❦ Te quiero a ti...

Moonbin llegó con sus amigos, estaba demasiado felíz, por fin había terminado su relación con Lisa, ya podría empezar una relación con Sanha, no había nada que le preocupara ahora.

Empezaron una ronda de bolos, como siempre quien iba ganando era Chanyeol y Rocky se burlaba de Moonbin.

Sanha no había llamado en todo ese rato a Moonbin y se le hacía un poco extraño, pero conociendo a la rubia escandalosa probablemente le había montado todo un espectáculo.

- ¿Entonces ya no más Lisa? - preguntó MJ burlón.

- No hyung, acabamos de terminar - sonrió el pelinegro.

-nMe alegra demasiado, nunca me agradó para ti - entró en plática Eunwoo después de su turno.

- Por dos, a mí tampoco me gustaba como tu pareja, como amiga es divertida y todo, pero como tu pareja definitivamente no - Chanyeol estaba totalmente de acuerdo con Eunwoo, de hecho, ya habían tenido esa platica esos dos anteriormente sin que el pelinegro supiera.

- Bueno, no hablemos de mí ¿Cómo se conocieron tú y Baekhyun? - cambió el tema.

- Nos conocimos en su agencia, yo estaba empezando mi carrera de cantautor y se me abrió la oportunidad con Chanyeol, y él quedó enamorado de mí desde que me vio - bromeó Baek abrazando a su gigante.

- No voy a negar que me gustaste, pero fuiste demasiado difícil.

- ¿Yo? Prácticamente me ponía en bandeja de plata y tú salías huyendo.

- Baek, sabes bien mis razones iniciales, pero ya dejando de lado esos temores fui por ti y ya nadie va a alejarte nunca de mí - Chanyeol sentó en su regazo a su novio y le dio un pequeño beso.

Moonbin pensaba en que nunca había visto tan cursi a Chanyeol y, le agradaba demasiado verlo tan feliz, en todo lo que llevaban de conocerse no le había visto esa sonrisa más que ahora que estaba con el pequeño Baekhyun.

Esperaba dentro de poco verse del mismo modo con Sanha... Sanha, pensó. En ese momento su celular sonó y contestó al instante.

- ¡Hola! - respondió con entusiasmo.

Detrás de la línea le contestaron, su sonrisa seguía intacta y sus amigos estaban atentos a esa charla, pero empezaron a inquietarse cuando el pelinegro se puso de pie sobresaltado.

Sanha acababa de entrar a la bolera y al instante ubicó a su hyung y los demás, se acercó y vio al mayor atendiendo una llamada, cuando finalmente estuvo frente a él la mirada contraria lucía triste y apagada.

Moonbin miró a Sanha mientras escuchaba todo lo que estaban diciéndole en la llamada, al finalizarla sus brazos cayeron como su tuviera cien toneladas en ellos, incluso el agarre de su celular se veía débil.

- Hyung - habló Sanha preocupado.

- ¿Es verdad...? - preguntó con un nudo en la garganta.

- ¿Qué...? ¿De qué hablas?

- ¿Quién era Moonbin? - intervino Eunwoo al ver palidecer al pelinegro.

- Sanha... ¿Yeri espera un hijo tuyo?

Todos los presentes miraron de inmediato al menor, quien estaba sudando frío y empezaba a temblar.

Moonbin acababa de recibir una llamada de la rubia, ella le había preguntado que, si Sanha estaba con él, cuando le dijo que sí ella le pidió que le avisara que la cita médica para ver lo de su bebé era a las nueve de la mañana y que se lo decía a él porque Sanha no se dignaba a responder su llamada.

- ¿Podemos hablar afuera? - pidió Sanha con una voz débil.

- ¿Hablar? ¿De qué quieres hablar? Embarazaste a una chica ¿Qué más hay que hablar? - Eunwoo estaba enojadísimo.

- No es nuestro asunto Wonnie - lo detuvo Rocky.

El pelinegro caminó a la salida y fue seguido por el menor, la lluvia acababa de empezar a caer, ninguno dejó de caminar bajo el agua.

La cabeza del pelinegro estaba hecha un lío, su corazón dolía, su estómago estaba hecho un nudo, sus piernas temblaban, sus lágrimas corrían, pero estaban camufladas con la lluvia...

Sanha necesitaba explicarle todo, él estaba seguro de que si Yeri estaba embarazada no era de él, necesitaba hacerle entender que él ya no estaba con la rubia...

