Prólogo

Levi era consciente que amar a Eren estaba mal ambos tenían una notoria diferencia de edad y tampoco podía olvidar que la vida del chico estaba en sus manos, en caso que perdiera el control tendría que matarlo y en esos momentos sus sentimientos le jugaban en contra. Por ahora dejaría de pensar en ello, ya podrían hablar después que terminaran la misión final que aseguraría la libertad de la humanidad.

Se dirigió a la celda del castaño para hablar sobre lo de mañana.

—Oi mocoso acompáñame un momento— llamó la atención del chico que miraba hacia un punto no específico desde su celda
—Sí capitán Rivaille— se levantó para caminar detrás de su superior aun sumido en sus pensamientos

Ambos se dirigieron a las afueras del edificio donde estaba la legión de reconocimiento, mejor dicho, donde estaba la sargento Hanji, el comandante Erwin y los amigos de Eren. Se sentaron uno al lado del otro en un tronco que tenía vista a un pequeño lago

—Eren mañana tienes que mantenerte concentrado pues de ti depende del futuro de la humanidad— su tono era serio como siempre
—Lo sé, daré todo de mi para que por fin seamos libres— por fuera mostraba esa sonrisa y siempre dispuesto a acatar cada orden que le dieran, sin embargo, por dentro estaba asustado, cansado y con mucho dolor pues lo llamaban la esperanza de la humanidad, pero al mismo tiempo un monstruo
—Si hay algo que te esté molestando o inquietando puedes decírmelo ahora, por eso también te pedí que me acompañaras— dirigió su mirada al chico —y no te atrevas a mentirme pues sé que algo te pasa— haberse mantenido siempre cerca de Eren le permitió aprender a leer muy bien sus emociones
—Supongo que a usted no puedo engañarlo— una sonrisa nostálgica se vio reflejada en los labios del menor —estoy cansado de tener esta carga de ser ''la esperanza de la humanidad'' y al mismo tiempo ser considerado un monstruo...—
—Oi Er...— no alcanzo a terminar porque una mano fue colocada sobre su boca
—Sabe bien que es verdad, desde ya hace tiempo todos en la legión me miran con temor u odio exceptuando usted, Hanji-san, el comandante Erwin y mis amigos— desvió la mirada ocultando las lágrimas que amenazaban con caer —por algo le siguen pidiendo que me mantenga en esa celda—
—Escúchame mocoso— tomó la mano del chico para apartarla de su boca —no te mantengo en esa celda porque ellos me lo pidan, lo hago para protegerte— no le gustaba que Eren se sintiera así —mírame cuando te hablo— con su mano libre tomó del mentón al chico para que lo mirara fijamente y como supuso estaba llorando
—Protegerme? ¿Por qué haría algo así? — no entendía lo que Rivaille quería decirle —s-soy un peligro para ustedes lo recuerda? — la mirada que tenía su superior en ese momento le causaba un millón de emociones entre ellas nervios lo cual se notaba en su voz

Antes que el azabache pudiera responder la pregunta del menor se dio cuenta que Hanji venía acercándose donde se encontraban, maldita mierda de cuatro ojos siempre siendo tan inoportuna.

Soltó cuidadosamente a Eren y se levantó para apartarse

—Es hora de regresar ya es muy tarde—

Eren simplemente asintió, tanto su mano como su rostro los sentía muy calientes, una calidez que no había sentido nunca con nadie.
Se encontraron con la castaña que había llegado a una distancia prudente desde donde estaban ellos, si las miradas asesinaran ella ya estaría enterrada a varios kilómetros bajo tierra. Lo había hecho a propósito, pues sabía muy bien de los sentimientos del mayor hacia el chico titán.

— ¡Oh, por fin los encuentro! Necesito hablar un momento con Eren— se acercó para agarrar por los hombros al mencionado
—Tsk oye loca cuatro ojos no vayas a empezar con tus experimentos un día antes de la batalla— quería apartar al chico de su loca amiga
—No te preocupes no le haré nada— le guiño un ojo y se fue con el menor en dirección a su habitación que más bien parecía un laboratorio

