Capítulo 9: Sofia, Fuera Las Babas

Hace más de media hora que le di la dirección a Sofia y todavía no llega. ¿Cuánto le queda por llegar? La zona en la que habíamos quedado no está tan lejos de aquí. Ahora pensaréis que ha sido planeado para no estar tan lejos de Lucas, pues es justo eso. Lo que no sabía era que se iba a ir a trabajar de una vez por todas, ha sido toda una sorpresa.

Yago me mira meneando la cola sin parar, parece que quiere jugar o hacer algo. Ojalá pudiera entender a los animales, es un gran deseo. Me agacho y lo acaricio mientras me lame el brazo, cosa que me hace cosquillas. Restriego el brazo por el pantalón para quitar la saliva y me levanto. El timbre suena y eso hace que Yago se alarme y se ponga a ladrar como loco a la puerta. Debe ser Sofia, no creo que Lucas esperase a alguien más.

Al abrir la puerta puedo ver a una chica hermosa de pelo rubio, ojos castaños claros y una hermosa sonrisa que podrían enamorarme, si no fuera porque soy gay. Va vestida con una camiseta negra con un beso, unos pantalones vaqueros bastante cortos que llaman la atención y unos zapatos negros. Está bastante hermosa, no puedo discutirlo.

-¡Hector! -alza la voz y se lanza a mí por un abrazo-. ¡Cuánto tiempo, querido amigo!

-Sí, menos de una semana.

-Bueno, pero para mí ha sido un montón de tiempo -el perro, como con cualquier desconocido que ve, le ladra-. ¡Ah! Madre mía, pedazo de perro. ¿Es tuyo?

-Eh, no. Es de un amigo. ¡Yago, es amiga! -al decir aquello se acerca a Sofia y la olfatea para poder reconocerla en cualquier momento.

-Ay, que escalofrío. ¿Puedo pasar? -le pregunta a Yago y este se aleja y se pasea por la casa-. Creo que eso es un sí.

Entra y cierro la puerta. Al darme la vuelta puedo ver que está con la boca abierta, como si no se esperase esto.

-¿Esta casa es tuya? Me esperaba menos.

-No, no es mía. Al igual que el perro esta casa es de un amigo.

-Déjame adivinar. ¿La casa de ese amigo que buscabas en la discoteca? -afirmo-. ¡Tú te lo estás tirando!

-¡Ala! No seas brusca, no me lo estoy tirando.

-A mí no me engañas, seguramente es uno de esos hombres de negocios que tienen tanto dinero para permitirse esto. ¿Sabes lo que no me esperaba?

-¿El qué?

-Que fuera un viejo.

-¡No es un viejo! Te enseñé una foto suya cuando lo buscaba, ¿no te acuerdas?

-La verdad es que no. Ya sabes, las luces, el alcohol, visión borrosa... Todo eso me ha hecho olvidar.

-Si dejaras la fiesta por un buen tiempo...

-Oye, aunque esté con los estudios logro sacar buenas notas y buenos polvos.

-Eso último sobraba.

-Ya, pero me da igual. Soy sincera con mi nuevo amigo gay -lo último lo ha dicho como si fuera una believer de esas.

-Ya, bueno, si quieres explora la casa a fondo, es una de las cosas que no he hecho.

-¿En serio puedo? ¡Gracias! Pero antes hazme una foto en la terraza.

Me pasa su móvil mientras se pone en posición para hacer la foto. Le hago varias, en todas queda perfecta, con esa sonrisa que mata de ternura. Esta chica seguro se hace modelo, aveces predigo el futuro. Se acerca al acabar la sesión de fotos y las mira todas con esa sonrisa. Varias poses que me matan de risa.

-¡Son perfectas! Deberías hacerte fotógrafo, a no ser que lo seas ya.

-No, prefiero ser cocinero o pastelero.

-¿Te va la cocina? Pues te voy ha hacer mi cocinero particular en casa, así practicas.

-Prefiero no hacerlo todo el rato, para eso están los estudios.

-¡Malo! Bueno, voy a investigar, ¿te vienes conmigo, hijo mío? Hoy estoy con las rimas que no doy a basto.

-Prefiero quedarme aquí, tú mira por ahí.

-Pues vale.

Desaparece por la puerta que da a la habitación de Lucas y me relajo un poquito. Esta chica da mucha guerra, de eso estoy seguro. ¿Encontrará algo en su habitación? Vamos, Hector. ¿Qué puede encontrar en su habitación? Dudo que haye algo de suma importancia o de gran valor, aunque esta casa sea de un gran coste.

