Capítulo 23: ¡Protesto, Señoría! (Parte 2)
-¿Que si Lucas es un buen hombre? -Sofia repite la pregunta que le ha hecho el abogado de Melani-. Vaya que si lo es, estaba con mi amigo Hector cuando de repente llega él y nos pusimos ha hacer tonterías. La verdad es que echamos unas buenas risas.
-Lucas es un buen hombre -responde tímidamente Tina-. Hicimos una fiesta de pijamas y nuestro amigo se sentía muy triste, así que la psicóloga llamó a Lucas y la noche fue de lo más, sobretodo al verlos reconciliarse. El amor puede con todo.
-Si no fuera por Lucas, no habría tenido un trabajo en el que conoces a todo el mundo entre risas y demás -responde esta vez Stacy, mi empleada-. Incluso le dio trabajo a mi hermano, son buenos amigos y se apoyan.
-Lucas siempre me ayudó en el instituto -responde Claudio-. Incluso hoy en día me ayuda a ser mejor con el negocio. Estamos felices de haber construido algo juntos.
-Lucas es como mi hermano mayor, solo que no es familia -me sorprende que hayan llamado al estrado a Cleo-. Siempre me compra chucherías, jugamos a la consola y, cuando Aron viene, se lía parda.
-¿A qué te refieres? -pregunta.
-Pues es como una explosión de locura. Es genial -sus últimas palabras llevadas con risas.
-Parece que vas a ganar -me susurra mi abogada-. He notado cómo cuchichean los jurados entre ellos, seguro están pensando que es mejor que te den a ti la custodia que a ella. La tenemos ganada.
-Eso espero, sino, esto habrá sido en vano.
-Tranquilo, es imposible que perdamos.
El tiempo pasa y dejan de poner en esa silla a toda la gente que conozco, a todos mis amigos. Mis padres siguen mirando todo esto, sin descanso alguno. Mi padre solo mira el móvil, ignorando mi existencia, y mi madre reza para que gane esto. No debo perder, debo convencer de que puedo ser un buen padre, mejor que mi ex.
-Llamo al estrado a Melani -¿un abogado llamando a su propio cliente?
¿Qué va ha hacer? Se sienta y espera sus preguntas.
-Querida, Melani. ¿Qué pasó cuando Lucas estaba depresivo y se fue con su hijo?
-Tuve que ponerme a trabajar duramente para mantener una casa y al niño yo sola. Él seguía en aquél piso sucio lleno de botellas de cerveza y unas pequeñas bolsas llenas de cocaína.
-¿De qué trabajaba?
-De camarera y limpiadora, hasta el momento en el que pude trabajar en algo que me gustaba. En una boutique.
-Me alegro. Bueno, ¿llamó alguna vez Lucas a su hijo?
-Ni una, ni un triste mensaje.
-Vaya, vaya... Es muy interesante -se gira a los jurados-. Mi clienta tuvo que trabajar de camarera y limpiadora para pagar la cada, la luz, el agua, la comida, el colegio del pequeño y demás cosas. ¿Es justo que después de eso el padre se quede con el pequeño después de haberse destrozado la espalda su pobre madre? Porque yo creo que no. No voy a decir nada más.
-Mierda -escupe mi abogada en susurros-. Puedo ver la cara de los jurados, se están inclinando por el enemigo.
-Debes hacer algo, sino mi hijo se va a ir con esa arpía.
-Estoy mirando algún dato de reojo -registra entre sus papeles.
-Abogada, ¿tiene algo más que decir?
-¡Un momento! -sigue rebuscando, pero al final se rinde dejando todos los folios quietos en la mesa-. No, señoría. No tengo nada más que decir.
-Pues los jurados ya pueden ir a pensar su decisión detenidamente. Descanso de cinco minutos -da un golpe con el martillo y todo el mundo se levanta menos yo.
No debo dejar que esto pase, la balanza ya se ha inclinado al favor de la maldad, ¿cómo inclinarla al otro lado? Necesito que las tornas cambien, pero no tengo nada, no puedo hacer nada, solo desear que la suerte esté de mi lado y decidan que lo mejor es estar con su padre.
