¡Es la hora! Sí, ¡la hora! Andrew pudo tener esos días libres en su trabajo para dedicarse a la semana de la feria, así podrá estar con su Marcus y, lo más importante, llevarnos a todos. Cuando llamé a todas las chicas a la vez y les propuse la idea se pusieron a gritar como locas. No pararon de gritar después de media hora, no entiendo el motivo por su gran y ensordecedor grito, pero bueno...

Le dije a Cleo que saldríamos y se puso igual que las locas de mis amigas, gritando, hasta que vino mi madre y puso orden. Lo que me parece raro es que mis padres no salgan por ahí, no sé. Mi padre ahora mismo está en su pequeña oficina del segundo piso y mi madre en su habitación, hablando un momento por teléfono de algo.

Yo ya estoy preparado para salir, tan solo tengo que ver si Cleo lo está. Salgo de mi habitación vestido con un pantalón vaquero negro y una camisa blanca de botones, lo que me gusta llevar en estos momentos. Solo me falta una corbata para completar. Llego a la habitación de mi hermana y llamo a la puerta, ningún sonido. Vuelvo a llamar, esta vez sí contesta.

-¡Se puede pasar!

Abro la puerta y ahí la veo. Se ha hecho un poquito mayor con el tiempo, ahora mismo está guapísima con ese vestido que le compró mi madre. Sé que es pequeña, pero ella está así de guapa siempre.

-Vaya... Cualquiera diría que vas a ver a tu novio con ese vestido.

-No exageres como mamá, estoy guapa y ya está.

-La modestia aveces es buena.

-Pero no ahora.

-Como digas. ¿Nos vamos ya? Los demás nos están esperando.

-Vale.

Salimos de la habitación y nos vamos al piso de abajo, donde nos espera mi madre con una gran sonrisa. Verla así siempre me parece tierno y bonito, no quiero que se le quite de la cara esa sonrisa en la vida.

-¿Os vais ya?

-Sí, nos vamos ya a la feria -dice Cleo con esa voz infantil que tiene.

-Oh, vaya... ¿Y con quién iréis? -me dedica una mirada pícara, pero se va a llevar un resbalón en cuanto lo vea con su novio.

-Abre la puerta y lo verás -empieza a dar saltitos y palmaditas de alegría, aunque puede que se le borre.

Se va a la puerta y la abre, encontrándose con Andrew y Marcus esperando junto al coche. Se dan cuenta de que la puerta está abierta y viene Andrew a saludar, que educado. Veo a Marcus de reojo, está guapo y bien sonrojado, ¿qué le habrá dicho?

-Buenas, soy Andrew -mi madre está con la boca abierta, hablar con él no es lo mismo que haberlo visto por la ventana cuando me besó-, ¿sus hijos ya pueden salir?

-Ah... Esto...

-Sí, podemos salir. ¿Vamos, Cleo?

-¡Si! ¡Que ganas! -se sale de casa y se va junto a Marcus, quien la recibe con un saludo, pero ella es tan lanzada que le da un abrazo que él corresponde con gusto.

-Mamá, espero que no te hayas caído del cielo por el golpe.

-Creía que llamarías a Lucas o a Jensen, no al tal Andrew que te besó delante de casa.

-Ah, sí, ese momento -se rasca la nuca, nervioso, soltando leves risas.

-Da igual. Ten, cariño, para que disfrutéis la feria -me da dinero, pero yo ya tengo para esta ocasión.

-Ya tengo dinero, mamá. Será mejor que te lo guardes.

-Nunca viene mal tener algo más de dinero, así que toma -hasta que ella no se salga con la suya no va a parar.

-Está bien, lo acepto -me lo guardo en la cartera que llevo en el bolsillo, es la segunda vez que la utilizo al año, por si acaso se me quiere ir el dinero del bolsillo. Le doy un fuerte beso en la mejilla y le digo una última cosa-. Te quiero, mamá.

-Yo también, hijo.

