Capítulo 27: Mira La Luna

Entramos en la habitación, ya con el recuerdo de una cena en grupo y en familia, llena de risas y de buenos momentos, a la vez que de unos pequeños pero leves momentos.

Me siento afortunado por haber podido experimentar tal día, con mi hermana riendo con las chicas, con mi mejor amigo, con todos los que me han ayudado en algún momento, aunque falte algún otro.

-¿Estás bien? -me pregunta Lucas, posando su mano en mi hombro y con rostro preocupado.

-Sí, solo... -me seco un par de lágrimas que amenazan con salir-. Me preguntaba como sería con toda mi familia aquí.

Entrecierra los ojos, pensando en que no ha podido cumplir uno de mis mayores deseos en todo el mundo.

-Estabas con toda tu familia, ellos mismos estaban ahí -me acaricia la mejilla con suavidad, una chispa recorre por mi columna vertebral y me crea una sensación extraña pero muy familiar-. Te veían desde el cielo y ahora nosotros somos tu familia -me sonríe y acabo por sonreír también, no sé cómo lo hace, siempre lo consigue, ya esté enfadado o triste.

-Lo sé -me seco las lágrimas que quedan y respiro hondo-. Solo... Era una simple fantasía que ahora ya no cobra vida.

-Sé cómo se siente -apoyo mi cabeza en su pecho y él me acaricia el cabello, al igual que lo abrazo por el cuello.

Siento algo... ¿El qué?

-Hector... -aparto mi cabeza de su pecho y lo miro a los ojos de nuevo, esos ojos castaños chocolate que me recuerdan a tantas cosas que ya he perdido la cuenta-. Necesito...

No habla, no dice nada, se queda callado durante un instante mientras sus manos van bajando lentamente.

-Necesito de tus besos... Mientras entro en ti -susurra un poquito tímido por mi respuesta.

Sin mediar palabra, me acerco y junto nuestros labios al igual que agarro sus manos y las dejo cerca de mi trasero. Cuando nos miramos, una chispa se enciende en los dos, una chispa que expresa lujuria, deseo, amor...

-Aprovecha el momento -le digo y, al momento, una de sus manos acaba en mi nuca y me hace besarle, no me opongo para nada.

Su otra mano acaba en mi trasero, lo agarra bien fuerte, incluso me hace sacar un gemido inesperado. Mis manos viajan hacia su camisa y pasan por debajo de la tela para tocar su piel caliente, sus músculos definidos y sus pezones, que cuando las rozo, gruñe.

-Parece que lo estás deseando -gruñe y se aparta para quitarse la camisa con brusquedad, sin importarle si la rompe o no.

Se acerca y me quita la mía sin cuidado, es como si su lado animal se hubiera liberado. Pega nuestros cuerpos, haciendo rozar nuestras pieles calientes. Excita tanto... ¡No me puedo aguantar!

Meto la mano por sus pantalones, paso por el bóxer y acaricio lo que, de seguro, le molesta a Lucas. Un miembro erecto y palpitante, rogando salir y atacar. Su cara expresa un gemido que se aguanta y los besos cesan para mirar abajo.

-¿Lo quieres? -me pregunta y se aleja para acercarse al ventanal que da a la playa, donde se puede observar la luna llena. Se quita el pantalón y el bóxer y se sienta en la silla que hay-. Pues ven a por él -su miembro es iluminado por la luz de la luna, como si fuera un tesoro al que admirar-. Pero solo puedes acercarte estando desnudo.

Acato la orden y acabo por desnudarme delante de él, muy lentamente para que las vistas no se le acaben tan rápido.

-Así me gusta, ahora ven.

Con mi cuerpo desnudo, me acerco a él y me agarra para sentarme encima de él y tumbarse en el sillón. Mi miembro está cerca de su boca, a unos centímetros de saborearlo.

-Primero tú -dice para luego lamer la punta y luego meterla poco a poco.

Dentro de su boca lame todo mi miembro erecto, solo hay que verle la cara para saber que lo disfruta. Me mira mientras yo lo miro hacer. Deja de hacerlo y me levanta para darme la vuelta y hacerme sentar en el sillón.

Se pone de pie delante de mí, su miembro golpea mi mejilla sin querer, pero no me molesta. La masajes un par de veces y me lo acerca a a la boca.

-¿Quieres un poco antes de que entre?

