DOS

Mi celular no paraba de sonar en algún lugar de mi habitación, eran las Doce de la noche y estaba casi totalmente segura de que se trataba de Zabdiel. 

—¿Hola? —pregunté cuando finalmente encontré el celular. 

—¡Hola Zaphir! —sonó del otro lado, Zabdiel. 

—Lo siento por tardar en responder... No encontraba el celular. —Me expliqué.

—Tranquila, tampoco son horas para estar llamando pero dije que te llamaría hoy y soy un hombre de palabra. —rió orgulloso. 

—Ya veo. —sonreí aunque no pudiera verme.

—Sí, oye... —hizo una pausa. —Me gustaría poder volver a verte.

—Hmmm

—¿Podemos vernos mañana? Te juro que no soy un violador. —reí ante su comentario, pero lo cierto es que él y Christopher en el pequeño momento que compartimos me dieron un aire de confianza.

—Claro, confío en ti. —nuevamente reí. 

—¡Eso! —exclamó entre risas. —Nos podemos encontrar en... ¿Sabes dónde queda el Parque "Paraíso Azul"? —Guardé silencio un momento pensando en donde había escuchado ese nombre. 

—¡SÍ! —dije de repente. — ¿Ahí nos encontraremos? 

—Si estás de acuerdo entonces sí, vivo cerca con mis amigos. —informó. —Estaré en la entrada en eso de las Cuatro en la tarde... ¿Está bien? 

—Está bien. —acepté, sin querer se me escapó un bostezo. —Lo siento.

—No te disculpes. —Contestó con gracia. —Te dejo descansar Zaphir... Ya es tarde. —estuve de acuerdo aunque no dije nada. —Nos vemos mañana, descansa. 

—Gracias, Igual. —otro bostezo salió sin permiso de mi boca. —Buenas Noches. —reí y cerré.


No sé en que momento caí dormida, los pasos fuera de mi habitación me despertaron. Antes de salir a ver que estaba ocurriendo me aseguré de asearme.
Justo cuando estuve presentable al mundo decidí ver que ocurría en casa. La voz de Sasha en algún lado de la casa me hacía cuestionarme aún más que estaba pasando, ella no solía chillar tanto. Bajé las escaleras y me dirigí a la cocina... Tampoco investigaría con el estómago vacío. 

—¡Buenas tardes! —Gritó alguien detrás de mí, asustándome. Me di la vuelta y vi a Bryant sonriendo. 

—Ya entiendo todo. —lo saludé con un gesto de la mano. —El alboroto es porque ya llegaron, ¿No? 

—¿Te despertamos? —preguntó alarmado. Tomé un baso vacío y vertí agua en el. 

—Sí, pero está bien... ¿Qué hora es? —Tomé el agua con calma.

—Las una de la tarde. —se acercó un poco más. —Tu hermana y el bebé están en la habitación de huéspedes. Está muy linda la decoración que nos hicieron, gracias. —¿Qué decoración? ¿Mamá decoró la habitación de huéspedes para Sarah, Bryant y Ryan? Wtf... ¿En qué momento ocurrió eso? Observé en silencio el ahora vacío baso en mis manos. —Lo que más me gustó fue la cuna. —continuó hablando. 

—Sí, se la pueden llevar si quieren. 

—La dejaremos para cuando vengamos a visitar o cuando les traigamos a Ryan. —sonreí... "Ryan" finalmente había nacido, y como por arte de magia se escuchó el agudo llanto del recién nacido. —¡Despertó! ¡Despertó! —tomó mi mano dirigiéndome detrás de el al lugar de donde provenían los pequeños quejidos del bebé. Parecía un niño pequeño detrás corriendo en busca de algo super emocionante.

***

Finalmente había podido salir de la habitación de huéspedes, no faltaba mucho para las Cuatro. Mamá no tenía problemas con que me reuniera con Zabdiel, aunque no sabía que saldría exactamente a reunirme con Zabdiel. Tomé mi celular, algo de dinero y las llaves del auto. Una vez en el auto salí a una velocidad casi prudente al lugar de encuentro, no quería quedar como impuntual. 

Paraíso Azul realmente no estaba tan lejos de casa, no tardaría en llegar. Encendí la radio y estaba sonando el himno de Sasha... "Porque tú me miras y yo, siento lo mismo que tú. Cuando te miro siento que me estoy enamorando"  la canción era agradable, contagiosa, incluso bonita... Lo que me irritaba era las veces que tenía que escucharla gracias a Sasha.

De ti me estoy enamorando, no se que está pasando... —Canté junto a la voz en la radio. Si Sasha estuviera escuchándome enloquecería. 

Estacioné el auto en un lugar seguro cerca del entrada del lujoso parque Paraíso Azul, vi a Zabdiel no muy lejos de la entrada conversando con un chico un poco más bajo que el, de pelo oscuro y piel bronceada. Al parecer se conocían. Bajé del auto dejando todo asegurado, entré las llaves en mi bolsillo como pude y me acerqué a paso lento a Zabdiel y Chico nuevo. Zabdiel no tardó en notarme y acercarse a mí seguido de Chico nuevo.

—¡Zaphir! —me recibió con un caluroso abrazo que no dudé en devolver, luego cedió el paso a Chico nuevo que se acercó a besar mi mejilla cordialmente seguido de un "Hola".  —Te presento a Richard.

—Soy Zaphir. —dije mirando a Richard.

—Sí, ya nos hablaron mucho de ti. —dijo aún sonriente. ¿Todos los amigos de Zabdiel eran así de agradables a primera vista? —Espero que no te importe, en casa estamos jugando Xbox y bueno... Nos encantaría que vinieras. 

—Hmmm... —miré a Zabdiel un poco incómoda. 