Salgo a la calle con Andrew y la atenta mirada de mi madre, me da pena que no quiera venir con nosotros. Intenté que aceptara, pero no aceptó, no sé porqué. No le di más vueltas, así que me rendí.

Nos subimos al coche, que, por cierto, es espacioso. Le he pedido a Marcus que se sentara atrás conmigo, así dejamos a Cleo delante por una vez. Seguro que le pongo nervioso, la conversación que tuvimos por teléfono no le ha convencido totalmente. El coche arranca y se mueve de una vez, las ganas de llegar a la feria son incontrolables, espero que las chicas estén ahí. De momento hablaré con Marcus, así mato el tiempo.

-Oye, Marcus, ¿estás bien?

-Sí, por así decirlo.

-Te sigo poniendo nervioso, se te nota.

-Digamos que tengo un poquito de miedo en volver a ver tu otro lado.

-No tengas miedo, ya te he perdonado, por así decirlo. Mientras no digas nada que me hiera todo irá bien.

-Espero que así sea, porque no quiero volver a tener un mal momento.

-No lo tendremos, y si lo tenemos me voy sin decir palabra. Aunque gritaré a los cuatro vientos cuando esté lejos.

-¿Y te daría igual el que te mire la gente?

-Sí, estoy acostumbrado ya un poco.

-Yo tengo un poquito de vergüenza cuando soy el centro de atención.

-No hay que tener vergüenza, a no ser que sea una estupidez bien grande, entonces sí hay que avergonzarse.

-Pues sí.

-¿De qué habláis ahí atrás? -alza la voz Andrew para que lo escuchemos, la música y el volumen que ha puesto mi hermana deja sordo a cualquiera.

-Cosas de adultos, tú a conducir.

-Yo soy un adulto, podéis decírmelo.

-No lo eres si pones la oreja.

-Entonces tú no eres un adulto -me lanza un contraataque bastante bueno.

-Pues empezaré a ser un adulto.

-No te creo, en ningún momento te voy a creer eso.

-Pues te vas a tragar esas palabras, ya verás que voy a ser un adulto.

-Eso veremos, haz que me las trague.

-¡Callaros! Que me encanta esta canción -grita Cleo, como impone.

Todos nos callamos, nuestro silencio es atroz, y lo que suena no es que nos agrade mucho, la verdad. Bueno, solo hay que aguantar hasta que lleguemos a la feria, donde las chicas nos harán soltarnos a lo loco, pero espero que no acaben emborrachando a mi hermana, eso sería lo peor. Las luces que iluminan el cielo aparecen ante mis ojos, debe de haber un concierto, Sofia debió de habérmelo dicho en su momento.

Los edificios desaparecen y ante nuestros ojos aparece un gran descampado en la que hay una gigantesca feria que parece no terminar en ningún punto. Hace tiempo que no voy a una feria y es tal y como la recordaba. ¡Está genial! ¡Que ganas de montarme en todo!

Mi hermana no se despega del cristal, está con la boca tan abierta que parece que va a mojar la ventanilla con su propia baba, mientras no la rompa no hay ningún problema. Quiero ya bajarme de este coche, ¡pero ya!

Llegamos al aparcamiento que hay al lado de la feria y encontramos un hueco de pura suerte, porque para encontrar uno hemos tenido que dar vueltas y vueltas. Las chicas me han enviado un mensaje de voz, ¿qué dirá?

-¡Hector! Si no apareces pronto, las chicas y yo nos iremos solas, menos Tina, ella quiere esperarte y no sé porqué. ¿Te ha quitado lo de gay? Porque así puedes ser mi chico, como me gustaría. Lo mejor siempre es prohibido, es por eso que lo prohibido llama más la atención. Nos esperamos unos minutos más en la entrada, si no apareces, nos vamos.

Qué impacientes estas chicas. La verdad es que las comprendo, yo también mandaría un mensaje así. Aún me sorprende un poquito que Lidia dijera esas cosas, ya que ella es la que ha hablado. ¿O ha sido Sofia y en los mensajes tienen la misma voz? Hay que estar seguros de eso.

