Arco IX: ¡Qué duro es ser padre!
Había pasado un mes desde el nacimiento de Lucy y me sentía mejor tras el parto, pero como cualquier padre. Tanto Clancy como yo nos sentíamos agotados, pues teníamos que madrugar por los reclamos de nuestra hija para alimentarla o para cambiarle el pañal.
Por eso, decidimos poner su cuna, de manera temporal, en nuestra habitación para no ir de un lado a otro por la noche y así darle el pecho sin problemas.
Quiero darle el pecho todo el tiempo posible, aunque sólo haya pasado 1 mes.
Nuestra hija había crecido un poco y subido de peso, lo cual es una buena noticia. Porque significa que está creciendo sana.
Vamos a pediatría cada semana para medir, pesarla y ver cómo está de salud. Además de informarnos que a los dos meses comenzaría la vacunación.
Aunque al principio nos reclamase por las noches, con el paso del tiempo se fue calmando hasta volverse una niña tranquila, cosa que no nos tranquilizó, pues ahora éramos nosotros, quienes teníamos que crear un horario para despertarla y alimentarla. En la hora de bañarla, Clancy decidió por hacerlo por mí, quien al principio le guiaba y ahora lo hacía sin ningún problema, pues parece que a Lucy le gustaba bañarse.
Al cabo de los meses, nuestra hija crecía fuerte y sana. Su cordón umbilical, finalmente cayó y sus ojos se volvieron de un verde claro similar a los de Clancy. Cada vez que íbamos al hospital a vacunarla, tenía que tranquilizar tanto a Lucy como a Clancy, pues siempre lloraba cuando le pinchaban y eso a mí cariño, no le gustaba.
Volvimos a poner la cuna en su cuarto, pues ya teníamos una rutina para darle el pecho.
Ambos teníamos días alternados para bañarla y cambiarla de pañal, y al estar más crecida, comenzamos a pasear con ella en su carrito. Sin duda, no es fácil ser padre, pero eso lo compensa en tener a una hija tan maravillosa como la nuestra, porque es nuestra Luz. Sobretodo a Clancy, que ahora mismo tiene a sus mayores tesoros que jamás lo cambiarían por nada en el mundo.
----------------------------------------
Bajé al salón, tras terminar de darle el pecho a Lucy y sentarme al lado de Clancy.
- ¿Qué tal la pequeñaja? - preguntó dándome un dulce y corto beso en los labios.
- Acabo de darle el pecho y se ha quedado dormidita en la cuna, así que no debemos hacer mucho ruido si queremos tener un momento a solas. - Le sonreí y le miré de manera coqueta.
- ¡Oh! Entonces tengo tiempo para hacer esto - me agarró de los brazos y me puso debajo de él, comenzando a besarme a lo largo del cuello, provocándome cosquillas - y esto - me besó de forma apasionada que no pude resistirme en abrazarle para atraerle más y que nuestro beso se intensificara, junto con leves movimientos que estimulasen el miembro del peli-morado. Por desgracia, nuestro momento terminó cuando escuchamos el llanto de nuestra hija, separándonos en el acto, mientras me reía por lo bajo. - Yo me encargo, tú quédate aquí. Ahora vuelvo.
Clancy se marchó a la habitación del bebé, mientras escuchaba por el monitor sus llantos y la voz de él. - ¿Qué te pasa mi cosita bonita? - No pude evitar reírme al escuchar su voz melosa y empalagosa dirigida a su tesoro - ¿Es que acaso quieres dormir en brazos de mamá o de papá, es eso? - Cada vez que hablaba, sonreía por sus dulces palabras. Fue entonces que escuché bajarle por las escaleras con nuestra pequeña en brazos. - Me temo que lo nuestro tendrá que esperar.
Negué con la cabeza sonriente. - No pasa nada. ¿Quieres tenerla tú o la cojo yo? - le pregunté dulcemente.
Él la miró y con una sonrisa me dijo. - Me gustaría tenerla un rato conmigo. - Se volvió a sentarse en el sofá y me apoyé en su hombro, mientras contemplaba con dulzura a nuestra Lucy, durmiendo en brazos de su padre, quien miraba a su tesoro.
-------------------------------------------------
Nuestra Lucy ya andaba y comía papilla, que yo misma preparaba.
Se encontraba junto con su tía Sarah, mientras yo veía por internet, el catálogo de vestidos de novia.
- Entonces, ¿cuándo será la boda? - preguntó con curiosidad Sarah.
- Tenemos planeado casarnos en el ayuntamiento para el mes que viene. - Respondió Clancy, bebiendo su anhelada taza de café, mientras acariciaba a Charlotte.
- Al final será una boda pequeña y discreta.
- Sí, es lo que queremos. Además, nos gustaría tener un momento a solas, aunque solo fuese un día.
- Descuida. Yo me encargo de Lucy para vuestra noche de bodas. Eso sí, esta vez que sea con protección. - Advirtió esto último a su hermano.
- Tranquila, vengo preparado con un gran arsenal. - Dijo alzando su pulgar arriba.
- ¡Clancy! - solté avergonzada - No hace falta que especifiques tanto.
- Oh, venga. Sabes que estoy deseando que me enseñes tu conjunto nuevo para dicha ocasión. - Me abrazó hacia atrás de manera provocativa.
- Clancy, delante de tu hermana no. - Susurré a su oído para que no la escuchara.
- Bueeeeno, creo que yo sobro. Mejor me marcho. - Se levantó, no sin antes de darle un beso de despedida a su sobrina, que por alguna extraña razón. Ahora estaba jugando con Charlotte. - No te olvides que mañana, tenemos que ir a por tu vestido.
- Sí, lo sé. - Tras ello, se marchó hacia su casa.
- Lastima que sea de alquiler.
- Lo sé, pero no quiero comprarme un vestido que vaya a usarlo solamente un día. Además las únicas fotos que haremos será en el día de nuestra boda.
Clancy me tomó la mano y comenzó a acariciarlo con la mirada baja y triste. - Ojala nuestras familias hubiesen vivido lo suficiente para estar en nuestra boda y conocer a nuestra Lucy.
Unas lágrimas cayeron de mis mejillas, pero fueron secadas al instante por el peli-morado. - Estarían orgullosos de ver lo que hemos creado juntos.
- Sí, mi madre estaría superorgullosísima de mí. - Clancy, también comenzó a llorar al recordar a su madre.
- A pesar de que nuestra hija nunca conocerá a nuestros padres, eso no significa que ella nunca sepa quienes fueron, pues nosotros la enseñaremos y le contaremos que esas personas, que ya no estan entre nosotros, nos amaron y nos criaron con amor; y que dicho amor es el que le transmitimos a ella. Pues, el amor que nos dieron nuestros padres es el legado que ahora mismo la estamos transmitiendo en nuestra hija. - Dicho esto, me acerqué a mi pequeña y la cogí en brazos para abrazarla y darle besos, al mismo tiempo que él se acercaba para transmitir ese mismo amor a nosotras.
Ya queda poco para terminar esta historia.
Espero que estos últimos capítulos lo esteis disfrutando y espero que más personas lleguen a leer esta hermosa historia, junto con el anterior.
Nos vemos.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top