-¡Hector! -me sobresalto por ese grito-. He encontrado una caja que solo lleva un vibrador.

-Estás de coña.

-Vale, me has pillado, pero he encontrado esto.

Saca una caja y en ella pone que es un muñeco hinchable, pero en forma de hombre. Oh, dios mío. ¿Qué hace Lucas con esto? Es algo que nunca sabré si no le pregunto.

-Sin palabras, ¿eh? Bueno, también he encontrado condones y un bote de gel lubricante, creo que dice eso. Es de Durex y ya está, eso significa que es para el sexo.

-Tía, creo que has encontrado su caja privada de perversión.

-Lo siento, amigo mío. ¿Tú ves algo que sea de sadomasoquismo? Yo no veo nada de eso, así que no será de perversión.

-¿Qué hará con esto si no puede ni cuidar de Yago? Si no puede cuidar de él, ¿cómo va a tener un polvo?

-¿Acaso eso tiene alguna conexión? -cierra la caja y me mira como si fuera un imbécil.

-No, pero en mi mente sonaba mejor.

-Ah, voy a seguir explorando.

-Espera, esta vez voy contigo.

Me levanto del sofá y voy a la habitación de Lucas con Sofia al lado. Al llegar me pongo a buscar debajo de su cama, ahí es donde Sofia deja la caja. Abro el armario y miro debajo de la ropa y en los cajones de abajo. No hay nada interesante, sólo ropa interior. Miro hacia arriba y veo que hay unas literas bastante altas para mí, pero con una silla podré llegar.

Salgo de la habitación y vuelvo con una de las sillas que hay alrededor de la mesa del comedor. La pongo en un buen sitio y me subo a ella. Al subir puedo ver lo que hay arriba. Sábanas de la cama, maletas vacías y otra caja, pero esta es roja y no negra como la otra. Todo lo que lleve rojo debe ser muy importante e íntimo, no quiero invadir su privacidad y sus secretos, eso ya es demasiado fuerte.

-¿Hay algo ahí? -pregunta Sofia desde abajo.

-Por ahora no -dejo la caja de lado y sigo explorando la litera.

Vuelvo a ver varias cajas de distintos colores y tamaños. Varios deben de ser de zapatos o botas, lo que sea. Al final veo un collar algo llamativo, pero que me encanta cómo se ve. Lo recojo y bajo de la silla con el collar en la mano, es bastante bonito.

-¿Qué es eso? -me pregunta Sofia al ver lo que tengo en la mano.

-Es un collar.

Es un collar de una rosa roja y con varios pétalos volando por el aire. Tiene pinta de ser bastante caro este collar, ya que algo así no se ve fácilmente en algún lugar. Se lo paso a la loca de mi lado y lo examina con ojos de sorpresa.

-Es una obra de arte en el mundo de los accesorios -se le cae la baba de tanto mirarlo, debe ser algo bastante importante y creo que ya sé de quién es.

No es de Lucas, sino de Linda. Debe ser el único objeto que pudo recuperar de ella, algo bastante importante por su valor sentimental. Creo que debería dejarlo donde estaba. Le quito el collar de las manos y me vuelvo a subir a la silla. Lo dejo donde estaba y vuelvo a bajar de la silla, la cual agarro y me la llevo fuera de la habitación.

-¿Por qué no te lo quedas? Es una joya imposible de conseguir, y te lo digo yo, que miro todos los accesorios que hay en todas las tiendas.

-No puedo quedármelo -agacho la mirada mientras dejo la silla en su sitio.

-¿Por qué? No creo que lo eche de menos, a no ser que sea de un ser bastante amado, como su amante.

-No es de su amante, sino de su hermana.

-¿Y por qué no viene su hermana a recogerlo? Menuda irresponsable que no sabe lo que ha perdido.

-No hables así de ella, su espíritu podría estar vigilando ahora mismo.

-Un momento, ¿está... muerta? -asiento lentamente y esta se lleva las manos a la boca-. Ay, por dios, no lo sabía. Creo que sí debería quedarse ahí, ese hombre podría echarlo de menos.

-Buena decisión. Oye, creo que este hombre tiene canales de pago, ¿quieres?

-¿Canales de pago? ¡Mi serie!

