Arco X: Los finales felices existen
Ambos nos encontrábamos delante del juez para recitar nuestros votos. Nuestros únicos testigos son Sarah y nuestra pequeña Lucy, que vestía un monísimo vestido violeta con encaje y una diadema con un lacito. Sarah vestía un vestido violeta de hombro cruzado, estrecho y liso.
En cambio, Clancy vestía el típico traje negro de camisa blanca con corbata y yo un vestido de novia de palabra de honor de corte sirena con un precioso velo corto.
Clancy comenzaría a recitar sus votos.
- (T/N), en el momento en que te conocí. Nunca pensé que cambiarías mi vida por completo para mejor. Tú hiciste que me convirtieras en mejor persona, que me preocupase de otras personas que no fuese yo, de arreglar mi relación con mi hermana, pero sobretodo, de crear a la criatura más hermosa y maravillosa de este inmenso universo. - Desvió su mirada a nuestra pequeña, quien esta tranquila durmiendo en el regazo de Sarah. - Por eso, nunca te traicionaré pues eso sería lo más estúpido que haría en esta vida, además de cometer el mayor error de mi vida.
Evitaba llorar, para que no me corriese el maquillaje por tan dulces palabras. - Clancy, siempre pensé que tendría una vida tranquila con mi familia, pero todo eso se derrumbó tras el accidente. Pensé que ya no tendría hueco en esta vida hasta que te conocí. Tú me devolviste a la luz, me apoyaste y recordé lo que es el amor. Un amor que despertó dentro de mí al conocerte mejor, ya que no somos tan distintos después de todo. En nuestro camino, tuvimos dificultades pero lo superamos juntos, porque no solo somos una pareja, también somos un equipo. Un equipo que se apoya mutuamente. Si permanecemos juntos, podremos superar cualquier dificultad que nos topemos. - Nos miramos mutuamente con un resplandor en nuestros ojos.
- Clancy Gilroy, ¿quieres tomar a (T/N) Smith como esposa? - recitó el juez.
- Si, quiero.
- (T/N) Smith, ¿tomas como esposa de Clancy Gilroy?
- Sí quiero.
- Por el poder que me ha sido otorgado el estado de Carolina del Norte yo os declaro marido y mujer.
Abracé a Clancy para poder besarle mejor, mientras el me agarraba en la zona baja de la cintura para evitar caernos. Nuestro beso fue fogoso y apasionado, pero eso no nos importaba en absoluto.
Tras ello, nos marchamos a un hotel, mientras dejamos el cuidado de nuestra hija a Sarah.
- Aquí tienes todo lo necesario para nuestra hija. - Dije nombrándolo una y otra vez para que no se olvidase de nada.
- Tranquila (T/N), está todo controlado. Disfrutad de vuestra velada. - Me guiñó el ojo y me despedí por última vez de ella y de mi pequeña.
Clancy condujo hasta un hotel de lujo, donde teníamos reservado mesa en su restaurante de lujo y una habitación para nosotros solos.
Antes de ir al restaurante, me cambié con un vestido de noche negro largo con un corte en una de las piernas y de tirantes. Me dejé el mismo recogido de la boda y nos marchamos al restaurante, donde tuvimos una velada romántica a solas.
Tras la velada, nos fuimos a la habitación. Clancy me llevó allí en brazos como si de una princesa se tratase. Entramos en la habitación y me dejó en la cama. Clancy comenzó a quitarse la ropa, pero le detuve con mi pie.
- Espera un momento, Romeo. Tengo una sorpresa para tí, pero tendrás que esperar. - Acto seguido me levanté para obligar a que Clancy se sentase en la cama, le di un beso en la mejilla y me adentré al cuarto de baño, no sin antes verle una última vez con una mirada fogosa, que hizo que el peli-morado tragase saliva ante tal acción tan provocativa.
No tardé mucho en cambiarme en el cuarto de baño. Cuando salí, Clancy se quedó con la boca abierta al verme puesto con un tanga rojo y un sujetador del mismo color con un velo vaporoso, que llegaba hasta mis muslos. Mostrando mi figura, que a pesar de haber tenido una hija, había recuperado más o menos mi figura, pero con mas curva y más pecho; y con el peinado desecho.
Me acerqué lentamente a él, a gatas por la cama hasta ponerme encima de él. Abracé su cuello y me senté encima de él para rozar su miembro ya erecto.
- Joder, la espera ha merecido la pena. - Murmuró Clancy, todavía impresionado por mi entrada.
