TREINTA Y UNO


—Quiero que vivas conmigo.

—¿Qué?

—Hablaré con tu madre, ¿Está bien?

 —No Joel... Aún no estamos listos para estar juntos, yo quiero tener un espacio para mí... Por favor, te prometo que volveré sí así lo quieres. —reaccioné.

—Por favor Zaphir... Sé que fui un idiota, pero no te volveré a lastimar... Por favor. —las lágrimas eran atrevidas al salir sin permiso de mis ojos.

—No... —susurré. 

Las lágrimas comenzaron a resbalar por su rostro, ese fue el momento en el que supe que sólo nos estábamos haciendo daño. Lo abracé, comprendiendo su tristeza a la perfección. Su celular comenzó a timbrar, por compromiso el revisó el identificador y luego apagó el celular... Nadie importante, supuse.

—Por favor, Zaphir... 

Suspiré, besé su frente. 

—Volveré casa, quiero estar con Mamá... Te llamaré más tarde.

—¿Qué somos? 

No respondí, ni yo misma sabía en que estábamos... 

—¿Zaphir? —insistió.

—Por ahora no lo sé... —suspiré. 

No quise alargar el momento y me retiré sin siquiera despedirme de los demás.

***

Los días pasaban lentamente, estaba evitando a Joel a toda costa... Al paso de los días los síntomas comunes del embarazo empezaron a hacer acto de presencia... Específicamente cuando Sarah le preparó un té a Mamá y mi estómago sin siquiera probarlo lo desaprobó. Los chicos mantenían una comunicación activa conmigo, se encontraban emocionados con la vida creciendo dentro de mí. 

—¿Tienes hambre? —Preguntó Sasha, llamando mi atención.

—No. —respondí.

—¿Has comido hoy? —preguntó Mamá en su lugar de la cama.

—No. —respondí.

—¿No quieres nada? —preguntó Sarah.

—No. —respondí.

—¿No piensas decir otra cosa que no sea "No"? —preguntó Bryant.

—Hmmm... No. —respondí, todos rieron pero yo en realidad no estaba de humor. 

—Alguien está un poquito hormonal... —murmuró Mamá, la miré pero guardé silencio.

—Mañana iré a la fiesta de cumpleaños de Christopher, no me esperen. —informé.

—¿Sabes que debes tener cuidado con tu embarazo? —preguntó Sarah.

—Por favor, díganme algo que no sepa... Tendré cuidado, además los chicos son muy cuidadosos y Joel estará allí. 

—¿Ya lo perdonaste? —pregunto Mamá.

—Algunas cosas toman más tiempo que otras... —contesté, suspirando. 

Esa fue la señal perfecta para que todos dejaran de darme su atención. No debía estresarme, no debía sentirme mal... Debía mantenerme relajada y con el mejor estado de ánimo... Aunque a veces era imposible. Liberé mi lugar y me dirigí hacía el piano... Lo observé un momento, no había tocado desde aquella vez junto a Joel, hace meses. Toqué algunas teclas sin una melodía exacta... Al final me decidí por tocar "Cometa" de los chicos, quizás era masoquista. 

—Zaphir, no llores. —Sasha me abrazó, no sabía que estaba detrás de mí. —Todo estará bien. 

La abracé descargando toda mi tristeza en su hombro. 

—¿Sa..... Oh... —escuché a Sarah, luego escuché sus pasos acercarse. —Ven Zaphir.

Liberé a Sasha, y fui a los brazos de Sarah. 

—Ve con Mamá, Sasha. 

Sasha obedeció, Sarah me sostuvo en sus brazos.

—¿Quieres hablar? —preguntó. 

—Lo extraño, Sarah... Lo extraño maldita sea, nunca pensé que él... Nunca pensé que él sería capaz de hacer algo así. —dije como pude.

—Tranquila... Entiendo.

—Lo necesito... —admití entre lágrimas. 

—¿Quieres que lo llame? —preguntó, acariciando mi pelo, asentí... —Está bien, está bien. 

