El regalo perfecto
Minho realmente estaba desesperado. Se encontraba a dos días de cumplir cuatro meses de novios con Jisung. ¿El problema? ¡No sabía qué regalarle! Estuvo martillando su cabeza (no literalmente) para idear un buen obsequio que vaya con lo que enserio merece su ardillita, PERO. ES. INUTIL. Nada de todo lo que compró parecía suficiente. Él quería algo que demuestre todo el amor que siente por el castañito. Sus opciones se estaban acabando, por lo que decidió pedir ayuda. Al inicio se negaba a hacerlo porque creía que era algo que le correspondía sólo a él, pero ya saben lo que dicen: Ante situaciones desesperantes, medidas desesperadas.
Buscó su teléfono en todo el desastre que había en su cama, pues esta estaba repleta de obsequios fallidos, que iban desde frascos llenos de corazones de origami (que por cierto se los compró a su vecino de once años, ya que él podrá ser habilidoso con sus pies, pero con sus manos ¡vaya que era inútil!) a recetas de cocina ¿para qué recetas? Fácil, iba a cocinarle, pero decidió que no, pues no quería que los titulares en las noticias al día siguiente fueran: “Chico muere intoxicado por regalo de aniversario de su novio” o “Aniversario mortal” o, peor aún, “Regalo letal” o… de acuerdo estaba delirando, pero ¿quién lo culpa? sus nervios tomaron cartas en el asunto. Encontró su teléfono dentro de una taza que decía “Feliz día a la mejor mamá del mundo”… Sí, y no acepta preguntas al respecto.
Revisó en sus contactos hasta encontrar a su mejor y único amigo, presionó el botón de llamar y esperó —impacientemente— a ser atendido. Luego del tercer tono, la voz de su amigo llegó a sus oídos:
—¡Minho, hola!
—¡Chang uk! Qué bueno que respondes —dijo sin ocultar su desespero.
—¿Sucede algo?
—Sí, y es gravísimo —exageró el pelinegro.
—De acuerdo, cuéntame —dijo tranquilo y algo confundido.
—Es Jisung, el sábado cumplimos cuatro meses siendo novios ¡Y no consigo nada bueno que regalarle! —exclamó.
—Bien, primero que nada, tranquilízate ¿sí? Respira —Minho lo seguía al otro lado de la línea—. Ahora… ¿has pensado siquiera en sus gustos?
—Claro que sí, pero no puedo regalarle una cama sólo por su gusto por dormir, creerá que insinúo que es un perezoso; o tintes para el cabello, va a pensar que, indirectamente, le digo que no me gusta su estilo actual;
tampoco puedo llegar con una bolsa de comida ¡¿Y si cree que creo que es un glotón?! ¡No, ni hablar! De ninguna manera. No puedo permitirlo. Ni de chiste. Ni por un millón de won-
—¿No tienes pensado convertirte en rapero? —lo interrumpió.
Tal vez estaba hiperventilando.
—La verdad es que sí, pero prefiero el baile —dijo desviándose del tema. —
Digo, ayúdame, sabio de sabios, amo de amos, dios de dioses…
—Sí, ya entendí —lo hizo callar. —Tal vez algo de su grupo favorito —hizo
una sugerencia. — ¿Sabes si le gusta alguna banda?
Y como por arte de magia, las dos únicas neuronas del pelinegro hicieron conexión —BSZZZ—. Y recordó la cantidad de veces que encontraba al menor sonriéndole a la pantalla de su teléfono, o haciendo raros test para descubrir con qué miembro eres compatible, sintiéndose celoso a veces.
—¡Claro! La banda que le gusta es… —y aquí es cuando sus neuronitas se
desconectaron. — ¡Oh, por Dios; no lo recuerdo!
—¿Cómo que no lo recuerdas? ¿Minho, estás bromeando? ¡No puedes pasar por alto algo tan importante como lo es su banda favorita!
—…
—Lo siento ¿pero no recuerdas nada, ni siquiera un miembro? —preguntó
con la intención de ayudar.
—Creo que una vez mencionó a alguien con hombros de simio —respondió con duda.
—Bien, es un inicio; aunque eso no ayuda mucho, podría ser Jungkook o, tal vez, Wonho, no, él es solista… mmm ¿Moonbin? —pensaba en voz alta, mientras que al otro lado del teléfono Minho fruncía su entrecejo algo consternado. —¿Algo más?
—Mmm… el otro día lo oí balbucear algo de un “bellísimo pelirrojo de
piernas comestibles”—imitó, horriblemente, a su novio, algo indignado.
—¿Pelirrojo? ¿Yoshi? ¿Beomgyu?... ¿Hyunjin?
Al parecer, Chang uk también tuvo una conexión neuronal y rápidamente ató cabos:
Hombros de simio = Bang Chan
Pelirrojo de piernas comestibles = Hyunjin
Nada era seguro, pero peor es nada.