Tras un largo camino sin rumbo Sanha tomó del brazo a Moonbin y lo giró hacia él... Sus ojos estaban rojos y su expresión era dolida.

- Sabes... Estaba demasiado felíz hoy, terminé con Lisa y todo parecía tan perfecto, estaba anhelando verte, esperando las buenas noticias de que tú también ya habías terminado con Yeri... Pero...

Se quebró, los sollozos del mayor se escucharon y Sanha no podía verlo de esa manera tan destruida, no esperó y lo abrazó con fuerza. Moonbin intentaba zafarse, pero sus fuerzas se habían ido de su cuerpo.

La lluvia empezó a caer mucho más fuerte que antes, los truenos de las nubes eran los peores que había escuchado el menor en su vida y los relámpagos alumbraban toda la zona.

Sanha empezó a caminar en busca de algún refugio, pero no encontraba nada, hasta que unas luces llamaron su atención, tomó de la mano al pelinegro y lo llevó con él.

Entraron y obtuvieron una llave de la recepción, acababan de entrar a un hotel. La recepcionista les dio un par de toallas para que no fueran a mojar las alfombras del lugar, ya que eran demasiado caras.

Moonbin fue llevado casi arrastras por Sanha, entraron a la habitación y se secaron un poco. El pelinegro se sentó con desgano en la orilla de la cama y el menor tomó asiento a su lado.

- Hyung, tenemos que hablar de esto.

- ¿Qué vas a decirme? Ella ya me lo dijo todo, la cita con el médico para ver lo de SU bebé es mañana a las nueve de la mañana - rio con amargura - Ahora soy tu recadero.

- Hyung, escúchame - suplicó el menor.

- No quiero escucharte - sollozó nuevamente, le dolía mucho pensar en que el chico del que estaba enamorado iba a ser padre... Ya no podrían estar juntos.

- ¡Escúchame Moonbin! - lo zarandeo entre lágrimas también - No sé si está embarazada, por eso es la cita mañana - el pelinegro miró con sorpresa al menor - Además, yo siempre me cuidé con ella hyung, créeme por favor - se aferró al pecho contrario - E-estoy se-seguro de que si ella llegara a estar embarazada... Ese bebé no sería mío y estoy dispuesto a hacerme pruebas de ADN.

Moonbin intentaba procesar todo eso, empezaba a sentirse mareado, había sido una impresión demasiado grande. Pero si era verdad todo lo que Sanha estaba diciéndole ¿En verdad ellos podrían estar juntos?

- Hyung - volvió a llamarle sacándolo de sus pensamientos - Terminé mi relación con Yeri esta tarde, ella y yo ya no estamos juntos, aunque exista este tema del "Bebé", no hay nada entre ella y yo.

Sanha acarició con ternura el rostro de su hyung, nunca pensó verlo así, tan frágil y delicado, jamás pensó que lo tendría de esa manera, llorando por él, siempre lo creyó un tipo duro, sin muchas emociones, y había resultado todo lo contrario, pero lo quería... Iba a cuidar de esa fragilidad con todo su
amor.

Moonbin tembló ante el toque del menor, no se hacía a la idea de que todo eso estuviera pasando, incluso, aunque ese bebé fuera de Sanha, él no lo dejaría, aunque fuera egoísta de su parte, él no se alejaría de Sanha, sería suyo y de nadie más... Sin embargo, eso no quería decir que lo alejaría de su bebé.

Pero sí, cuando se trataba de Sanha, los pensamientos de Moonbin eran egoístas, porque lo quería solamente a su lado, con él y para él, y sin duda también se entregaría completamente al menor.

- ¿No te alejarás de mí? - susurró el mayor sin despegarle su mirada de cachorro.

- No, quiero estar contigo hyung, necesito que lo entiendas y comprendas.

Sanha tomó entre sus manos el delicado y lloroso rostro de Moonbin y unió sus labios, se separó un poco y le dedicó una mirada sincera, él en verdad lo quería y no permitiría que nada se interpusiera entre ellos.

Moonbin no sabía en qué momento había caído tan enamorado de Sanha, pero lo estaba perdidamente... Era un cariño diferente, demasiado distinto y aunque le daba un poco de miedo, estaba decidido a arriesgarlo todo por él.

Pequeñas gotas seguían callendo
por ambas cabelleras, cayendo con delicadeza por sus rostros haciéndolos lucir más deseables, las gotas no cedían y su recorrido empezaba a adentrarse más en el cuerpo de ambos. Los dos seguían ese recorrido con atención en el cuerpo contrario... Era demasiado atractivo para resistirse.

