capitulo 2

Mire por quinta vez mi cuaderno en la mesa.

- ¡ODIO LAS MATEMATICAS! - dije para dejar caer mi cabeza en la mesa.

- Por más golpes que te des, no te van a entrar los números.

Sonreí con mi cabeza todavía sobre la mesa. Gire mi cabeza y ahí estaba Gaara de pie sonriendo un poco. Me puse derecha y fingí estar enojada.

- Perdón.- rodé los ojos-. Pero no todos somos unos malditos genios para los números.

El se sentó aun lado de mí riendo. Miro mi cuaderno.

- Ni siquiera has resuelto ninguno.- saco un libro de su mochila-. Ten, yo ya termine.

Lo mire mal.

- No los voy a copear.- hice a un lado su cuaderno-. Explícame mejor.- sonreí y el desvío la mirada.

- Huh, ¿No tienes que ir a la práctica de porristas? – pregunto.

Negué.

- Le dije a Ino que se hiciera cargo.- acerque mi silla a la suya-. Ahora si, ¿Empezamos?

- Y ¿Sasuke? – lo mire confundida-. Digo, siempre te vas con él.

Bufé.

- Si no quieres ayudarme no lo hagas Gaara.- junte mis cosas y me paré-. Y Sasuke, el ya se fue.- me gire para irme pero no había dado ni dos pasos cuando sujeto mi muñeca. Me congele. Gaara nunca me había tocado. Sentí un hormigueo en mi muñeca donde el tenía su mano.

- No te vayas.- dijo bajito. Lo mire por sobre mi hombro y se me achico el corazón. Se miraba tan frágil, el que tiene porte de chico malo, ahorita parecía un niño pequeño en busca de afecto.

- ¿Me ayudaras?- pregunte.

El asintió.

Me senté aun lado de él y saque mis cosas.

- Haré mi mayor esfuerzo para que entiendas.- dijo en broma.

- Heey.- golpee su hombro con el mío-. El profesor no explica bien.-

- Si, aja.- río-. Empecemos...

Pasamos una hora ahí sentados riendo, y bueno yo me lamentaba cada tanto tiempo porque cuando ya pensaba que había entendido, otra "x" salía de la nada.

- ¡Gracias a dios termino! – eche mi cabeza hacia atrás en la silla-. Si tenía que ver otra "x" moriría te lo juro.- Gaara río-. ¿Por qué siempre traes un gorro? Llevamos dos semanas de ser amigos y aun no se que color es tu cabello.- estire mi mano para quitarle el gorro y él la sujeto en el aire. Hacía algo de presión.

- ¡No-me-gusta!.- dijo con los dientes apretados sin mirarme. Soltó mi mano y tenía una linda marca roja. Me sobe y Gaara volteo a verme-. Yo…lo siento Sakura.- paso la punta de sus dedos por mi brazo-. Es complicado.- asentí y me paré.

- Nos vemos luego Gaara.- escuche el ruido de la silla cuando el se levanto.

- No te enojes.- pidió-. Eres tan desesperante.- dijo riendo-. Ven.- me llevo a la parte más alejada de la biblioteca-. Esto es tan vergonzoso.- llevo sus manos a su cabeza para retirar su gorro.

Gaara desvío la mirada. Me acerque a él y pase mis manos sobre su cabeza calva.

- ¿Por eso siempre traes eso?- pregunte

Rodó los ojos.

- Sakura, soy el "Freak" de la escuela.- lo mire mal. No me gustaba que se refiriera a él de esa forma-. No quiero darles más motivos para que me llamen así.

Pase mi dedo índice por su frente bajando por su nariz y me detuve en sus labios.

- No eres un freak.- dije mirando sus labios. Gaara me hacía sentir cosas que no sabía como describir-. Eres…simplemente Gaara.

Me miro a los ojos y me besó. Era un beso dulce. Nuestras cosas cayeron al piso haciendo un ruido sordo. Pase mis manos por su cuello y el me abrazo por la cintura.

Sus labios eran suaves, hacían que quisiera besarlo todo el día. Un ruido hizo que nos separáramos de golpe.

Nos miramos a la cara y ambos estábamos sonrojados. Reímos nerviosos.

- Huh, y-yo.- me aclare la garganta-. Creo que me iré-. Recogí mis cosas del piso y Gaara hizo lo mismo con la suyas-. Nos vemos mañana Gaara.

Me gire y hizo la misma acción que antes. Agarro mi muñeca y me giro, paso su mano libre por mi nuca y me dio un beso casto en los labios.

