capitulo 14
Estaba en completa felicidad. Sakura estaba conmigo e íbamos a tener un hijo. ¿Qué más podía pedir? Ah sí, claro, que me amara. Detalles, detalles. Pronto se solucionaría, o acostumbraría a estar conmigo para siempre.
La miro caminar por entre las estanterías de la tienda para bebes. Sonríe de vez en cuando al rozar sus dedos por las cunas y sabanitas. Sonrió con ella sin que se dé cuenta al estar de espaldas a mí. Para su dedo por un juguete, lo agarra y examina un poco.
- ¿Te gusta? - pregunto en su oído.
Ella asiente girándose un poco hacia mí, sonriendo.
Desde siempre he querido que Sakura este conmigo. Es simplemente la mujer perfecta, por lo menos para mí. Siempre fue muy persistente cuando me perseguía de pequeños. Por eso di por sentado que siempre seria así. Que error más grande el mío. Error que nunca más cometeré de nuevo. Sakura Haruno es y siempre será mía...hasta la muerte.
- Si - dice simplemente.
Un ruido capta mi atención. A dos pasillos a la derecha un hombre de negro miraba disimuladamente hacia nosotros. Escaneo el lugar por algo sospechoso y, de repente lo siento. Sakura me golpea en la cabeza con el juguete, sujeta mis hombros y golpea justo en las bolas. Seguro quedan azules después de esto. Se gira rápidamente mientras yo caigo de rodillas agarrando mi zona afectada. La tomo por el tobillo y cae de lleno al piso.
- ¡Suéltame! - grita pataleando y arañando el piso con sus manos para escapar.
¡No! ¡No! No podía acabar todo aquí. Sakura no podía dejarme luego de todo lo que me había costado tenerla de nuevo a mí lado. Fruncí el ceño, enojado.
- Te dije que nunca escaparías de mi,- con la mano libre agarro la pistola que llevaba dentro de la pretina de mi pantalón y la pongo a vista de ella que ensancha sus ojos, asustada. - al menos no viva, amor.
Sakura niega repetidas veces y lagrimas corren de sus mejillas. Me pongo en pie soltándola. Ella algo tambaleante lo hace también, solo que yo ya la tengo agarrada por la muñeca. La pistola apuntando a su vientre.
- La decisión está en ti, amor- las lagrimas aparecen más rápidamente en su rostro. Me odio por hacer esto, pero si no está conmigo no quiero que este con nadie.
- Sasuke, por favor- suplica - yo no quiero estar contigo, no te amo entiende. Amo a Gaara el es y será siempre la única persona que amare. Prefiero morir antes que estar contigo.
Sus palabras me duelen como no tiene una puta idea. ¡La amo carajo! A mi forma extraña y retorcida, pero quiero compartir mi vida con ella. ¡Todo es culpa del idiota aquel!
- Tú antes me decías esas palabras a mí. Yo era el amor de tu vida, ¿Recuerdas? - pregunto dolido. ¿Por qué decir esas palabras cuando no son verdad?
- Sasuke, tenía 13 años cuando dije eso. Te admiraba por todas las cosas buenas que las demás personas decían de ti. Te ponían demasiado en alto. Guapo, inteligente y solo.- sonreí a medias. Esto era una jodida mierda. - No te amo, Sasuke. Amo a Gaara. Mátame si quieres. Estoy siendo cobarde o valiente, no lo sé, pero no quiero condenar a mi hijo a una vida contigo donde no seremos felices. - las lagrimas corrían rápidamente por sus mejillas.
Apunte más hondo la pistola en su vientre y ella cerro sus ojos fuertemente. Mordió su labio inferior y temblaba. Entonces entendí lo que debía hacer.
Darle paz.
- Sera como tú quieras, Sakura - fuertes sollozos salieron de sus labios temblorosos. Solté su muñeca y agarre su nuca, la acerque a mí y la bese. Probé sus lagrimas saladas haciéndolas mías.- Nunca más volverás a llorar por mi culpa - y sin pensar mucho en la acción cometida, apreté el gatillo de la pistola.
Sus ojos se abrieron como platos, su boca se abrió sorprendida. Deje caer la pistola al piso, haciendo un ruido sordo. Sonreí, en verdad lo hice, sin arrogancia o dobles intenciones. Solo sonreí y ella lo noto porque lagrimas silenciosas volvieron a salir de esos ojos que nunca, pero nunca olvidare y que siempre estarán llenos de vida para mí. Llenos de luz.
