23. Sexto placer: Sangre por sangre.

Al día siguiente, empezamos con una de las primeras pruebas. Cómo poder reconocer un olor.

-Bueno Jud. -me explica Lu, nunca había hablado tanto con ella. -Es fácil. -¿Tan solo eso?

-No creo... -le digo. Estamos solas ella y yo.

-Aquí tengo diez papelitos, los cuales te pasaré una sola vez para que los huelas. Tendrás que identificarlos. Cada uno de os olores pertenece a una persona, están escondidas por el campus. ¿Crees que podrás? Solo tienes una hora. –me advierte.

-¿Una hora? -le digo un poco impactada.

-Si es tu don, lo averiguarás en media hora, como mucho. -me pasa los papelitos mientras me explica las reglas.

Huelo el primero en un momento.

-Toma. -le doy.

-¿Por qué me lo das a mi? -pregunta extrañada.

-Es tuyo. -le digo sencillamente.

-¿Co... Como lo has sabido...? -dice un poco patidifusa.

-Oliendo. -le digo sonriendo. -¿Me acompañas a por los demás?

-Claro. -me asiente.

Sigo buscando, solo he encontrado el de Lu, Ray, German y Klein. Me está costando mucho, o eso creo.

-¿Cuánto me queda? -le pregunto a Lu.

-Cuarenta y cinco minutos aun... -está muy seria hablando con Ray.

-Vas muy bien cariño. -me dice.

De repente noto el de Vanity, está fumando, eso despista aunque la encuentro.

-¿En serio? -pregunta molesta.

-Sí. -le contesto.

A los diez minutos siguientes los encontré a todos los que faltaban. Estaban juntos para confundir los olores.

-¿Cuánto ha tardado? -pregunta Vanity con curiosidad.

-Veinte minutos. -dice extrañada Lu.

-Yo tardé quince. Qué pena. -dice Vanity en voz alta de forma burlona.

-¡Tu ya eras vampiro! Ella no. -le dice Rose burlándose de ella. –Tuviste tiempo para entrenarte, y aun así... Una novata está cinco minutos de tu tiempo. Patético. -las chicas empiezan a reírse.

-¿Siguiente prueba? -pregunto intentando no hacer caso a ese comentario.

-Jud, tenemos que hablar un momento. -me aparta Ray.

-¿Qué pasa?- le digo confundida.

-Tienes que fallar las pruebas. -me dice.

-¿Por qué? -le digo.

-Te mordí más de la cuenta creo. Eso ha afectado, te ha afectado demasiado. -me dice preocupado.

-Lo hago inconscientemente. Lu me ha inyectado un suero. -Le comento.

-Debes evitar ese suero, como sea. -me dice asustado.

-¿Por qué te preocupa todo de repente? -le digo. -Anoche ya me dejaste claro muchas cosas. -Le digo un poco cabreada.

-Podemos meternos en problemas Jud, si eres poderosa, te apartarán de mi. -me dice Ray preocupado.

-Créeme que no. -le digo. -¿Me ves capaz de asesinar o leer mentes? O de ser fuerte como tú, por ejemplo. -le digo. -Nunca nos van a separar Ray.

-La prueba de los olores es la más estúpida pero es de las difíciles. -me dice.

-Vivo con vosotros. Conozco tu olor muy bien. -le doy un beso. -Ahora vamos, tengo que hacer otra. Ayuda bastante que no haya nadie en el campus.

Sinceramente no había nadie, en la época de navidad, todos se iban a sus casas, eso a mí se me había acabado, no podía separarme de Ray nunca más.

Nos dirigimos hacia la casa, cosa que me da mala espina.

-La siguiente es... ¡Confundir! -exclama Lu.

-¿Me toca a mí? -pregunta Lidia.

-Sí. -le contesta Lu.

-Bueno.... -empieza rodearme. -Te va a costar pasar esta prueba.

-Pues... -le digo insegura. -Si es con poco tiempo seguro que si.

