Capítulo 26: Alegre Por Un Timbre

Paso por las puertas del instituto con el ceño fruncido aún por lo que ha pasado hace un par de minutos. Ya puede irse Marcus por donde vino, ya no quiero verlo en mi vida, no hasta que esté cansado de estar enfadado con él. No siempre puedo estar odiando a una persona para siempre, puede que dentro de muchos años lo perdone, si todo en mi vida se soluciona.

Me voy calmando poco a poco, el ceño deja de estar fruncido, los dientes dejan de apretarse por la rabia, mis puños se deshacen... Ya estoy calmado, espero que mis ojos no estén rojos, sino tendré que dar explicaciones a Jensen, si es que me pregunta.

La gente se pasea como si no hubiera nada que hacer, aunque lo entiendo, aún no ha sonado el timbre. Al girar una esquina, me encuentro con Jensen, apoyado en una pared sin dejar de mirar el móvil. Debe de estar chateando con alguien, porque toca la pantalla como un loco. ¿Con quién estará chateando? Es un total misterio, porque cuando me acerque ocultará la pantalla.

-Jensen -lo llamo como si no hubiera estado enfadado en ningún momento.

Al enterarse de que estoy aquí, guarda su móvil y me dedica una sonrisa que me derrite el corazón.

-¿Con quién chateabas? -pregunto con un tono pervertido.

-Con nadie importante.

-¿Me lo ocultas? -levanto una ceja, como diciendo que lo voy a adivinar en cualquier momento.

-Vas a investigar si no te lo cuento, ¿verdad?

-Verdad.

-Pues investiga, porque voy a seguir así.

-Oh, venga, dime quién era.

-No -dice mientras camina por el pasillo, sigue sin sonar el timbre, me sorprende por la hora que es.

Me pongo a su lado, pero no digo nada más. Es como si todo se hubiera puesto más tenso entre nosotros, aparte de ese corto momento de felicidad, como si nada hubiera pasado entre nosotros. Me duele que no estemos hablando como antes de que todo esto pasara, ya nada será igual. ¿Nuestro sueño se podrá realizar juntos? Quiero que se cumpla a su lado, sin ningún problema entre nosotros, pero al parecer no todo lo que queremos llegar a ser es tan fácil como lo pensamos.

Salimos al patio y nos ponemos a caminar hacia la clase, aún sin palabras revoloteando entre nuestros oídos. Nos encontramos con Darius, espero que de verdad haya cambiado y no nos dirija la palabra ahora mismo, se debe de notar la tensión a kilómetros.

-Hey, Hector -me para y Jensen también se para-. Me he enterado de que vas al GimMusc, ¿es cierto?

-Sí, ¿por qué?

-Porque yo también voy. Si quieres, un día de estos, nos juntamos y hablamos mientras hacemos ejercicio. ¿Qué te parece?

-Me parece bien, porque una amiga que va seguro que me deja sólo.

-Genial, entonces seguro que nos veremos en el gimnasio. Bueno, me voy que el timbre sigue sin sonar, nos vemos en clase -nos despedimos y desaparece de mi vista al entrar en el instituto.

Me doy la vuelta y observo a Jensen. Tiene una cara de desconcierto que suelta una pregunta que de seguro sé cuál es.

-¿Desde cuándo Darius es bueno contigo? ¿Y cuándo te has apuntado a un gimnasio?

-Desde ayer las dos cosas. Me lo encontré en un pasillo sólo y hablamos de unas cuantas cosas.

-¿Qué cosas?

-No te lo voy a decir.

-¿Me lo ocultas? -me imita levantando una ceja.

-Sí, te lo oculto. ¿Vas a investigar?

-No soy como tú, así que no, no lo voy ha hacer.

-Te creía capaz de hacerlo, pero me he equivocado -seguimos caminando a la clase, aún sin sonar el timbre, la hora ya es demasiado tarde al parecer-. Jensen, quiero hablar contigo.

-¿Sobre qué?

-Sobre todo -agacha la mirada, intentando que lo que voy a decir no salga de mi boca.

-No quiero.

-Sé que nos hemos distanciado en el poquito tiempo que ha pasado. Hemos recordado el pasado, ese día en el parque, el momento en el que me diste nuestro primer beso infantil.

-Je, fue genial recordarlo a tu lado, yo siempre tuve esa imagen en mi cabeza.

-Sí, fue genial. Aunque ese no es el caso. No quiero que haya tensión entre nosotros, quiero que todo vuelva a ser normal, que hablemos como si nada hubiera pasado.

-¿No crees que eso será difícil después de que nuestros labios se juntasen?

-Es difícil, lo sé, pero hay que intentarlo. Ya no es lo mismo que antes, quiero que hablemos como hace un año, cuando yo no estaba confuso, cuando tan solo me juntaba contigo para jugar a la consola y hablar de cosas que nos interesaban.