NARRA HECTOR
-¿Mejor? -me pregunta Jensen después de haberme refrescado con un par de vasos de agua.
-Un poquito, pero lo estaré pronto.
-Espero que sea así, no me ha gustado verte así -se acerca un poco-. ¿Qué te ha pasado?
-Yo... Vi a mi madre en la puerta -abre los ojos sorprendido-. No me sonreía, se quedaba ahí, transmitiendo tristeza, pero a la vez esperanza y fuerza. Sin sonrisa pudo expresar eso -me pone la mano en la frente-. ¿Qué haces?
-Saber si tienes fiebre o algo.
-Estamos a verano, un calor casi insoportable. ¿Cómo voy a ponerme malo con calor?
-Cosas raras se han visto, peores que lo tuyo.
-Ya, bueno... -veo que la gente está entrando de nuevo, incluso Paula, la madre de Lucas-. Deberíamos entrar ya, tengo que hacer una cosa.
-¿El qué?
NARRA LUCAS
E
l jurado ya está entrando por esa puerta con paso lento y sentándose donde antes estaban. Todo esto se reproduce a cámara lenta y solo puedo escuchar el latido de mi corazón a un ritmo alarmante y con el volumen muy alto. ¿Qué habrán decidido?
El juez entra también y se sienta en el trono del lugar, mirando a todas las figuras que hay en el salón.
-Portavoz del jurado, ¿cuál ha sido su decisión?
Se levanta un chaval que parece muy maduro.
-Hemos estado pensando más de lo normal y en estos casos no solemos interactuar, ya que es la decisión de un juez la custodia de un niño, pero ya que esto es un tanto difícil, hemos actuado. Hemos decidido en este corto periodo de tiempo que quien debe tener la custodia es... La propia madre, Melani -mi vista se nubla al oír aquellas palabras, es como si me fuera a desmayar aquí mismo-. Por lo que ha dicho, se ha estado esforzando para mantener la casa, las facturas y al pequeño cuando el marido estaba deprimido. Es por eso que hemos tomado esa decisión.
-Bien, entonces está decidido y se acaba -agarra el martillo-. La custodia de Aron Fariely pasa a ser de Melani, la madre, junto con una pensión por el cuidado de su hijo. Todo claro -está listo para bajar el martillo y cerrar el juzgado, pero un rayo de sol aparece ante la puerta.
-¡Esperen! -grita Hector corriendo junto con Jensen-. ¡Melani no debe ganar!
-Lo siento, chaval, pero ya está decidido.
-Tengo la prueba que hará que esa mujer no cuide a su hijo y que demuestre que teníamos razón.
-¿Qué prueba? -pregunta el juez.
-Esto -saca su móvil y lo enseña.
-¿Tu móvil? -pregunta a punto de reírse el abogado enemigo-. Muy bonito y muy caro, ¿pero de qué servirá aquí?
-Lo importante no es lo de fuera, sino lo que suena dentro. Escuchen -toca la pantalla y suenan nuestras voces.
-Lucas ahora es un hombre nuevo que le presta toda su atención a su hijo, puede quedarse con lo que tú tanto anhelas -se escucha la voz de Hector.
-No estoy de acuerdo, en su etapa de depresión no estuvo lo suficientemente estable para su hijo. Así que necesita una figura paterna a la que seguir -ahora es la voz de Melani, es justo la discusión que tuvimos.
-Tener a tu hijo limpiando toda la casa mientras la señora que debería limpiar su mierda está de compras no es algo que debería estar en una figura paternal.
-Yo no pongo a Aron a limpiar.
-Oh, claro que sí. Él me lo ha dicho.
-Ese niñato no sabe lo que dice. Está claro que inventa para jugar con las mentes de las personas.
-¿Decirlo mientras llora quiere decir que actúa? Para mí que no.
-Tú no sabes nada, tus padres no te han criado bien.
-No metas a mis padres en esto, los padres que amamos son algo sagrado.
