los arrumacos, cuando el azabache miró a la Hyuga. No es, que les diera vergüenza, sino que le impedían el acceso a la salida principal y la ojiperla iba de salida.
Luego de saludar a Shisui, se despidió de Daimon y se marchó al encuentro con Madara.
[...]
Madara, había tenido que hacer uso de todo su autocontrol, para no llegar mas lejos con Hinata. Solo eran tres días, pero desde que le hizo el amor, no dejaba de querer hacerlo de nuevo. Claro que ese no era su único interés en ella, dado que habían pasado días muy divertidos, como hacía muchos años, no los tenía. Jugaron juegos de mesa y montaron los caballos, en las dos noches que ella los visitó.
Era Viernes por la noche y a esa hora, los niños se habían ido a dormir a casa de su hermana. Entonces salió hasta el patio cuando miro las luces del auto. Parecía un niño en la mañana de navidad que quiere abrir sus regalos.
Le abrió la puerta y el corazón le latió mas fuerte, como le sucedía cada vez que estaba con ella.
—Te ves hermosa—no esperó respuesta y la beso con tanto deseo que la dejo sin aire. Luego se alejó un poco sin soltarle las manos, para observarla, no sabía bien, como explicarlo, pero estaba loco por ella, esa era la única manera de expresar la forma como se sentía y no temía admitirlo... Parecía haberse esmerado en su arreglo y eso lo hizo sonreír, pensando en que todo lo hizo para el. Ella llevaba puesto un vestido a la rodilla en color rojo, sandalias de piso y cabello suelto, con las puntas onduladas.
—Gracias—respondió tomando aire, deleitándose con la embriagadora fragancia que despedía es hombre. Todo su porte la turbaba y mas aun cuando la miraba de esa forma tan seductora—¿Donde están los niños?—cuestionó porque temía que ellos presenciaran los inapropiados toques que le estaba dando Madara.
—Ellos se fueron a dormir con Sarada, en casa de Mikoto, así que estamos a solas—el azabache la tomo de la mano y sin decir nada mas, la llevo hacia su habitación. Apenas entraron y el cerró la puerta. Ella se quedó parada observando la enorme cama, con sábanas negras y detalles rojos, al igual que las cortinas, los muebles eran de madera oscura, como las molduras del techo, puertas y el hermoso piso. La habitación era muy grande y contaba con un armario, como también con un baño. Todo iba de acuerdo con la personalidad de Madara, desde la altura hasta la seriedad y la falta de colores, pensaba ella mientras veía a detalle todo el entorno.
Lo sintió Justo detrás de ella, antes de abrazarla para pegarla a su duro pecho.
—Es una habitación muy amplia—fue lo único que se le ocurrió decir, ante la respiración acelerada y el corazón latiendo tan fuerte.
—¿Te quedarás conmigo esta noche?—eso era lo que tenía en mente desde que Mikoto le pidió a los niños ir con ella—Y no me salgas con la excusa, de la rubia, porque de sobra sabemos que mi sobrino esta con ella y se quedara toda la noche—la morena se quedó sin excusas, pues eso era lo que pensaba decir.
—D-Daimon puede necesitarme...—iba a decir algo mas pero el azabache ardía de deseos por ella y ya no pensaba esperar.
—El esta con tu amiga y yo te dije que te voy a enseñar el amor ¿lo recuerdas?—ella asintió conteniendo un gemido cuando el Uchiha le besaba el cuello—Tienes mucho que aprender y para eso, dormirás conmigo... debemos empezar con las clases ahora mismo.
Sin poder decir más palabras, el azabache comenzó a despojarla de toda la ropa, continuando con la suya también.
En segundos ya estaban en la cama, el sobre ella, sin dejar de besarse. También Hinata tenía la necesidad de entregarse a el, en los últimos días no hizo mas que pensar en eso.
Entró en ella, apenas la sintió lista para el. Continuó envistiéndola por unos momentos hasta que le dio la vuelta y la dejo en cuatro—Te enseñaré una lección diferente durante esta clase y si no la aprendes tendremos que repetirla—la espalda de la ojiluna se arqueo, al sentir la piel desnuda de Madara, sobre la de ella. Todavía no se recuperaba, cuando la penetro de nuevo logrando que ambos gimieran, ella con un poco de dolor y el, de inmenso placer.
Continuara.
Aquí está otro capítulo, me disculpo por el retraso y los errores ortográficos, cuando la lea, la iré corriendo 💕😊
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