- Hasta mañana…Sakura.- dijo sonriendo de lado. Mire sus ojos color aqua y por primera vez no se miraban vacíos.

-.-.-.-.-.

Su lengua intentaba abrirse paso en mi boca pero yo me rehusaba. Lo empuje y se aparto de mí.

- ¡NO-ME-TOQUES! – dije con los dientes apretados. Parecía dolido-. Quiero irme Gaara.

Agarro mi cara entre sus manos e hizo que lo mirara.

- ¿Ya no me quieres?- pregunto.

Dudé. En un tiempo había sentido cosas intensas por Gaara, pero ese tiempo ya paso. Gaara era peligroso para mi corazón.

Negué.

- ¿Aun me tienes miedo? – asentí.

- Me secuestraste Gaara.- le dije apartándome de él. Me dejo ir-. ¡Por favor! – suplique-. Deja que me vaya, no le diré a nadie.

El se levanto con el semblante decaído.

- No puedo Sakura.- lo miré desde el piso-. Pídeme cualquier cosa menos eso.-

Pídeme lo que sea.- beso mi frente-. Haría cualquier cosa por ti.

Aparte ese recuerdo de mi mente y me levante.

- Quiero estar sola.- le dije caminando hacia la cama-. ¡Por favor!, y-o quiero estar sola.- me acurruque en la cama. Escuche un golpe en la pared. Gaara siempre ha sido algo "violento" por así decirlo.

- Le diré a Chiyo que te suba algo de comer.- fue lo último que escuche.

Miré al techo.

- Al fin se de que color es tu cabello.- sonreí nostálgica-. Esta vez no te dejare entrar…Gaara.

Suspire.

Hace dos años que no sabía nada de Gaara y verlo en estas circunstancias luego de lo que paso, no ayuda a que deje de temerle.

- ¿Srita. Sakura? – alce la vista. Una mujer de edad avanzada estaba a los pies de la cama sosteniendo una bandeja con comida.

Me senté.

- Solo Sakura.- le dije. Ella sonrió y se acerco a dejar la bandeja-. ¿Quién es usted? – La señora acaricio mi cabeza y se sentó aun lado de mí.

- Soy Chiyo, la nana del joven Gaara.- me tensé-. No tengas miedo mi niña, él no quiere hacerte daño.- miro al frente-. Solo quiere compañía.

Rodé los ojos.

- Que se compre una mascota.- agarre una papa frita-. Así le haría compañía, he oído que los perros son muy lindos y obedientes.

Soltó una risa.

- No ese tipo de compañía Sakura.- me miro-. Gaara no es malo, tú y yo sabemos eso.

Gire mi vista.

- Creí saberlo.- tome un poco de jugo para pasar el nudo en mi garganta-. Pero como dicen, "Nunca terminas de conocer realmente a una persona" y la verdad yo no se nada de Gaara.- mire a mí alrededor-. Hubo un tiempo en que creí que Gaara era bueno…pero luego de enterarme de lo que hizo- mi voz se quebró.

- No todo es lo que parece Sakura.- se puso de pie-. Te dejare desayunar. Si necesitas algo solo pídelo.

Asentí.

- Huh,- la Sra. Chiyo me miro-. ¿Sabe donde esta mi ropa? No puedo andar estar solamente vestida así.

Ella sonrío un poco.

-¿Vez esas dos puertas de allá?- señalo dos puertas que se encontraban al fondo de la habitación-. Una es la del baño y otra el armario.- le sonreí en agradecimiento-. En verdad que eres bonita.

Me sonroje. Ella río.

- Y es cierto que te sonrojas por el más mínimo de los cumplidos.- la mire confundida-. Gaara suele ser muy comunicativo cuando se trata de hablar de lo hermosa que es Sakura Haruno.

Mi cara le hizo competencia al cabello rojizo de Gaara. Debo admitir que le queda el color. Aleje mis pensamientos del cabello rojo de Gaara y carraspee.

- Gracias Sra. Chiyo.- dije simplemente. Porque la verdad no sabía como contestar a eso.

Y nuevamente quede sola en ese inmenso cuarto. Termine mi desayuno y me levante.

- Creo que tomare una ducha.- dije en voz alta.

Camine hacia donde me indico Chiyo. ¿Izquierda o Derecha? Abrí la que tenía más cercas y ¡BINGO! era el baño.

Era de esos baños que solo ves en hoteles de lujo. Era como todo aquí "Inmenso" tenía una tina, pero más bien parecía alberca.