-Tú dijiste que el pasado no se puede recuperar, ¿ahora quieres recuperar eso?

-Lo dije porque no podíamos volver a ser niños otra vez y repetir esa escena, esto es muy distinto. Tan solo quiero hablar contigo como si nada hubiera pasado, como si Lucas nunca hubiera aparecido en mi vida.

Se queda pensando un buen tiempo, en medio del patio. La gente va apareciendo, incluso el director se va yendo al centro del patio con un megáfono. ¿Qué va ha hacer?

-Está bien, intentemos tu idea.

-¿De verdad? -asiente con la cabeza, me alegra que acepte, porque así podremos recuperar nuestra gruesa y sólida amistad-. ¡Genial! ¡Gracias, Jensen! -me lanzo a él y lo abrazo, me corresponde.

Me abraza muy fuerte, tanto que escucho mis hueso crujir. Una alarma suena no muy fuerte, procedente del megáfono del director, quien está parado en medio del patio con varios profesores alrededor. Esto ya es muy raro, ¿va a anunciar algo muy importante como que hay una bomba? Eso sería algo muy preocupante.

-Queridos alumnos, al parecer hemos descubierto que el timbre que anuncia los cambios de clase se ha estropeado. Estropeado de romperse totalmente, por si nadie lo ha entendido. Los profesores y yo hemos hablado bastante sobre esto y, por posible descoordinación de clases, cancelamos las clases hasta el próximo día. Varios ya deben de festejarlo, pero no os hagáis ilusiones, que es tan solo hoy, al próximo día vais a volver.

Deja el megáfono a un lado y se vuelve por donde ha salido. Todos los alumnos gritan totalmente alegres de que algo así pase, nunca ha ocurrido en días lectivos, ¡nunca! Jensen y yo nos miramos asombrados y nos alegramos también, aunque yo no, porque tendré que volver pronto a casa, y puede que mi padre me espere en casa para hablar sobre el mensaje.

¡Hector! Tu padre se ha ido a trabajar, no te preocupes por eso. Ahora, lo importante es salir del instituto y descansar todo lo que puedas.

No quiero descansar, quiero hacer algo.

Pues aprovecha y vete a ver a Lucas a su casa, tienes las llaves en la mochila, seguro que te deja entrar sin permiso.

¿Sin permiso? Le voy a llamar y se lo voy a pedir.

Está bien. ¿Ves? Ya estás pensando conmigo. ¿No crees que hacemos un buen equipo?

Puede, pero ahora no es el momento de hablar contigo, así que calla.

-Bueno, ¿te llevo a alguna parte? No me importa qué lugar.

-Claro, necesito que me lleves a un lugar.

-Pues vamos.

Salimos del instituto y me lleva a su moto, esa en la que tanto me he montado y que me he acostumbrado. Me da el casco, me lo pongo, me subo en la parte de atrás y me sujeto a Jensen. Enciende el motor y empieza a conducir por donde le digo, debería ganarme la vida como GPS, sería raro y muy gracioso.

-Nunca te he tenido que llevar por aquí -grita para que lo pueda oír-, ¿a dónde vamos exactamente?

-A la casa de Lucas, tengo que ver si está bien.

-Ya lo viste ayer, ¿no te es suficiente?

-Lo vi ayer para que me ayudara a buscarte, así que no te quejes.

-Odio como vas más a su casa antes que a la mía últimamente.

-A ti te veo todos los días, incluso el mes de diciembre estuvimos todos los días a las 24h del día juntos. Ahora no puedes decirme nada al respecto.

-¿Qué es? ¿Un récord personal?

-Digamos que tú eres con el que más he estado, es un récord entre los dos. ¿Has estado con alguien más tiempo que conmigo? Y no valen tus padres.

-Sí, con mi primo.

-Alguien que no sea familiar.

-Pues no, nadie.

-¿Ves? Yo tampoco he estado tanto tiempo junto a alguien.

-¿Deberíamos llorar por esto o estar alegres?

-Prefiero estar alegre.

-¿Y si lloramos con una sonrisa?

-¿Como si fuera un reencuentro amoroso?

-¡Exacto!

-No, gracias, he derramado demasiadas lágrimas los últimos tres meses.

-¿Por qué razón?

-Varias, seguro las adivinas.

-Tu tía debe ser una de las razones, ¿cuál más?

-Lucas.

-¿Ese tío? ¿En serio has llorado por ese tío?

-Sus ojos me recuerdan a los de mi tía, incluso lloré cuando me dijo de no vernos más.

-¿Dijo eso? ¡Yo lo mato! ¡Es un imbécil!

-Lo es, pero no sé porqué no pienso lo mismo después de unos minutos.

-Ya odio a ese tío. ¿Por qué te preocupa tanto ese hombre? Es mayor para ti, creo que te supera en más de cinco años.