- Te quiero a ti Moonbin hyung, solamente a ti - susurró cerca de los labios del pelinegro.

- No voy a dejarte ir nunca Sanha.

Ambos labios se unieron, al instante se abrieron para profundizar, sus lenguas jugaban la una con la otra, sus sabores se mezclaban a la perfección, ellos necesitaban tanto de ese contacto, de ese momento, sus pieles ardían aún debajo de su ropa húmeda.

Las caricias no se hicieron esperar, ambas manos recorrieron el cuerpo contrario, apretando un poco en ciertas zonas. Moonbin pegó más a su cuerpo a Sanha, necesitaba sentirlo tan cerca como fuera posible, posó sus manos en las caderas del otro y lo recostó en la
cama.

- Hyung... Quiero ser tuyo, desde hoy y para siempre - jadeó ante las caricias y los besos que el mayor empezaba a dar en su cuello.

Moonbin respondió con una dulce mirada, una tierna sonrisa y un beso lleno de amor. No necesitaban de muchas palabras cuando sus cuerpos hablaban por ellos.

La playera de Sanha fue quitada de forma rápida por el mayor, al momento de aventarla lejos, Moonbin descendió hasta llegar a los pezones rosados del menor, estaba a punto de hacer el amor con un chico, era bastante distinto su cuerpo al de una chica, pero... Era más hermoso ante sus ojos, lo deseaba más, era perfecto.

Moonbin empezó a besar y lamer con delicadeza los pezones de Sanha.

- Dios... hyung~ - suspiró, jamás lo habían tocado o besado de esa manera.

- Sanhie, me encantas...

Bajó hasta el ombligo, después hasta donde empezaba el pantalón, lo desabotonó y empezó a dar besos sobre el boxer que aún tenía cubierto el miembro del menor.

Sanha estaba perdiéndose en suspiros y jadeos constantes, cada roce, fuera de las manos o labios del pelinegro lo estaban volviendo loco.

Su pantalón empezó a estorbar, de modo que pidió a su hyung que lo sacara por él, sin perder tiempo esa prenda dejó de estar en el cuerpo de Sanha.

- Tienes una piel demasiado hermosa, no me cansaré de besarla, de tocarla, de verla... Eres arte Yoon Sanha - la mirada de Moonbin tenía un brillo especial y a Sanha le fascinaba.

- ¡Ah...! Hyung, sigue besándome, necesito más de ti...

Sanha se aferró con fuerza a las sabanas cuando sintió que sus boxer eran quitados y el aliento cálido de Moonbin se acercaba a su miembro.

Todo eso era nuevo para ambos, ninguno tenía experiencia con chicos, pero el estar así, juntos, era suficiente, sus cuerpos sabían qué hacer y cómo reaccionar, era como si hubieran estado esperando demasiado para estar así, esa forma de besar, de acariciar, de amar, oculta durante bastante tiempo para salir en esos mismos instantes.

La boca del mayor se abrió paso en el miembro de Sanha, lentamente lamió y chupó... Sabía dulce... No era lo que esperaba, era mucho mejor.

Sanha seguía apretando las sabanas, su cuerpo se curveaba un poco ante la oleada de electricidad que sentía recorrer su cuerpo. La lengua de su hyung era increíble, su boca era magnifica... No pudo resistir y miró cada movimiento del pelinegro, se veía tan caliente, estaba excitándose demasiado con solo verlo.

El cuerpo del menor se tensó y Moonbin supo que estaba por venirse, pero no se separaría de él, lo recibiría todo...

- ¡Oh! ¡Hyung! - gimió tras venirse en la
boca del mayor.

Moonbin pensó en ir a lavarse la boca después de haber tomado todo de Sanha, pero antes de poder hacerlo, el menor lo atrajo a su cuerpo y lo atrapó en un beso profundo, no le importaba nada, todo era demasiado natural, no había nada de lo que avergonzarse o asquearse.

Volvieron a besarse durante bastante tiempo, Moonbin recorría con sus manos desde las piernas, apretaba los glúteos del menor, esos perfectos y firmes glúteos... Subía por su vientre, por su pecho y descansaba en su cuello...

Sus cuerpos ya estaban demasiado calientes, sudorosos, deseosos. En su mirada había lujuria y amor... adoraban mirarse, amaban besarse, anhelaban estar juntos por mucho tiempo.

- Sanha - se detuvo el pelinegro - ¿Estás seguro de que quieres esto?

