Me desperté de nuevo y seguía estando acurrucada en Clancy, ya había anochecido. Miré el reloj y me sorprendió lo tarde que es, pues son las 9:30 de la noche.

Desperté a Clancy y este se remoloneó.

- Clancy, despierta. Son las 9:30 de la noche. - Al hablarle, se despertó de golpe, levantándose bruscamente con tan mala suerte que nos dimos un cabezazo en la frente. - ¡AY!

- ¡AUH! - Ambos nos tiramos al suelo para apaciguar nuestro dolor, pero todo se pasó cuando nos miramos y empezamos a reír. - Creo que al final no ha sido tan mal el día.

- Sí, si no fuera porque la mayor parte de la tarde nos hemos quedado completamente dormidos y........juntos. - Al decir lo último, nos sonrojamos y yo evitaba sonreír por los nervios.

- Sí.........juntos. - Nos quedamos un rato en silencio hasta que Clancy volvió a hablar. - Yo......espero no haberte molestado por......todo. - Le miré expectante. - Ya sabes, por lo del beso, - usó sus manos para simular el entre comillas - lo de tu cuello y dormir abrazados.

- ¡Oh! Tranquilo, la verdad es que dormir contigo no ha estado tan mal, quiero decir que fué relajante al escuchar tus latidos - desvié mi rostro para que no me viese mi sonrojo, aunque es un poco difícil de verlo, debido a que están las luces apagadas y la poca luminosidad, procede del televisor - y lo de mi cuello no te preocupes, tarde o temprano me lo ibas a preguntar, ¿cierto?

- ¿Y lo del beso? 

- ¿Qué?

- No te molestó que intentara besarte. - Quería desviar el asunto del beso, pues ese gesto me sorprendió y no es que lo quiera. Simplemente, es demasiado repentino, precipitado el besarme. Apenas nos conocemos y ni siquiera somos cercanos para llegar a este punto, pero. Por alguna extraña razón, el estar con el me reconforta, me tranquiliza como si ya nos hubiésemos conocido de antes. Entonces, recordé las palabras de mi otro yo: "Recuerda". De pronto, me vino un repentino dolor de cabeza, que por mi idiotez, oculté este dolor a Clancy.

- Yo.......es mejor que te marches ya. Estoy segura que tu hermana ya habrá llegado a casa. - No pude fijarme bien, pero de algún modo pude notar una enorme tristeza en su mirada, justo antes de marcharse de mi casa, lentamente.

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Cuando le pregunté por lo del beso. Ella, simplemente, se quedó callada. Mi corazón comenzó a latir de manera acelerada, aquel silencio sepulcral me estaba agobiando, por no decir matando, pero es que es verdad. Ese intento de beso, la he cagado de lleno. Sabía que ella no me correspondería, pensé que ella sentiría algo por mí, a pesar de no recordarme. Pero me equivoqué. Ella nunca me va a amar, pero, sobretodo, jamás me va a recordar.

Cuando volví a escuchar su voz, todos mis temores se volvieron realidad al decirme que me marchase a la casa de mi hermana. No te preocupes (T/N), no volveré a acercarme a ti nunca más. La persona que debió quedarse en aquel mundo, debería haber sido yo y no tú. 

Al dirigirme a la puerta de su casa, me pareció que ella intentaba detenerme, pero la ignoré y regresé a casa. Sólo quería encerrarme en mi cuarto y no volver a salir nunca más.

Cuando llegué, mi hermana Sarah, recién había hecho la cena y quería hablarme de algo. 

Pero, la ignoré. No tengo hambre ni ganas de hablar con mi hermana y mucho menos, después de cómo la hablé. A penas podía escuchar su voz, siento que todo se volvía negro y me fuí a mi cuarto por inercia, si no fuese de que alguien me sacó de toda esa pesadumbre. Al reaccionar, noté un intenso dolor en mi mejilla.

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Mi hermano acababa de llegar a casa, pero luce muy diferente. Se veía decaído.

Será posible, si cuando los vi dormido juntos, se veían geniales. Sin duda, no lo entiendo.

Cada vez que le hablaba, me ignoraba. Por el rumbo al que iba, supe que iba a volver a encerrarse en su cuarto, pero esta vez no lo iba a pasar. Rápidamente, me puse delante de él y le abofeteé con todas mis fuerzas. Inmediatamente, volvió en sí. Menos mal.

- ¿Qué demonios te pasa, Sarah? - me riñó, mientras masajeaba su mejilla, que está al rojo vivo, debido a la cachetada.

- ¿Que qué demonios me pasa? ¿Qué demonios te pasa a ti? Te encuentro de buen humor con (T/N) y al rato te encuentro deprimido hasta el punto de que quieres dejar de vivir. - Se me saltaron las lágrimas al decirlo, casi pierdo a mi amiga y no quiero perder a mi hermano. - Joder, Clancy. Ya sé que te resulta duro, pero debes controlarte, tranquilizarte, poner tu mente en orden. ¿No aprendiste a meditar en una de tus entrevistas? Pues medita pero, por lo que mas quieras, no te vuelvas a encerrar en tu cuarto. Porque te juro que como vuelvas a hacerlo, cojo un hacha y rompo la puerta como en "El Resplandor". Entendido.