- Tal vez no entiendas Sakura, pero yo te amo, y te amare siempre - la abrazo fuertemente, ella esta helada y sin moverse, creo que hasta está a punto de desmayarse. Tenia que aprovechar estos pocos segundos que me quedan con ella - Esta es mi forma de demostrarlo, dándote libertad. - inhalo por última vez su aroma.- Hasta nunca, Sakura.
Entonces me alejo dos pasos de ella. Veo como alza sus temblorosas manos y las ve llenas de sangre. Me mira horrorizada, pero yo simplemente sigo sonriendo feliz. Nada me hubiese hecho cambiar de opinión. Mucho menos después de las palabras dichas por ella. "No te amo".
Baja su vista a su vestido blanco, donde una mancha aun más grande de sangre cubre la mayor parte del área de su vientre. Su cabeza empieza a dar vueltas, y se tambalea un poco. Quiero ir y sujetarla, pero alguien lo hace por mí. Es él. Luce preocupado y su cara es todo terror al ver su ropa manchada en sangre.
- ¡¿Pero qué mierda has hecho?!- se gira hacia mi completamente encolerizado. Y la verdad, no lo culpo. Enojo y rabia sentí yo al ver cada día a Sakura abrazada y besándolo a él
- Lo mejor para ella. - conteste simplemente
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Tengo sentimientos encontrados. No sé como sentirme respecto a esto.
Es increíble como todo puede cambiar en un segundo. Como la muerte de una persona puede hacer que los demás se unan. Bien dice el dicho "Cuando mueres, ese día todos te quieren" y es verdad. Hay gente aquí que ni siquiera conozco y dudo mucho que conocieran más allá del nombre a la persona dentro de ese ataúd negro lujoso en el centro de esas flores blancas. Yo conozco mejor que nadie a esa persona, conozco cada uno de sus gustos y disgustos. Conozco hasta las cicatrices en sus rodillas y se me todas sus historias, porque yo estuve cuando pasaron. Yo conozco mejor que nadie a esa persona, mas sin embargo no puedo soltar una sola lagrima.
Un murmullo general se escucha por todo el salón. Yo que estoy en la última silla, a la izquierda, lo más alejado que se pueda me giro a ver y no lo puedo creer. Totalmente de negro demostrando el luto, me busca con la mirada. Me ve y sonríe triste. Niego con la cabeza, mi pequeña familia está aquí reunida, dos vivos y un muerto.
- Naruto - me saluda a dos pasos de distancia. Ninguno sabe cómo reaccionar. Me pongo de pie y miro más allá, al ataúd. Imita mi acción.
- Lo siento por eso- dice- es mi culpa, iré a dejar las flores, ¿Me acompañas?
Simplemente asiento y caminamos hacia allá. Las personas se abren paso, en verdad no lo pueden creer. Pero esto es así. La muerte cambia a todos y todo. Llegamos ahí y me permito ver dentro de esa caja negra. No sé si partirle la cara o tirarme a llorar. Estoy en medio de mis dos mejores amigos. Sakura y Sasuke. ¿Llorar por la muerte de uno? O ¿Alegrarme de la vida del otro? ¿Reír o llorar?
Miro detenidamente el rostro de Sakura y luego a Sasuke.
- Espero que encuentres paz, Sasuke... - y es ahí cuando me derrumbo.
- Lo siento, Sakura. - ella pasa su mano por mi espalda en forma de consuelo. - no sé cómo sentirme. Siento que si lloro por la muerte del teme, te estaría traicionando por todo lo que este hijo de puta te hizo, - ella sonríe simplemente. Mis lágrimas me hacen ver ya borroso el rostro de Sasuke.- pero es que simplemente no puedo. Él era como mi hermano, y tú lo eres también. ¿Sabes lo que es perder a un hermano, Sakura? ¿Sabes lo que es que ese hermano quisiera matar a otra hermana? Siento que estoy justo en la pared y alguien tuviese una espada en mi cuello, que no me deja respirar. Solo necesito un poco de aire.
- Calma, Naruto - solloza conmigo - pese a todo no le guardo rencor. Sasuke estaba enfermo. No sabía lo que hacía. Si hubiese buscado ayuda profesional todo estaría bien. - negué. - es duro lo sé. Lo conocíamos desde pequeños. Sé que lo mirabas como parte de ti y Sasuke aunque no lo demostrara también te quería, y mucho. - me gire a verla con los ojos brillando por las lagrimas. Me sonrió y limpio mis mejillas con sus dedos. - yo lo perdone. Hazlo tú también, y llora por tu hermano. Aquí tienes una hermana que siempre estará para limpiar las lágrimas derramadas.
