Capítulo 4: Suplicante
Sentado, sin nada que hacer, esperando a que todo esto acabe de una vez. ¿Por qué Lucas hizo eso? No tiene sentido, ¿por ir con su hermana? Conseguí convencerlo, dudo que sea por eso, ¿o estoy equivocado? Debe ser por algo, encontrarlo así en la cama me dio un miedo terrible que me hizo estar paralizado por un momento. Pensaba en mi tía, en lo que sucedió con ella. No me lo contaron, pero lo podía intuir en las miradas de mis familiares, en sus lágrimas y en sus palabras. Ese día lo entendí todo, alguien la mató, el asesino está entre rejas, lo sé.
Por el pasillo van pasando enfermeras y médicos con paso rápido. Tienen emergencias que atender, Lucas ya está siendo atendido. No sé nada de él y ya me mata por dentro el haberlo dejado sólo. ¡No te culpes por eso, Hector! Solamente piensa en el presente y en el futuro, piensa en que todo va a salir bien. Si me caigo en ese pozo oscuro otra vez, podría tardar mucho más. Sobretodo si sigo con el pensamiento de mi tía.
-¿Acompañantes de Lucas Fariely? -menudo apellido más raro.
Me levanto y me acerco al médico, tiene pinta de traer noticias buenas o malas, no tengo idea si no me dice nada.
-Yo -digo solamente.
-¿Eres el único? ¿No hay familiares?
-Eh, por ahora no he visto a nadie.
-Bueno, da igual, ya vendrá alguien. Te lo cuento todo y tú se lo dices a sus familiares, ¿de acuerdo?
-Claro, sin problema.
-Hemos podido parar el sangrado de la vena de milagro, ha sido un corte bastante profundo. Se nota que tiene experiencia -eso me preocupa, ¿lo intentó otras veces?-. Se despertó y lo hemos sedado porque se ha vuelto un problema, perdió los estribos. Ahora mismo está en una habitación dormido, pero intuyo que se despertará pronto.
-¿Puede recibir visitas? -le interrumpo.
-Tendrás que esperar una hora o menos. Quédate aquí y yo te aviso. También una última cosa. Durante el transporte a su habitación no ha parado de susurrar un nombre. Creo que decía Linda todo el tiempo.
-Vale. Gracias por hacer lo que ha sido posible.
-No es nada, pero, por favor, contrata un psicólogo.
-Tiene ya una psicóloga, pero está en Madrid, así que lo tengo que cuidar yo sólo.
El médico se despide y se va, esta es mi oportunidad. Dejo la pequeña mochila que tengo y saco mi móvil para mirar una cosa. Me he traído la mochila para traer un par de cosas, no me cabían en el bolsillo, excepto su móvil. Hay que investigar. Busco en Google: Linda Fariely. Ya con tan sólo teclear le doy a una página y me aparece todo lo que necesitaba saber. Vaya... No me esperaba esto.
-Linda Fariely, nacida el 18 de Septiembre de 1990, murió en un accidente de coche en una autopista. Su único acompañante, Lucas Fariely, fue el único superviviente.
No puedo leer más, es demasiado y ya he leído lo suficiente como para saber el por qué el intento de suicidio. Vio la muerte de su hermana en primera fila... Si a mí me hubiera pasado eso seguramente también lo intentaría. Quito la página y miro los mensajes, mi madre ha hablado conmigo y entiende que me quede en el hospital, pero lo que no sabe es que estoy con Lucas. Si ella supiera quién es, haría que mi padre me encerrara en mi habitación por siempre. Ellos no lo entienden, tengo que cuidar de Lucas, es una emergencia en la que corre peligro la vida de una persona.
Una llamada aparece a lo grande en mi móvil. Lo que faltaba, es April. ¿Cómo explicarle esto? A lo mejor ya lo sabe y sólo quiere saber qué tal está. ¿Y si me echa una bronca por lo sucedido? Me dirá que soy un irresponsable por dejarle sólo mucho tiempo. Bueno, a estas cosas hay que decirlas a las personas que uno más confía. Arrastro el botón verde y me pego el móvil a la oreja.