- Hyung - el menor rodeó con sus manos el cuello de Moonbin y se acercó hasta su oído y susurró - Te quiero a ti... Dentro de mí.

Eso bastó para que el miembro de Moonbin pidiera con urgencia atención, Dios, Yoon Sanha... ¿Cómo hacía para ponerlo de esa forma? Esa voz ronca el pelinegro jamás la había escuchado y había hecho que su cuerpo temblara de placer, esa mirada llena de pasión, sus gemidos... Lo volvía loco todo de Sanha.

Los dedos de Moonbin acariciaron la entrada del menor, la cual ya estaba bastante mojada, en verdad estaba excitado, presionó un poco sus dedos, no lo hizo muy profundo porque supuso que dolería, aunque de igual modo el cuerpo contrario se tensó un poco.

-¿Duele? - preguntó con preocupación el mayor.

- U-un p-poco - jadeó el menor para después arquear su espalda - E-es raro... - el rubor se adueñó del rostro de Sanha - Continúa hyung, más profundo - pidió sorprendiendo al pelinegro.

Moonbin empujó un poco más sus dedos, se sentía tan apretado, el cuerpo de Sanha se retorció ante ese movimiento, sus piernas estaban temblando, ardía un poco, pero... e
Estaba disfrutando, era Moonbin quien lo estaba tomando y era lo único que deseaba.

- ¡Dios, hyung! Ahí...

- ¿Ahí? - Moonbin o sabía que acababa de dar con el punto dulce del menor.

- ¡Sí! - lloriqueó entre jadeos, se sentía muy bien.

Moonbin acarició con su mano libre el cuerpo sudado de Sanha, desde sus hombros, hasta su abdomen, luego tomó su miembro y la movió sobre él.

- ¿Estás bien Sanhie? - era obvio que estaba preocupado por el menor.

La respiración de Sanha estaba entrecortada, estaba haciendo demasiado esfuerzo por aguantar ese ardor en su interior.

- Eso... Hyung... Eso ¡Ah! - gimió de nuevo - Eso... Se siente muy bien, duele un poco, p-pero se siente bien...

- ¿En serio? - abrió sus ojos con impresión.

- Sí, no... No dejes de hacerlo - pidió apretando las sábanas - E-entra...

− ¿Qué? - Moonbin no estaba seguro de hacerlo tan pronto, dos dedos eran una cosa, su miembro era otra.

- Entra ya... Por favor hyung, te necesito dentro... Quiero, quiero sentirte - jadeó con fuerza.

Algunos cabellos cayeron por la frente sudada de Sanha y Dios... Se veía demasiado deseable, la excitación de Moonbin creció, jamás creyó que un chico se vería tan precioso, pero era Yoon Sanha, claro que se vería increíble...

Nunca había visto tan hinchados esos labios, ya eran lo suficientemente carnosos y esponjosos, pero en esos momentos estaban más inflamados y rojos... Se le hacía agua la boca de verlos, quería morderlos y así lo hizo, besó con necesidad y mordió levemente el labio inferior, haciendo gemir más al menor.

Sanha no quería seguir esperando, abrió sus piernas y rodeó con ellas la cintura de Moonbin.

- Vamos hyung.

- Te quiero Sanha.

El miembro de Moonbin tocó la entrada de Sanha, y éste suspiró largo tras ese contacto, cualquiera pensaría que era un ninfómano por cómo se estaba comportando con el mayor... Pero es que no sabía que le había hecho... En verdad su cuerpo le estaba gritando que deseaba, anhelaba y necesitaba a Moonbin.

- ¿Listo? - preguntó.

- Hazlo Moonbin - autorizó mientras le daba un beso en la punta de su nariz.

Sus manos se entrelazaron, Moonbin se puso de rodillas y se inclinó ligeramente hacia delante nuevamente, tomó las piernas del menor entre sus manos y las acomodó bien alrededor de su cintura.

Moonbin metió la punta, levemente, de forma lenta y se fue abriendo paso poco a poco. Los ojos de Sanha se abrieron completamente, jadeó con fuerza, el calor empezó a apoderarse de su cuerpo, pero no cualquier calor, éste era el calor más intenso que jamás había sentido.

El miembro de Moonbin se sentía demasiado caliente, y a Sanha le estaba agradando esa sensación. Las caderas de Moonbin se fueron hacia adelante, un poco más, intentando llegar más profundo.

- ¡Maldición! - gruñó con placer el pelinegro, podía sentir perfectamente como las paredes de Sanha lo apretaban y era algo de otro mundo, era impresionante. Sanha, estoy dentro...