- Es un maldito bastardo con suerte - digo sonriendo - tu siempre lo terminas perdonando. No importa que, siempre lo haces.
Se ríe y me uno a ella. Somos risas y lagrimas.
- Eso hace la familia, Naruto. - paro de reír - y para mí, eso son ustedes.
Miro de nuevo el rostro de Sasuke. Igual que siempre, parece que solo estuviese dormido. Un peso se quita de mí. Familia. No debo estar triste porque un hermano se fue. Debo de recordar él porque me gane ese hermano.
- Espero que donde quieras que estés entrenes tu brazo, Sasuke - Sakura a mi lado empezó a reír - porque yo si lo hare, y créeme que cuando estemos juntos de nuevo, esta vez si te ganare ese juego de pulso.
No lo veo como una perdida. No. Es solo un momento de descanso uno del otro. Porque cuando mueres dicen que vas al mas allá con tus seres queridos, y Sasuke, a riesgo de sonar marica, es muy querido para mí.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
- ¡Que ya estoy bien! - le arrebato mi mochila a un muy enojado Gaara. - tengo que ir a clases, no he ido en casi tres meses.
El resopla frustrado.
- Ya te dije que no necesitas ir. ¡Estas embarazada, por amor de dios!
Me reí de su cara.
- La doctora y la psicóloga dicen que ya puedo retomar mis actividades diarias. Cualquier cosa que me haga volver al sentido de normalidad.
Estoy viviendo en su casa, o como él dice, nuestra. Mis padres luego del incidente, se mudaron más cerca de la ciudad. No hay día que no llamen y ahora que serán abuelos, con más razón me miman. Mi bebé, está creciendo sano y sin complicaciones. Gaara me sorprendió al decirme que tenía un mes yendo con una psicóloga (la cual compartimos ahora). "Quiero estar bien, para ti y nuestro hijo" eso dijo al día siguiente luego del incidente en la tienda. Acaricio mi estomago en ese entonces plano, y me beso largo y tendido. Me ruborizo al pensar en ese beso... lo que me recuerda algo.
Actividades que me hagan volver a la normalidad.
Sonrió y aviento lejos mi mochila. Gaara me mira extrañado.
- ¿Qué haces? - pregunta asustado cuando me acerco a él. - ¡No! - dice tajante cuando ve que lamo y muerdo mi labio inferior. - ¡Estas embarazada, y con panza!
Eso me detiene en seco y mi excitación se va al suelo.
- ¡Vete a la mierda! - me apresuro a grandes zancadas a la puerta del cuarto, la abro y salgo cerrando de un portazo. Mi labio tiembla, pero me rehusó a llorar. Alzo la cara, pongo mis manos en mi pequeña panza y voy a mi refugio, necesito aire y tranquilidad. Bajo las escaleras y salgo por la puerta que da directo al jardín. Hacia el inmenso árbol de cerezos que Gaara planto en honor a mí.
- Bruto - digo mirando a la ventana de nuestra habitación.
-.-.-.-.-.-.-
Luego de que las palabras salieran de mi boca me di cuenta de la metida de pata que había hecho.
¡Menudo novio/futuro papá tan más sensible!
El portazo que da Sakura me hace darme cuenta que la he cagado y en grande. ¡¿Cómo le dices eso a tu novia embarazada y con ganas de sexo!?
- Imbécil - me digo a mi mismo. Corro hacia el buro y cojo la cajita de terciopelo negro. No esperare ni un segundo más.
Voy directo a donde se que estará. La conozco mejor que nadie y es justo donde está. Debajo del árbol. Su cabello se mueve con el viento, su mirada perdida en el horizonte mientras sus manos se mueven dulcemente por su vientre. Una imagen que sin duda querré recordar siempre.
- Sakura - dijo lento al estar más cerca. Ella me mira y me da una sonrisa triste.
- Esta bien, Gaara. Entiendo, en verdad. - vuelve su vista más allá de mi. - No me deseas mas por estar gorda, - casi me reí pero no lo hice, eso la enojaría más. - luego vendrán otras cosas por las cuales no querrás hacer el amor conmigo. - me senté a su lado, y agarre sus manos entre las mías, besándolas - estrías, tetas caídas, flacidez y un sinfín mas.
- ¿Es todo? - pregunto riendo un poco. Sakura asiente sin verme. Me pongo en pie y lo hace ella también. - cuando dije que tenias panza, no me referí a que no deseara hacer el amor contigo, solo que no sé cómo hacerlo, me da miedo.- ella resopla.- ¿Y si le hago daño?
