Capítulo 4

Era un nuevo día, el Uzumaki estaba despertando por el sonido de su alarma y estira los brazos, para luego ver su tobillo enyesado.

Kenichi: Así que de bajas. – da un suspiro y procede a levantarse con cuidado, el dolor era muy fuerte. – Demonios, no me imaginé que una torcedura como esta sea tan dolorosa.

Ahora vamos con Louise, ella despertó unos minutos después y una vez terminó de arreglar su cama, ella se asoma al balcón pero sólo vio una cama vacía.

Louise: Oh rayos, despertó antes. – procede a asearse lo más rápido posible.

Volviendo con el Uzumaki, había terminado de lavarse y se puso otra ropa.

Kenichi: Ok, será algo complicado hacer la limpieza con un tobillo dañado, pero primero, tengo que hacer mi desayuno. – justo cuando llegó a la cocina.

Louise abre la puerta, pero disimula su expresión.

Louise: Ya llegué... - dijo calmada mientras dejaba sus zapatos en la entrada pero al ver al Uzumaki de pie y en la cocina se altera. - ¿Qué estás haciendo?

Kenichi: Oh, buenos días Louise, pues estaba a punto de hacer mi desayuno.

Louise: No, tú ve a sentarte, yo haré el desayuno.

Kenichi: Pero...

Louise: Nada de peros, debes estar en reposo. – dijo señalándolo.

Kenichi: *Suspirando* Está bien. – respondió desanimado, pero Louise sólo se acerca y lo toma de la mejilla.

Louise: Sé que eres fuerte y lo demostraste cuando me protegiste, pero debes estar descansando la mayor parte del tiempo, así te recuperarás lo más pronto posible. – Él sólo esboza una sonrisa.

Kenichi: Gracias por preocuparte por mí.

Louise: Tú me protegiste y estuviste a mi lado, yo también haré lo mismo. / Además que no quiero que te lastimes mi Kenichi. – se acomoda las mangas de su camisa y se pone a hacerle un buen desayuno a su novio.

Kenichi: Aunque lamento que tuvieras que venir, estoy seguro que te habrá tomado tiempo en venir.

Louise: Jejeje, si supieras que estoy más cerca de lo que crees. – pero por estar distraída termina cortándose. - ¡Ah!

Kenichi: ¡Louise! – ella se toma el dedo por lo que el Uzumaki se levanta y se va a sacar el kit de primeros auxilios.

Louise: Espera. – pero el su novio hizo caso omiso y saca el kit para luego acercarse a ella.

Kenichi: Debes tener mucho cuidado. – termina de limpiar la herida y le coloca una bandita, haciendo que ella quede sonrojada. – Listo, ¿Qué tal si te ayudo en algunas cosas? Además que no quiero quedarme sin hacer nada?

Louise: S-Supongo que no hay de otra. – desvía la mirada avergonzada y proceden a hacer el desayuno, ella parecía estar calmada pero por dentro estaba saltando de alegría.

Ambos proceden a comer con tranquilidad y conversaban de cosas simples, alegrándose un rato, hasta que el Uzumaki nota la hora.

Kenichi: Será mejor que vayas a la academia, se te hará tarde y recuerda que eres parte del consejo estudiantil, eso quedaría mal. – Louise hace un puchero pero no tenía de otra.

Louise: Es verdad, además que debo llevarte los apuntes, por lo que debo irme. – toma su maletín pero antes de salir le da un beso a su novio. – No hagas cosas arriesgadas.

Kenichi: Vale vale, no haré nada imprudente. – ella le da una sonrisa y procede a salir de la casa.

Ella salía con una sonrisa mientras miraba su dedo curado y tarareaba mientras se dirigía a la academia, topándose con Takao y Himari en el camino.

Himari: Buenos días Louise-san.

Louise: Buenos días Himari-san.

Takao: ¿Qué te pasó en el dedo?

Louise: Oh, es que al estar haciendo el desayuno de Kenichi me distraje y me terminé cortando.