-Imagínate que alguien nos quiere hacer daño... - Ray la mira mal. -Y claro, descubre que tu eres la recién llegada y la más importante. Y te rapta por ejemplo... -se tiran encima de mí, Klein y David.

Me atan las manos a la silla, pero no sin antes ver a Jon pegándole a Ray.

-¿Qué hacéis? -grito desesperada, ¿por qué hacen eso?

-Es para ponerte en sintonía. -se ríe Lidia.

-¡Estás loca! -le grito. -¡Suéltame!

-Soy una de las más inteligentes. Soy tu secuestradora y debes convencerme en... -empieza a pensar. No creía que fuese así una de las partes de Lidia. -Una hora. Si no, lo mato. -coge un cuchillo y se lo apunta en el corazón.

-¿Una hora? -le digo. -Imposible.

-59 minutos... -dice mirando el reloj.

Intento respirar, pienso en qué puedo hacer, vamos Jud, tu padre te enseñó a despistar...

-¿Que quieres de mi? -le pregunto ya más calmada.

-Tus poderes, tu sangre, se mi esclava. -me dice. -Eres muy valiosa.

-¿Por qué? -le pregunto.

-Eres muy poderosa, invencible, a mis órdenes lo seré yo. -me decía bastante metida en el papel, Clara la miraba como si fuese la única mujer en la tierra.

-¿Si acepto, lo dejarás libre? -pregunto refiriéndome a Ray.

-Si. -me dice Lidia.

-Entonces acepto. -le digo. Vanity va a declarar que se acaba a la prueba, pero Rose la para.

-¿Lo prometes? -me pregunta Lidia confundida ya, le extraña que no me haya resistido. -No soy tonta, si te quedas, serás mía para siempre.

-Lo juro por mi vida, mátame si miento. -le sonrío. -Haré lo que sea por ti, lo que sea. -le sonrío, empiezo a tontearle.

Libera a Ray, que está un poco perjudicado, y me libera a mí.

-¿Harás lo que yo te diga? -dice enseñando su cinturón, poniéndose cómoda.

-Que te lo has creído. -le saco la pistola en dos movimiento y le apunto en la cabeza.

-Ahora harás lo que yo te diga, si no, estás muerto. -Lidia empieza a aplaudir.

-¡Lo has hecho genial! -dice riendo. -Me he asustado y todo. ¡Rose, el tiempo!

-Me...mejor no lo digo... -dice Rose mirando a Vanity.

-Dilo Rose, tiene que apuntarlo. -le sonríe falsamente Vanity.

-Le han sobrado cuarenta minutos. -dice con delicadeza.

Vanity pone cara de mala leche y se va a su despacho dando un portazo.

-¡Que teatrera que es! -dice David.

-Tío, cállate. -le ordena German. Se acerca a mí. -¿Tus padres son humanos? -me pregunta.

-Vamos a ver, claro que sí. -le digo molesta. -Mi padre me enseñó a ganarme a la gente en el caso de que me violasen. -le digo defendiéndome.

-¡Ray! -grita German, no sabía que tenía tanta autoridad. -Ve a mi habitación ahora mismo. -le ordena. -Mientras que tu, ocultas algo Jud. No noté el perfume de tus padres, pero el tuyo si. ¿Raro? Puede ser...

-Se acabó por hoy el entrenamiento Jud, dúchate y estudia. -me dice de forma seria, así que decido no incordiarle.

-Si. -respondo confundida.

Pasaron horas mientras Ray y German hablaban. Vanity tampoco había salido de su despacho.

-¿Segura que no quieres venir? -me pregunta Rose. Se iban a cenar las tres parejas que quedaban.

-Si. -les contesto. -Estoy cansada y espero a Ray, no quiero que luego me diga nada del porqué me he ido sin él. -les digo intentando bromear.

-Aprendes rápido Jud... -me sonríe Klein. -Espero que sea así en todo.

No entiendo exactamente qué quiere decir, pero intento no hacerle mucho caso.

-¡Jud! -me llama Ray a las horas, como que es casi medianoche.

-¡Estoy aquí abajo! -le contesto.

Baja las escaleras malhumorado.