Liberé a Sarah para que pudiera cumplir con mi pedido.

***

Me encontraba acostada en mi habitación, no tenía más que un bra deportivo puesto en la parte superior de mi cuerpo cuando Joel entró a mi habitación. 

—¿Muñeca? —saludó, se acercó con los brazos abiertos hacía mí. —Sarah me dijo que me necesitabas, dejé todo en el estudio de la casa y viene para estar contigo... ¿Qué pasa? 

Lo abracé y no respondí a su pregunta, él se acostó a mi lado y colocó una de sus manos en mi vientre.

—¿Cómo están mis hijos? —preguntó, sonriendo.

—Bien... —susurré. —Escucha Joel. —Suspiré. —Yo quiero estar contigo, pero no confío en ti.

—¿Qué puedo hacer para qué confíes es mí? —preguntó. —He eliminado a Caitlyn de mi vida... Si eso es lo que te aleja de mí... 

—Hmmm, Vamos a intentarlo... 

—¿En serio? —preguntó Emocionado. 

—He intentado estar sin ti, he querido no pensar en ti... Pero no puedo, Joel... Te quiero conmigo.

—Yo te amo Zaphir, te amo... —besó mi frente. 

—¿Cómo sabes que me amas? —pregunté, aquella palabra era mucho para mí. 

—Yo daría la vida por ti... Hablando de dar la vida, Mi madre y mi abuela quieren conocerte. —me miró. 

—Es extraño que de tanto tiempo tu conozcas a mi familia y yo no a la tuya... —comenté. 

—Ya es tiempo, ¿te parece hoy?—preguntó. —Así te quedas conmigo esta noche y mañana es lo de Chris. 

—Lo pensaré. —le dije.

—Oh Vamos, Zaphir... Por favor, preciosa... Por favor. —rogó.

—Está bien, está bien... —accedí. 

—Quiero que volvamos a ser nosotros, llenos de amor, alegría, confianza... —susurró triste.

Suspiré. 

—¿A qué hora iremos con tu familia? —pregunté, evitando comentar sobre su deseo.

—Bueno, alístate y vámonos... Le diré a tu madre. —se marchó de la habitación, dejándome sola.

Cumplí con su orden, aunque aún no me sentía totalmente bien al menos me sentía un poco mejor. Me vestí un poco ajustada, de alguna forma quería hacer notar mi poco inflado estómago. 

Para mi sorpresa, llegamos a la casa común de los chicos. Cuando entré me di cuenta que no sabía en donde celebrarían el cumpleaños de Christopher. Solo tuve que adentrarme un poco en la casa para toparte con la Madre y la Abuela de Joel.

—Pero sí ya llegaron, que felicidad... Eres más hermosa en persona querida, moríamos por conocer a la chica que tenía a Joel vuelto loco. —comentó su abuela, dándome un acalorado abrazo. 

—Hola. —respondí bastante tímida, devolviendo el abrazo.

—Que linda. —Comentó su madre. 

—Hola. —la abracé.

—Me puedes decir Paty, suegra, mamá... Como desees tesoro.

A decir verdad, eran super agradables. El lazo familiar se podía sentir con tan solo respirar cerca de ellos. 

—¿Tienes hambre, cariño? —Preguntó mi suegra.

—Tiene dos vidas creciendo en su vientre, ¿Cómo no ha de tener hambre? —respondió la abuela, cómica.

—De hecho, tu hermana me dijo que no has estado comiendo bien... ¿Qué quieres comer? —me preguntó Joel.

—Mmm... —me removí un poco incómoda por la atención.

—Vamos a prepararle un juguito y unas tostadas bien cargaditas para que se llene la pancita. —dijo la Abuela, con un hermoso tono maternal. 

Por instinto acaricié mi vientre, "la pancita".

—¿Ya tienes algunos síntomas, querida? —preguntó Paty.

—Sí, las nauseas hasta ahora. —respondí. 