En la habitación de Hange

—Hanji-san... ¿Qué sucede ahora? — a veces le daba miedo pues ella hacía experimentos debido a su poder de titan
— ¿De qué estaban hablando ustedes? — una sonrisa pícara se formó en los labios de la mayor —ya le dijiste lo que sientes a Levi o le confesaste sobre tu anatomía como doncel? —
—N-Nada de eso! el capitán Rivaille no debe saberlo de seguro le causaría asco que un hombre pueda embarazarse igual que las mujeres— aquel secreto nunca había sido revelado, excepto por la mujer que tenía en frente ella lo supo casi de inmediato —además el capitán y yo... no podríamos estar juntos pues yo aun soy menor de edad, de seguro a sus ojos solo soy un niño—
—Eren sabes bien que no podrás mantener para siempre ese secreto, si bien no le dirías nunca sobre tus sentimientos en algún momento se dará cuenta pues tu contextura física es muy diferente a la de los demás soldados masculinos— quería ayudar al chico y dejarle en claro que Rivaille no lo juzgaría ni nada —además para enamorarse no hay edad, el corazón no elige de quien se enamora—
—Solo... Un tiempo más, deme un poco más de tiempo para contárselo personalmente— bajo su mirada —después de todo quizás desde mañana ya no sea necesario formar parte de la legión—
—Bueno, lo haremos a tu manera— le dedico una pequeña sonrisa que ahora era amable —solo espero que no te arrepientas cuando llegue ese día—
—Buenas noches Hanji-san— se despidió con una reverencia y se fue en dirección a su celda —lo lamento, pero no puedo decírselo nunca...— murmuraba para sí mismo con pequeñas lágrimas

Sin embargo, no noto la presencia del azabache que lo seguía con la mirada, había escuchado un poco de la conversación de esos dos y no entendía qué era aquello que ocultaba el mocoso. Decidió que no esperaría más para saber lo que sucedía, no le importaba si en el proceso se le soltaba lo que sentía por Eren.
El castaño estaba tan sumergido en sus pensamientos mientras se cambiaba para por fin dormir, que no notó la presencia del azabache.

—Oi Eren— llamó la atención del castaño — ¿De qué hablaron con Hanji? —
—C-Capitán Rivaille! — el chico se cubrió como pudo, pero Levi no le dio tiempo sosteniendo ambos brazos contra la pared —por favor... suélteme, lo que converse con Hanji-san es un tema confidencial—
—Tsk... es una orden de tu superior así que habla ahora o tendré que tomar medidas extre...— ahora que miraba mejor el cuerpo del menor notaba lo delgado que era, su contextura era muy diferente a la de sus compañeros —Por qué estás tan delgado? ¿Acaso no te alimentas bien? —

—Y-Yo solo nunca he tenido una contextura cómo la suya o la de mis amigos— desvió la mirada por los nervios que le provocaba la mirada tan intensa del mayor sobre él
—Eren basta de mentir, escuché claramente lo que le decías Hanji— su tono si bien era serio no mostraba enojo —sé que me estas ocultando algo desde que llegaste aquí y te ordeno que me lo digas—
—Capitán Rivaille... Yo no puedo seguir esa orden... no frente de la persona que amo...— lo último lo murmuró entre lágrimas pues tenía miedo
—No llores Eren— no podía creer que sus sentimientos eran correspondidos —yo no voy a juzgarte y si alguien te dice algo yo mismo los haré callar— soltó los brazos del menor para rodearlo en un abrazo

El castaño se encontraba incapaz de creer lo que ocurría Levi lo estaba abrazando de una forma tan protectora, sin embargo, salió de su pequeño trance en cuanto sintió los labios del azabache sobre los suyos. No sabía qué hacer, este era su primer beso y nunca imaginó que sería con el hombre del que estaba enamorado. Levi por su parte sólo hacía lo que su corazón le dictaba y el deseo que siempre había tenido, besar a Eren. Sentía como el menor seguía sorprendido, ¿Es que acaso pensaba que lo iba a rechazar? Eso jamás, nunca le importaría si Eren fuera titán menos la diferencia de edad. Lo amaba tal cual era, por eso lo protegía de los demás.

—C-Capitán... p-por favor...— intentaba apartarse del mayor pues no sabía que pasaría si se dejaba llevar —no podemos...