Himari: Debes tener más cuidado. – la peli rosa asiente.

Takao: ¿Y cómo está el?

Louise: Él está bien, espero que no tome ninguna acción arriesgada.

Takao: Lo mismo digo, él es algo terco. – Louise sólo se preocupa un poco. – No te preocupes, hasta él conoce sus límites.

Louise: Eso me alivia un poco.

Himari: Será mejor ir antes de que suene la campana. – ambos asienten y proceden a continuar.

La clase seguía de forma estándar, además que comunicaron la ausencia de Kenichi. Ya durante la hora del almuerzo, Louise estaba en el comedor, no estaba tan animada ya que no estaba él para que pudieran intercambiar alimentos o darle de comer hasta que escucha una discusión.

¿Por qué no me dijeron nada de su baja? – eso hizo que la peli rosa dejara de comer.

Satoshi: ¿En serio mereces que te diga lo que le pasó Rei?

Rei: ¡Él es mi novio!

Satoshi: Corrección, es tu exnovio, no nos tomes como tontos después de lo que le hiciste y si me disculpas, me voy. – le da la espalda y se va, pero esa discusión le había llamado la atención a la peli rosa.

Louise: ¿Quién será ella? – ve que Satoshi estaba cerca por lo que lo detiene. – Disculpa Satoshi-san.

Satoshi: Oh Louise ¿Qué pasa?

Louise: ¿Quién era la chica con la que discutían? – preguntaba curiosa.

Satoshi: Oh, es nuestra examiga Rei Miyamoto. – dijo con un suspiro de molestia.

Louise: ¿Examiga? – Satoshi asiente.

Satoshi: Ella formaba parte de nuestro grupo, sin embargo, hizo algo imperdonable por lo que la expulsamos de nuestro grupo, si quieres saber más de eso, habla con Kenichi. – ella asiente. – Bueno, iré a comer con Tomoyo, nos vemos. – se retira del lugar.

Louise: No sé por qué no me gustará cuando vaya a preguntar, pero volviendo al otro tema. – entrecierra los ojos al recordar a los agresores. – Otome Katou y Makoto Itou, lo pagarán caro.

Luego de las clases, ella va al consejo por petición de Tomoyo.

Louise: Ya he llegado ¿Qué sucede Takao?

Takao: Oh Louise, quería entregarte esto. – le entrega el cuaderno. – dale eso a Kenichi, ahí están todos los apuntes y la tarea. – la peli rosa asiente.

Louise: Entiendo.

Takao: Muchas gracias, bueno, me iré adelantando, nos vemos. – Louise asiente y ve al peli azul salir a gran velocidad.

Louise estaba por los pasillos de la academia y nota el salón de los profesores vacío, ella se fija que no hubiera alguien cerca y procede a entrar.

Louise: Veamos, después de lo de ayer, los datos deben estar... aquí están. – para su buena suerte encuentra el folder con los datos de los expulsados y memoriza las direcciones de sus casas. – Muy bien, será mejor que me vaya antes de que me meta en problemas.

Mientras tanto el Uzumaki, estaba viendo tele mientras aguantaba el dolor en su tobillo, no llegó a hacer caso y se puso a limpiar su casa.

Kenichi: Maldición, cómo duele. – nuevamente revisa el interior de su casa. – Al menos todo quedó en orden.

Louise: *Abriendo la puerta* Ya llegué.

Kenichi: Bienvenida Louise.

Louise: Gracias Keni... - ve que el yeso de su novio estaba sucio. - ¿Qué hiciste?

Kenichi: ¿Eh? – ella se acerca con un semblante serio.

Louise: ¿Qué has estado haciendo? Tu yeso está sucio. – dijo con los brazos cruzados.

Kenichi: Oh mierda, se me olvidó de eso. – empezaba a sudar nervioso. – Esto...pues...me puse a limpiar la casa.

Louise: ¡Tonto! ¿Por qué no pudiste esperar? ¡Date cuenta del estado en el que estás!

