Capítulo 24: ¡Bienvenidos!

-¡Bienvenidos a mi humilde morada de verano! -anuncia Lucas en voz alta para que todos lo escuchemos.

Bueno, os hago un pequeño resumen de lo que hemos tardado en venir. Hemos ido al aeropuerto para ir en avión a España, donde tiene su casa de verano. Creía que sería en Estados Unidos, pero no, me equivoqué al completo.

Al aterrizar ya en España, tomamos más taxis, tres para ser concretos. Tardamos un tanto en llegar y lo que nos cobraron fue algo exagerado, pero entre Lucas, Andrew, un par de chicas y yo lo hemos pagado. Lucas se ofrecía a pagarlo todo, pero en cuanto yo puse un poco de dinero los demás también colaboraron.

Y ese es el pequeño resumen del viaje. Ahora mismo estamos observando una estructura la mar de increíble, un barrio lleno de casas modernas a la orilla de la playa. Unas buenas vistas alzadas. Seguro que Yago está deseando pasear por la playa. Sí, nos lo hemos traído. Fue un gran lío, pero lo conseguimos.

-¡Esto es increíble! -suelta Lidia.

La verdad es que tiene razón.

-Venga, entrad -está tan contento que la sonrisa no se la quita no una pequeña desgracia.

Abre la puerta y el interior es más asombroso que el exterior. No me puedo creer que vayamos a pasar aquí un tiempo para disfrutar de la playa. Todos nos quedamos con la boca abierta, es demasiado lujo para mis ojos, para mi cuerpo.

-Hay muchas habitaciones, pero hay que compartir. Habrán dos en cada una, así que elegid bien vuestra pareja de dormitorio. No digo que no podáis cambiar de habitación, solo que elijan bien.

-Nos ha quedado muy claro, Lucas -se acerca April-. Yo puede que duerma con Tina, como en los viejos tiempos. ¿Verdad?

-Como cuando éramos pequeñas -sonríen entre ellas.

-Eh... Yo... -Andrew está muy indeciso-. ¿Alguien duerme conmigo?

-¿Hay camas separadas? -pregunta Marcus.

-Sí, hay camas separadas.

-Entonces yo iré con Andrew -el mencionado sonríe, pero se le va al momento-. No pienses que es porque te he perdonado. Es porque me das pena.

Sí, claro. Y yo voy y me lo creo. Si hubiera soltado esto en voz alta ya la habríamos cagado.

-Yo con mi loca compañera -dice Sofia, pasando su brazo por encima de su amiga.

-Yo dormiré con él -Abraham señala a Jensen.

-EH... Vale. No me opongo.

-¡Genial! -esa sonrisa ya demuestra que le gusta Jensen.

-¿Nosotros dónde dormimos? -preguntan nuestros pequeños con Yago al lado.

Me agacho un poco y les digo dónde dormirán.

-Lucas me ha contado que tiene una habitación para vosotros, así que vais a dormir juntos. ¿Qué os parece?

-¡Así podemos seguir jugando con las consolas hasta tarde! -exclama Aron.

-¡Es verdad! -me mira Cleo-. Nos parece genial.

-Entonces todos a dejar vuestras cosas en vuestras habitaciones -dice Lucas, dejando que todos se vayan por su lado a explorar la casa-. Parece que tú y yo vamos a dormir juntos -me susurra en el oído-. Ven por aquí, te va a encantar.

Me agarra de la mano y subimos unas escaleras que hay hasta llegar al piso más alto. ¿Pero cuántos pisos tiene esta casa? Nos movemos por un pasillo hasta llegar a una puerta de madera.

-¿Estás listo para ver nuestra habitación? -me sonríe con ternura.

-No sé... Viendo esta casa, el lujo no es lo mío.

-Te acostumbras. No es que vayas a comer cosas pequeñas que sirven en esos restaurantes.

-Lo sé. Venga, entremos -muestra sus dientes blancos y, con decisión, entramos en la habitación.

Mi asombro es el más absoluto. Una habitación así es algo que he visto solamente en las revistas o en las redes sociales.

No aparto mi mirada de la ventana. Esas vistas hacia el horizonte del mar, el agua cristalina que se zarandea y que llega a la orilla... Son unas vistas que no pararía de mirar. Lo mejor es que la cama está delante de la ventana, y esos pequeños sillones lo mejoran para apoyarse mientras contemplas todo.

-¿Qué te parece? -susurra en mi oído mientras me toma por la cintura, sin apartarme de la ventana.

-Me parece algo... Maravilloso.

-Sabía que te gustaría. Es el dormitorio en el que estaba con mi hermana para jugar, hace tiempo que esta casa la alquilamos y no hemos querido perderla.

-Así que... Aquí es donde dormías con ella.

-Casi siempre. Uña y carne, inseparables.

-Ojalá la hubiera conocido.

-Habríais congeniado al momento -apoya su cabeza en mi hombro, respirando tranquilamente-. Tantos recuerdos en esta habitación...

-Puedes pensar en ello, pero deja de atormentarte.

-Ya no me atormento porque estás aquí, conmigo. Es lo que tanto quería, y lo he conseguido.