—Eren ya no lo aguanto más...— con facilidad cargo al castaño hasta su cama recostándolo y posicionándose encima —te deseo hace tanto tiempo... no me importa la diferencia de edad que tenemos— acercó sus manos al pantalón del castaño quien al ver lo que quería hacer sujetó sus manos antes que llevará a cabo su cometido.
—N-No lo haga por favor... No quiero que vea el resto de mi cuerpo— tenía miedo a pesar que sus sentimientos eran correspondidos
—Eren mírame— con una de sus manos tomó del mentón al chico para que lo mirara fijamente —no es mi intención faltarte el respeto, no temas— tiró suavemente de su cuerpo para poder abrazarlo nuevamente
—Sargento Rivaille...— murmuró suavemente —yo... le he ocultado algo todo este tiempo— aferró sus brazos a la espalda ancha del azabache —s-soy un doncel...— por fin había podido confesar su secreto a la persona que ama
— ¿Por qué tenías miedo de confesar eso? ¿Alguien más aparte de Hanji lo sabe o solo ella? — no entendía qué había de malo, a menos que le hayan hecho algo —te hicieron algo...? — le asustaba que alguien hubiera osado manchar la pureza e inocencia de Eren
—Nadie nunca me hizo nada— lo tranquilizó pues se hacía una idea de lo que podría estar pensando —solo Hanji-san y usted lo saben, ni Armin y Mikasa o los demás de la legión están enterados de esto— suspira levemente para volver a mirarlo
— ¿Cómo lo haces al momento de tener que bañarte o cambiarte? — Todo aquello le inquietaba, pero necesitaba saber todo — ¿Cómo se enteró Hanji? —
—Siempre he tenido el cuidado de hacerlo todo aquí abajo en mi celda, por lo cual nunca se han levantado sospechas— la segunda pregunta le provocó un enorme sonrojo —e-eso... una tarde después de nuestro entrenamiento sentí su mirada fija en mí y también vi como estaba cambiándose para darse un baño... entonces no lo aguante y tuve que correr a desahogar mi calor interior— desvió su mirada pues le daba vergüenza recordar todo lo sucedido ese día —Hanji-san vino a verme y me encontró en esa situación por eso se enteró...—
—Tsk... esa maldita cuatro ojos— ella lo supo todo el tiempo y por eso era quien más pasaba tiempo con Eren ahora entendía todo después se encargaría de desquitarse con ella
—N-No se enoje con Hanji-san, yo le pedí que no dijera nada y a cambio ella podría venir siempre a verme pues deseaba conocer más sobre los donceles— se rascó una mejilla con vergüenza
—De igual forma hablare con ella por siempre experimentar contigo— sin esperar más volvió a besarlo recostándolo nuevamente —no dejare que nadie más te toque, solo yo puedo hacerlo—
—Sargento Rivaille...— en esos momentos se sentía tan feliz, nunca se imaginó que algo así podría pasar — ¿De verdad hará eso? —
— ¿Me ves que tengo cara de estar bromeando? — levantó una ceja —hablo enserio Eren— se notaba en la mirada del mayor
—Yo igual Capitán...— murmuró muy sonrojado el nombre de su superior —ya no me importa nada, solo estar con usted...—

Esas eran las palabras que necesitaba el azabache para continuar volvió a besar sus labios ahora con más pasión y deseo, demostrando lo mucho que lo amaba, aunque a veces en su rostro no se notará.

La piel del menor era suave, de color canela, como si nunca hubiera sido sometida a trabajos pesados, ahora que miraba detenidamente su cuerpo notaba detalles más femeninos como las ligeras curvas que se formaban en su cintura y cadera. También que no tenía un bulto entre sus piernas como el que tenía Levi en ese preciso instante.

Para sus ojos Eren era perfecto, más hermoso que cualquier mujer y aunque nunca hubiera tenido interés en alguna con Eren todo era diferente desde el primer momento en que el chico apareció en su vida algo lo atrajo y quiso estar más cerca de él por lo que se ofreció personalmente a custodiarlo lo que les sorprendió a todos pues Levi no era conocido por tener paciencia, pero a todos los dejo en shock cuando lo defendió antes que alguien le hiciera algo en el juicio por sus poderes como titán.

Ahora el castaño entendía porque el capitán lo protegía tanto, porque siempre estaba atento a todo lo que hacía y trataba de pasar la mayor parte de su tiempo con él. Además, los pequeños roces que se daban en los entrenamientos personales que el azabache le impartía o cuando tenían que ducharse y cambiarse siempre se desvestía delante de él dejando a la vista su torso bien marcado. Cabe decir que todo aquello no ayudaba al menor con sus sentimientos y fue precisamente por eso que Hanji descubrió su secreto.

