Capítulo 29: ¿Me Ayudarás?
Estoy un poquito cansado. Recién llego del instituto del que tanto me he aburrido hoy, Jensen no ha estado por dolor de barriga, su madre lo está cuidando. He estado chateando con él por una hora hasta que al final dejó de mandar mensajes, creo que fue la razón de que tenía sueño. Dijo que no durmió en toda la noche por el dolor de barriga, fue un fastidio. Al final cayó rendido por el cansancio mientras hablábamos, eso me tranquiliza. Que duerma me tranquiliza, porque quería que pusiera su cabeza en la almohada y durmiera de una vez.
He hablado también con Lucas. Al final, la cena esa será muy lejos, tanto que tendremos que dar un pequeño viaje en avión, menos mal que será el fin de semana. Me estoy cansando de los aviones. Me gusta la vista que queda al subir tan alto, pero no el tiempo que se tarda. Sé que podré hablar con él, ¿pero por cuánto tiempo? Debería pensar ahora mismo en qué hacer en el avión, sino me quedaré aburrido. No digo que Lucas sea aburrido, es que no tengo muchas ganas de hablar en un avión, me va más escuchar música perfecta para la altura, no sé ni lo que digo.
¿Me notáis un poco distinto? Es porque he decidido que no me voy estrujar la cabeza pensando en quién me gusta más, en quien amo más. Dejaré que el tiempo pase y que sea lo que el destino quiera.
Debería levantarme de la cama e ir de una vez al gimnasio. Por alguna extraña razón, no me puedo creer que me estén dando meses gratis a mí. Yo, un chico cualquiera. Debería atar cabos y averiguar quién es el dueño, porque puede que me haya echado el ojo y esté pensando que puede intentar conquistarme. Lo siento, amigo, pero no soy fácil y yo ya estoy loco por dos.
Me levanto de la cama y dejo el móvil a un lado, necesito separarme de esta cosa por un momento. Me salgo de mi habitación y busco a mi madre, tengo que avisarla porque se volverá a quedar sola con Cleo. Bajo las escaleras y la veo tomándose un té, seguro intenta dejar los nervios y el miedo de lado. Me acerco y la miro un poquito asustado.
-Mamá, me voy a salir al gimnasio, así que te quedas sola con Cleo de nuevo.
-Vale, cariño. Por cierto, ten cuidado.
-¿Por qué? -sé la razón, pero no me quieto delatar.
-Por nada, solo ten cuidado, por favor -me mira a los ojos fijamente, con preocupación y miedo.
Debe ser que las amenazas de Terry han llegado a tal extremo que ahora nos mete en su lista de víctimas, está loco.
-Lo tendré, no te preocupes -le dedico una sonrisa que muestra despreocupación a la vez que miedo de que me ataque ese loco.
-Por cierto, Cleo me ha hablado de salir a una feria.
-Ya, si no vamos nos va a odiar por siempre.
-Pues dile que no hace falta que se enfade, que podéis ir.
-¿En serio? ¿No te preocupas?
-No. Sé que estaréis bien. Sobretodo si llevas a ese Lucas contigo.
-Un momento, ¿quieres que lleve a Lucas?
-O a Jensen. Como tú prefieras.
-Me pensaré a quién llevar conmigo.
-Muy bien. Ve al gimnasio, que debes estar deseando llegar de una vez.
-Vale -me vuelvo a acercar y le doy un beso en la mejilla tan fuerte que la empujo hacia atrás un poco, al final la voy a tirar de la silla-. Te quiero, mamá.
-Y yo a ti, hijo.
Nos sonreímos, eso me llena el corazón lo suficiente como para hacerme olvidar de los dos chicos de mi vida. Puede que mi vida se base en el amor de mi madre. Con sus besos en la mejilla sería eternamente feliz.
Salgo a la calle con todo preparado y me pongo de camino al gimnasio, no está tan lejos. Me pongo los auriculares y escucho música de cualquier tipo, el Spotify hace lo que quiere, no lo tengo de pago.
Por las calles veo a la típica gente revoltosa que se une entre ellos para crear un mar de gente, la cual la mayoría camina al lado contrario que el mío. La próxima vez me voy en bici al gimnasio, así ya tengo las piernas preparadas también. De lejos ya veo el gimnasio, no sé cómo será mi primer día, pero bueno. Sí, es el primer día, me he estado preparando mentalmente para esto.
Llego y paso el marco de la puerta del establecimiento. Ya veo a la chica de la entrada, la que me cayó bien al principio, no va a cambiar eso. Me apoyo en la barra y espero a que termine de hablar por teléfono, aún no sabe que estoy aquí, no ha dirigido su mirada a la entrada en ningún momento.
-Sí, venga cuando usted quiera que este mes no se lo cobramos por no asistir... No se preocupe. Adiós -y cuelga el teléfono. Mira hacia la entrada y se sobresalta por mi presencia-. ¡Ah! ¡Que susto!
-Ni que fuera tan feo -río entre dientes por el salto que ha dado, tendría que haberlo grabado.
-No lo eres, es que no me había dado cuenta de que estabas aquí.
-Llevo como diez minutos aquí delante. Hay que mirar a la entrada cada dos por tres, sino se te pasa algo importante o se te cuela alguien que no es cliente.
-Tienes razón, vigilaré la entrada como un halcón.
-No hace falta tanto.
-¿Vas a entrar o simplemente querías hablar conmigo por mi cara bonita?