—¡DÍMELO MAMI! —gritó Zabdiel detrás de mí, asustándome. 

—Por Dios. —reí, abrazándolo. 

—Que bueno es verte por acá, ¿cómo estás? —preguntó, correspondiendo mi abrazo.

—Bien, gracias... ¿y tú?... —pregunté. —Oye, ¿Dónde se hará lo de Chris?  

—En un Club, tranquila que para ti pedimos jugos. —comentó, sonriendo.

—Me cuidan mucho chicos, Dios. —admití apenada.

—Justo con ustedes quería hablar. —comentó Renato entrando a nuestro punto de reunión. —Vengan Joel y Zaphir, por favor... Vamos a mi oficina.

¿Tenía una oficina aquí? En tanto tiempo apenas me acababa de enterar, pero nunca había recorrido completamente la casa. Joel tomó mi mano, nos disculpamos con todos y seguimos a Renato, cuando llegamos a la acogedora oficina, tomamos asiento. 

—¿En qué están ustedes? —preguntó Renato, Joel me miró.

—Nos estamos arreglando.  —comenté luego de un tenso silencio, Joel sonrió.

—Escuchen, ahora serán una familia... Y no hay nada mejor que una familia unida, pero son muy jóvenes... ¿Qué piensan hacer? 

—Compré el apartamento que te mostré, sólo estoy esperando que ella quiera vivir conmigo. —soltó Joel hablando con Renato.

—¿Compraste un apartamento? —pregunté perpleja.

—Sí, cerca de la casa de tu madre... Así nunca estás sola cuando yo no pueda estar contigo. 

—¿Aceptarás, Zaphir? —preguntó Renato.

—No lo sé. —dije.

—Escucha, mi madre vivirá con nosotros, y la tuya si quieres o tu hermana... No sé, lo que tú desees... —dijo Joel.

—¿Tu madre vivirá con Nosotros? —pregunté, perpleja otra vez.

—Sí así lo deseas, sí. 

—No estaría mal, Zaphir... Patricia es una mujer de familia. —comentó Renato.

—¿Pero  y tus hermanos y tu abuela? —pregunté a Joel, recordando que me había comentado una vez como todos vivían juntos.

—Bueno... Viviremos solos, pero pasarás mucho tiempo con Mamá o Abuela. —comentó.

—¿Pretendes que vivamos solos pero para no estar en casa? —pregunté, alzando una ceja.

—Tú sabes de mis compromisos, muñeca... —dijo.

—Chicos, recuerden... Son jóvenes, necesitarán a alguien allí que los guíe por lo menos al principio. —comentó Renato.

—Quiero a mi madre, y eso incluye a mi hermana... Sólo así. 

—¿Te sentirás cómoda así? —preguntó. 

—Por supuesto, pero Mamá no querrá dejar la casa... Joel no lo sé. 

—Mira como lo haremos, será nuestro hogar... Es muy acogedor en realidad, Mamá pasará mucho tiempo con nosotros, y  tu madre igual puede hacerlo... Nos pueden ayudar y enseñar todo bien, acepta Zaphir.

—Habla con Mi Madre, si ella lo permite entonces cuenta conmigo. —finalicé.

—Bien, no tengo que comentarles sobre la privacidad ya que he notado que lo saben manejar... Eso era todo chicos. —Renato liberó su asiento. —Oh cierto, ¿Se casarán? —preguntó.

—Somos menores de edad. —respondí rápido, ¿matrimonio?, ¿qué?... Ok entendía mi estado de embarazo, ya era un lazo eterno... Pero, ¿matrimonio?

Un molesto calor recorrió mi cuerpo, y por un segundo todo dio vueltas a mi alrededor. 

—¿Estás bien? —preguntó Joel, alarmado. 

—¿Zaphir? —continuó Renato.

—Fue solo un mareo... 

—¿Estás segura? 

Iba a responder, pero todo se volvió negro y el molesto calor se convirtió en un tenso frío. 

___________________________________________

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top