Levi noto que su mocoso estaba muy distraído y no lo miraba provocando una ligera molestia quería su total atención por lo que se acercó al cuello del menor y le dio una ligera mordida para llamar su atención

—Nmgg... no haga eso- un leve gemido salió de sus labios
—Entonces no dejes de mirarme y no pienses en nada más— lamió suavemente sobre la mordida que había dejado en su cuello —solo piensa en mí— susurró con voz ronca en su oído

El sabor de la piel de Eren era adictivo, un aroma que se volvería su droga favorita y personal. Por su parte el castaño había enredado sus dedos en el cabello de Levi, su rostro tenía pequeñas lágrimas debido al placer que sentía en esos momentos mientras liberaba pequeños jadeos que intentaba reprimir por miedo que alguien los escuchara

—Eren quiero escuchar tu dulce voz mientras te hago mío— con una de sus manos sostuvo las muñecas del menor contra la cama mientras que con la otra recorría su piel —no tengas miedo nadie nos escuchara—
—Nmgg... S-Sargento...— apenas podía contener sus gemidos pese a la vergüenza y miedo de ser descubiertos

Los gemidos del castaño eran música para los oídos de Rivaille, quería escuchar más deseaba ser egoísta y tenerlo para sí solo por siempre. Se apartó ligeramente de Eren para quitarse su camisa y tirarla a cualquier parte, su sentido del orden y la limpieza no importaba cuando el joven frente a él se trataba.

—Nmgg...— Eren soltaba gemidos mientras acariciaba la espalda de Rivaille desde ahora ya no iba a dudar más

Se separaron unos momentos del beso para mirarse fijamente con una mirada el azabache le pedía permiso para continuar mientras el castaño le respondía sí, no necesitaban palabras. Con el permiso del menor Levi bajo sus manos a los pantalones para quitarlos lentamente quedando aún más maravillado de la belleza de Eren.

—Hermoso...— susurro sin poder evitarlo mientras repartía besos por todo su cuerpo dejaría marcas para que el mocoso entendiera que era suyo
—A-Ah...C-Capitán— gemía entrecortado del rango de su superior debido al gran placer que sentía en esos momentos
—Eren recuerda esto claramente— se acercó para susurrarle al oído con voz ronca —eres mío, tú me perteneces—
—Soy tuyo...— repetía entre jadeos —solamente le pertenezco a usted— se aferraba más al cuerpo del azabache escondiendo su rostro
—Oi Eren si te aferras de esa manera no puedo ver tu lindo rostro— se separó ligeramente del menor para poder mirarlo directamente a los ojos —tu vida es mía para siempre escuchaste mocoso? —

El simplemente asintió pues ya casi no podía articular palabras debido al gran placer que recibía de parte del mayor, de un momento a otro sintió como sus piernas eran elevadas hasta ser apoyadas en los hombros de Levi. Aquella acción solo hizo que le diera mucha más vergüenza porque tenía mejor vista a su intimidad lo cual al azabache le fascino.

—N-No mire...— quería cubrirse debido a que se sentía demasiado expuesto
— ¿Seguro que eso es lo que quieres? — el tono de su voz sonaba demasiado sensual —tu cuerpo me dice algo diferente Eren— rozo dos dedos cerca de su entrada provocando un sonoro gemido en el chico
—P-Por favor Capitán...— necesitaba al hombre frente a él, lo deseaba —m-más...— sus palabras salían como pequeños susurros debido a lo excitado que se sentía
—Dime lo que deseas— ya estaba en su punto límite, pero primero quería que el menor fuera honesto —si no me lo dices no haré nada—
—Quiero que me haga suyo...— como pudo logró controlar su voz y acto seguido rodeo con sus brazos el cuello del azabache para iniciar un beso

Y eso fue lo que finalmente rompió toda la cordura de Rivaille. Mientras se besaban comenzó con pequeños roces en la entrada del castaño, amaba los gemidos que salían de los labios del menor que eran ahogados por sus besos. Se separaron para recuperar aire y un ligero hilo de saliva unía sus labios.

—N-No es justo...— murmuró levemente Eren muy sonrojado —soy el único sin ropa...—
—Oh tienes las agallas de pedirme algo así mocoso— una media sonrisa se formó en los labios del azabache —si eso quieres pídemelo Eren— se sentó en la cama mirando al chico
—No puedo hacer eso... si lo hago siento que moriré de vergüenza— desvía su mirada evitando la del mayor se sentía tan vulnerable y frágil en estos momentos
—Si no me lo pides tendré que irme— se levantó mirando desde donde estaba al castaño
—E-Entonces me voy a satisfacer a mí mismo como siempre— lo retó con la mirada mientras dirige una mano a su entrada y juega con sus dedos ahí simulando embestidas —no nece... Ah! — fue interrumpido por Rivaille que sostuvo sus muñecas con una sola mano
—Yo puedo hacerlo mejor— su mirada estaba cargada de lujuria —te voy a castigar por provocarme así— soltó las muñecas del menor mientras se quitaba sus pantalones
—E-Eso no va entrar...— dirigía su mirada al miembro del azabache era demasiado grande
—Solo relájate y confía en mi— beso con suavidad sus labios —no voy a hacerte daño—
—Confío en usted, siempre lo haré— una pequeña sonrisa se reflejó en sus labios