Kenichi: Lo siento. – baja la cabeza apenado pero ella lo toma de las mejillas.

Louise: Sabes que si estás en reposo total podrás recuperarte lo más rápido posible.

Kenichi: Pero no quiero sentirme un inútil.

Louise: Estar lesionado no te hace un inútil. – le da un abrazo. – Pero no debes hacer imprudencias. ¿Sí?

Kenichi: Bien, no volveré a hacerlo.

Louise: Además podría ayudarte con esa limpieza. – le da un cálido beso siendo correspondido por el Uzumaki. - ¿Mejor? – su novio asiente.

Kenichi: Ya estoy mejor. – ella esboza una sonrisa pero nota un tazón de ramen instantáneo vacío. – Oh sí, no tenía para calentar por lo que tuve que preparar eso.

Louise: Es mi culpa, no pude dejar nada listo para que puedas almorzar. – dijo apenada. – Pero, vendré a buena hora para dejarte el almuerzo.

Kenichi: *Sonrojado pero sonriendo* Muchas gracias. – esa expresión hace que el corazón de la peli rosa latiera con fuerza y sus mejillas se tiñeran de rojas. – Oh, te pusiste roja.

Louise: ¿Cómo no podría estarlo después de decirme algo tan lindo? – se toma de las mejillas haciendo que el Uzumaki de una risilla. – Bueno, iré a prepararte la cena.

Kenichi: Gracias. – ella le sonríe y procede a ir a cocinar mientras que el Uzumaki la mira. - ¿Qué tal te fue hoy?

Louise: Bien. – decía recordando el momento que la peli café le reclamó a Satoshi por lo que le pasó a su novio pelirrojo, eso le llamó la curiosidad pero decidió preguntarle en otra ocasión, el ambiente estaba bien y no quería que se estropeara, 30 minutos después, la peli rosa se sienta al lado de su novio con los platos y bebidas servidas. – A ver, di ahhh.... – el Uzumaki abre la boca y come lo que le dio su novia. - ¿Y qué tal?

Kenichi: Está delicioso. – ella se alegra y sigue alimentándolo aunque ella no se quedaba atrás. – Sinceramente eres una buena cocinera.

Louise: Gra-gracias. – ve que se había manchado la mejilla pero antes de que se limpie, el pelirrojo lo hace primero.

Kenichi: Listo. Sigamos comiendo.

Louise: Oh, Kenichi, eso hace que me enamore más de ti...quisiera...ver esa sonrisa tuya ...SIEMPRE. – Inconscientemente el Uzumaki sintió un escalofrío.

Kenichi: Mejor sigamos comiendo. – dijo con una sonrisa y ella asiente.

Así estuvieron disfrutando un par de horas, viendo tele y disfrutando del entretenimiento además de su momento de parejas, hasta que terminó un programa y Louise se dirige a lavar los servicios.

Kenichi: Gracias por la comida. – ella sólo le muestra una sonrisa pero él estaba preocupado. – Deberías volver a casa antes de que sea mucho más tarde.

Louise: ¿Al menos puedo dejarte en tu habitación? – El pelirrojo sólo suspira.

Kenichi: Está bien. – Louise termina de dejar los servicios limpios y lleva con cuidado a su novio a su habitación. – Parce que eres mi madre.

Louise: Soy tu novia, debo velar por tu seguridad ¿No es así?

Kenichi: Sí, aunque es vergonzoso. – dijo desviando la mirada pero ella sólo lo toma de las mejillas y lo besa.

Louise: No te pongas así. – El Uzumaki sólo se sonroja y ella ríe para por fin ingresar a la habitación. – Listo, te dejaré tu pijama en la cama y me iré a casa.

Kenichi: Está bien. – se dirige a su cama mientras Louise le pasa la ropa. – Con eso estará bien, gracias.

Louise: No hay problema. – dijo mientras ponía sus brazos en la espalda. – Buenas noches ¡Que-ri-do!

