Cap 1
Esta es mi historia, supongo.
Mi nombre es Giselle, soy Española de nacimiento pero mude a Los Angeles al cumplir 14.
Y, esta dramatica historia comienza cuando en un torpe intento de encontrar a mi hermano, volvi a mi tierra.. Volví sin dinero, sin hogar, sin dirección para dirigirme.
Así, perdida, me acomode en un monotono empleo dentro de una dulcería. No era nada demasiado interesante, pero debía pagar las facturas mientras aparecía el muchacho que buscaba.
La tienda era en su mayoría solitaria, más aun los lunes por la mañana... Menos.. Menos aquel lunes en particular. Donde las puertas se abrieron de par en par, haciendome brincar de mi puesto y correr entonces a recibir a lo que imaginaba era un grupo de alborotados niños, pero topandome en su lugar con un trio de adultos torpes que se empujaban para pasar por la pequeña entrada.
En ese momento mi primera reacción fue reír al ver a dichos chicos, me levante tratando de disimular mi caida pero lo siguiente fue darme cuenta quienes eran en realidad.
Todavía no tuve el tiempo suficiente de reaccionar cuando el primero hablo, palabras a las que realmente no preste atención , afortunadamente ellos vieron mi expresión de desconcierto y levantaron un poco más la voz.
Oye.. Oye! Te encuentras bien? Te lastimaste...?- Pregunto el más alto de ellos, mirandome algo preocupado pero sin dejar de sonreir- Nos.. Das una bolsa de caramelos?
Zarcort señalo los caramelos y enseguida se giro a decirle algo a Juan, quien se sonrojo de inmediato.
Oye... Me puedes decir tu nombre?- Pregunto sin más el tercero en cuanto pago la pequeña bolsa
Giselle....- Susurre algo nerviosa. Aún no estaba lista para ver a mi hermano- Supongo que yo si los conozco....
Conoces tambien a Cyclo? -Hablo ahora Pedro, logrando que me sonrojara al oir su voz de nuevo
Supongo que si , como a todos ustedes.- Respondi sin aparente importancia y tratando de que tomaran la pequeña bolsa de dulces
Para ya de actuar como si no nos conocieras Belle.. - Dijo Zarcort y me tomo de la mano, haciendo que saliera del mostrador y jalandome a la salida de la tienda
No somos extraños pero... No quiero verlo aún... No lo veo hace años...- Supire bajando la mirada algo nerviosa.
El te extraña- Remarco Piter, y hecho a correr conmigo tomandome de la muñeca obligandome a seguirle el paso.
Al deternerse Piter supuse que habiamos llegado y cuando abrieron la puerta para dejarme pasar pude observar la casa más preciosa que había visto en mi vida.
Definitivamente no sabía en que me estaba metiendo
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