TREINTA Y NUEVE

—Bien, ya que está todo listo... ¿Están ustedes listos? —preguntó la Dra. Sin poder contener su emoción.

—¡Sí! —dijimos unísono.

—Bien, a la izquierda tenemos a un saludable niño. —dijo, mostrándonos las imágenes. — y a ustedes les ha tocado ambos sexos ya que a la derecha tienen a una saludable niña. —dijo, emocionada. —señalándonos las imágenes, cuando pude ver bien las guardé junto a todo lo demás.

—Muchísimas Gracias. —agradecí.

—Esto es genial. —dijo Joel.

—¿Te has estado tomando todo correctamente? —preguntó la Dra.

—Sí, Joel me ha estado ayudando bastante con eso. —le dije, noté que mi suegra tenía una gran sonrisa dibujada en su rostro. 

Terminamos de verificar unas cuentas cosas más antes de agradecer una vez más y  marcharnos. Me encargué de informarle a Mamá que sería abuela de un rey y una reina. 

—Mi padre hubiera estado tan orgulloso de ti, mi amor... Tan orgulloso de la chica que elegiste, tan orgulloso de tu madurez. —comentó Patricia, sabía lo mucho que esas palabras significaban para ambos. 

Abracé a mi futuro esposo, en realidad yo también estaba orgullosa de él.

—Estoy tan feliz, Mi abuelo y mi suegro están orgullosos de nosotros desde allá arriba. —comentó. 

Un pequeño nudo se formó en mi garganta con la mención de mi padre refiriéndose a todo lo que estaba ocurriendo.

Respiré con calma para poder disolverlo. 

***

Cuando llegamos a casa, Joel me mostró el nuevo vehículo, estaba brutal.

Cuando subimos casa nos encontramos con Yoandri, sentado en nuestra sala de estar. 

—Yoyo... —murmuré, nunca lo había visto en persona pero si por FaceTime junto a Joel.

—¡YOYO! —exclamó Joel cuando lo vió, ambos corrieron a abrazarse como si no se hubieran visto en siglos. 

—Que sorpresa encontrarte aquí, querido. —le dijo mi hermosa Suegra acercándose a saludar cuando el abrazo entre los chicos se rompió.  

—Estoy libre durante mucho tiempo y lo primero que pensé fue "Tengo que ver a mi hermanito Joel, conocer a su novia, y pasar tiempo con ellos" —dijo. 

—¡Hola! —comentó Mamá saliendo de la Cocina con una bandeja llena de bocadillos. —Me encontré con este agradable jovencito tocando la puerta cuando llegué, se presentó y me explicó que es amigo de Joel entonces lo invité a pasar.

Todos intercambiamos una gran ronda de saludos.

 Yoandri se presentó formalmente ante mí. 

—Sabía que sería tío, pero para cinco meses esa barriga está gigante. —comentó, riendo.

—Había olvidado decirte que son dos, mala mía. —se disculpó Joel, riendo.

—¿En serio? —se sorprendió Yoyo. —Lo siento, no sabía.

—Tranquilo. —le dije.

—¿Y qué son? —preguntó. —Tu suegra me dijo que hoy lo sabrían. 

Mamá volvió a la cocina, Patricia la siguió.

—Niño y Niña, ya podemos pensar los nombres. —dijo Joel, con una gran sonrisa. —¿Dónde te estás quedando? —preguntó.

—En un hotel cerca de la casa de los Chicos. —comentó.

Me disculpé y fui a la habitación, quería darle espacio a Joel y Yoyo para que se pusieran al día. También quería descansar. 

Me acosté, tomando el control remoto de la TV. Acaricié mi vientre, sentía a mi niño moverse a la izquierda, pero mi niña en la derecha parecía estar dormida.

Mi celular empezó a timbrar como loco, gracias al Cielo lo tenía a mi lado por que de lo contrario no me pararía.

—¿Hola? 

—¿¡YA SABES QUE SON!? —gritó Andreina del otro lado de la línea, causándome una carcajada. 