-¡¿Qué ha pasado!? Me han avisado de que Lucas está en el hospital nuevamente. ¿Qué ha hecho? -se le nota bastante preocupada, como para no estarlo.
-Está bien, se ha cortado las venas poco antes de que llegara a su casa. Lo he encontrado en la cama sangrando bastante. Por suerte han parado el sangrado.
-¡Por dios! Lucas... No me puedo creer que lo haya vuelto ha hacer.
-¿No es la primera vez?
-Qué va. Es como la quinta o la sexta. Cada vez me preocupa más. ¿Tú estás bien?
-Pues sí -miento-, solamente estoy muy preocupado por él.
-Bueno, espero que me puedas dar noticias de cómo está. Necesito saberlo. Soy su psicóloga.
-Tranquila, te mantendré informada.
-Gracias, Hector. Tengo que colgar, me están llamando. Cuida de él, por favor.
-Lo haré. Adiós, April.
-Adiós.
La llamada se corta. Pobre April, está bastante preocupada y no puede hacer nada porque está muy lejos. ¿Por qué se tuvo que ir en estos momentos? Entiendo que sea por sus estudios, pero que piense por Lucas, no ha visto venir esto, la creía más inteligente. Tengo que tranquilizarme y pensar en otra cosa. Podría mandarles un mensaje a Sofia y al DJ, creo recordar que se llamaba Andrew. Da igual. Tengo sus números ya en mi móvil, así que les enviaré un par de mensajes para que tengan mi número.
Hector & Sofia
Hector: Buenas, Sofia. Soy Hector, el chico gay de la discoteca. ¿Qué tal estás? Te mando un mensaje para que tengas mi número y me quieras hablar cuando quieras. √√
Hector & Andrew
Hector: Hola, Andrew. Soy yo, Hector, el de la discoteca. Espero que te esté yendo bien. √√
Los dos deben de estar ocupados. El médico se acerca y entra en la habitación de Lucas, creo que es esa, porque no les he visto entrar con la camilla. Sale y me dice que pase. Al entrar veo a Lucas dormido, pero despertándose poco a poco. El médico se va y me deja sólo con él. Aún tengo miedo de que pueda hacer alguna estupidez por verse aquí, en una habitación de hospital.
Abre los ojos y mira a todos lados, sin parar la mirada en mis ojos ni nada. Va abriéndolos poco a poco hasta que se asusta y empieza a moverse descontroladamente, la máquina muestra sus pulsaciones y se está volviendo loco. ¡Tengo que hacer algo!
-¿Dónde estoy? ¡Quiero salir de aquí! ¡Quiero salir de aquí! -grita desesperado.
-¡Tranquilo, Lucas! -me acercó, pero es peor.
-¡No! ¡Tengo que salir de aquí! ¡Linda! -grita el nombre de su hermana.
Intenta quitarse el vial que hay en su brazo, pero consigo que no lo haga apartando su mano y pegando mi frente con la suya, susurrando palabras que intentan ser tranquilizantes.
-Tranquilo, estás bien. Todo va bien -su respiración agitada se vuelve más tranquila, respira profundo y me mira a los ojos.
La máquina muestra que sus pulsaciones son más tranquilas, sus ojos mirando los míos, mi frente pegada a la suya, mis manos en sus mejillas, delante de él...
-¿Qué hago aquí? -pregunta ya tranquilo, dándome con su aliento.
-Te has intentado... Bueno, ya sabes.
-Me he cortado las venas, ¿cierto?
-Sí.
-¿Y quién eres tú? Estás demasiado cerca como para darte un beso. ¿Acaso eres uno de mis ligues?
-No te creas tanto. Sólo soy el sustituto de April.
-¿Qué ha pasado con ella?