-La edad no importa en el amor, excepto si una persona tiene diez y el otro tiene treinta y dos.

-Bueno, pero debe de haber algún motivo por el que no quieras dejarlo sólo. Me dijiste que tuvo una depresión hace tiempo, pero no me dijiste de qué.

Llegamos a nuestro destino y me bajo de la moto mientras me quito el casco. Se lo doy y le digo lo que quiere saber.

-Tuvo una depresión como la mía, por una pérdida. Su hermana murió, no paró de recordarla. El recuerdo era tan fuerte que no paraba de drogarse y de emborracharse. Cuando lo ayudé, al día siguiente, cuando hicimos el trabajo, se cortó las venas. Reaccioné de inmediato y ahí me dije que tenía que hacerle controlar ese recuerdo. Estoy experimentado, después de todo yo también he perdido a una persona querida.

-Vaya, ahora me da pena.

-Lo sé, yo también lo sentía antes.

Camino al edificio hasta que recuerdo que no le he pedido permiso a Lucas. Será mejor que le mande un mensaje y que me diga si puedo entrar hasta que él llegue. Al entrar, veo a Miguel con un buen montón de cartas, poniéndolas en su buzón correspondiente. Me acerco y saludo.

-Buenos días, Miguel -se da la vuelta y me sorprendo del montón de cartas que hay.

-¡Hector! Cuanto tiempo, amigo. ¿Qué haces aquí si hay clases?

-Se han cancelado.

-Mejor, ¿no? Así descansas de todo.

-Sí, descanso.

-Lucas no está en su piso, por si acaso no lo sabías.

-Lo sé, por eso le he mandado un mensaje preguntando si podía quedarme en su casa.

-¿Y eso?

-Es que mi padre vuelve a la hora de comer hoy y no quiero estar ahí cuando vuelva.

-¿No quieres a tu padre? ¿Os habéis peleado? -pregunta mientras sigue con su trabajo.

-No -respondo solamente.

-¿Entonces?

-Es una cosa que no deberías saber, no quiero darte pena ni nada.

-Si tu padre te maltrata...

-¡No! No me maltrata. Si hoy me ha dado este collar -saco el collar de debajo de la camiseta y se la enseño.

-Mola mucho.

-Lo sé -digo mientras miro el móvil, he recibido la respuesta de Lucas-, lo pedí hace un año y me lo da hoy.

-¿Lo ha tenido un año entero oculto?

-Eso parece. Bueno, ¿y cómo te va a ti?

-Muy bien, buen sueldo todavía, mi novia se ha ido con otro, ya sabía que era una puta, estaba coqueteando con todos los tíos que se encontraba. Mi familia quiere venir a verme y estoy buscando un nuevo trabajo por si acaso, aunque puede que me quede aquí durante mucho tiempo.

-¿Fatal o bien?

-Digamos que regular.

-Pues regular. ¿Podría ayudarte en algo? Por si se puede.

-No, no puedes ayudar en nada. Es casi todo familiar, así que dudo que puedas.

-Si necesitas ayuda me lo dices y punto. Ahora me voy a ir arriba, Lucas dice que puedo entrar.

-Vale. Ya que estás, lleva sus cartas, así no hace falta que venga aquí.

-Está bien -me entrega las cartas-. ¿Ves como si podía ayudar en algo?

-Vete ya -me ordena entre risas.

Camino hasta el ascensor y me preparo para entrar en su piso. Espero que al ver la puerta de su habitación no me dé el flash ese tan potente que odio. No quiero notar el dolor de nuevo.

Jensen... Espero que estemos como antes, puede que así sepa si estoy enamorado de ti o no.
Lucas... Te espero en casa.

---------------------------------
¡Hola a todos amigos y amigas de Wattpad! ¡He visto unicornios! ¿Por qué? ¡Porque se me han venido un MONTÓN de ideas para esta historia! ¡Y VAYA IDEAS! El futuro de esta historia os va a sorprender cada vez más... Espero.

Bueno, Hector se queda en casa de Lucas todo el día, creo. ¿Qué pasará cuando hable con su padre? ¿Se habrá dado cuenta de que el mensaje fue leído antes de que lo leyera? No se sabe, a ver cómo lo hago.

Estoy muy, pero que MUY contento de que la historia vaya subiendo de visitas MUY rápido. Me llena de ilusión que la gente lo lea y me diga si le gusta o no, incluso me gusta más que me den sus críticas reconstructivas para poder mejorar.

¡Tengo Facebook!
PedroLibro

¡Tengo Twitter!
Pedro100libros

¡Tengo Instagram!
Pedrolibros / pedroj16_99

¡Tengo Snapchat!
Pedroj17999

¡Tengo Tumblr!
PedroLibro

No llevo muy bien las redes sociales, estoy un poquito atascado jaja.

¡Hasta el próximo capítulo, amorcitos!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top