Capítulo 37: La Cena Fariely

¡Ya estoy preparado para cenar con esta familia! Me sorprende todavía que Lucas no se haya comportado raro al pasar por la habitación de su hermana, ya que hemos entrado hace unos minutos. Estaba muy tranquilo, aunque no del todo, ya que apretó los puños en señal de que estaba pensando en eso. Ya que conozco lo que pasó en ese accidente me veo decidido a hacer que no pierda la cabeza, por ello me quedaré a su lado, me da igual cuánto cueste eso, me he decidido y, cuando me decido completamente, no pueden cambiar mi decisión.

Él no sabe que lo sé, mejor así, ya me lo contará y sabré que confía lo bastante en mí como para abrirse de tal manera. Si no me lo dice sabré que no confía en mí lo suficiente. Ahora me tengo que centrar, porque he oído que llegaron un par de coches más con un par de personas en cada uno, ¿familiares o amigos? Dijeron que iba a ser una cena familiar, así que supongo que son familiares.

Lucas entra en la habitación, ya que es la suya, y me mira de arriba a abajo. Me he vestido con un pantalón vaquero oscuro, una camisa blanca de botones y el collar que nunca me quito, es mi objeto preferido en mi vida, sí, más que mi móvil. Que me mire tanto me hace sentir raro, hace que me sonroje.

-Estás guapísimo -murmura en voz baja, supongo que pueden escucharnos, que las paredes y los suelos son finos.

-Gracias, tú también -está hermoso con esa camisa blanca de botones y ese pantalón vaquero rajado por las rodillas, le da un toque informal y callejero, me gusta.

-¿Estás nervioso? -se acerca a mí, apoya sus manos en mis hombros y me mira a los ojos de una manera que me da confianza.

-Un poco, es que es tu familia y yo no debería estar aquí, tan solo soy un desconocido para todos, un simple chico que ha llegado contigo y que no conocen de nada.

-Eso da igual, yo te necesito aquí conmigo y eso es lo que importa, no sabes hasta qué punto te lo agradezco.

-Sé hasta qué punto, no debes exagerar.

-No exagero, si no estuvieras seguramente me habría dado un ataque por lo de mi hermana.

-No habrías necesitado mi presencia, por mi parte veo que te controlas muy bien.

-Porque estás aquí, sino no me controlaría.

-¿Qué quieres decir con eso?

-Pues que solo me controlo porque estás tú, no quiero que me veas así, loco -yo tampoco quiero que me vean el lado oscuro, aunque seguro que lo conocen porque esta cena puede llegar a ser un desastre con el padre ahí.

-Solo conmigo... Deberías aprender a controlarte tú sólo.

-Ya me controlo...

-Así me gusta. Vamos a bajar, deben estar esperándonos.

-Sí, sobre todo los que recién han llegado.

Salimos de la habitación y bajamos las escaleras para encontrarnos a más personas en el comedor. A simple vista parecen agradables, aunque no se sabe si lo son de verdad o no. Lucas me lleva a un par de chicos que parecen tener unos pocos años más que yo.

-Hector, te presento a mi primo Ernesto -un chico de estatura mediana, casi como yo, pelo rubio cenizo y ojos oscuros, parece muy simpático por su sonrisa de perla-. Y aquí al lado está Billy, otro de mis hermanos -es alto, de cuerpo trabajado, ojos verdes y cabello pelirrojo, ese pelo me suena mucho al de Marcus.

-Encantado -alzo la mano en forma de saludo mientras sonrío.

Me devuelven la sonrisa y me saludan también.

-¿Mi hermano ha traído a un chico en vez de Melani? -lanza una mirada enfadada, lo que me pone nervioso.

-Es por lo de Linda, él me controla.

-En ese caso no diré nada, es algo muy delicado hablar de ello.

-Con él no me pasa.

-Es un buen paso, poco a poco no notarás ese dolor.

-Espero que sea así.

Se va el hermano junto al primo hablando y nosotros nos acercamos a un par de chicas que parecen ser las novias de los que acabamos de hablar.

-Chicas, os presento a Hector, mi vigilante.

-Con vigilante querrás decir a tranquilizador, ¿no?

-Así es.

-Entonces encantada, me llamo Hiley -una chica de cabello rubio ondulado y ojos celestes se acerca y me da dos besos.

-Y yo me llamo Ashley -me da dos besos también una chica de cabello negro carbón y ojos castaños claros.

Las dos tienen un buen cuerpo, parece que voy a ser el único que no tenga un cuerpo musculoso o de modelo.

-Hace tiempo que no te vemos, Lucas, ¿qué es de tu vida? -pregunta Hiley.

-Pues... Vuelta a la normalidad, casi.

-¿Has vuelto al trabajo? -pregunta Ashley.

-Sí, he vuelto a la rutina de siempre.

-Bueno, de siempre no porque seguro estás ocupado con él también -me señala-. Sé que los dos estáis muy ocupados juntos, en el sofá acostados y lo que sea que hagáis. Seguro que no es muy inocente.

-¿Eh? Esto...