—¿No mencionó algo más? ¿Tal vez una especie de teletubbie dark? —
cuestionó.
—No, pero ayer me dijo algo muy ridículo de un rayito de sol con pecas —comenzó a reír como imbécil. — ¿Cómo un rayo de sol tendría pecas? —seguía riendo aunque su amigo dejó de escucharlo cuando pronunció la
palabra “pecas” por primera vez.
Rayo de Sol con pecas = Felix
—¡Lo tengo! —gritó, haciendo que Minho salte en su lugar.
—¿Hablas en serio? —preguntó esperanzado.
—Sí, o eso creo. Habla de un grupo de K-pop muy talentoso, son conocidos
como Los Líderes de la Cuarta Generación, conformado por seis integrantes, cada uno más lindo que las lluvias de verano, su nombre es Stray Kids.
—Espera… ¿Cómo sabes tanto sobre esto? —preguntó Minho.
—Se le llama tener una hermana menor —contestó.
***
Ahora sí a lo bueno.
Dos días habían pasado. El gran día había llegado.
Minho se dirigía a la casa de Jisung, su pulso temblaba y su voz también.
Llevaba en una bolsa de regalo aquellos obsequios que habían quedado como finalistas en el mayor “concurso de regalos jamás visto”, y que creía que eran dignos de un príncipe como su Jisung.
Llegó a su destino y un muy sonriente Jisung le abrió la puerta.
—Hola, príncipe — saludó Minho haciendo una referencia.
—Hola, guapo —lo saludó de vuelta.
Lo invitó a pasar y llevaron a la sala vasos con refresco y snack’s. Luego de charlas triviales, llegó la hora de entregar los obsequios. Jisung fue a su cuarto y volvió con una gran caja.
—¡Felices cuatro meses, mi amor! —le tendió la caja y le dio un pequeño
beso.
Minho abrió su regalo y miró lo que había dentro: un par de zapatillas, un
conjunto de remera y pantalón para ensayar, y su perfume favorito.
Bien, era hora.
¿Qué si estaba asustado? Claro que sí. No era como sí pudiera equivocarse de grupo y salir ileso. Muy probablemente, Jisung le arrancaría las uñas una por una; pero hay veces en la vida en los que hay que correr riesgos.
Sacó de su bolsa una caja — hermosamente decorada— y se la entregó con una sonrisa.
—¡Felices cuatro meses, pequeño! —le dio un abrazo.
Jisung sacó de la caja una especie de paquete. Minho había tomado su
teléfono y había comenzado a filmarlo por si él se había confundido y su ardillita se desquiciaba; pero si alguien pregunta, sólo quería ver luego el unboxing. El castaño abrió el paquete, pero sólo un poco, para husmear su contenido y quedó perplejo ante lo que pudo observar. Tomó entre sus manos, con todo
el cuidado del mundo, un libro lleno de canciones y fotos autografiadas del
grupo.
Minho le había regalado un álbum de Stray Kids.
Al notar que no dejaba de hojear ese libro extraño y besar tres pequeñas
fotos de los miembros del tamaño de una carta, Minho habló:
—¡Hay más! —con cuidado sacó de la caja grande, una pequeñita que
contenía dos pulseras con dijes de Yin-yang y se las mostró a Jisung. —Mira, es una para cada uno —tomó una de sus manos y puso las pulseras en su palma, para que les pusiera atención.
Han parecía hipnotizado con el álbum —Sí, sí, gracias —dejó las pulseras en
la mesita, aun sin despegar los ojos del libro para continuar con su trabajo de revisarlo nuevamente.
¿Estará buscando dinero? pensó Minho.
Pero Jisung sólo estaba muy emocionado, era su primer álbum desde que se volvió STAY y no quería pasar por alto ningún detalle.
Jisung subió la mirada y vio a su novio mirándolo expectante, estaba esperando una calificación. Para acabar con el sufrimiento, se arrojó a los brazos de Minho y lo abrazó con —demasiada— fuerza.
—¿Te gustó? —preguntó el pelinegro.
—Te amo.
—¿Qué? —dijo riendo.
—Que te amo. Y claro que me gustó; aunque ¿te digo algo? —Minho asintió—Me hubiese conformado con cenar contigo una pizza y ver películas toda la
noche.
—¿Hablas en serio?
—Claro que sí. Eres lo único que necesito para estar feliz. Tú eres mi regalo —respondió Jisung.
—Y tú el mío. ¿Sabes? Aún podemos hacer lo que tenías planeado.
—La idea me encanta.
—A mí, me encantas tú. Te amo mi príncipe.
—También te amo, guapo.
Y así festejaron sus cuatro meses de noviazgo, abrazados en el sofá mientras comían una deliciosa pizza.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top