Capítulo 25: El Otro Lado

-Bienvenidos de nuevo a vuestra radio favorita, ya sabéis cuál es. ¡Europa FM! La radio que te trae la mejor música pop-rock de los noventa hasta hoy en vuestras mañanas para que os levantéis con un gran ánimo. Muchos de vosotros nos habéis pedido por Twitter que pusiéramos Alarm, la de nuestra querida Anne-Marie. No os preocupéis porque os lo pongo ahora mismo y con mucho gusto para que os despertéis bien al saber que lo hemos puesto. Disfrutad.

Abro los ojos poco a poco ante la canción de la radio. Vuelvo a observar el techo blanco de todos los días que observo porque no sé qué hacer. Tengo que ir a clase ahora mismo, pero no hay ganas. Estoy bastante cansado aún de haber buscado a Jensen ayer, de estar soportando estos cambios en mi interior. Incluso cansado de estar confuso con todo. ¿Cuándo pensaré claramente? Mis pensamientos ahora son como la sopa, muchos fideos flotando en agua condimentada.

¿Me levanto? Debo hacerlo. Los estudios, mi futuro y mi vida depende de lo que haga estos días, depende de mis decisiones, depende de mi comportamiento, de todo. Aparto las mantas encima de mí y me siento al borde de la cama. La música sigue sonando, no quiero que pare. Me rasco la nuca, bostezo y me levanto de una vez. Me acerco al armario y me visto con unos pantalones vaqueros y una camiseta negra. Muy sencillo, pero soy así con la ropa.

Apago la radio y me voy al baño en silencio para no despertar a mi hermana pequeña y a mi madre, necesita descansar, seguro debe estar asustada por lo de Terry. ¿Qué estará pensando ese hombre? ¿Intentará matar a mi padre o a alguno de nosotros? No, por favor, era lo que me faltaba.

Llego al baño y me lavo la cara con agua fría, lo necesito para despejarme y despegar la pereza de mi cuerpo, aunque la clase me la pegará de nuevo. Nos enseñan cosas que ya sabemos en clase, no sé para qué voy entonces. Me seco la cara y me vuelvo a mi habitación, el móvil está emitiendo esa luz que solo aparece cuando tengo alguna notificación. Me acerco y veo que tengo un montón de notificaciones sin ver ni responder. Esto es bastante raro, muy raro.

No tengo tiempo para ir viéndolas de uno en uno, mejor lo dejo como está, no toco las notificaciones y empiezo a prepararme para irme al instituto. Agarro mi mochila, mis auriculares y mi móvil, y salgo de mi habitación para acabar parado en medio de la cocina. Ahora es cuando me pongo a hacerme un café y tostadas con mermelada, pero esta vez paso. Me tomaré solo el café, no tengo ganas de hacerme tostadas.

Me siento en una de las sillas y empiezo a tomarme el café con lentitud, no hay prisa, es muy temprano. De repente, unas vibraciones captan mi atención. Giro mi cabeza y me topo con el móvil de mi padre. Es bastante raro que mi padre se deje el móvil en la cocina, siempre lo lleva encima y no se despega de él. Lo más raro es que está aquí, encima de la mesa, sin nadie al lado aparte de mí. ¿Qué le habrán mandado a estas horas? Tengo demasiada curiosidad, tanta que me levanto y agarro el móvil. Lo enciendo y veo que tiene patrón, no es ningún problema, me lo sé porque mi padre no se corta ni un pelo al ponerlo delante de mí. Gran error, papá, gran error.

Lo desbloqueo y miro los mensajes de mi padre. Un par de un grupo de trabajo que hablaban entre ellos, un grupo bastante raro que solo se envían fotos... Da igual, mejor no mirar ninguna de estas fotos por si acaso. Me voy a lo último que ha recibido. Lo mejor es que tiene el número registrado y puedo saber de inmediato que es Terry el que lo envía.