-Casi nos pillas, si no fuera porque él está con otro.

¿Estoy con otro? Jensen no es mi novio, pero... ¿Puede serlo de verdad? Ya no sé si de verdad puedo ser algo para estos dos.

-No tengo novio.

-Es verdad, estás indeciso y por eso me besas.

-¡Lucas! -le doy un golpe en el brazo, pero no soy lo suficientemente fuerte como para hacerle tanto daño.

-Vale, vale, no diré nada más.

-Sois tan lindos los dos... -dicen las dos chicas juntas, suspirando de ternura.

-Ni que se os pase por la cabeza.

-Tranquilo. Nosotras sabemos que Lucas es gay, pero aquí nadie más lo sabe.

-¿En serio? -miro a Lucas y este saca una sonrisa cómplice.

-Pillado.

-No has hecho nada malo.

-Ya...

-¡Todos a la mesa! -nos llama el padre.

Dejamos de hablar de esto y nos vamos a la mesa, en la cuál solo hay platos vacíos y vasos. A lo mejor Paula necesita ayuda. Me voy a la cocina sin el permiso de alguien y la veo ahí terminando de preparar los platos. Me acerco a ella, haciéndome notar, y le pregunto.

-¿Necesitas ayuda, Paula?

-Es muy amable por tu parte. Podrías llevar estos platos a la mesa ya, si no es mucha molestia.

-No es molestia, me ofrezco voluntario a ayudarla con la mesa.

-Que amable eres. Pues venga, serás mi camarero temporal.

-Será todo un placer.

Suelta una risita y me dice una cosa que no me esperaba.

-Ya veo por qué Lucas te quiere tanto.

-¿Perdona?

-¿Creías que no lo sabía? A mi hijo le gusta los chicos y las chicas, no me sorprende, es algo normal.

-¿Desde cuándo lo sabía?

-Una madre lo sabe todo, me enteré cuando ya tenía edad para sentir aquellas cosas.

Sonrío por esa explicación, es la misma que me dio mi madre en el momento en el que se lo conté, me hace mucha gracia que sean en parte iguales.

-¡Venga, que se enfría!

-¡Ya voy!

Agarro un par de platos y me los llevo a la mesa. La gente me mira, deseando saber qué es lo que hay de cenar. Lucas me mira un poco sorprendido de que esté haciendo de camarero, pero también le da gracia. Dejo los platos en la mesa y me dispongo a volver a la cocina, pero antes le pido a Lucas algo.

-Pon en mi plato un poco de carne en salsa, por favor.

-Eso está hecho.

Vuelvo a la cocina y agarro otro par de platos, solo me faltan un par de viajes más y nos vamos a cenar la madre y yo. Hay ensaladilla, carne en salsa, pollo al horno, ensalada, estofado de ternera, pescado y un par de platos pequeños con aceitunas y patatas.

-¡Parece la cena de año nuevo! -exclama Billy.

-Ya ves, hermano, volvemos a celebrar año nuevo -murmura Benny.

Sus nombres suenan tan iguales que me podría confundir.

Me siento en mi lugar y veo que en mi plato hay muchísima carne en salsa.

-Lucas, te había pedido un poco, no mucho.

-Estás en edad de crecimiento, así que tienes que comer mucho -me dice en forma de burla.

-¿Más?

-¿Cómo que más? No estás ni a mi estatura, así que hay que crecer -se ríe un poco, es el tipo de bromas que hace Jensen, son un poco parecidos los dos, pero a este lo quiero matar ya.

La cena transcurre con normalidad, el padre nos anda mirando a Lucas y a mí de una manera asesina, homofóbico hasta la médula que quiere matar... Me pone muy nervioso, si me sigue mirando así va a salir mi parte oscura. Lo miro también mal, parece no gustarle, pero que se acostumbre.

Las chicas están con sus novios, me parece muy normal que estén juntos, estas dos parejas se ven muy bien y muy cariñosas, aunque eso es la primera impresión, ya que esto es una cena familiar, y delante de la familia no se van a poner a discutir. ¿Por qué creo que van a discutir? A lo mejor son una pareja estable, sin problemas y sin gritos entre los dos.

Una copa suena entre la multitud, es Paula quien lo está golpeando con un tenedor. Todos nos vamos quedando en silencio, hasta que nos quedamos sin hacer ruido alguno.

-Me alegra que todos vosotros hayáis venido a la cena, somos la mayoría de la familia que ha venido. No diré todos porque faltamos unas cuantas personas más, y sin contar que Linda ya no está en cuerpo, pero sí en alma -Lucas me agarra de la mano bajo la mesa y me la aprieta un poco, se intenta tranquilizar, no pensar en eso-. Esta cena ha servido de propósito para reencontrarnos todos y daros una mala noticia que todos deberíais saber de inmediato.

Todos se miran entre entre ellos, preocupados por lo que puede decir. Esperan que no sea algo grave, yo también lo espero.

-Esta cena es por el motivo a mi última visita al médico. Me asignaron cáncer hace un par de semanas, el día en el que me llamaron por mis análisis. El análisis final me lo dieron cuando os llamé, un día antes de planear toda esta cena.