—Que bueno que llamaste, solamente le escribí a Mamá para decirle que será abuela de un niño y una niña. —dije, soplandole la noticia. 

—¿En serio? —preguntó en Shock.

—Sí, y sé en cual lado de mi vientre está cada uno. —le informé con una gran sonrisa en mi rostro acariciando mi vientre.

—¡Ay! —chilló. —Que felicidad, iré en un rato a tu casa... Acompañaré a Richard a hacer algo. 

—Ajá. —dije con picardía. —Acompañaras a Richard a hacer algo... —reí. —Sean buenos y tráiganme una ensalada de frutas, quiero ensalada de frutas. 

—Trato hecho, ¿sólo eso? —preguntó. 

—Sí, gracias... Los espero aquí, dile al Monkey que Yoyo está aquí. 

—Está bien, nos vemos nena. —cerré.

Fui a la cocina, Mamá y Patricia estaban decorando unos pasteles. Reí al ver el motivo de las decoraciones. Uno lleno de puntos azules y otro puntos rosados. 

—¿En serio? —dije, riendo. —Se ven deliciosos, por cierto. 

—Gracias, tesoro. —dijo Mamá.

—Yoandri y Joel están viendo La Jeepeta. —me informó Patricia.

—Está bien, Gracias. —le agradecí por haberme informado aquello. 

—¿No quieres comer nada ahora? —preguntó mi hermosa suegra.

—No gracias, está bien. —me disculpé. —Richard y Andreina me traerán algo. 

—¿Cómo vas con los malestares? —preguntó Mamá.

—Me siento bien por ahora, y espero poder comerme lo que me traerán. —reí. —A veces quiero algo y cuando lo tengo a la reinita y el reicito les da por hacerme vomitarlo todo.  —ambas rieron. 

—Patricia y yo planeamos que al terminar de hacer esto iríamos de compras. —informó Mamá, por su expresión, sabía que esas compras eran compras de abuelas.

—¿No te gustaría hacer un BabyShower en unos meses? —preguntó mi suegra.

—Mmm, No. —admití. —Me pone un poco nerviosa estar entre tantas personas.

—Entiendo, entonces está bien, cariño.

Tomé un vaso de agua y admiré por última vez el trabajo de mi madre y mi suegra antes de ir en busca de mi futuro esposo y mi cuñado, para cuando llegué a ellos Yoandri sonrió ampliamente mirando mi vientre.

—Papá Joel, Mamá Zaphir. —contempló, reí.

—¿Dónde está Papá Joel? —pregunté.

—Aquí, muñeca. —dijo, saliendo de una lado del vehículo. —¿Pasó algo?

—Me aburrí. —comenté, alzando los hombros causándole gracia a los chicos. 

—Mi hermosa aburricionada chica. —dijo Joel, abrazándome. 

Exploté en una carcajada, "aburricionada chica". Yoandri igual reía junto a mí. 

—Planeemos algo para navidad, ¿sí? —tomó iniciativa mi novio.

—¿Cómo qué? —pregunté.

—Un intercambio de regalos, algo así. —continuó.

—Yo creo que deberíamos subir, tengo frío. —dijo Yoyo.

Apoyé su petición y todos subimos, justo cuando Mamá y Patricia se iban de compras.

Me senté en la Sala de estar, Joel encendió la calefacción, y Yoyo la música. 

—¿Cantas? —me preguntó Yoyo.

—No. 

—Pero que mentirosa, sí canta. —dijo Joel.

—Pero que atrevido, no canto, pero según él, sí canto. —aclaré.

—A ver, canta algo, chica aburricionada. —reí por aquel apodo. 

—¿Qué canto? —pregunté. 

—Canta conmigo. 

Yoandri empezó a cantar el coro de Quisiera, Joel le siguió la corriente y al final los acompañé hasta que finalizamos esa pequeña estrofa.

—Cantas muy lindo. —comentó Yoandri.

—Gracias. 

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