- Ni que la tuvieras tan grande - contesta irritada. Me saca una sonora carcajada, cojo su mano y la llevo a mi miembro flácido que en cuestión de segundos empieza a endurecerse con solo su tacto. Mueve un poco su mano, y casi quiero gruñir de placer por esa simple acción.
- No se amor, pero la tengo del tamaño justo para hacerte gritar, y siempre pides más.
Sakura se ruboriza un poco y se acerca más a mí, sin quitar aun su mano de mi zona.
- Te deseo, Sakura - muerde su labio y su mano adquiere movimiento lento. - te amo y te deseo a partes iguales. Supongo que mi deseo por ti es tanto porque mi amor lo es también. No podría dejar de desearte nunca, al igual que nunca dejare de amarte. - jadeo cuando mete su mano debajo de mi bóxer, pasa su dedo pulgar por la punta de mi pene, esparciendo el liquido preseminal por su dedo. - así tu cuerpo cambie, yo querré siempre hacerte el amor, mi vida. - Arriba lento, abajo lento.- ¡Para! - suplico, aunque no quiero que lo haga. Sopla en mi cuello, lo cual me eriza los cabellos en mi nuca. - Estoy tratando de hacer mi proposición romántica y tú me lo pones difícil mujer.
Entonces es ahí cuando para. ¡Diablos! Creo que he arruinado la sorpresa.
- ¿Qué tipo de proposición? - traga grueso y saca su mano.
Bien. Había llegado el momento. Beso su frente y sus labios lentamente.
- Quiero que seas mi esposa, Sakura - mi voz salió ronca. Estaba excitado y emocionado.
Ella me mira con los ojos como platos. Respiro hondo y meto la mano en mi bolsillo sacando el anillo. Sakura jadea cuando abro la cajita. Lleva su mano a su boca, la misma que me acariciaba momentos antes. Esta impresionada. Sus ojos se ven brillosos, y es ahí cuando nuestros ojos hacen contacto.
- Gaara - dice. Su labio empieza a temblar. Tomo su mano, la que está cubriendo su boca. Beso el dorso de la misma y Sakura sonríe.- ¿Estas hablando en serio?
- Si por mi fuera te lo hubiese pedido desde el primer momento que viniste a mi casa.
- A la fuerza, cabe mencionar.- dice sonriendo. Lo hago también.
- Quiero que seas mi esposa, Sakura. - Ella asiente.- Dilo, necesito oírte diciéndolo.
- Quiero ser tu esposa, Gaara - es entonces ahí cuando deslizo el anillo en su dedo. Lagrimas caen de sus ojos, feliz. - Te amo -
- Te amo, Sakura. - beso su frente y sus labios rápidamente - ven, tenemos que celebrarlo.
- Necesito cambiarme para salir. - dice entrelazando sus dedos a los míos.
- Uhm, la celebración que tengo en mente no necesita ropa. Es más, entre menos ropa mucho mejor. - empuja mi hombro con el suyo, divertida. - Quiero verte desnuda. Solo con tu anillo. Quiero besar y lamer todo tu cuerpo. - jadea acalorada.
Entramos en la casa y prácticamente corremos a la primera habitación.
- ¿La sala de cine? - pregunta alzando una ceja.
- Si ¿Por qué no? Hay por lo menos 20 diferentes asientos en los cuales podemos hacer el amor. Elige uno. Luego tendremos tiempo para los 19 más.
Suelta una carcajada que llena todo el lugar. Cierro mis ojos y sonrío. Es el mejor sonido que podría escuchar. No. Cuando mi hijo me llame "Papá" ese momento será mejor.
- Bueno hay que empezar entonces. - me besa, salvaje.
Tardo un poco en reaccionar. Sakura es todo lengua y manos por todo mi cuerpo. Debo admitir que me siento algo violado. Me gusta.
- No sabes cuánto espere por este momento - su voz suena ronca mientras trata de desabrochar mi pantalón.
Cojo sus manos deteniéndola, a lo cual resopla, frustrada.
- Tranquila, tenemos mucho tiempo - niega. - te quiero hacer el amor, Sakura. Vayamos lento.
- No - se suelta y de nuevo va hacia mi pantalón. El cual ahora si desabrocha. - Como tú dijiste, tenemos todo el tiempo del mundo. Nos quedan 19 asientos más. Lo podremos hacer de todas las maneras posibles. Lento, rápido o término medio. - Reí - pero ahora, te necesito dentro de mí. ¡YA!