Entré y me desnude. Aliste la bañera y entré.

- Esto se siente tan bien.- recosté mi cabeza-. Puedo estirar mis pies.- moví mis dedos de los pies y reí.

- ¡Quiero una bañera grande! – Gaara río al verme girar en el poco espacio dentro de mi habitación-. Así me podré estirar todo lo que yo quiera.- me agarro la mano deteniéndome mis vueltas.

- Algún día la tendrás-. Le sonreí y acaricie su mejilla-. Te daré todo lo que tú quieras.- y me beso. Nunca me canso de besar a Gaara.

Mire hacia el techo.

- Gaara…- sumergí mi cabeza y deje que ese bello recuerdo me inundara.

- Esto es como un sueño.- le dije cuando nos separamos-. Tú eres como un sueño Gaara…- el negó.

- Yo diría que soy algo así como una pesadilla.- río pero sin humor. Le di un pequeño beso en los labios.

- Pues entonces eres mi mejor pesadilla.- deslice mis manos sobre su gorro para quitarlo-. Una muy buena pesadilla.- lo empuje hasta que sus rodillas pegaron en la cama-. La mejor.- le di otro empuje y cayo sentado en mi cama me puse a horcajadas sobre él y se tenso.

- Sakura.- dijo mirándome. Sus manos estaban en puños sujetando mi sabana-. Vamos a ver una película.- dijo él intentando pararme.

Siempre hacía eso. Cuando los besos subían de nivel, Gaara detenía todo en seco.

-¿No te gusto? – pregunte. ¿Era eso? Dios, espero que no. Llevamos un mes de "novios" pero de pura –manita sudada-.

- ¡¿Estas loca mujer?!- metió un mechón de mi cabello detrás de mi oreja-. Eres la mujer más hermosa que he visto.

Me sonroje. Siempre sabía que decir para subirme el animo.

- Te quiero.- la palabra salió de mi boca sin que me diese cuenta. Gaara tenía los ojos abiertos como platos. ¿Se asusto? ¿El no me quiere?-. Huh, lo siento. Lo dije sin pensar.- dije cuando el se quedo en silencio total. Me levante de su regazo.

- ¿Es verdad? – pregunto detrás de mi.

Asentí sin girarme.

Agarro mi codo e hizo que me girara para verlo de frente.

- ¿Te das cuenta que después de esto no habrá marcha atrás? - mordí mi labio-. No muerdas tu labio, me desconcentras.- reí-. ¿Eres consiente que después de esas palabras las cosas no pueden seguir igual?

Me tensé.

-¿Qué quieres decir? – pregunte asustada.

- Tanto tu alma como tu cuerpo…tienen que ser míos.- mis bragas se mojaron un poco al ver la intensidad de la mirada de Gaara. Me abrazo por la cintura y pego sus labios a mi oído-. Hoy…serás mía Sakura.

Mi recuerdo se vio interrumpido por un fuerte jalon en mis hombros. Abrí los ojos asustada y mire unos ojos color aqua preocupados...realmente preocupados.

- ¿Estas bien? – pregunto apartándome el cabello del rostro.

Asentí.

- Sakura.- me abrazo contra su pecho-. Se que me odias, pero no es razón para que tu...- carraspeo-. No lo vuelvas a hacer.-suplico.

- ¿Tomar una ducha? – Me separe de él y busque su rostro-. Es lo que hacia, estaba tomando una ducha.

- Yo pensé…que tu…- reí.

- Aún te preocupas demasiado por todo.- dije. Gaara sonrió un poco-. Eres demasiado protector.

- Cuando se trata de ti nunca es demasiado.

Me sonroje.

"Siempre sabe que decir para subirme el animo"

Carraspee y agache la mirada. Ahí fue cuando me dí cuenta que estaba en la ducha…desnuda.

- Huh, Gaara.-

- ¿Si? – paso la yema de sus dedos por mi brazo.

Todos los bellos de mi brazo se erizaron.

- Estoy en la ducha.- le dije como si eso fuera demasiado obvio.

- Lo se.- dijo simplemente sonriendo.

Lo mire mal.

- ¡Estoy desnuda! – le grite.

El río.

- No hay nada que no haya visto antes.- dijo sonriendo.

Era verdad.

- Pero en ese tiempo las cosas eran diferentes.- su sonrisa se fue-. ¿Podrías…?

Gaara asintió.

- Te estaré esperando, tengo algo que decirte. – y salió.

Suspire.