-¿Qué pasa? -le pregunto preocupada.

-¿Donde están todos? -pregunta.

-Se han ido a cenar, hace ya rato... -le contesto. -¿Por?

-Vamos a la habitación. -me pide. -¡Ahora!

-Vale. -me escapo hacia el baño un momento. Estoy asustada. Bajo corriendo.

-Dame tus manos. -me exige.

-¿Por qué me hablas así? -le replico.

-¡Porque estoy enfadado! -me grita. -Me has mentido, y eso no lo tolero. -acaba de engancharme.

-¡Suéltame! -le exijo.

-Vamos a hablar primero... -coge una fusta y la deja al lado suyo.

-¿De qué? -le digo, creo que ya no es un juego.

-¿Cómo puedes haber pasado estas dos pruebas? -me dice.

-Pensando. -le digo.

-¡Mientes! -me azota.

-¡No! -le digo dolorida.

-¿Tus padres lo saben? -me pregunta otra vez.

-¡No joder! -le digo. Empiezan a dolerme los brazos de estar colgada. -Ray, me duelen los brazos.

-No deberías haber pasado esas pruebas Jud. -se sienta en el sofá a mirarme. -Vanity está muy enfadada, le has superado en una prueba. -me dice.

-No es mi culpa. -le respondo.

-Jud, voy a decirte algo que puede que te enfade. -se levanta. -Así que te taparé la boca. -coge un pañuelo.

Veo lo que hace, creo que realiza esto básicamente porque no va a ser nada bueno.

-Jud... -vuelve a sentarse. Le miro. -Vanity va a matarte como sigas así...

Empiezo a retorcerme y maldecir. ¿Por qué quiere eso? No tengo culpa de nada, no la tengo...

Al cabo de un largo tiempo, Ray me suelta y me lleva a nuestra habitación.

-¿Por qué me has hecho esto? -le pregunto intentando no llorar.

-Quería ver cuánto podías aguantar. -me dice acostándose en la cama.

-Debía aprender a aguantar el dolor, ¿no?- le digo. -Se supone que ya estaba o estoy preparada.

-Se que te pinchabas unas jeringuillas, justo cinco, como las veces que debíamos hacerlo. -me dice decepcionado. -Estabas a tiempo de retirarte Jud. Ahora es tarde. ¿Pero drogarte?

-Quería estar contigo. -le digo cariñosamente. -Además fueron cuatro, Ray lo intenté y me gusto.

-Ahora a dormir. -me dice serio. -Pero me alegro de que hubiese una sola vez que quisieses probar el sexo conmigo sin ir drogada. -dice molesto.

-Ray, ¿vas a ser capaz de quererme toda la vida? -le pregunto cambiando el tema.

-Si. -me responde, me besa y se duerme.

Al día siguiente, nos despertamos pronto, todos. Recalco todos, incluso Vanity y German.

-Hoy la prueba será... -dice Rose. -¡Manipular! -se sorprende.

-No sé  qué te sorprende, eso lo haces tú, y te digo que muy bien. -le digo, ¿Qué puede ocultarme Ray con Rose?

-Rencores a parte por favor... -dice Klein.

-Capullo... -susurro.

-Procede Rose por favor. -le pide Ray ignorándome completamente.

-Vamos a ir a un sitio esta noche... -le mira sonriendo con complicidad a Klein. -Y hay que pagar sangre por sangre.

-¿Ray? -le pregunto.

-Vete con Rose de compras, lo averiguarás esta noche. -se va al patio.

-¿Tengo que esperar hasta esta noche? -le digo de forma asqueada. Además no quiero ir con Rose.

-¿Tienes aun curiosidad de lo que te dije anoche? -me pregunta riéndose.

-Si. Mucha además. -le digo entrando en el baño.

-¿Nos vamos Jud? -me pregunta Rose.

-Claro Rose... -Ray se ríe. -Claro....

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No me gusta la relación que hay entre Jud y Rose. ¿Qué oculta Ray con Rose?¿Y Jud?¿Tanto miedo hay de que German descubra el secreto de ésta?

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