Todos se quedaron boquiabiertos, al igual que yo. Una madre que se preocupa por todos y que notifica a la familia de que está mal, esa es una madre que sabe decir las cosas, no las que se guardan todo para hacer que sus hijos solo estén con ella porque se lo ha pedido. Todos se miran, las chicas se han llevado las manos a la boca, el padre ha apretado los puños, está muy afectado y lo entiendo. Lo que no me esperaba es...

-¡Esto no puede ser así! -da un fuerte golpe a la mesa-. Sé que pueden operarte y dejarte como nueva, que puedes vivir más años.

-No puedo, cariño, y lo sabes.

-Papá, no creo que los médicos os dijeran que no se puede tratar solo porque no querían -actúa Lucas.

-¡A callar, marica!

-¡Harold! -le regaña su esposa al haber dicho eso.

-¡¿Con qué derecho me llamas marica?! -salta Lucas.

-¿Lucas es gay? -se levanta su hermano Billy, con una mueca de asco.

-Por favor... -ruega Paula, todos aquí quieren que paren.

Una pelea se forma por las malas noticias tras otra, es algo que no me esperaba. Harold gritando a su hijo, Lucas peleando por hacer que su padre y su hermano no lo venzan, las chicas intentando calmar a Billy, y Ernesto no se mete en esto, es algo que me parece raro, pero hace que en mi interior se forme algo. ¡Es mi lado oscuro! No lo dejo salir, pero al final acaba por salir cuando veo a Paula totalmente quieta, sentada y rogando que todos paren. Cierro los ojos con fuerza... Y los abro decidido.

Doy un fuerte golpe en la mesa y grito a los cuatro vientos.

-¡Sois todos unos gilipollas!

-¡No te metas tú también, maricón!

-¿Maricón? -cojo mi plato y se lo lanzo al pecho, se rompe en pedazos y hace que se calle soltando aire-. ¡Si no te callas, Billy, te voy a tirar la silla! Y no me gustaría romperla contigo -lanzo una mirada amenazante, la cual le intimida-. Siéntate -lo hace-. Y tú también, Lucas -sin rechistar, lo hace.

Me acerco a Paula, quien sigue llorando y sigo gritando.

-¡¿Es que no les da vergüenza? Aquí Paula ha intentado hacer una cena familiar tranquila para daros una mala noticia. Pero Harold salta, como no, cuando su hijo interviene. Menuda pelea de niños de tres años, me dais asco. Harold, te creía lo bastante mayor como para no importarte lo que tu hijo haga o quiera en su vida. Billy, creía que eras simpático, pero me he equivocado.

-¿Equivocado? -se levanta enfadado.

-¡Que te sientes! -le lanzo un plato y se agacha justo a tiempo para que no le diera en la cabeza, lo cual hace que se choque contra la pared y se haga añicos-. Me esperaba más de esta familia, me esperaba a personas que no se pelean entre ellas, pero aquí estoy, viendo como una familia se pelea. Paula está con cáncer y lo que hacen es hacerla llorar por sus tonterías.

-No es un ton...

-Como te levantes, Harold, te clavo el cuchillo en la rodilla -se queda callado de inmediato-. Lucas -me mira con desprecio en si mismo-, tú no tienes la culpa, tu padre ha sacado el tema sin saberlo, es por eso que no te voy a regañar. Chicas, ¿podéis llevaros a Paula a su habitación? Ernesto, quiero que vigiles a estos idiotas y que recojan la mesa. La cena ha acabado, así que Paula, las chicas, Lucas y yo no vamos a mover ni un dedo por la estupidez que habéis hecho. Y me voy a llevar un cuchillo por si acaso se presenta la ocasión de tener que defenderme, no me sorprendería -me guardo un cuchillo en el bolsillo-. Me voy afuera, necesito aire fresco, así que a trabajar.

Me alejo de ellos y salgo afuera, necesito tomar el aire para despejarme, para intentar calmarme. Puede que sin mi parte oscura no sea fuerte, pero para defenderme... Soy lo mejor con un cuchillo.

Lucas... No creía que esto pasaría, pero has visto mi lado oscuro.
Paula... Siento que hayas tenido que ver eso, pero no me arrepiento de haberle gritado a tu marido.

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¡Hola a todos! Menudo enfado el de Hector, ¿no creen?

Ha sido bastante... Uff... Bueno, aquí os he traído el lado oscuro de Hector de nuevo y la mala noticia. Ya sabemos que la madre tiene cáncer, ¿qué pasará en ese entonces? ¿Cómo las pasará?

Bueno, después de esto, hay una pequeña charla antes de irse a Nueva York. ¿De qué será la charla?

El final se está acercando, menos de diez capítulos, cortos o largos, quedan. Así que disfrutar la historia, porque también habrá segunda temporada.

El final será algo que le ocurrirá a uno de los personajes. ¿El qué? No os lo diré, secreto de escritor jaja.

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¡Vamos a acercarnos al final!

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