Terry: Ten cuidado, viejo amigo, todo puede cambiar un día inesperado. ¿Quieres adivinar el día? Lo siento, no puedo decir el día de los acontecimientos, soy fiel a hacer que la sorpresa sea sorpresa. Que tengas un buen día, amigo.

Este tío da muchos escalofríos hoy en día. Antes no era así. Era feliz, cariñoso, detallista, siempre me traía algún que otro caramelo, pero al menos era algo... Siempre con una sonrisa en la cara. Ahora ha cambiado bastante. De ser bueno y trabajar bien, a ser un maldito psicópata que quiere matarnos. ¿Por qué el destino lo hizo cambiar bastante? Ojalá yo fuera el que maneja el destino de sus seres queridos, así nadie saldría mal parado y nadie sería desdichado.

Dejo el móvil donde lo cogí y me termino el desayuno para poder irme al instituto, el único lugar seguro donde no estará ese loco. ¿Por qué no hablan de esto conmigo? Soy mayor, puedo correr con la responsabilidad también, seguro que en algún momento pasará algo que me meterá en todo este lío. No quiero dejarlos solos en esto, necesito ayudarles. Pero, ¿cómo? Ya se me ocurrirá alguna manera.

-Hola, Hector -me sobresalto al oír su voz.

Me doy la vuelta y lo veo. Mi padre, Samuel, aunque siempre lo llaman Sam. Es raro que no haya salido a trabajar antes, no lo veo por las mañanas por eso. Me tranquilizo al saber que no tengo su móvil en la mano, pero lo malo es que verá que ha sido leído y sabrá que he sido yo. Tonto de mí por no haber pensado en eso.

-Papá, ¿no te ibas antes?

-Hoy no. ¿Te vas ya al instituto?

-Sí, a eso voy.

-Toma -alza la mano y me lo enseña.

No puede ser. ¡Es increíble! ¡Es el collar que tanto miré hace un año! El collar de Kingdom Hearts en el que solo lleva la llave colgando.

(Es una maravilla, ¡me encanta!)


Es una maravilla, me encantó el videojuego tanto que miré este collar y le pedí a mi padre que me lo comprara, pero no lo hizo. Lo cojo y me lo pongo, feliz de por fin tenerlo en mi cuello.

-¿Cómo es que lo has comprado?

-Lo compré hace un año, justo cuando me lo pediste. Os dejé con vuestra madre un momento y aproveché para comprarlo.

-¿Y por qué me lo das ahora?

-Porque creo que es el momento, tan solo eso.

Me lanzo a él y lo abrazo bien fuerte. Lo quiero, no quiero que se vaya de ninguna manera, ni física ni espiritualmente.

-Ya, Hector, que me ahogas -me separo de él sin saber que me estaba pasando con el abrazo.

-Lo siento. De verdad, muchas gracias, papá. Mejor será que me vaya ya al instituto -la escena es muy bonita y tal, pero si mira ahora el móvil a fondo, sabrá que he mirado el mensaje.

-Claro, vete. Nos vemos luego.

Agarro mis cosas y salgo a la calle de una vez. Por fin respiro aire fresco, aunque no es puro. Empiezo a caminar hacia el instituto cuando un par de pitidos suenan a mi espalda, no he andado ni cinco minutos. Me doy la vuelta y me llevo una sorpresa al ver que es Andrew. ¿Qué hace aquí? Lo peor es que va acompañado de su novio, ¿puede empeorar esto más? Saludo con la mano y él me dice que suba. Ha empeorado más.

No quiero hacerle el feo, pero igualmente me niego. Ya es bastante incómodo ver de nuevo a su querido novio pelirrojo. ¿Me dijo cómo se llamaba? Si me lo dijo, no me acuerdo. Sigue insistiendo con los pitidos del claxon, seguro que algún vecino se despierta molesto por el ruido.

-¡Para ya! Vas a despertar a alguien.

-¡Pues sube! -dios mío de mis amores, haz que la tierra me trague.

Le hago caso y me subo a la parte de atrás del coche. Con solo sentarme ya es incómoda la situación. El pelirrojo se da la vuelta y se sorprende de verme, a mí no me sorprende, sabía que el maldito destino haría esto.