- Ahora estamos tu y yo solos y nadie nos interrumpirá, además quería que fuese especial, después de tras largo meses de espera. - Esto último se lo dije al oído y comencé a crear un camino de besos desde la oreja hasta su cuello, mientras le desabotonaba su camisa, lentamente. Le quité la camisa y seguí con el camino de besos hasta llegar a su cintura, le miré de manera descarada y comencé a desabrocharle el cinturón y el pantalón, mientras el peli-morado observaba excitado, iba a quitarle los calzoncillos, pero me detuvo para besarme de forma fogosa. Ahora es él, quien está encima de mí. Su lengua inspeccionaba por toda mi boca hasta que nuestras lenguas conectaron. Tuvimos que pausar varias veces para recuperar el aliento, al mismo tiempo el me acariciaba con sus manos mis pechos y mi intimidad a la vez.
Me encontraba en la gloria.
Me iba a quitar la parte de arriba, pero tuve que detenerle. Desconcertándolo.
- ¿Qué ocurre, cariño?
- Clancy, aún estoy dándole el pecho, así que me podría salir......ya sabes. - Le puse una sonrisa tímida, teniendo en cuenta que estoy roja por la excitación.
- ¡Oh! ¿Y no puedo probarlo? - preguntó con una sonrisa seductora.
- ¡Clancy! - reí por su pregunta.
- Vale, vale. Lo capto. La leche para nuestra hija, pero eso no quiere decir que pueda hacerlo por encima del sujetador.
- Espera, Clan......- No terminé la frase, ya que me mordió el pezón por encima de la prenda sacando un grito sensual de mi parte, esto solo hizo que siguiera con los mordiscos y los lametazos en mis pechos.
Bajó su cabeza y me quitó la parte de abajo, apartó mis piernas y empezó a lamer mi clítoris, sacando varios gemidos.
Me sentía húmeda y no me extraña, está haciendo un buen trabajo. Se detuvo un momento para volver a besarme y compartir el sabor de mi interior. Entonces, saqué del cajón la caja de condones y cambiamos de posición, poniendome encima de él. Le quité los calzoncillos, cogí el paquete, rompí el emboltorio y se lo puse de manera que se excitase al contactar con mis dedos.
- Quiero que esta noche sea inolvidable.
- Si de inolvidable te refieres a gastarnos toda la caja, entonces sí. - Acto seguido me cogió por las caderas y me introdujo su miembro de una estocada, sacando un grito de la impresión, que fue transformando poco a poco en gemidos, las estocadas eran lentas y profundas al principio que luego se volvieron rápidas e igualmente de profundas. Hacía muchísimo tiempo que no sentía nada igual, aunque eso es debido a que mi verdadera primera vez, fue lo que más tarde sería nuestra hija y, por lo tanto, no tuve tantos momentos sexuales con Clancy. Por eso, esta noche lo pasaríamos en grande.
Cuando estábamos acercándonos al clímax, sentí que me corría hasta que Clancy y yo sacamos un gemido conjunto. Salí de él y me tumbé a la cama, mientras Clancy tiraba el condón a la papelera y sacaba otro.
- ¿Segundo round? - me mostró una sonrisa traviesa, mientras me enseñaba el nuevo paquetito.
Lo único que hice fue devolverle la sonrisa y ponerme de cuatro patas, excitándose en el acto.
En resumidas cuentas, lo hicimos sentados, en cuatro patas, normal, en la ducha contra la pared y así hasta que nos quedamos exhaustos. Aunque, para seros sinceros.
Cuando me desperté, tenía toda la zona baja adolorida. Pero, mereció la pena.
Tras nuestra noche de bodas, volvimos a nuestra casa, donde Sarah se quedó al cuidado de Lucy y Charlotte. Me fui directamente cómo se encontraba Lucy y al llegar a su cuarto dormía plácidamente, pues nos fuímos del hotel muy temprano para poder volver junto con mi pequeñina.
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Cinco años más tarde.
Una risa risueña se escuchaba por la casa. Clancy buscaba a alguien con la ayuda del olfato de Charlotte.
- Búscala, no andará muy lejos. ¿Dónde estará esa princesita tan guapa que he visto antes? - hacía cómo si la estuviera buscando, mientras la pequeñina de tez clara, ojos grandes y verdosos y de pelo liso morado decorados con dos lindas coletitas con lazos de color rojo, se reía escondida detrás del mueble de la cocina.
Charlotte se fue a donde está la pequeña y la comenzó a lamerla, estayando en risas la pequeñaja.