Sanha tenía una expresión adolorida y no era para menos, el miembro del mayor no era nada pequeño y esa era su primera vez. Moonbin se percató de la tensión en la delicada cara de Sanha y detuvo sus movimientos, se acercó lentamente intentando no lastimarlo y le dio un beso en los labios.

Los jadeos de Sanha cesaron con ese beso, abrió sus ojos y se encontró con los del mayor, era la única cosa que lograba tranquilizarlo, esa mirada amable y cálida que tenía Moonbin, la única que deseaba ver todo lo que le quedara de vida.

Las lágrimas de Sanha corrieron por

sus mejillas, intentaba contenerse, pero es que en verdad era doloroso, aunque no quería decir que quisiera dejar de hacerlo, él quería continuar.

- Podemos detenernos - pronunció con delicadeza Moonbin mientras limpiaba las lágrimas de Sanha.

- No... Continua cielo mío - susurró el menor.

Moonbin parpadeó un par de veces seguidas ¿Cielo mío? Sanha acababa de darle un apodo romántico. Se sentía demasiado feliz, tanto que ignoró por completo el tema del "Embarazo" de Yeri, nada más le interesaba, simplemente ese pequeño debajo de él.

- Pu-puedes moverte - dijo el menor aferrándose al cuello del pelinegro.

Y así lo hizo, Moonbin empezó con movimientos lentos y las estrellas empezaron a aparecer en los ojos de Sanha, era doloroso, pero estaba dispuesto a soportarlo, sabía que solo sería al inicio.

Sanha apretó con fuerza su labio inferior, dolía, dolía mucho... Pero no dejaría que Moonbin se detuviera.

El tiempo pasó, Moonbin embestía lento y después un poco más rápido, el cuerpo de Sanha se acostumbró a ello y empezó a disfrutarlo.

- Más hyung... - jadeó sintiéndose en la gloria - ¡Oh...!

—Te quiero, en serio, te quiero mucho Sanha - la respiración del mayor estaba agitada, él de verdad estaba disfrutando demasiado hacer el amor con el menor.

- ¡Ah...! ¡Dios! ¡Oh...! - gimió con fuerza - Yo... Yo también te quiero mucho hyung - contestó agitado con una mirada brillosa.

Se abrazaron y sus cuerpos se unieron más, el miembro de Moonbin entró más profundo de lo que creían, y Sanha no pudo evitar venirse en ese mismo instante, su punto dulce había sido tocado con demasiada precisión.

Las paredes de Sanha se apretaron después de la descarga, y esto provocó que quien viera estrellitas esta vez fuera el mayor. Se sentía tan bien el interior del menor no pudo aguantar más y también se vino, dentro de Sanha.

- Cálido... Todo tú eres cálido hyung - susurró intentando controlar su respiración.

Moonbin cayó sobre el cuerpo del menor y empezó a darle besitos en los hombros el pecho, eso... Realmente había sido estupendo.

- Hyung... ¿Como te sientes? ¿Te gustó? ¿Lo hice bien? - Sanha quería saber lo que pensaba y sentía Moonbin, había dolido como la mierda al inicio, pero necesitaba saber si le había gustado al mayor.

- No sé explicarte bien cómo me siento Sanha... Dios... Eso... ¡Eres simplemente perfecto!

- Hyung... No sé si es apresurado decirlo, pero... He decidido dejar de lado los estereotipos, las reglas sociales - Moonbin miró curioso al menor - Lo que quiero decir hyung, es que, aunque quizá es demasiado pronto... Yo siento que te adoro.

Moonbin abrió sus ojos de par en par, ¿Había escuchado bien o todo era efecto del orgasmo tan intenso que acababa de tener?

- Sanha - Moonbin o mostró una mirada llena de amor y ternura, acompañada de una bella sonrisa - Quiero que seas mi novio... No sé si sea apresurado también, pero...

- ¡Si quiero! - contestó con entusiasmo - Entonces... Es oficial - acarició la mejilla contraria y acomodó los mechones que estaban sobre el bonito rostro del menor - ¡Somos novios!

Las medias lunas volvieron a aparecer en los ojos de Moonbin y Sanha se acurrucó junto a él. No quería volver a dormir en otra cama que no fuera la de Moonbin... No quería estar con nadie que no fuera Moonbin... no se alejaría nunca más de Moonbin... amaría solamente a Moonbin.

- Te adoro - correspondió el mayor.

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