—Prometo que no te pasará nada. —dijo Zabdiel, quizás lo acababa de conocer pero el chico me brindaba toda la seguridad del mundo... Como un hermano mayor o algo parecido.

Accedí con un poco más de confianza, llegamos a una gran casa —no muy lejos—, me sorprendí un poco, ¿Realmente vivían ahí? No es que fuera imposible pero... ¿Vivían como una hermandad o sus padres eran realmente adinerados y los dejaban vivir juntos? ¿Qué edad tenían? ¿Cuántos amigos me faltaban por conocer? ¿En qué me metí? Oh Dios.

—Siéntete como en casa. —dijo Zabdiel abriendo la puerta para mí, entré seguida de Richard. Lo primero que noté fue fotos de cinco chicos en casi todas las paredes, algunas de los cinco juntos y otras de los mismos chicos pero por separados. Normalmente combinados en la vestimenta, reconocí el rostro de Christopher en casi todas las fotos. —Los dos que aún no conoces son Joel y Erick, deben estar aquí en algún lado. 

—¡DÍMELO PAPI! —Zabdiel empezó a reír y volteé a ver quien había gritado eso. Sonreí al ver a Christopher venir hacía nosotros. 

—¿No quieres nada de tomar? —ofreció Richard, asentí tímida.

—Agua, por favor. —pedí y el desapareció en busca del agua, supongo. Christopher finalmente estuvo cerca de mí y me abrazó cariñosamente.

—Es bueno volverte a ver. —dijo Christopher Besando mi mejilla. 

—Lo mismo digo. —dije aún tímida. 

—¿Aún están jugando? —preguntó Zabdiel, Christopher asintió y de la nada Richard apareció con una botella de agua para mí.

—Gracias. —le sonreí. 

—Déjame abrirla para ti. —ofreció el agradable moreno. Tomó la botella de mi mano y la destapó, luego me la volvió a entregar junto a la tapa con cuidado. 

Los tres me dieron un pequeño recorrido por la enorme casa, había muchas fotos de ellos pero dejé de prestarle atención a las fotos e intenté concentrarme en lo que decían. Por lo que pude notar todos eran de lugares diferentes, aún no tenía claro porque vivían juntos y eso solamente logró introducir más duda en mí.

Nos estábamos acercando a la zona en donde al parecer estaban todos jugando, gracias a Dios que soy buena recordando nombres... De lo contrario estaría perdida. Christopher entró primero a lo que supongo era un salón de juegos, entré detrás de él seguida por Richard y Zabdiel. 

—Les presento a Zaphir. —los únicos Dos chicos allí se pararon y juro que casi corrieron a saludarme, reí ante aquel inocente acto. 

—Hola. —susurré otra vez tímida. 

—¡Hola! Mi nombre es Erick. —Erick besó mi mejilla, y me abrazó con cuidado. —Es un placer  conocerte. 

—Me toca. —dijo el otro chico dándole un juguetón empujón a Erick. —Yo soy Joel, es bueno conocerte. Zabdiel y Christopher no cerraban la boca sobre una chica que conocieron. 

—Creo que esa chica... soy yo. —reí junto a ellos. 

—Y ya que Zaphir nos conoce a todos... ¡A JUGAR! —exclamó Christopher emocionado. 

Erick me tomó de la cintura guiándome hacia un cómodo sofá, apreté un poco la botella en mi mano. Joel se tiró a mi lado mientras que Erick estaba a mi otro lado. Richard prefirió recostarse en el suelo a revisar su celular, y Chris y Zabdiel programaban la consola para una nueva partida.

—¿Vas a jugar? —preguntó Erick hacía mí.

—No, no sé jugar. —murmuré.

—Te enseñaré, Toma. —Joel retiró la botella de mi mano y me pasó uno de los controles de la consola. Chris y Zabdiel tomaron asiento en otro sofá. —¡Esperen! Quiero que ella juegue, tenemos que mostrarle como hacerlo. 

Los chicos estuvieron de acuerdo con Joel, Joel me mostró los objetivos del juego. Aunque no tenía idea del nombre del juego intenté hacer lo mejor para ganarles, la pantalla estaba divida en cuatro cuadros, Joel y yo contra Zabdiel y Erick. Joel de ves en cuando tomaba mi mano y me ayudaba a ganar puntos matando el personaje de Zabdiel o Erick, y aunque la ayuda fue bastante buena y divertida... fueron más mis perdidas que ganancias. 

Luego de varias partidas —siendo la peor jugadora y la única novata— le pasé el control a Christopher para que el continuara jugando, el lo aceptó con una gran sonrisa, Richard empezó a tararear la canción que —gracias a Sasha— conocía a la perfección. Así que a el también le gustaba... Genial. 


—¿Eres de aquí? —preguntó Erick a mi lado. 

—Sí, ¿y tú? 

—De Cuba. 

—¿Y los demás? —creo que hablé muy alto ya que todos empezaron a responder casi sincronizados.

—República Dominicana. —dijo Richard.

—Puerto Rico. —sonrió Zabdiel.

—México. —dijo Joel.

—Y yo de Ecuador. —anunció por último Chris.

Wow, en serio eran de lugares muy distintos. Quería preguntarles como se conocieron, si realmente vivían juntos, pero la parte tímida en mí no me permitía hacerlo. 

—¿Sales con alguien? 

Aquello me sacó de mis pensamientos.

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HOOOOOOOOLAAAAAAAAAAA, espero hayan disfrutado el capítulo! (La verdad lo encontré un poco aburrido, pero tranquilas... es sólo el inicio)
Que chica esta que no sabe quienes son CNCO 😱

¿QUÉ LES PARECIÓ? 

Encuestas #CNCOwners

-@EncuestasCNCO


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