Ella va a la sala a recoger su maletín y guardar algo que había tomado en la habitación de su novio y una vez que sale de la casa da un salto de alegría, pero sin gritar.

Louise: Fue una maravillosa velada, aunque me habría gustado salir a pasear. – su mirada pasa a una de ira al recordar a los responsables. – Lo lamentarán.

Ella procede a irse a su departamento a dejar sus cosas, pero no con intenciones para dormir, sino a recoger unas cosas y cambiar su uniforme, antes de salir ve a su novio a través del balcón quien estaba leyendo un libro.

Louise: Descansa amor mío, yo iré a hacer justicia. – sale de su departamento, rumbo a las direcciones que había revisado.

Era más de medianoche y la peli rosa estaba yendo rumbo a la casa de la primera víctima y afortunadamente no había presencia de otras personas ni luna, tal parece que la suerte estaba de su parte.

Louise: Así que esa es su casa. – nota que la puerta se estaba abriendo y ella se oculta, notando que Makoto, estaba saliendo con una Otome con una sonrisa cansada. – Ese bastardo ¡No lo arrestaron!

Otome: Fue una noche increíble, me gustaría que pasaras la noche aquí.

Makoto: No te preocupes, en vista que no tenemos nada que hacer, el día de mañana te daré más. – la besa pero al mismo tiempo la manosea.

Otome: ¡Kyaaa! ¡Makoto-kun eres un travieso!

Makoto: Eso apenas es el inicio, nos vemos mañana. – dijo con una sonrisa coqueta y se iba de ahí mientras que Otome cerraba la puerta, mientras que en una zona apartada, la peli rosa miraba esto con desagrado.

Louise: A pesar que ese bastardo trató de abusar de mí, ella lo sigue amando, de seguro que él se acostó con las perras de sus amigas, pero...- Ella esboza una sonrisa sombría. – Que no estén sus padres, me será mucho más fácil.

Otome estaba terminando de ducharse y apenas usaba una toalla, en eso, siente una fuerte corriente de aire.

Otome: Qué extraño, creí que había dejado la ventana cerrada. – ella levanta los hombros y procede a cerrarla, sin embargo, una vez que lo hizo, notó un reflejo. - ¿Pero qué...? – demasiado tarde, ese reflejo se acercó a ella y le colocó un trapo en la cara, haciendo que pierda sus fuerzas.

Una hora después, Otome estaba despertando, aturdida y confundida de lo que estaba pasando, cuando en eso escucha una voz.

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Vaya, finalmente despiertas, ya estaba empezando a aburrirme. – Otome logró reconocerla y ve a Louise, sentada en su escritorio, tenia su cabello recogido en coletas.

Otome: ¡Tú, maldita enana! ¿Qué estás haciendo? – Trata de moverse pero nota que sus brazos y piernas estaban atados contra las esquinas de su cama. - ¡Suéltame!

Louise: ¿Por qué lo haría?

Otome: ¡Maldita zorra, suéltame! – decía furiosa mientras trataba de moverse y Louise se acerca y le coloca un vaso de agua en su estómago.

Louise: ¿Tienes sed? Porque yo sí. – En un arrebato de ira, Otome se mueve y hace que el vaso termine por derramarse. – Oh, ten cuidado, mira que ahora te has mojado.

Otome: ¡Ya verás cuando me libere tú maldita hija de ...! - Louise le coloca una cinta adhesiva. - ¡MMHHH!

Louise: Haces demasiado ruido, despertarás a los vecinos. – saca algo de su maletín, resultando ser un taser. - ¿Sabes? No sé que te hice para que me estuvieras molestando, pero me llenó de ira cuando tu "novio" trató de abusar de mí. Sin embargo, lo que me hirvió la sangre. – enciende el taser, asustando a la castaña. - ¡Fue que dejaran con el tobillo dislocado...A MI KENICHI! – con la taser apunta a la zona mojada haciendo que Otome trate de dar un grito de dolor.