Acto seguido Rivaille nuevamente besaba al castaño en los labios, besos que iban bajando por todo su cuerpo acompañado de caricias buscando relajarlo. Por su parte el menor gemía ante las atenciones que recibía, sentía su cuerpo sensible y muy caliente.
Levi seguía repartiendo besos por todo su cuerpo hasta que llegó a su pecho donde se deleitó a jugar con los botones rosados de Eren.

—Nnmg... capitán~ — gemía el chico —m-mas— ya no soportaba ese calor que seguía creciendo en su interior
— ¿Qué es lo que deseas? Dime o sino no sabré que quieres— pellizcaba uno de los pezones del chico con sus dientes
—Q-Quiero que me haga suyo— jadeaba muy sonrojado —mi interior quiere al capitán...— susurraba apenas
—Me encanta cuando eres honesto mocoso— seguía pellizcando el pezón del menor mientras que con su mano comenzaba a acariciar la entrada que se encontraba levemente húmeda —puedo notar lo ansioso que estás, pero primero necesito prepararte bien para que no te duela— su mirada era llena de lujuria, lo único que deseaba es poseerlo

Se aparta ligeramente para mirar fijamente al menor quién se encontraba sumido en el placer que le estaba dando, con una pequeña sonrisa alzó la pierna derecha de Eren apoyándola en su hombro y posteriormente comenzar a dar besos en el muslo.

—Nnmg...— jadeaba el castaño al sentir aquellos besos húmedos en su muslo y los dedos del mayor en su entrada
—Eren voy a entrar...— apartó sus dedos al sentir que ya estaba listo para acomodar su miembro en la entrada del castaño —no voy a lastimarte, solo respira profundo—
—E-Esta bien— miraba fijamente al azabache, aquellos ojos azul eléctrico que lo enamoraban cada vez más

Con sumo cuidado fue entrando de a poco dentro del menor buscando no lastimarlo, Eren sentía
ardor y dolor con aquella intromisión en su cuerpo.

—D-Duele...— pequeñas lagrimas salían de sus ojos mientras enterraba sus uñas en la espalda de Rivaille
—Tranquilo, tienes que relajarte— besaba los ojos del castaño para quitar las lágrimas —sí, así— murmuraba suavemente
—Siga... Por favor— respiraba lo más profundo que podía para relajarse de a poco podía sentir como su entrada iba recibiendo el miembro del mayor hasta sentirlo por completo dentro suyo
—No me moveré aún Eren— el interior del chico se encontraba bastante estrecho, pero de a poco lo fue recibiendo

Levi trataba de mantenerse controlado para evitar lastimar a Eren, no quería que su primera vez quedará como un mal recuerdo todo lo contrario deseaba que este momento fuera especial para ambos. También era la primera vez que haría algo así, en toda su vida nunca había sentido deseo por nadie ni tampoco le interesaba este tipo de temas, sabía bien acerca de todo esto por los años que vivió en la ciudad subterránea. Se alegraba en el fondo de que su primera vez fuera con Eren.
Salió de sus pensamientos cuando sintió un leve movimiento del castaño en señal que podía continuar. El mayor empezó con suaves embestidas observando las expresiones que el menor le regalaba las cuales lo deleitaban, era una imagen tan erótica para sí solo.

—C-Capitán... — jadeaba suavemente mientras aferraba sus brazos al cuello del azabache y enrollaba sus piernas en las caderas —m-mas—
—E-Eren... Nnmg estas muy apretado aún, se siente bien— mantuvo ese ritmo lento por un rato para después ir aumentando la velocidad quería encontrar aquel punto que haría enloquecer al castaño
—A-Ah! — un gemido más profundo salió de los labios del menor
—Lo encontré— Rivaille sonrió de lado mientras se sujetaba con un brazo del respaldo de la cama de esa forma pudo aumentar más la velocidad de sus embestidas

—Nnmg... Se siente bien— le era imposible retener sus gemidos —más... capitán quiero más— se aferraba al cuerpo del azabache mientras aquellas lascivas palabras salían de sus labios directo al oído del mayor
—Eren, me aprietas tan bien— las embestidas aumentaron de velocidad provocando que la cama comenzará a crujir —dentro de ti se siente bien—

Ambos amantes estaban sumidos en su mundo de placer, entregándose mutuamente. Rivaille sentía que pronto se vendría y por cómo la entrada de Eren lo apretaba sabía que él igual.