Mis pantalones cayeron al piso. Sakura engancha sus dedos en el elástico de mi bóxer, los baja y ella también. Mis ojos se abren al comprender. Saco mis pies de mi pantalón aventándolo lejos, al igual que el bóxer. Esta de rodillas frente a mí. Me mira a los ojos, su mano en mi pene apuntando a su boca, la abre. Se acerca, su boca abierta, ojos en mí y rodea la punta de mi pene con su ella. ¡Jodido Infierno!
Gruño.
Lleva mi pene más dentro sin dejar de verme. Con su mano en la base del mismo y su boca empieza a bombear lentamente. Cierra sus ojos, gime y yo quiero venirme con esa simple acción. Me aparto rápidamente. Fue la mamada más corta, pero yo también necesito estar dentro de ella.
La pongo en pie, la desnudo y la giro quedando su espalda pegada a mi pecho. Corro su cabello hacia un lado, dejando su cuello al descubierto. Lo beso mientras mis manos llegan hacia enfrente, a sus pechos. Un suspiro sale de sus labios.
- Te extrañe.- acuno sus pechos en mis manos - tus caricias - jale sus pezones, ambos. Gime alto - ¡No sabes cuánto te extrañe! - la acerco mas, clavando mi erección en sus nalgas. Mi mano baja por su vientre hasta llegar a su zona sur. Roso mi dedo índice entre sus labios vaginales, Sakura jadea. - ¡Si! - dice casi sin aliento.
Me excita que se excite. La amo tanto que su propio placer lo hago mío.
- ¿Qué quieres, Sakura? - gruñe. Toco su clítoris, solo un poco. - Dímelo amor.
- Quiero tu pene dentro de mí. Quiero sentirte muy dentro y venirme gritando tu nombre.
Meto mi dedo de golpe, excitado. Jadea, se arquea y muerde su labio. Esta húmeda. Dos dedos ahora dentro y mas gemidos por parte de ella. Muerdo el lóbulo de su oreja, jalo su pezón y muevo mis dedos más rápidamente.
- ¡Gaara! - sus piernas flaquean y recuesta su cabeza en mi hombro.
Entonces entiendo que le falta poco. Dejo de acariciarla y ella resopla. Me dejo caer en el primer asiento, la jalo hacia mí.
- Siéntate pero dándome la espalda. - asiente y hace lo que le pido. Tomo mi pene manteniéndolo firme mientras ella desciende lentamente sobre él. Ambos gemimos. - También te extrañe. - tomo sus caderas ayudándola con el movimiento. - Sakura, necesito esto ya. ¿Te falta mucho, amor? - su cabello se mueve a los lados cuando niega. - Bien.
Alzo mis caderas. Sakura gime fuertemente.
- Eso se siente bien -
- Sujétate de los lados del asiento. - ella lo hace. Suelto sus caderas pero ella sigue con el movimiento. Llevo mis manos hacia enfrente. Una a sus senos y otra a su clítoris.
- Gaara... - ella tira su cabeza hacia atrás. Sube y baja más rápidamente. Muerdo su hombro y ella grita.
Y entonces, sucede. Siento mis extremidades tensarse. Esas sensaciones extrañas en mi bajo vientre y digo su nombre con voz ronca. La oigo decir mi nombre, pero es algo lejano mientras mi orgasmo me asalta. Mi cabeza da vueltas. Se recuesta sobre mí. Nuestras respiraciones son irregulares pero ambos sonreímos.
- Eso fue... intenso - dice tragando grueso - mi garganta está seca.
Reí.
- Pues no me extraña con esos gritos - bese su hombro donde estaban mis dientes marcados. - y tu diciendo que no la tengo tan grande - su cuerpo vibra, riendo.- pero bien que la gozas, amor - lo ultimo lo susurre en su oído. - Gracias, Sakura - gira su rostro para verme.
- ¿Por? - pregunta soñolienta.
- Por todo esto - acaricio su vientre y ella sonríe, casi dormida. - Te amo, siempre lo hare.
- Y yo a ti - bostezo cerrando sus ojos. - tengo sueño. Déjame dormir para soñar contigo. Con mi mejor pesadilla. - una sonrisa pinta sus labios.
- Tú eres mi mejor sueño vuelto realidad. Te amo - susurro.
En estos momentos podría morir y hacer felizmente. Con la persona que amo en mis brazos. Era feliz, por primera vez en mi vida, era completamente feliz y todo gracias a Sakura.
- ¿Tu mejor pesadilla, eh? - sonrío recordando nuestro reencuentro. - sí, puede que tengas razón.
* =Fin.= *
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