Salimos del coche y nos ponemos a andar deprisa cuando les digo que las chicas se están impacientando. Andrew ha soltado una pequeña broma de la que todos nos reímos, echaba de menos eso de él, aunque no conociera esa faceta suya. Sabía que es divertido, pero no la había visto nunca. Aunque soy un tonto pensando eso porque en realidad no hemos quedado mucho.

Llegamos a la entrada de la feria y ahí las vemos todas. A la Lidia, Sofia, April y Tina. Todas muy guapas, maquilladas y bien vestidas, como unas modelos. Solo falta una quinta chica como ellas para ser un grupo de mejores amigas. Cuando nos ven se acercan todas y se lanzan a mí, haciéndome caer al suelo con ellas encima.

-¡Hector! -gritan al unísono.

-Duele... -logro pronunciar una simple palabra.

-¡Dejemos respirar al chaval! -ordena April, mi salvadora.

Nos levantamos todos, nos quitamos el polvo que hemos recogido al caer al suelo y nos miramos todos. Los ojos de Sofia están fijos en Andrew y Marcus, espero que no haga lo que creo que va ha hacer.

-Vaya, menudos tíos hay aquí -lo sabía, se acerca a ellos y posa una mano en el pecho de cada uno-. Ahora mismo no estoy libre, pero en un momento puede que... Ya saben -y les guiña un ojo.

-Somos gays -anuncian los dos al grupo.

-¡Menuda mierda! Un momento, tú eres Andrew, el DJ.

-Así es.

-Y yo que soñaba con tu cuerpo pegado al mío, que me dabas bien duro contra el...

-¡Sofia! -le tapo la boca antes de que diga una burrada-. Que mi hermana pequeña está presente.

La señalo y estas se quedan sorprendidas, menos April, ella ya había visto a mi hermana un par de veces. La pequeña se acerca a April y le sonríe para luego darle un abrazo.

-A mí también me alegra verte de nuevo, Cleo.

-Te echaba de menos.

-¿Ah, sí? No me esperaba eso, je.

Las chicas se presentan y Cleo presta atención a sus nombres para no perderse ninguno. Su sonrisa se ensancha, contenta de conocer a mis amigas. Marcus también se presenta, todos se presentan a las personas que no se conocen, y así es como se hizo la amistad.

-Ya que estamos aquí y que por fin conocemos a esta criatura tan bonita -Tina señala a mi hermana-, ¿por qué no entramos y nos divertimos?

-Estoy totalmente de acuerdo -asiente Andrew.

-¿A qué estamos esperando? ¡Al ataque! -ordena Cleo, totalmente impaciente.

-¡Vamos! -alzamos las manos, como si fuéramos guerreros apunto de invadir un pueblo pequeño.

Nos disponemos a entrar en la feria, todo esto será divertido, una gran noche, estoy seguro. Tan solo espero conseguir un peluche gigante, siempre he querido uno.

Mamá... Gracias por el dinero.
Andrew... Me alegra que pudieras ayudarme.
Marcus... Tan solo hay que disfrutar, así que disfruta.
Cleo... Es el momento de divertirnos entre hermanos.
Chicas... La locura está en vuestro aire, necesito respirarlo.
Lucas... Siento no traerte.
Jensen... Si te encuentro, te vienes.

Esta frase se quitará cuando se corrijan los posibles fallos ortográficos.

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¡Estamos en la primera parte del final de la primera temporada! ¿Qué es esa cosa que pasará a alguno de los personajes? Ya os lo dije, algo pasaría.

La parte final, el pensamiento masivo, en lo que falta lo haré así, porque lo veo muy bien bonito.

Creo que este capítulo con dos partes tendrá una tercera un tanto muy corta, lo estoy pensando, ¿vale?

Me he enterado que las visitas suben bastante, me alegra que la gente lea esta historia.

Bueno, os dejo para pensar en la siguiente parte.

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