-Hola -saludo tímidamente.

-Hola -me devuelve el saludo.

-Te presento a Hector, un buen chico. Hector, él es Marcus, mi novio.

-¿No eras Pepe?

-¿Pepe? -pregunta Andrew.

-Lo encontré al lado de la puerta de tu habitación de hospital y me dijo que se llamaba Pepe.

-Lo hice porque de seguro me dirías muchas cosas sobre lo que hice.

-¿Sobre qué?

-Sobre lo que te dijo Andrew, que me fui a París y lo dejé sólo.

-No lo iba ha hacer, pero ahora que me lo recuerdas lo voy ha hacer. Mientras tú estabas en París divirtiéndote, el pobre de Andrew estaba sólo -aprieto los puños, lo que pasó con Lucas puede volver a suceder si no para-, sin nadie que le hiciera compañía. No sabes que le hiciste daño, seguro que no.

-Andrew, para el coche -estamos yendo de camino al instituto, sabe que voy para allá.

-No, no va a parar el coche porque tú lo digas -sigue, sigue que te voy a dar-. No notaste sarcasmo en su voz cuando te dijo que sí.

-¡Para el coche!

-¡No lo pares! -estoy a punto de explotar de una manera bastante salvaje-. Puede que estés bien, que tus amigos te tomen como muy divertido, que tus padres te lo compren todo, que tu hermana sea muy guapa, que en la vida tengas a muchos chicos que te quieren, que seas uno de los que no les importa nada. De seguro lo tienes todo decidido y dirás que tu vida es fácil -ahí ya me ha tocado lo más hondo.

-¡Cierra esa puta boca que tienes, pelirrojo de los cojones! ¡No tienes ni idea de lo que estoy viviendo! ¡Mi mundo es un completo caos! ¿Que mi vida es fácil? ¡Estás como una puta regadera! Tan solo he tenido a tres chicos interesados por mí, ¡y uno era Andrew! ¡Sí, tu querido reciente novio! Ahora hay tan solo dos que me dejan muy confundido de a quién amo más. ¿Amigos? Tan solo conozco a diez personas incluyendo a Andrew. He perdido a mi tía, mis padres han sido amenazados por un asesino psicópata, he tenido una depresión, mi mejor amigo desapareció por un día por mi culpa, casi se muere un chico por no haber estado a su lado y esa imagen me marcó, tengo miedo de pisar la calle, de decir alguna estupidez que cambie radicalmente mi vida. ¡No tienes ni idea de lo mal que está mi mundo! ¡Andrew, para el puto coche de una maldita vez!

Y dando un fuerte frenazo, para al lado de una acera. La gente nos está observando por el pequeño derrape y el ruido que ha provocado el coche. Cuando ya está totalmente parado, me bajo del coche y abro la puerta del copiloto para decirle una última cosa entre lágrimas, esto me está llegando al alma.

-¡Una última cosa! No vuelvas a decir nada de mi vida, no vuelvas a creer que es tan fácil llevarla. Si fueras yo, ya estarías con el corazón roto, con el alma en los suelos y con la mente totalmente torturada. Disfruta tu puta vida, porque a diferencia de la mía, no es tan mala. Ahora, Marcus, no vuelvas a hablarme en tu puta vida, aunque estés al lado de Andrew. No te mereces hablarme -cierro la puerta con una mirada que echa fuego y lágrimas.

Me pongo a caminar al instituto, sin importarme lo que pase ya, hasta que oigo a Andrew discutir con Marcus.

-¡La has cagado! Voy ha hablar con él, has hecho demasiado -se acerca a mí corriendo, en sus ojos ya se puede ver la lástima-. Lo siento, de verdad, no quería que esto ocurriera.

-Me da igual, ha ocurrido, sabía que pasaría. Así que dile que no me hable nunca.

-Está arrepentido, necesita que lo perdones.