- Te encontré. - Dijo Clancy al coger en brazos a su adorada hija.
- Me encontraste. - Dijo abrazando a su padre alegremente.
La pequeña Lucy había cumplido hace poco los cinco años y se acercaba las navidades. Unas navidades que serían muy especiales.
- A ver, ponte esto para que no te resfries. - Me acerqué a mi hija, quien está en brazos de su padre, y le puse su gorrito de lana de color rosa.
- Ahora soy como papá. - Dijo muy feliz Lucy.
- ¿Sabes ya lo que quieres pedir a Santa Claus, Lucy? - le pregunté con curiosidad a mi hija.
- Quiero un hermanito y así jugar con él.
Aquella respuesta nos alegró a ambos.
- Sabes que si tienes un hermanito, tu mamá tendrá que estar pendiente de él, ¿verdad? - dijo Clancy a su hija.
- Entonces la ayudaré. Así puedo estar con él.
Nos miramos mutuamente y sonreímos.
- ¿Ayudarás a mamá a cuidar de él? - pregunté a mi pequeñina.
- ¡Sí!
- Muy bien. - Sonreí a mi hija - Ahora, vámonos a jugar al parque, que hace un día muy bueno para jugar. - Dicho esto, la puso en el suelo y cogió de la mano de su padre y salimos afuera.
Fuímos al parque andando los tres juntos. A pesar de tener solo cinco años, nuestra hija le encanta andar, lo cual nos libramos de usar el carrito, aunque no por mucho tiempo.
En el parque, observaba a mi marido jugar con Lucy, mientras yo me encontraba sentada en el banco, acariciando mi barriga hinchada, quien nacería durante las fechas navideñas. A pesar del abrigo que llevo puesto, puedo sentir los ya tenues movimientos del pequeño Duncan.
Me puse muy contenta, cuando me dijeron que iba a ser un niño, pues es lo que queríamos. Tener una parejita. Cuando mi pequeña Lucy cumplió los cuatro años, no pude evitar en pensar en tener un niño en nuestra familia. Cuando se lo comenté a Clancy, dijo que sí de inmediato y aquí estamos. Cuarenta semanas después de que supe que estoy embarazada. A diferencia de Lucy, este nos costó más trabajo para coincidir en mi ciclo de ovulación y evitar en las interrupciones de nuestra pequeña, pero con ayuda de Sarah y su fiesta de pijama entre tía y sobrina. Logramos nuestro objetivo.
Pero, sobretodo, estoy muy contenta que nuestra Lucy quiera tener un hermanito. Esto hará que sea más facil el cuidar a ambos.
Vi como mi hija se acercaba hacia mí corriendo. - Mami, mami, ¿por qué no juegas?
- Porque mami está cansada, además ya está anocheciendo y no querrás perderte tu deliciosa cena de pescado en forma de animales. - Dije atenuando en las palabras pescado y animales.
- Sí, pescanimales. - Saltó alegremente.
Clancy se acercó a mí y me ayudó a levantarme. - Entonces, ¿nos marchamos ya?
- Sí, ya es muy tarde. Además, tengo que estar atenta por si viene. - Dije en voz baja para que no nos escuchase.
Cuando llegamos a casa, ya era de noche. Nuestra casa está decorada con guirnaldas y con un arbol de navidad, decorado con sus luces, bolas, guirnaldas y la estrella de navidad, quien la puso nuestra hija, ayudada por su padre. Pues la navidad está a la vuelta de la esquina, para ser más exactos la semana que viene.
Nunca pensé que aquel 25 de Diciembre a las 12:00 a.m. nacería nuestro pequeño Duncan y nuestra hija tuviese en el día de Navidad su regalo. Un pequeño de tez rosada, pelo igualmente morado, con la única diferencia de tener el mismo color de mis ojos. Un pequeño Clancy.
Y nuestra hija Lucy, a pesar de tener el mismo color de pelo y ojos que su padre, se parece mucho a mí. Sin duda, Clancy y yo no podríamos ser más felices que con nuestros dos tesoros.
FIN
Hasta aquí termina la historia.
Gracias por haber leído mis obras y espero que más personas lleguen a leerla.
Cómo sabreís, seguiré escribiendo y tengo varios proyectos planeados y que he publicado en mi sección de "Futuros proyectos".
De momento, solo tengo escrito la base en sucio del proyecto de Lupin III y me gustaría empezar a escribir la base del proyecto de "La sacerdotisa de Asakusa" del anime Fire Force.
Nos vemos en mi siguiente obra.
Ciao
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