-No te voy a decir que no.

La toco, la masajeo y le doy un par de lametones antes de meterla en mi boca. No me acordaba que era lo suficientemente grande como para no poder entrar toda en mi boca. Me quedo chupando su miembro durante cinco minutos hasta que él me detiene y me alza las piernas para que su boca se acerque al punto rosado de mi trasero.

Con su lengua, lubrica la entrada despacio, haciendo que me retuerza de placer al sentir su lengua. Siento cosquillas en mis piernas, ¿es normal? Lo dejo hacer hasta que cree que ya está y acerca la cabeza de su miembro a mi entrada y aprieta para entrar mientras se agacha para besarme.

El beso me hipnotiza, me hace sentir menos el dolor que me crea el que entre todo eso que él tiene. Aguanto y aguanto, el placer se reproduce y el dolor se va yendo.

Cuando ya está entera, el dolor remite y me quedo con un gemido de placer en la boca, pero no lo saco por si acaso alguien nos escucha.

-¿Estás bien? -los besos paran y me mira.

-¿Por qué paras? -le pregunto y él sonríe ante mis palabras y mi sonrojo notable.

Sale lentamente, después entra y con el paso del tiempo va aumentando el ritmo. En la postura que estoy se siente toda, cada centímetro de su miembro es un grito de placer aguantado.

El ritmo va aumentando más y el placer es tan alto que suelto pequeños gemidos que le excitan más.

La saca lentamente y me da la vuelta, apoya mis rodillas en el sillón y me hace apoyar en el respaldo. Mientras la va metiendo de nuevo mis ojos se cierran y su voz me susurra al oído.

-No cierres los ojos. Mira la luna -los abro y la veo.

La luna llena en su máximo resplandor, en un momento de placer, de deseo...xD

Golpea mi trasero, escupe en su miembro para lubricar mejor y sigue dando aún más duro. No paro de mirar la luna mientras grito de placer, mientras en mi miembro se siente un cosquilleo.

Me da la vuelta de nuevo y pone mis pies en sus hombros sin parar de entrar y salir, provocando aún más placer en mi cuerpo. Siento como me voy a venir sin tocarme, siento como mi esencia se va a escapar antes de tiempo.

-Tócate, yo estoy a punto de... Venirme.

-No hace falta -grito sin querer y acabo por venirme encima de mí.

-¡Joder! -la saca y se corre también encima de mí, su esencia apoderándose de mi cuerpo y sus besos impactando contra mis labios.

-Esta vez... -mi respiración es agitada-. Ha sido... Un poquito más corto.

-Es que... Estaba... Demasiado excitado.

-Ya se nota -nos quedamos mirando por un instante.

-¿Nos vamos a la ducha? Nos vendrá bien un poco de agua fría.

-Vale -me agarra y me lleva a la ducha, como la última vez en su casa.

Llegamos, nos duchamos juntos entre besos, caricias y miradas profundas y acabamos con una pregunta suya.

-Hector -me llama mientras nos estamos secando-, me preguntaba una cosa.

-Pues di la pregunta.

-Quieres... ¿Quieres salir conmigo?

-¿Eh?

-Osea, una cita.

-Esto... -no me lo pienso ni una vez-. Sí.

Su sonrisa es muy amplia y acaba por abrazarme aún desnudos.

-¡Es genial! Me has hecho el hombre más feliz del mundo.

-Me estás... Asfixiando.

-Lo siento -afloja el abrazo y nos miramos, su sonrisa me hace sonrojar, su frase un chico feliz y contento.

Cuando ya nos hemos secado, dejamos las toallas en el suelo y nos vamos a la cama, todavía desnudos. No paraba de pedir que quería dormir conmigo desnudos, y yo, con lo bueno que soy, he aceptado.

Una noche desahogados, una noche abrazados.

-No te pienso soltar nunca, Hector. Tú eres mi droga... Eres mi amor.

Y cierro los ojos con esa frase reparando mi corazón, mi alma, todo de mí.

Lucas... Yo... Esto... ¡Ah!

Esta frase desaparecerá cuando se haya corregido los posibles fallos ortográficos.

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No ha sido una escena de lo más sensual, pero lo he intentado...

No se me da bien, ya os lo dije y si os esperabais algo mejor, lo siento xD

Hasta luego, Ángeles Lectores.

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