-Está en Madrid.
-Vaya mierda.
-Ya ves, menuda mierda.
Hablamos sin separarnos, esto es bastante raro, su frente pegada a la mía me crea confort y seguridad. ¿Por qué? No entiendo nada. Intento separarme, pero cuando lo hago sus pulsaciones vuelven a ser rápidas, entonces me pego otra vez y vuelve a ser normal.
-No te separes de mí, necesito el contacto con alguien.
-¿Y si te cojo de la mano? ¿Con eso basta?
-Creo que sí. Prueba.
Quito una mano de su mejilla y agarro su mano izquierda, entonces me separo poco a poco y vemos que no pasa nada. Suspiro. Menos mal que puedo agarrarle solo la mano. Me siento en una silla que hay al lado de la cama y le miro a los ojos, su mirada no se separa de mí, me parece incómodo que me ande mirando así todo el tiempo.
-¿Cómo te llamas? ¿Y cómo es que me conoces?
-Me llamo Hector. April me pidió que fuera a por ti a una discoteca porque necesitabas ayuda. Estabas borracho y drogado, tuve que llevarte a casa aguantando tu peso durante varias manzanas.
-Lo siento.
-¿Por qué?
-Por conocerme de esta manera.
-Tranquilo, podría haber sido peor. Podrías haberme golpeado, pero no lo hiciste.
-Menos mal que no.
Ahora que me acuerdo, tengo que llamar a April para decirle que Lucas está bien, despierto y lúcido. Puede que el sedante lo haya dejado un poco mal. Cojo mi móvil y la llamo, dejando que suenen los pitidos que tanto impacientan.
-¿Hector? ¿Qué pasa?
-Te llamo para decirte que está bien, está aquí despierto y despejado, bueno, eso sin incluir el sedante que le pusieron.
-Gracias por llamarme por eso, eres buen amigo. ¿Me lo pasas un momento? Tengo que hablar con él.
-Claro -le tiendo el móvil a Lucas-. Toma, es April.
Lo coge y habla con April, teniendo mi mano aún en la suya. Su cara y su voz se vuelve apagadas, sin sentimiento, debe de ser algo importante o puede que lo de Linda. No quiero involucrarme ahora en ese accidente, es suyo el problema y si quiere contármelo que lo haga, que yo lo ayudaré.
-Toma -me devuelve el móvil y veo que la llamada se ha cortado.
¡Será mala persona! ¡Ni un adiós!
-¿Todo bien? -pregunto preocupado.
-Sí, todo bien -es lo único que me responde.
-Oye, estoy aquí para ayudarte. Sé que no me conoces ni nada, pero entiendo un poco tu dolor, el dolor de tu hermana.
-¿Cómo sabes eso?
-Cuando uno está borracho se le escapa la lengua. Pero tranquilo, sólo me has dicho que tu hermana tuvo un accidente y ya está. Por si acaso te interesa saberlo.
-Gracias -sonríe por una vez y me hace sentir bien, tanto que yo también sonrío-. ¿Cuándo podré salir de aquí?
-No lo sé, pero no creo que me pueda quedar toda la noche, mañana tengo clases.
-No quiero quedarme sólo, por favor. Quédate conmigo.
-Es que yo...
-¡Por favor! -me interrumpe con un grito suplicante.
Esos ojos me suplican que me quede, el chocolate de sus ojos me lo piden a gritos. ¡Ah! ¿Por qué mi corazón quiere quedarse?
-Me quedaré si puedo hacer una cosa -agita la cabeza de arriba a abajo, diciendo que sí-. Tengo que llamar a mis padres y decirles que tengo que quedarme. ¿Podrás aguantar?
-Sí, creo que sí.
Aprieto su mano y después la suelto para separarla de la mía. Al hacerlo se le nota un poco incómodo y las pulsaciones no suben. Salgo de la habitación y llamo a mi madre, que es la única que seguramente puede coger el móvil ahora.