—Capitán Levi... por favor córrase dentro de mi— suplicaba entre gemidos el castaño
— ¡Nnmg! ¡Eren! — con una última embestida se vino en el interior del castaño y al mismo tiempo este apretó su entrada alrededor de Levi en señal que también había acabado

Los brazos y piernas del menor cayeron a los lados mientras respiraba agitado tratando de regular su respiración. El mayor mantenía su brazo apoyándose en el respaldo de la cama para no dejar caer todo su peso y también regulando su respiración.

— ¿Estás bien? — acercó su mano a la mejilla del castaño dando suaves caricias
—Si... lo amo capitán...— susurró tímidamente un poco sonrojado
—Yo también te amo Eren— se recostó con cuidado a un lado para atraer con sus brazos el cuerpo del menor

Eren se acurruco entre los brazos de Levi temiendo que todo aquello fuera sólo un sueño y que al despertar todo seguiría siendo igual, que nunca podría estar con el capitán. El mayor se dio cuenta del cambio de actitud en el castaño por lo que lo apretó más contra su cuerpo provocando que terminara encima suyo.

— ¿Qué pasa mocoso? — le preguntó manteniendo su mirada fija en aquellas esmeraldas que tenía por ojos Eren —acaso te arrepientes de esto? —
—Yo... ¡No! No me arrepiento, soy feliz de poder estar así con usted— bajo su cabeza sintiéndose incapaz de sostenerle la mirada
—Eren...— con cuidado levantó su mentón con una de sus manos —nada de esto es un sueño, siempre quise estar contigo desde que nos conocimos y que tú te fijaras en un viejo como yo me hace muy feliz—
—Pensé que yo solo era un recluta más para usted... Un simple mocoso— susurraba —cuando entendí que mis sentimientos por usted no eran sólo de admiración me asuste mucho, tenía miedo porque después de todo yo soy un mons...—

Rivaille no dejó que siguiera hablando, lo callo con un beso. No le gustaba que Eren se tratara a sí mismo de esa forma, suficiente con algunos de los estúpidos de la legión o los de la policía militar que lo hacían sentir así.

—Escúchame eres un humano como yo, aun conservas tu humanidad y no me importa lo que digan los demás— junta su frente con la del chico —por eso quiero que cuando termine la batalla nos casemos, cásate conmigo Eren— sus ojos reflejaban un brillo como la primera vez que se conocieron y escucho su deseo
—Y-Yo... ¡Si, si quiero! Seré tu esposo— rodeo el cuello del azabache mientras unas pequeñas lagrimas salían de sus ojos por la felicidad que sentía en esos momentos
—Mejor dicho, mi esposa— una pequeña sonrisa se formó en los labios de Levi —se escucha mejor así Mi Eren— beso suavemente su frente
—E-Eh...— un notorio sonrojo cubrió las mejillas del menor sin poder articular ninguna otra palabra
—Es hora de dormir, mañana será un día pesado— se acomodaron en la cama del castaño mientras el mayor los cubría a ambos con las mantas
—C-Capitán no debería irse a su habitación? Alguien podría descubrirnos...— los nervios de que se enteraran de lo que pasó entre ellos le asustaba
—Nadie vendrá, de todas formas, me iré temprano y es Levi— susurro suavemente —somos pareja y futuros esposos—
—Levi-san...— murmuró ahora el nombre de su superior —estaré junto a ti siempre— con una pequeña sonrisa prometía aquello a su amado
—Estaremos siempre juntos Eren, nunca te dejare ir— lo aferró más a su pecho —desde ahora y por siempre serás únicamente mío—

Aquella promesa que ambos se juraban se vería perturbada luego de la batalla, alguien llegaría para arrebatarle a Eren. Junto con ello se llevarían al futuro bebé que ambos concibieron aquella noche.

Pero Levi nunca renunciaría a su mocoso, si se metían con lo que era suyo la pagarían muy caro. A Rivaille Ackerman no se le provocaba, a menos que desearas una muerte prematura y dolorosa.

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