Seguí mi ducha y con los recuerdos.

Gaara me beso. No era como los besos de siempre, en este se notaba el deseo que sentía por mi. Sonreí contra sus labios. Ahora fue el quien me empujaba hacia la cama. Nos recostamos y el quedo encima de mi.

- No sabes lo que espere por este momento.- bajo el tirante de mi blusa del pijama-. Quiero besar cada rincón de tu piel.- beso mi hombro. ¡HAZLO! Quise gritar.

- Quiero ser el primer y el último hombre en tu vida.- me miro a los ojos.

- Lo serás.- uní nuestros labios. Gaara pasó la yema de sus dedos por mi hombro y mis bellos se erizaron.

Mis manos se colaron debajo de su camisa negra.

- Quítatela.- me separe un poco de sus labios-. Quiero verte.

El gruño. Se puso de rodillas en la cama y se la saco por la cabeza. Gaara no tenía un cuerpo como el de Sasuke o Naruto. Pero a mis ojos el era perfecto…porque había amor de por medio.

Sentí sus manos en el comienzo de mi blusa, me alce un poco para que la terminara de sacar. Se inclino sobre mi cuerpo y beso mi frente, mis mejillas y luego un casto beso en los labios.

- Si voy demasiado rápido me dices.- asentí confundida.

Sentí su mano en mi seno izquierdo, solo estaba ahí sobre mí.

- Cabe perfecto en mi mano.- sonrió y yo mordí mi labio-. De verdad quería prolongar esto lo más posible, pero si estas haciendo esos gestos no me dejas elección.

Fruncí el ceño. ¿Qué hice?

Le iba a preguntar pero la pregunta murió en la punta de mi lengua, cuando sentí la suya lamer mi pezón. Fue un simple roce, apenas y lo toco, pero eso basto para que me estremeciera.

Me sentía en una burbuja de placer, la cuál fue reventada al escuchar el ruido del garaje.

- ¡Mierda! – Empuje a Gaara-. Mi mamá, llego temprano.- se puso su camisa y su inseparable gorro-. Te veo mañana en la escuela.- le di un beso en los labios.

El sonrió cuando nos separamos.

- Por cierto.- dijo con medio cuerpo fuera de la ventana-. También te quiero Sakura.

Unos leves golpes en la puerta me indicaron que ya había tardado mucho.

- ¡Ya voy! – hable un poco alto para que me escuchara. Agarre una bata y la amarre firmemente a mi cintura.

Salí y Gaara me esperaba sentado en la mesa donde lo vi antes.

- Deja me cambio y hablamos.- asintió.

Abrí la puerta que estaba enseguida del baño y me quede sin habla.

- ¡HAY UNA TIENDA AQUÍ ADENTRO! – entre y en verdad parecía una tienda dentro del armario. Había desde ropa deportiva hasta vestidos de noche. Sandalias hasta botas de cuero negro.

- Siempre decías "Cuando tenga mi propia casa, tendré un cuarto para meter toda la ropa que comprare de mi salario de doctora".

Lo mire.

Eso se lo había dicho a Ino, antes de conocerlo a él.

- Eso nunca te lo dije a ti.- le dije.

Se paro y vino hacia mi.

- Lo se.- llevo sus manos a su cabeza y sonrió. Había visto ese gesto tantas veces, siempre lo hacía cuando estaba nervioso, llevaba sus manos a su cabeza para ajustar su gorro. Claro que ese gorro no esta ahora-. Admito que tenía una especie de obsesión por ti.

Me sonroje.

- Bueno.- paso su mano por su cabello rojo. ¿Es el nuevo tic?-. Tengo una especie de obsesión contigo Sakura.

Retorcí el nudo de la bata y huí de su mirada. Sus ojos son mi perdición.

Busque con la mirada algo fresco para ponerme. Estábamos en verano, el calor era insoportable. Agarre un vestido ligero color blanco y unas sandalias blancas también.

Mire alrededor tratando de adivinar donde estaría la ropa interior. Porque tenía que haber ¿No?

- Gaara.- le hable cuando revise el tercer cajón y solo encontré accesorios-. ¿Dónde esta la…?- callé, esperaba que entendiera con eso.

- ¿La que? – pregunto extrañado.

Gruñí.

- Ropa interior.- río y señalo unas pequeñas puertas a tres pasos de mí.

Agarre un conjunto en color rosa pálido. Cheque la talla y si era la que uso.

