Con enojo

Miedo

Un sentimiento que todos bien conocemos, de los primeros que uno experimenta en la vida, aunque todos se enfrentan a él de distintas maneras.

Hay quienes se congelan, otros lo toman de impulso para ir más fuerte, algunos lo ignoran o llegan a enterrar. Pero al igual que existen distintas formas de sobrellevarlo hay una diferencia en los tipos de forma que usa el sentimiento: hacía algo físico, a un recuerdo, una acción, o  a lo incierto. Este último puede representar las dudas que todos tiene ante el futuro. 

Todos llegan a temer a lo que uno no conoce, más exactamente, al no saber que les pasará a ellos y a quienes quieren. Un miedo que llega a  causar ansiedad por pensar que nunca sabremos cuando será la última vez que hagamos algo que amamos o veamos a esas personas especiales.

Las dos chicas que salían del infierno experimentaban en ese momento de angustia todo el miedo en la extensión de la palabra, pero como se ha dicho anteriormente, lo afrontaban distinto. 

Chiara tenía toda clase de preguntas sobre el estado de Estarossa, ¿Estará bien? ¿La odiará o corresponderá? ¿Qué hay de Zeldris, habría una posibilidad de que si salieran de esta situación dejará a su hermano con una humana como pareja? ¿La matarían por tal osadía? ¿Si quiera saldría ella con vida de todo ese embrollo? ¿Cuándo dejaría de temblar como si los vientos de invierno fueran contra ella directamente?

Mientras tanto, Clarise hervía de ira en el exterior aún, mas en sus adentros era todo distinto: las ganas de llorar no le faltaban pero eso no era importante para ella, lo que ocupaba su cabeza eran muchas cosas que solo empeoraba la situación. El ángel ese les había explicado que venía por las dos para detener las cosas que estaban causando gran desastre pero ¿Cómo se esperaba él que hicieran eso si cuando ella se sentía con todo el poder del mundo en su cuerpo fue rebajada a como esta ahora? No era una guerrera magistral como los pecados capitales o los demonios más poderosos de su clan. Toda la confianza que alguna vez demostró se había quedado en el purgatorio, en el tiempo que vagaron solo sentía nervios que la ahogaban lenta y mortalmente en su propia mente que exploto al momento de la discusión con Chiara de la que aun no se había disculpado.

Se sentía morir, quizás, puede que... Era una estupidez, en su mente pasó la idea de al estar en la superficie podía tratar de escapar con Chiara a un lugar lejano de ahí ¡Hasta pensó en irse de Britania! Se consoló al pensar que era común pensar en hacer eso al ver de primera mano esa masacre. Girándose a su compañera atrás de ella en el león le habló disimuladamente.

Clarise: Chiara,  me quiero disculpar por lo que dije, estaba enojada y no debí haberme desquitado contigo. Se que no estamos bien pero quería proponerte algo- parecía que aun no le prestaba atención la fémina- Huyamos, no ahora, pero quiero irme de aquí cuando todo acabe a tener una vida tranquila sin más cosas contra las que pelear. Se que es cobarde de mi parte pero...

Chiara: Me gusta el campo... Mi padre me enseño a plantar ciertas vegetales... El despertar con los pájaros cantantes- su agarre se relajo un poco y su cuerpo igual- no estaría mal una vida tranquila.

Clarise: Igualmente se trabajar la tierra, podríamos vivir tranquilas... Suena bien.

Chiara:...Me asustaba pensar que ya no tendría a donde ir o porqué vivir después de todo esto, o que siquiera podría salir viva pero ahora, estoy un poco más feliz


Varias cadenas, flecas y ataques volaban contra todos, pero yendo de lleno hacia los demonios, quienes aun estaban debilitados por la maldición puesta sobre todos y la perdida progresiva de cordura de Estarossa, ahora denominado como Mael, no era de ayuda para la situación. Es entonces que aparece por detrás el más pequeño de los arcángeles seguido por las dos muchachas, la pelicastaña estaba pensativa ¿Se podrá volver a encerrar a esa bruja? Tenían a las personas más fuertes de cada raza en ese campo, si pudieron encasillar a todos los demonios una vez ¿Qué seria diferente con esta mujer?

Elevando su mirada se dijo a si misma que estaba lista, si quería una vida tranquila iba a luchas por ella a capa y espada, no mostraría piedad, en el camino le entregaron armas que creyó perdidas al momento de ser atravesada. Su poder no era el mismo que antes pero sin dudas serviría; gira la espada en mano, esa cosa pagaría por cada lágrima que le causo. En cierta parte empatizaba con ella, sin embargo no justificaba lo que hizo. Usando como impulso la ira que sintió se abalanzó con fiereza a la espalda del enemigo siendo detenida con, relativamente, poco esfuerzo.