-¿Conseguido?

-Dormir juntos por un tiempo. Te tengo una sorpresa más tarde. Puede que dos, no sé.

-¿No me lo vas a decir?

-Por algo se llaman sorpresas.

-Cierto, que tonto estoy.

Me da un beso en la mejilla y me da un par de palmadas en la cintura, dándome la vuelta para luego darme un corto, pero placentero, beso. Cuando se separa, nuestras miradas nos dicen algo, no sé lo que quiere hacer mi cuerpo, debo controlarme.

-Creo que deberíamos poner nuestra ropa ya en los armarios -me agarra de la mano y me acerca al armario-. Hay dos, así que no habrá problema.

Asiento con la cabeza y nos ponemos a ordenar todo. En cuanto hemos terminado, sin querer me tropiezo con la otra maleta de Lucas y me caigo en la cama. Es suave, mullida... Muy cómoda.

-¿Estás bien? -pregunta Lucas, estando cerca, pero sin pensarlo se pone encima mía.

-Eh... Sí. Estoy bien. ¿Lucas?

-¿Si? -paso mi mano por su cuello y lo acerco a mí para volver a besarlo.

No sé, desde aquél momento en el que... Ya sabéis, he estado deseoso de sus besos. Y ahora que tenemos un momento de privacidad, lo he querido atrapar para saborear de nuevo sus labios.

-Que lanzado, señorito Hector -sonríe pícaro-. Creo que necesita algo más que mis besos -junta nuestros cuerpos vestidos, la ropa es lo único que se interpone en nuestro contacto físico, piel con piel-. Pero no ahora, porque los niños podrían pillarnos.

-¿Está diciendo que quiete tema, señor Lucas?

-Puede -se encoge de hombros y se levanta para luego levantarme a mí-. Por ahora vamos a ver cómo están los demás y, si quieres, te das un paseo por la playa acompañado o con alguien.

-Ve tú primero a ver a los pequeños, que tengo un poquito de ropa que poner en el armario.

-Está bien -se encoge de hombros y, antes de irse, me planta un beso en la frente.

Sale de la habitación y me deja terminar. Cuando estoy dejando la última camisa, la puerta se abre. Seguro es él para darme otro beso, pero no, es su madre. Ya dijo que iban a estar sus padres, lo cual no me molesta mientras el padre no diga nada desagradable, porque sino aquí más platos van a volar.

-Paula, que sorpresa. ¿Qué tal estás? -sonrío al verla.

-Estoy bien, el cáncer aún no ha avanzado mucho.

-Me alegra que esté aquí, porque así puede ver a su hijo.

-Y también a ti, a mi nieto a tu pequeña hermana. Siento lo que le pasó a tus padres -su rostro apenado no me gusta, quiero verla sonreír.

-No se preocupe, lo supero poco a poco. Por cierto, ¿puedo contarle algo?

-Seré tu confidente -se acerca a la cama y se sienta-. Dime.

-Desde que mi madre murió -me duele decirlo-, he estado viéndola en sueños, en algunas partes donde voy. Me cuenta cosas que nunca había oído, como lo de una cinta escondida en la casa que dejó a mi nombre. Y siempre que la veo en la realidad, la veo sin sonreír aveces, no entiendo el porqué. ¿Qué significa eso?

-No lo sé, querido. A lo mejor intenta que no cometas errores. Puede que sea algo de tu mente.

-¿Y de dónde he sacado la información que me contó? Nada tiene sentido.

-Puede que no tenga sentido, pero algo significa.

Respiro hondo, intentando pensar sobre eso, pero nada apunta a algún sentido. No entiendo nada, no lo lograré entender. ¿Es cierto que mi madre me ve desde arriba y baja para verlo más de cerca? No lo sé.

-Vale. Siento haberle contado todo este rollo.

-No te preocupes. Está muy bien que confíes en mí -se levanta y se acerca a la puerta, antes de cerrar dice algo-. Espero contar esta noche con mi camarero temporal -sonrío y asiento-. Mejor, porque las chicas dicen que me van a ayudar en la cocina. Espero que esta noche salga de maravilla.

-Seguro que sí. Si se mantiene callado Harold.

-No te preocupes, no hablará. Hasta luego, Hector.

-Hasta luego, Paula.

Cierra la puerta y me deja sólo en la habitación. Bueno, ya he terminado aquí, así que puede que sea mejor darse un paseo por la playa para que me dé un poquito de aire, ya sea fresco o caliente.

Lucas... Qué picarón.
Andrew... Creo que vas a sufrir.
Jensen... Abraham te tiene algo preparado 7u7
Abraham... Espero que no le hagas daño.
Chicas... Nos vais a dar la tarde, seguro.

-----------------------------
¡Por fin tenemos el siguiente capítulo! que ha sido mucho tiempo y lo siento. Lo he intentado hacer lo más pronto posible.

El siguiente capítulo no cuándo lo haré.

Por favor, comentad si os gusta la historia, el porqué y cuál es vuestra parte favorita.

En este verano tengo muchas cosas preparadas, así que al lío a escribir.

¡Nos vemos, queridos Ángeles Lectores!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top