- Vale, vale. Meditare. - Puso cara de resignación. - ¿Ibas en serio con lo del hacha?

- Muy en serio.

- Pero, no tienes ningún hacha.

- No, pero a 10 minutos en coche hay una ferretería.

Ambos comenzamos a reírnos, me alegro que me haya escuchado y haya resuelto este problema. ¿Quién sabe que hubiese pasado si no lo hubiese abofeteado o detenido?

- Por cierto, antes de cenar. Me gustaría saber si guardaste o si tienes el recibo del simulador. - Le pregunté a mi hermano.

- Pues, creo que lo guardé debajo del colchón. ¿Por?

- He descubierto que en el hospital que estuvo ingresada (T/N), usan un simulador para los pacientes en coma y que este es un modelo mejorado del que tuvieron. - Clancy no desvió su mirada en ningún momento, lo que significa que le había llamado su atención. - Clancy, es posible que el simulador que te vendieron, sea el modelo que desmantelaron en el hospital y, según me dijeron, era un modelo defectuoso.

- Bueno, pues a mí me funcionaba de maravilla, siempre y cuando le eche el aceite verde. Pero, ¿qué tiene que ver el simulador del hospital con el mío?

- Pues, que sus sistemas de alguna forma, estuvieron sincronizados y por eso pudiste conocer a (T/N), porque te adentraste en la simulación de ella. Pero, debido al sistema defectuoso de tu simulador, provocaría alguna anomalía. Así que dime, Clancy. ¿Qué pasó? - Le miré a los ojos y, cómo si de algún milagro se tratase, finalmente me lo contó.

- Me quedé atorado en el simulador, pues la última simulación que estuve, mi forma me impidió usar la trompeta para poder salir de allí. Así que fuí absorbido por la máquina. Fué entonces, cuando explotó la máquina y me llevó junto con Charlotte a un mundo desconocido, donde no había absolutamente nada, salvo distintas carreteras. Entonces, apareció un autobus, donde me subí en él y en él se encontraba todas las personas que entrevisté. Fué entonces cuando conocí a (T/N), quién estaba vagando sin rumbo en uno de los caminos y la recogimos, pues se desmayó. Al despertar, nos contó que lo único que recordaba su nombre y uno de los pasajeros, irónicamete, la Muerte, dijo que ella lo trajo aquí y que tenía que pasar una prueba.

- Eso quiere decir, que esa simulación era al mismo tiempo el limbo, es decir, un mundo donde las almas estan atrapadas entre la vida y la muerte.

- Es posible. Lo único que puedo decir con certeza es que parecía tan real.

Clancy. - Y, ¿qué pasó?

- Bueno, la Muerte dijo que esa prueba tenia que hacerlo conmigo para volver a mi mundo, así que salimos del autobús y emprendimos ese viaje. Ocurrieron muchas cosas y tuvimos muchas dificultades, pero, por extraño que parezca, cada prueba que pasábamos nos acercábamos más, es decir, que nos volvíamos más cercanos, hasta......

- Hasta que te percataste de que te enamoraste de ella.

- Exacto y cuando, finalmente, se lo confesé. Ella no solo no me rechazó, sino que también admitió su amor hacia mí y, bueno, digamos que en ese momento conectamos de alguna manera. - Al decir esto último, puso una sonrisa nerviosa en su cara, al mismo tiempo que se puso rojo como un tomate.

- Madre mía, Clancy. Tú y ella, ¿lo hicisteis? - El, simplemente, me respondió con una sonrisa nerviosa. - Bueno, mirando el lado positivo es que estabais en una simulación, así que ni lo podía dejar embarazada ni le pegarías ninguna enfermedad de transmisión sexual.

- ¡Eh! Bueno, visto así es verdad. De buena me he librado, aunque.......

Su mirada se desvió, lo que me hizo pensar en lo que sería lo imposible en él.

- Espera, tú queriendo ser padre, ¿en serio? - Comenzé a reir, cosa que le molestó a mi hermano. - Lo siento, pero es que eres un desastre, inmaduro e irresponsable como para ser padre.

- Ríete, búrlate de mí. Pero, creo que si tuviera un hijo, a lo mejor, no, seguro que me cambiaría como persona. Totalmente. - Al verlo, me sorprendió. Lo dijo serio y seguro de sí mismo.

- Seguro que sí.

Se sonrojó y cambió de tema, rápidamente. - ¿Qué hay para cenar?

- Lasaña.

Tuvimos una animada cena. Hacía muchísimo tiempo que no me lo pasaba tan bien en una cena con mi hermano, además de que es la primera cena de Clancy desde que llegó aquí.

Espero que sigamos teniendo buenos momentos como este de ahora en adelante.

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Mientras tanto, (T/N) se encontraba en la ducha. El agua caía sobre su adolorida cabeza. Aquel dolor se había intensificado y seguía resonando en su cabeza, su propia voz:

"Recuerda"

¿Qué es lo que tengo que recordar?

No lo entiendo

Esa palabra sigue resonando en mi cabeza una y otra vez

Pero, sobretodo, ¿por qué no dejo de pensar en Clancy?

Será que ya lo conocía de antes

Pero, ¿dónde?

No entiendo nada