Geali: ¿Alguna vez me desharé de ti?— Con un golpe de sus cadenas la alejo de ella— Pudiste vivir una buena vida en el purgatorio sabes.

Clarise: Lo siento pero la muerte no me sienta— A gran velocidad buscó encestar otro golpe bloqueado por un circulo de cadenas— En cambio a ti ¡El encierro es tu estilo!

Geali: ¡Quisieras!— Lanzando flechas esperaba acabar de nuevo con el molesto recipiente de una vez por todas— No eres nadie, sin mi no tienes poder— Un oso enorme fue quien quedo atrapado— ¿Pero qué? Agh, ¿Quieren dejar de interferir?

Un ardor se hizo presente en su espalda, observando bien se dio cuenta de una corte extenso sangrante; a un lado de ella un hacha era sacada de la tierra por el pecado del Orgullo con una mirada de enojo.

Escanor: Ya has hecho mucho daño a esta dama señorita, no voy a permitir que esto siga— Levanto el arma apuntando sin dudar pero siendo frustrado por alguien.

Mael: Tú y yo, esto no a acabado grandulón— Le mencionó con ira— Estamos en mismas condiciones.

Escanor: No es de mi agrado que me compares contigo— El choque de sus puños agrietó el área de batalla, era impresionante la fuerza de esos titanes— A diferencia de ti, mi amor no es artificial.— Eso enojo más al demonio, sin piedad lanzó una lluvia de golpes al otro quien contestaba.

Geali: ¡No te atrevas a tocarle un solo cabello maldito humano!— Los chacos del inmortal chocaron en defensa de su compañero— ¿¡Qué parte de no se metan no entienden!?

Ban: Debiste pensar a quien amenazar si la querías tan fácil.— A pesar de los ataques ese hombre se levantaba como si nada, era tan frustrante.

Antes de que si quiera Mael pudiese hacer algo para ayudarla quien antes consideraba su hermano, Meliodas, se adelantó para lanzar Contraataque causando que el daño fuera directamente a su cuerpo, si tan solo pudiese acercarse a tomar los Mandamientos de la Pureza y Reticencia sin duda no serían rivales para él pero para su mala suerte no se lo pondrían fácil. Trató de zafarse del agarre que ejercían lo gigantes a su persona, el ángel caído tampoco permitirían que la alejasen de nuevo de su amado, haciendo uso de todas sus fuerzas rompió las ataduras que las hadas le impusieron buscando llegar al otro.

Clarise: Oh no cariño, ¿No te habrás olvidado de mi o si?— Le mencionó con ira escondida en sarcasmo.

Geali: ¿Cómo podría si no dejas de ser tan molesta?— Las dos luchaban con su fuerza viendo quien sería la que cedería primero— ¿Sabes qué tienes en común con tu preciado Escanor?— Mencionó con desdén— ¡Que no serían nada sin el don de un ángel!

Era una pelea, cuando buscas vivir no hay nada de jugar sucio, con todas sus fuerzas le proporcionó un cabezazo desorientándola por un momento haciendo así que su guardia bajada y de una patada la tirada al suelo. Con rapidez tomó en mano su espada apuntándola al cuello de la mujer, un milisegundo más y Geali no hubiese sido capaz de sostener la hoja plateada entre sus palmas.

Clarise: No vuelvas a decir eso imbécil— En un movimiento cambió la dirección de su arma a la cara dañándola— No encontrarás aun humano que sea igual a otro nunca, así que no te atrevas a compararnos porque nosotros aun siendo la raza más débil Si sobrevivimos a la guerra de hace tres mil años— JA eso no pareció ser de su agrado.

Geali: ¡Si vivieron fue por nosotros!— Las flechas se convirtieron en largas lanzas que se lanzaban sin dirección en especifico—

Clarise: ¿En serio? Porque creo que lo hemos estado haciendo muy bien solos estos últimos años— 

Geali: ¡Cállate!— Esquivaba cada arma ya con más facilidad, sabía que su visión en esos momentos no sería la mejor. Como apoyó Merlin decidió formar distintos clones para confundir a su enemigo.

Clarise: Para ser una guerrera olvidaste lo más importante— De una estocada hizo retroceder al ángel — Siempre mantén la cabeza fría— Un martillo aterrizó sobre la otra, levantó su mirada para saludar a la gigante de dos coletas.— Aunque a quién engaño, yo también estoy muy enojada.

En los escombros la vio retorcerse para salir, por la mirada que tenía ahora si que iba enserio la cosa.




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