Cenamos tranquilamente y luego nos acostamos a ver TV, poco a poco el sueño le fue ganando a mi sistema aunque luché por no quedar dormida y esperar a que pudieran regresarme a casa. Pero en aquella lucha el sueño fue más fuerte, no supe en que momento todo se volvió oscuro y cómodo, solo supe que pasó.

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—Zaphir, mi amor... —escuché a la distancia mientras sentía que todo a mi alrededor se movía.

—Loco creo que deberías dejarla dormir. —aquel acento, Erick.

—¿Mamá? —balbucee entre sueños, una parte de mí estaba consiente pero la otra parte... La gran mayoría estaba dormida.

—Muñeca... Soy yo Joel... Despierta Bebé. —me abracé al cuerpo que me estaba moviendo, probablemente Joel.

—Loco, es tarde mejor déjala descansar. —siguió Erick.

—Sabes... Está bien. —finalmente cedió Joel.

—Iré a dormir con Zabdi, ustedes descansen. 

***

Joel descansaba a mi lado, eran al rededor de las tres de la tarde... Tenía cientos de llamadas perdidas de Mamá, también Thomas... Incluso Wendy, pero me tranquilicé cuando entre los mensajes que me habían mandado Leí uno de Mamá que decía "Joel ya me explicó tranquila" y luego uno de Thomas "Tu madre me llamó, tienes el día libre, descansa y espero que la hayas pasado bien" 

Joel aún estaba dormido, me desperté un poco temprano en comparación con lo demás chicos. Me encontraba desayunando junto a Richard y Erick, Christopher aún dormía y Zabdiel estaba haciendo algo con Renato.

—¿Dormiste bien? —preguntó Erick.

—Excelente en realidad, ¿y ustedes? 

—Yo bien, Erick siempre duerme bien. —dijo Richard.

—Lo siento Erick. —me disculpé.

—¿Qué? ¿Por qué? —preguntó, totalmente confundido.

—Me quedé dormida en tu lugar... Lo siento en serio. 

—Tranquila, dormí bien con Zabdiel y supongo que ustedes durmieron muy bien. —me miró con gracia, su tono de voz me hizo sonrojar ya que lo dijo juguetonamente pervertido, causando que Richard riera. 

—Eh... Sí —respondí sonrojada.

Unas cálidas manos taparon los ojos, me sobresalté pegando un pequeño grito, causándole gracia a Richard y Erick. 

—¿Quién es? ¿Quién es? —Preguntó Richard emocionado.

—Una pista... Dormir. —¿Dormir? Buena pista Erick.

—¿Joel? —las manos liberaron mis ojos y me volteé a ver de quien se trataba.

—Sí, yo. —sonrió, dándome un beso en los labios y sentándose a mi lado. 

Los chicos pidieron más para desayunar en lo que Joel pedía su primer plato, y yo terminaba con mi jugo. El celular de Joel empezó a timbrar, el me lo pasó para responder por él pero al momento que fui a contestar la persona había cerrado, leí el nombre "Caitlyn"... Miré a Joel mostrandole el nombre pero él sólo asintió. La misma chica le envió un mensaje.

Caitlyn >> Estabas hermoso anoche x

Mi corazón se estrujó, pero no dije nada sólo le pasé el celular a Joel... Zaphir ni siquiera sabes quien es para estar tan celosa. El sonrió ampliamente al leer el mensaje, pidió disculpas y se retiró de la mesa para hacer una llamada... A la misma chica supongo. 

—¿Saben quién es Caitlyn? —le pregunté a Richard y Erick.

—Oh Sí, es una amiga de Joel. —respondió Richard como si no fuera nada.

—¿Sí? —pregunté esta vez consumida en celos.

—Estás celosa, tranquila. —aportó Erick. 

—Está bien. —respondí un poco más cortante de la cuenta. —Chicos, lo siento... Tengo... Llamaré a Mamá, dejé mi celular en la habitación... Ahora vengo. 

Me retiré, en realidad no soportaba estar ahí muriendo de celos... La experiencia pasada simplemente no me dejaba estar tranquila. Llegué a la habitación y pude sentir las lágrimas corriendo en mi rostro. 

FLASHBACK

—¿Quién es ella? —pregunté, señalando a la chica que hace tan sólo unos segundo el abrazó más que cariñosamente.

—Una amiga. —respondió como si nada.

—Okay.

Algunas semanas más tarde

—¿Ya escuchaste lo que tu querido hizo Damián? —preguntó Cheryl sentándose a mi lado.

—No, ¿Qué pasó? 

—Está saliendo con una chica... Y la besó delante de todos. 

—¿Qué? —podía sentir mi corazón partiéndose en un millón de piezas. 

—Sí, una alta, de pelo negro... —la interrumpí.

—¿Con una perforación en la nariz? —pregunté, recordando a la chica que había visto unas cuantas semanas atrás, aquella del extraño abrazo, aquella de los mensajes, aquella de las llamadas... Aquella chica.

—Sí, esa misma. —Suspiró.

—¡Hola conejitas! —escuché detrás, sabía que era él pero no pude hacer mucho, cuando estuvo frente a mí su rostro cambió. —¿Por qué lloras?  —preguntó, escuché a Cheryl retirarse.

—Déjame sola Damián. 

—Zaphir, pero eres mi bebe... ¿No?

—¿¡Porqué lo hiciste!? —pregunté alterada. —¿Nunca puedes decirme la verdad? 

—Eso sólo fue por un momento, yo te quiero a ti. —me atrajo a su cuerpo, abrazándome. —No llores. —limpió mis lágrimas con el pulgar. 

—¿Por qué siempre me lo ocultas Damián? —me hizo caminar hasta un lugar más apartado, pues todos tenían la mirada en nosotros. —No es justo. —Dije, entre lágrimas.

—Perdón... —no dijo más, y me apretó entre sus brazos... En silencio, y yo ya no tenía fuerzas para continuar hablando. 

ACTUALMENTE

—¿Hola? —respondí a mi celular, era una llamada de Wendy.

—¡Por fin! —exclamó, del otro lado de la línea. —¿Cómo estás? Thomas dijo que tendrías el día libre, ¿estás bien?

—Sí, estoy bien... Gracias por preocuparte. —dije. —¿Tú estás bien? 

—Sí, muy bien en realidad... Aunque haces falta aquí.

—Iré mañana, no se preocupen.

—Vi algunas fotos tuyas, ¿Estuviste en la fiesta de lanzamiento de Primera Cita? —preguntó, entendía su emoción ya que ella era fan de los chicos.

—Sí, estuvo todo genial. —respondí, pero en realidad no tenía ganas de hablar, las lágrimas aún caían por mi rostro.

—¿En serio estás bien? —cuestionó, tomando un tono serio. —Suenas enferma o como si estuvieras llorando.

—Es que me dormí tarde y no he descansando bien... —mentí. —Hmm... Me tengo que ir, más tarde te llamo o te escribo, ¿sí? 

—Está bien, cuídate mucho y por favor descansa así te sientes bien.

—Gracias Wendy. —cerré.

Me senté en el borde de la cama, dejando mi celular a un lado, apoye mis brazos en mis piernas y escondí mi rostro en mis manos. La puerta de la habitación se abrió, y escuche pasos acercarse a mí.

—¿Que pasó, muñeca? —preguntó. 

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Disculpen muchísimo la tardanza, las amooo xx