-¿Y por qué te metes en esta conversación?
-Porque tú no le importas a Aron, le das miedo a la vez que quiere alejarse de ti.
-Niñato de los cojones... -susurra, pero se escucha.
-¿Qué has dicho?
-¡Que no te metas donde no te llaman! -se escucha el movimiento de su mano siendo agarrada por mí-. ¡Suéltame! ¡Me voy con Aron!
-No te vas a llevar a mi hijo -murmura mi voz.
-No me hagas llamar a la policía, no sería bueno para ti.
-Hoy me toca con él, así que vete por donde has venido y sin el pequeño.
-Cuando vuelva a casa, le daré un duro escarmiento.
-¡No te atrevas a pegar a nuestro hijo!
-¿Acaso alguien me ha pillado? ¡Soy su madre! Puedo hacer lo que quiera. Volveré a por él en un par de días, un día antes del juzgado. Perderás todo esto, Lucas. Perderás lo que más amas.
La grabación se termina y el salón se queda en silencio, pero, como no, ella se queja.
-¡Ha sido trucado! ¡Yo nunca he dicho eso!
-¿Acaso puedo suplantar una voz? -empieza a hablar Hector, mi amor-. Yo no sé hacer eso. Además, yo creo que para eso tendría que tener todas esas palabras que has tenido para retocarlas, pero sonaría raro. Lo bueno, es que es un grabación normal. Puede mirarlo la policía, analizarlo y todo lo que quieras, pero sabrán que es original.
-¿Tiene algo que decir, señora? -pregunta el juez.
Piensa mientras los jurados murmuran entre ellos aquí mismo. No tiene nada con lo que contraatacar, ya ha perdido y me sorprende la forma en la que ha caído. Esto es jaque mate.
Los jurados piden silencio tras el estallido de voces que hay y comienza ha hablar el portavoz.
-Tras la revelación de una prueba irrefutable, hemos decidido que Melani no es apta para cuidar de un menor de edad.
-En ese caso -habla justo cuando cree que sus compañeros han terminado-, la custodia de Aron Fariely pasa al padre, dejando a la madre sin nada -sin esperar ni un segundo más, le da un golpe con el martillo al pequeño trozo de madera, creando un sonido atronador-. Se cierra la sesión.
NARRA HECTOR
-¡Papá! -sale corriendo Aron a su padre para abrazarlo con todo el cariño del mundo-. ¿Me quedo contigo para siempre?
-Sí, hijo. Te quedas conmigo para siempre -le levanta y le acaricia el cabello.
-Menos mal, creía que me separaría de ti.
Mientras se abrazan, la gente va saliendo del salón. Paula se acerca a Lucas y se ponen ha hablar entre ellos, menos el padre. Debe ser porque aún no acepta a su hijo. Me da igual, seguro a Lucas le da igual también.
Un par de tacones resuenan a mi espalda y se detienen a mi lado. Su perfume barato vuelve a inundar mis fosas nasales. Me arde la nariz.
-Bien jugado, Hector -Melani y su voz que dan ganas de ahorcarse-. ¿Cómo lo has hecho?
-Un mago novato nunca revela sus secretos -tenía el móvil en el bolsillo con la grabadora puesta, sin que nadie se enterase.
-Como quieras, pero quiero que sepas una cosa -se va hacia la entrada y me vuelve a mirar una última vez-. Esto no ha acabado.
-Yo creo que sí. Te vas y nos dejas sólos, más relajados. No tendré que volverte a ver esa cara maquillada.
-No, Hector. Esto no ha terminado aquí. Volveré -y desaparece de mi vista.
Estoy más tranquilo ahora, puedo respirar en paz por una parte. Ya no la volveré a ver en mucho tiempo, porque estoy seguro que la loca de los tacones va a volver con alguna estupidez en mente.
Mientras se quede en su preciado boutique, estoy más que libre.
Lucas... Hemos ganado.
Jensen... Gracias por estar ahí.
Andrew... Bueno, solo has estado sentado.
Esta frase se quitará al corregir los posibles fallos ortográficos.
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