-Voy a entrar, si no te importa.
-No, claro, adelante.
Paso al lugar donde están las taquillas y demás y decido dejar en una mis cosas, total, tiene candado. Salgo de la zona de taquillas y me paseo un momento por el lugar. Lo que no me esperaba es ver a Darius corriendo en la cinta de correr. Va a una buena velocidad a mi parecer. Lo saludo, pero tiene los auriculares puestos. Está bastante centrado en correr, no debería molestarlo. Me doy la vuelta y vuelvo a caminar.
-¡Hector! -al final siempre acaban por sorprenderme-. Ven y corre conmigo, venga.
Me pongo en la cinta de correr de al lado y pongo una velocidad baja para ir más rápido después, poquito a poco, como siempre digo.
-¿Qué tal? Por fin te veo en este lugar.
-Lo dices como si estuvieras deseoso de estar acompañado de alguien.
-Y es que quería estar con alguien, al final has aparecido tú y me he dicho que es mejor aprovechar la oportunidad -todo esto lo dice mientras corre, no se le nota mucho cansancio.
-Soy el que menos se espera la gente.
-Exacto, yo no me esperaba que estuvieras ahora.
-Es un gimnasio, puedo venir en cualquier momento, siempre y cuando esté abierto.
-Cierto, tendría que vigilar mis alrededores por si acaso apareces, así hablamos entre nosotros.
-¿Sobre qué?
-Sobre todo en general. Me da igual de qué hablemos mientras se pase el tiempo.
-Bueno, pues empieza tú por poner un tema de conversación, porque yo no sé de qué hablar.
-Vale... ¿Qué has hecho el día que el timbre no funcionaba?
-Quedé en casa de un amigo, ¿y tú?
-¿Un amigo? Por casualidad no sería Jensen, ¿no?
-No, de otro amigo.
-Osea, ligando.
-No te pases, ahora di tú.
-Me fui por ahí, como al centro comercial.
-Deja que adivine. Sólo.
-Acertaste.
-Es verdad, que rompiste con la otra.
-Si no me hubieras dicho eso de que coqueteaba con todo el mundo, pues seguiría con ella. Menos mal que lo hiciste.
-Me debes una, al parecer.
-Y muy grande.
-¿No vas a tener novia por ahora?
-Hace tiempo que le tengo echado el ojo a una, pero me da vergüenza decirle que me gusta.
-Uh, ¿quién es? -baja la velocidad de la máquina y me mira mientras se quita el sudor con una toalla.
-Una chica muy guapa que espero me corresponda algún día un beso.
-Suerte con eso.
-Hablando de besos, he notado algo de tensión entre tú y Jensen. ¿Os habéis besado alguna vez?
-Yo... Eh... -no sé si decirlo o no, Darius es como las chicas chismosas del instituto, lo cuenta todo-. No voy a decir nada.
-Venga, no me hagas esto. No se lo contaré a nadie, te lo prometo.
-No quiero contar nada de eso, es terreno peligroso para mí -lo es si no quiero volver a pensar en esos dos durante horas.
-Está bien, no pasa nada. Oye, quería pedirte ayuda.
-¿Sobre la chica?
-Sí, es que estoy dispuesto a pedirte ayuda para esto.
-Dime qué quieres hacer y veré si quiero ayudarte o no.
-Quiero invitarla a cenar, pero no sé cómo pedirlo sin parecer imbécil delante de ella.
-Va a serte difícil, amigo.
-No me bajes la autoestima, que si la pierdo ya no podré hacer nada.
-¿De verdad es tan importante ella para ti?
-Lo es, desde que nos hicimos amigos siempre he tenido un sentimiento fuerte de querer protegerla.
-Eso es muy bonito de tu parte. De verdad, antes solo me insultabas, ahora me gusta ver esa parte de ti.
-Gracias -sonríe de verdad, no finge-. ¿Me vas a ayudar?
-Oh, dios mío, ¡pues claro!
-De verdad que te lo agradezco.
-De nada.
Volvemos a nuestros ejercicios mientras hablamos de cosas triviales. No me puedo creer que Darius sea una buena persona después de todo lo que ha pasado entre nosotros. Estoy contento por él, está enamorado, quiere mi ayuda y se la voy a dar.
Prepara esos labios, amiga, porque Darius te va a dejar sin aliento.
Darius... Te voy a ayudar.
Lucas... La cena será un desastre, lo veo venir.
Jensen... Espero que te recuperes pronto, porque te echo de menos.
-------------------------------------
¡Hola a todos, amigos y amigas de Wattpad! Aquí os traigo un nuevo capítulo. Sé que no es nada del otro mundo, muy aburrido y corto, pero al menos sabemos un par de cosas nuevas.
¿Os gusta los GIFs que os pongo? Intento encontrar graciosos y que vengan con el tema que estamos viendo jejeje
Hector y Cleo se irán a la feria acompañados de alguien, que bien *noten mi sarcasmo*
Nuestro protagonista ayudará a Darius a enamorar a una chica, ¡que bonito!
¡Tengo Facebook!
PedroLibro
¡Tengo Twitter!
Pedro100Libros
¡Tengo Instagram!
Pedroj16_99
¡Tengo Snapchat!
Pedroj17999
Pues nada, el próximo capítulo lo tengo claro, ya que es de algo muy importante, ya sabréis a qué me refiero jaja
¡Hasta el próximo capítulo!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top