- ¿Debo sentirme alagada o perturbada de que sepas mi talla de sostén? – le dije tratando de sonar algo inquieta, pero fallé. Mi sonrisa no dejaba mentir.

Puso sus manos frente a mí.

- Tengo las medidas perfectas aquí.- movió sus dedos para darle énfasis.

Negué riendo y entre al cambiador del fondo.

Mientras me cambiaba me di cuenta que la platica que sostuve con Gaara era normal. Como cuando yo no estaba enterada de nada. Mire mi reflejo y las marcas en mi cuello ya no se notaban tanto. Gaara nunca me había lastimado, nunca físicamente. Solo rompió mi corazón cuando lo encontré en la cama con la zorra de Matsuri. Gruñí. Me termine de cambiar.

- Y bien, ¿De que quieres hablar?- dije mientras caminaba fuera de la tienda, ósea el armario.

Gaara me siguió.

- Hermosa.- escuche que dijo. Trate con todas mis fuerzas de no sonrojarme, pero fue imposible. Lo bueno que esta vez Gaara no vio el sonrojo en mis mejillas.

Me senté donde el estaba anteriormente y el tomo asiento frente a mi.

- Quiero hablar sobre tu estadía aquí.- empezó.

- ¿Sobre mi secuestro? – dije yo-. ¿Cuándo me podré ir?

Gaara se tenso.

- Pronto.- trago-. Regresando al tema.- carraspeo-. Quiero que las cosas sean fáciles para nosotros, puedes salir de tu habitación, recorrer la mansión siempre y cuando no salgas de ella.- recargue mi mejilla en mi mano-. Quiero que las cosas sean como antes.

Reí sin humor.

- ¿A que te refieres con eso? – Gaara desvío la mirada.

- Quiero retomar nuestra amistad.- negué.

- No es la mejor forma para empezar una amistad Gaara.- agarre su mano entre las mías. El me miro sorprendido-. Tengo una condición.- el asintió entusiasmado.

- La que sea.- entrelazo sus dedos con los míos.

- Quiero que me cuentes todo de ti, tu pasado.- retiro su mano-. Sobre tu madre.- cerro su mano en un puño-. Y sobre… la muerte de tu padre.

Gaara se levanto demasiado rápido que hasta la silla termino tirada.

- Pídeme lo que sea.- verlo así me dolía-. Todo menos eso, por favor Sakura.

Negué.

- Cuando estés listo para retomar nuestra "amistad"- hice comillas en el aire-. Aquí estaré.

Gaara golpeo la mesa con su puño.

- Lo siento.- hablo-. Tendré que romper mi promesa.- sonrió melancólico-. No podré cumplir con todo lo que quieras.

Me paré.

- En estos días lo único que se cumple, son años.- me acerque al tocador y busque un cepillo-. Rompiste otra de tus promesas.- me miro confundido-. Prometiste no hacerme daño.

Sus ojos bajaron rápidamente a mi cuello. No me refería a eso, si no a Matsuri.

- Lo siento, Sakura.- fue hacia la puerta y la abrió-. En verdad lo siento.- dijo antes de dejarme sola de nuevo.

Dos lágrimas se deslizaron por mis mejillas. ¿Qué es lo que paso en la vida de Gaara? ¿Por qué nunca habla de su madre? Entonces, ¿será verdad lo que dicen? Garaa…

Negué.

- No, no puede ser verdad.- traté de convencerme a mi misma-. Gaara no sería capaz de matar a su propio padre.- al decirlo en voz alta cobró mas realismo. Entonces recordé la paliza que le dio a Sasuke porque me llamó "Zorra" un día que me encontró con Gaara en la biblioteca. Ya no éramos novios, pero Sasuke sospechaba que había terminado con él por Gaara. Cosa que era verdad, pero no le quise decir.

Gaara se puso como loco cuando escucho esa palabra de la boca de Sasuke. Se fue contra él y empezó a golpearlo sin parar. "Te voy a matar" repetía una y otra vez Gaara. Si no es porque llegó Naruto a separarlos, tal vez Gaara hubiera logrado su cometido.

El cepillo cayó al piso.

- Gaara no sería capaz.- repetía como en trance.

Recordé las dos semanas que paso Sasuke en el hospital a causa de los golpes dados. La versión oficial fue que lo habían asaltado. Demasiado orgulloso como para admitir la verdad. La mirada perdida de Gaara al golpear a Sasuke en verdad me asusto.

Necesitaba saber la verdad y solo había una persona que me podría decir.

- Chiyo.- y salí en busca de ella.

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