VII
–¡Al ataque!– Gritó Silver volando más rápido.
–¿Tan pronto?– Preguntaron los demás sorprendidos.
–Ese impostor besará a Crystal.– Explicó Silver algo desesperado.– ¡Honchkrow pulso umbrío!
–¡Ya saben qué hacer!– Apoyó Blue.
Siguiendo las indicaciones de Silver y Blue, todos atacaron. En primer lugar, el ataque de Silver hizo que Gold y Crystal se separaran. Luego, Silver agarró a Crystal y la alejó, mientras que los demás se dedicaron a atacar a Gold. Togetaro hacía todo lo posible para esquivad todos los ataques, y Gold se sujetaba con fuerzas.
–Su Togekiss esquiva todos los ataques.– Señaló Emerald.
–No llegamos a nada así.– Añadió Pearl pensando en qué hacer.
–Ataquemos todos al mismo tiempo en distintas direcciones.– Sugirió Sapphire.– De seguro alguno le da.
–Bien, a la cuenta de tres.– Asintió Green.– 1...2...¡3!
Dicho y hecho, los ataques fueron enviados en distintas direcciones, y fue el hiperrayo de Aero, el Pokémon de Red que le dio a Gold. Con el impacto, el supuesto impostor empezó a caer. Por la gran altura, quedó inconsciente, y fue atrapado por Blue. A su lado estaba Yellow, quién le pidió a Kitty usar disparo demora, y así llevarlo para luego cuestionarlo.
–¿¡Qué hacen!?– Exclamó Crystal liberándose del agarre de Silver.
–Te salvamos de ese tipo.– Respondió Silver.
–¿Qué? ¿Por qué?– Preguntó Crystal molesta.– ¡El es Gold, el verdadero!
–¿Y hasta ahora lo dices?– Preguntó Silver irónico ya que pudieron haberse ahorrado la lluvia de ataques.
Fueron a un lugar tranquilo a hablar, exactamente al gimnasio de Green ubicado en ciudad Verde. Como algunos no estaban seguros de la identidad del sujeto, lo dejaron aparte, mientras los demás se sentaron a escuchar las explicaciones de Crystal, aunque eran las chicas las que estaban interesadas. Los chicos, más bien estaban moviendo con pequeñas ramas a Gold para que despertara.
–¿Dices qué en verdad es Gold?– Preguntó Yellow.
–Si.– Asintió Crystal.
–Pero Chris, su actitud es totalmente opuesta a Gold.– Reprochó Blue.
–Pero es el mismo chico que antes de salvarlo era un pervertido.– Respondió Crystal.– Y me dio explicaciones.
–¿Es decir qué ahora lo atacamos para nada?– Preguntó Sapphire.
–Creo que sí, solo espero que esté bien.– Respondió Crystal viéndolo de reojo.
–Puede que así vuelva a la normalidad.– Indicó Platinum tras un análisis en su cabeza.
–¿Quieres que eso pase Chris?– Preguntó Sapphire.– Yo encuentro que es muy adorable de esta nueva manera.
–Al principio, aunque me perturbaba un poco, estaba muy feliz con su cambio, pero ahora...– Respondió Crystal.– Extraño su verdadera esencia.
–¿Esa que te gusta?– Preguntó Blue alzando las cejas.
–Sí.– Asintió Crystal sonrojándose.
–¡Chicas!- Exclamó Red corriendo hacia ellas.– ¡Está despertando!
Las chicas fueron a ver a Gold. Este estaba atrapado en seda y amarrado en una silla. Poco a poco abría los ojos y empezó a mirar a su alrededor. Comenzó por reconocer los rostros que estaban acosándolo y luego expandió su visión hasta la sala, que no lograba reconocer. Por último, miró su cuerpo atado.
–¿Se puede saber por qué estoy así?– Preguntó Gold molesto.– El que hace las bromas aquí soy yo.
–¡Volviste!– Exclamó Crystal abrazándolo.
–No me digas que fuiste a buscarme al monte Plateado.– Mencionó Gold.– Eres peor que mi mamá, chica seria.
–Sip, definitivamente volvió.– Sonrió Yellow.
–¿Me pueden dejar a solas con él?– Preguntó Crystal tapándole los oídos a Gold.
–¿Por qué?– Preguntó Red confundido.
–Tú podrías tener un pequeño cambio Red, no te haría mal.– Suspiró Blue arrastrándolo hacia fuera.
–¿Por qué todos se fueron?– Preguntó Gold.– Si que eres aguafiesta.
–¿Gold, no recuerdas nada?- Preguntó Crystal.
–¿De qué?– Preguntó Gold con una mirada de confusión pura.
–De lo que pasó luego del accidente en el monte...– Respondió Crystal.
–¿Accidente?– Preguntó Gold intentando hacer memoria.
–¿Y no recuerdas haber confesado tus sentimientos... Hacia mí?– Preguntó Crystal nerviosa sin hacer contacto visual.
–¡JAJAJA!– Gold estalló en una enorme carcajada.– Tendría que ser otra persona para que tu me gustases.
–Pero Gold, tu...– Crystal empezó a dudar.
–Lo siento Chris, pero tu no eres lo suficientemente genial para mí.– Alardeó Gold con una lágrima de tanto reír.
Crystal se sumergió en sus pensamientos. ¿Y si realmente había sido un impostor? ¿O quizá todo era un sueño? Se pellizcó y solo sintió un leve dolor. No entendía nada, estaba en medio de una incertidumbre que se apoderaba cada vez más de su mente. Todas las posibilidades le estaban costando un dolor de cabeza, pero un grito la liberó de su mente.
–¡CRYSTAL!– Gritó Gold con un aire enojado.
–¿Eh? ¿Ah? ¿Qué pasa?– Preguntó Crystal mirando a Gold confusa.
–Por enésima vez, ¿Puedes sacarme esto?– Preguntó Gold.
–¿Por qué tendría que hacerlo?– Preguntó Crystal empezando a jugar.
–Porque mi sexy cuerpo no se luce con esta seda cubriéndolo.– Respondió Gold con ego.
–Con una condición.– Indicó Crystal.
–¿Cuál?– Preguntó Gold no muy conforme.
–No vuelvas a ir solo al monte Plateado.– Respondió Crystal cruzándose de brazos.
–Bien.– Aceptó Gold y Crystal comenzó a desatarlo.– Entonces tú tendrás que ir conmigo.
–¿Por qué yo y no Silver o Red?– Preguntó Crystal sonrojándose.
–Mañana te diré.– Respondió Gold estirándose.
Ambos salieron a reunirse con los demás. Algunos estaban felices por el 'regreo' de Gold, otros neutros. Crystal era parte de los felices, pero la incertidumbre seguía rondando en su cabeza, y se le sumaba otra cosa. ¿Cuál sería la razón de lo último dicho? Conociendo a Gold, sería algo por el estilo de: 'Para que al fin tengas alguna aventura en tu vida', o 'No desaproveches una oportunidad así de estar con un chico super fuerte'.
Pero, no lograría saberlo hasta el día siguiente...
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