-¿Diga?
-Mamá, soy yo. ¿Podría quedarme a dormir en el hospital? Mi amigo no puede quedarse sólo por lo que pueda hacer.
-Entonces tendrías que faltar a clases y no quiero eso.
-¿Quieres que falte un día o ver un fiambre en mi ojos?
No se oye nada al otro lado, creo que la he hecho pensar demasiado. ¿De verdad se lo piensa? Una respiración corta mis pensamientos y me da la respuesta.
-Puedes quedarte una noche, pero al siguiente día no quiero que faltes a clases.
-Entendido. Gracias, mamá. Te quiero mucho.
-Y yo a ti. Cuida bien de tu amigo.
-Descuida, lo haré lo mejor que pueda.
Corto la llamada y vuelvo a entrar en la habitación. Lucas está acostado mirando al techo, le parecerá interesante y todo. Me siento a su lado y vuelvo a poner mi mano en la suya. Al hacer eso me mira, quiere mi respuesta, lo cuál le doy en forma de sonrisa.
-Gracias, eres un buen chico.
-De nada. Venga, a dormir porque ya es casi de noche.
-Claro.
Se acuesta y poco a poco se va durmiendo. Yo pienso una cosa, ¿de verdad él quiere que esté aquí por su miedo a estar sólo? ¿Acaso es ese el miedo? Soy un tonto y no me había dado cuenta hasta ahora. Da igual, lo primero ahora es su salud y su seguridad. Podría ir a peor si no me quedo con él.
-No quiero que duermas en el sillón -dice de repente.
-Creía que ya te habías dormido.
-No puedo si sigo sabiendo que duermes ahí.
-No creo que haya otra camilla por aquí. ¿Tú ves otra? Porque yo no.
-Duerme a mi lado.
-Ya estoy a tu lado.
-No, tonto -sabía que lo era-. Duerme en esta camilla conmigo.
Al decir y pensar en eso me sonrojo de inmediato. ¿Está de coña? No puedo hacer eso, sería un poco incómodo para los dos, la camilla es un poco pequeña para los dos y tendríamos que estar apretados.
-Venga, sube -se pone de lado y golpea un par de veces la camilla.
No puedo decirle que no, a lo mejor haría algo raro como levantarse y subirme a la camilla en brazos. Acepto y me intento acomodar de lado, lo cual consigo. De repente, Lucas pasa su brazo por mi cuerpo y me apega a él. Puedo notar sus duros músculos, cosa que me sonroja bastante.
-¿Estás cómodo? -me susurra en la oreja, creando una chispa en mí que nunca había sentido, solamente con Jensen.
-Sí -tartamudeo, estoy nervioso.
Se acomoda y se pone a dormir, creo que para mí va a ser difícil conseguirlo. El sueño no es tan fácil de conciliar si tienes a un hombre musculoso que no conoces de nada a la espalda abrazándote y dándote con su aliento en la nuca.
Lo que dios quiera. Cierro los ojos y intento soñar, cosa difícil. Las estrellas aparecen y, con ello, el sueño.
Jensen...
Lucas...
---------------------------------------------------------
¡Hola a todos! Sé que el capítulo no es gran cosa, pero es lo que se me ha ocurrido. El siguiente capítulo lo tengo bastante preparado y lo publicaré en cuanto lo repase y cambie unas cosas.
Ya tenemos a Lucas en el encabezado y en multimedia, igual que con Jensen, Sofia y Andrew. Poco a poco puede que vaya metiendo a más personajes y puede que encuentre a nuestro Hector.
Gracias por leer y espero que me apoyen con su voto y me dejen sus críticas sobre esta historia
Y si quieren alguna dedicatoria, pidan por comentarios.
¡Tengo Facebook!
PedroLibro
¡Tengo Instagram! (Wattpad/Personal)
Pedrolibros / Pedroletras16
¡Un beso a mis lectores!
♥♥♥
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top