-Que por una vez sufra por algo, se le nota en la cara que es de esos chicos que no han sufrido.

-Su vida ha sido muy buena, vale.

-¿Entonces por qué habla de mi vida si no me conoce? Es un imbécil.

-Sube al coche, por favor.

-No subiré, ni hablar.

-Por favor -se puede ver en sus ojos que quiere de verdad que suba, que no quiere que vaya andando al instituto, le hace mucha ilusión al parecer.

-Vale, pero que no me hable ni un segundo durante el trayecto.

Vuelvo al coche y subo. Andrew ya se pone a conducir hacia el instituto, por suerte Marcus ya no abre la boca. Miro por la ventanilla y observo los edificios pasar rápidamente. Así es como quiero que pasen mis malos momentos y mi mal trago, rápidamente. Ya se ve muy de lejos el instituto, el lugar en el que me sentiré seguro de una vez.

-Yo, lo... -interrumpo a Marcus, dije que no hablara, pero no sabe hacer eso.

-Cierra esa boca o piso el freno yo mismo y me bajo del coche.

-Intenta disculparse, ¿no lo dejas?

-No, no le perdonaré por haber empezado esto. Antes de hablar de vidas de personas, que conozca su pasado, porque lo que ha hecho ha estado muy mal.

-¿No vas a dejar que se disculpe? No te creía así, Hector.

-Te dije que no nos viéramos en un buen tiempo, y nos vemos, pero con tu novio. Y para colmo ha empezado a discutir sobre lo que pasó en diciembre, interponiendo una equivocación de mi vida -llegamos al instituto, bajo del coche y me apoyo en la ventanilla del copiloto-. Lo siento por ti, Andrew, por verme y escucharme así. Pero no lo siento por ti, Marcus. Quería decirte que en realidad me llamaba Hector, quería conocerte aunque me fuera incómodo por la mentira que te solté, pero ya no quiero por lo que has hecho. La has cagado, y no siento nada por ti. ¿No te paraste a pensar de que si no me hubiera ido no le habrías conocido ni tenido oportunidad de hablar? En vez de darme las gracias por haberlo dejado sólo, me echas el rencor y el poquito enfado que tenías sobre mi atrevimiento. Ahora, no me vuelvas ha hablar, ni intentes disculparte, no servirá de nada ser amigo tuyo. Adiós, Andrew -me doy media vuelta y me dispongo a entrar al instituto.

No me esperaba esto hoy, para nada. Pero aveces el futuro es tan cabrón que incluso nos quiere matar a disgustos y enfados. No puedo con esto, necesito paz, necesito personas que no me echen en cara lo malo que hice, porque para eso está mi mente torturándome cada segundo de mi vida. ¿Cuándo acabará esta maldita tortura?

Andrew... No vuelvas a hacerme ver a tu maldito novio, me cayó muy mal.
Lucas...
Jensen...
Lo siento, estoy demasiado enfadado como para pensar en vosotros.

------------------------------------
¡Hola a todos amigos y amigas de Wattpad! Wow, menudo lado más oscuro tiene nuestro Hector.

¿Os habéis sorprendido con esta explosión? Ha sido como con Lucas, solo que este ha sido capaz de insultar y hacer el mayor vacío posible. Marcus ya debe estar destrozado por dentro jaja. A mi parecer se lo merece.

También he recibido una buena crítica sobre una persona que ha leído esta historia y dos más. Su crítica me ha enseñado cosas en las que debería mejorar, pero con el tiempo llegaré a ser mejor escribiendo y lo haré mejor para llegar a mi sueño de ser escritor. No si esa persona quería que lo mencionara, ni siquiera se lo he preguntado, fallo mío.

¡Tengo Facebook!
PedroLibro

¡Tengo Twitter!
Pedro100libros

¡Tengo Instagram!
Pedrolibro / pedroj16_99

¡Tengo Snapchat!
Pedroj17999

¡Tengo Tumblr! (No muy activo)
PedroLibro

Espero que les haya gustado y...

¡Hasta el próximo capítulo!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top