Tras unos segundos Otome estaba jadeando después de tal descarga eléctrica haciendo que la peli rosa muestre un rostro neutral.

Louise: Doloroso ¿Verdad? – la castaña miraba con terror a Louise, no era la chica que mostraba una actitud algo solitaria a excepción cuando estaba con el pelirrojo, ahora mostraba una mirada asesina. – Tú te sentiste satisfecha al cortar el brazo de mi amado. ¡MALDITA ZORRA! – Nuevamente coloca el taser en el abdomen, pero a un nivel más alto, haciendo que la castaña de otro grito ahogado de dolor.

Otome: ¡MMMMMMMMHHHHHHHHH! – El dolor era demasiado, no podía gritar debido a la cinta y nadie podía recurrir a su ayuda.

Louise: Créeme, tu novio recibirá un castigo mucho peor. – ella la mira con miedo. – Y hablando de eso, los vi besándose en la entrada casa, estoy segura que tuvieron una noche intensa ¿No es así? – Aumenta la intensidad del taser, pero no a su estómago, sino en medio de sus piernas. – Le abres la piernas a un bastardo como él, que de seguro abusó a otras antes. ¡SÓLO ERES UNA PUTA DE MIERDA! – La siguiente descarga causó un profundo grito, pero esta vez Louise lo tapó con la almohada.

A este punto Otome estaba derramando lágrimas y estaba más aterrorizada, ese odio cambió por un miedo total y quería pedir ayuda pero en ese estado era imposible.

Louise: Ahora lloras, pero te veías sonriendo cuando nos agrediste maldita. ¿No es así? – la miraba con asco. – ¡Responde! – nuevamente coloca el taser frente a la intimidad de la castaña y aumenta la intensidad, haciendo que de un fuerte grito, pero Louise nuevamente le tapa con la almohada para que no se escuche.

La peli rosa sólo suspira mientras que le quita la cinta de la boca, pero en vez de que grite, estaba jadeando de dolor, las descargas eléctricas la dejaron en muy mal estado.

Louise: Te ves patética, pero es lo que te mereces por lo que le hiciste a mi Kenichi. – deja su vaso y "accidentalmente" lo hace caer. – Ups, se me resbaló.

Otome estaba asustándose ya que veía que el agua caía sobre el enchufe y como había algo conectado, hizo que chispas salieran y empezara a prenderse su escritorio mientras que la peli rosa estaba guardando sus cosas y se aseguraba que no quedara nada.

Louise: Hasta aquí he llegado y no te preocupes, tu "novio" te acompañará en el infierno. – se dirige a la ventana con su maletín pero da una última sonrisa a su víctima. – Nos vemos. – sale de ahí, dejando sólo los guantes.

Otome estaba asustada y trataba de liberarse, algo difícil ya que las peli rosa había dejado los nudos bien sujetados mientras que veía que aparte del escritorio empezaba a quemarse otras cosas.

Otome: A-ayuda...- debido a los gritos anteriores hizo que su voz se debilitara y no podía hablar con fuerza. - ¡Po-por favor...que alguien...me ayude...!

Pero ya era demasiado tarde, el fuego también empezó a extenderse en la cama, asustando mucho más a la castaña que trataba de liberarse, pero era imposible, las sábanas empezaron a arder y en cuestión de segundos, Otome empezaba a quemarse.

Otome: ¡DUELE...! ¡MAKOTO...por favor...ayúdame...! – fue lo último que dijo ya que las llamas acabaron con ella.

Pasaron los minutos y en un lugar en las sombras, Louise estaba observando la casa incendiándose, no tenía remordimiento, sólo satisfacción.

Louise: Ahora me falta ese bastardo, pero por hoy te salvas. – se fija que no haya nadie y regresa a su departamento.

FIN DEL CAPÍTULO.

ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO...

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NO OLVIDEN DEJAR SU COMENTARIO Y SU ESTRELLITA, SIN MÁS QUE DECIR, HASTA LA PRÓXIMA.

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