Corre al sofá y se echa encima del mando. Lo enciende y empieza a ver su serie favorita, no me ha dado tiempo de ver el título de esa serie, aunque mejor no saberlo, ya que no me llama mucho la atención. Voy a la cocina y voy matando el tiempo poniéndole agua a Yago.

Al terminar aquello me acerco al sofá y empiezo ha hablar con Sofia. Nos empezamos a conocer y vemos que en algunas cosas coincidimos y en otras somos totalmente diferentes. Es como con la historia del bueno y el malo, son totalmente diferentes, pero están juntos por siempre como buenos amigos.

La cerradura de la puerta se empieza a escuchar y nos quedamos en total silencio, podría ser un ladrón que viene a robar, a matarme a mí y a violar a Sofia, haciendo que su mente capture un trauma inolvidable. La puerta se abre y por ella aparece un Lucas sonriente que esconde algo en su espalda. Dirige su mirada primero a Yago, ya que es quien le ha recibido al entrar. Luego me mira a mí y su sonrisa se ensancha, después mira a mi lado y esa sonrisa se queda en una de desconcierto.

-Hola -saluda a Sofia, se nota que no la ha visto en su vida.

Su cara cambia y no sé porqué. Miro a Sofia y empiezo a entender el motivo. Está con la boca abierta, babeando por tercera vez hoy. Ella dijo que era un viejo quien tenía esta casa, pues si los viejos son como Lucas creo que esto se va a ir por la ventana.

-Hola -devuelve el saludo lentamente-, pedazo de... ¡Hombretón!

Carraspeo por lo bajo y levanto mi culo del sofá para no hacerle el feo.

-¿Quién es ella y qué hace aquí? -me pregunta.

-Es Sofia, la conocí en la discoteca aquella noche y está aquí porque no quería quedarme sólo con Yago.

-Ah, vale. Da igual, te traigo un regalo.

-¿Un regalo? -mis ojos se iluminan, ¿qué regalo será?

Miro a Sofia y esta está con corazones y arcoiris por su alrededor. Me dice con la mirada que me acerque, cosa que hago. Tan solo estoy a un par de pasos de él y entonces me da ese regalo. Un ramo de flores preciosas y que desprenden un olor maravilloso, el cual me encanta oler por las mañanas cuando estaba en el campo con mi tía.

-¿Te gustan? Las he comprado por haberme cuidado estos días y por haber aparecido en mi vida en el momento justo.

-¡Me encantan, Lucas! Es un detalle muy bonito -al decir esto se sonroja un poco.

-Hace poco te dije una de las cosas que nunca he dicho a nadie, debes de saberlo.

Me quedo sonrojado al saberlo. Saber que nunca dijo eso de que yo soy su droga me hace pensar que se lo tiene reservado para esa persona especial que quiere tener a su lado en toda su vida. Eso me hace pensar otra cosa, ¿está enamorado de mí? Nah, que va. ¿O sí?

-Eso es... muy bonito de tu parte Lucas.

-Creo que deberías irte a casa, está oscureciendo. Tu amiga no se puede quedar.

-¿Por qué dices eso? -pregunto con curiosidad.

-Porque se está escondiendo en el sofá.

-¡Eso es mentira! -salta gritando.

Se acerca a mí y me lleva a la puerta del brazo. De verdad que esta chica puede ser un problema al momento en que el amor aparece.

-Hasta luego, Lucas. ¡Gracias de nuevo por las flores! -grito ya en el pasillo de la planta del edificio.

Se ríe y cierra la puerta de su casa. Bajamos en el ascensor y puedo ver que Sofia tiene una cara de "¿qué decías?" que no se la quita nadie.

-¿Qué? -pregunto ya molesto de esa mirada.

-Y decías que no te tirabas a ese tío.

-¡Que no me lo estoy tirando!

-¿Y esa frase que no le ha dicho nadie? Seguramente sería la frade esa de "me encanta tu culito, amor".

-No fue esa la frase.

-¿Y cuál fue?

-No te lo voy a decir.

-¿Eh? ¿Por qué? Eres muy malo.

-Lo soy.

El ascensor se abre y salimos por el pasillo. El portero me mira y se sorprende de que tenga este ramo de flores, seguramente ya sabe que son de parte de Lucas. Salimos a la calle y nos despedimos el uno del otro para ir por nuestros caminos a casa.

No ha estado nada mal este día, sin contar que ahora tengo a un hombre como Lucas enamorado de mí, cosa que no pretendía conseguir en la vida. ¿Qué hago? Seguir con mi vida y lo que dios quiera.

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